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Análisis
Razones históricas de la actual desigualdad de renta en España
El INE ha actualizado dos bases de datos, una relativa a la distribución de la renta de los hogares, otra sobre el índice de calidad de vida de las Comunidades Autónomas. Los resultados son siempre los mismos, y se repiten de manera machacona, año tras año, sin que las políticas públicas desplegadas por los gobiernos centrales y autonómicos sirvan para reducir la brecha entre ellas.
Las Comunidades Autónomas con más renta de sus hogares y mayor calidad de vida suelen coincidir, salvo Madrid y Cataluña, que suspenden en calidad de vida. Las Comunidades Autónomas que combinan mayor calidad de vida y de renta de los hogares son Navarra, La Rioja, Aragón, País Vasco y Baleares. Las que combinan menor calidad de vida y de renta de los hogares, también: Murcia, Andalucía, Galicia y Canarias.
La inmensa mayoría de los municipios de rentas altas se sitúan por encima de una línea imaginaria que marca el río Ebro
El Atlas de distribución de renta de los hogares, publicado por el INE, ofrece información sobre la renta de las personas y hogares, con los últimos datos disponibles, del año 2021. Esta información tiene en cuenta los ingresos de cada hogar en función de las personas que viven en él, y su detalle geográfico llega a nivel de municipio, en el caso de las poblaciones mayores de 100 habitantes, y de sección censal en los pueblos y ciudades de mayor tamaño. Si observan el mapa de distribución de la renta de los hogares hay un hecho irrefutable: salvo la Comunidad de Madrid, de la que luego hablaremos, la inmensa mayoría de los municipios de rentas altas (color verde) se sitúan por encima de una línea imaginaria que marca el río Ebro, y que incluyen en su extensión, también imaginaria, a las Islas Baleares. Por el contrario, la inmensa mayoría de municipios de renta baja (tonos rojo y naranja) se sitúan por debajo de una línea imaginaria que marca el río Tajo. La única excepción es Madrid, que por ser la capital de España es el epicentro de las redes de poder en España.
El Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV) nos da una foto parecida: del Ebro para arriba se concentran las provincias y comunidades autónomas de mayor calidad de vida. Comunidad Foral de Navarra, La Rioja y Aragón presentaron los niveles más elevados de calidad de vida en el año 2022, al igual que en la pasada edición. En el lado contrario, los registros más bajos se dieron en Canarias, Andalucía y Galicia. Si analizamos las nueve dimensiones por separado, Comunidad Foral de Navarra destacó en las dimensiones Ocio y relaciones sociales, Entorno y medioambiente y Experiencia general de la vida. Y, País Vasco en Condiciones materiales de vida y Educación. Por su parte, Aragón destacó en Trabajo.
Hay dos comunidades autónomas que, si bien se sitúan en los primeros puestos por renta, se encuentran por debajo de la media en calidad de vida
Hay dos comunidades autónomas que, si bien se sitúan en los primeros puestos por renta, se encuentran por debajo de la media en calidad de vida. Nos referimos a Madrid y, especialmente, Cataluña. Los desorbitados precios de la vivienda y del alquiler de la misma, y el coste de la vida en general hacen que en promedio no sean lugares de cierta calidad de vida.
La historia de la reconquista de la Península explica estas diferencias
Viendo como de manera machacona se repiten una y otra vez estos resultados, la pregunta que surge es inmediata. ¿Existen razones históricas para que, sobre todo, las diferencias de renta se perpetúen en el tiempo y las políticas públicas no funcionen? La respuesta es que sí. Para ello acudimos, de nuevo, a la academia. Las diferencias provinciales de renta en España hunden sus raíces en la Reconquista. Esas son las conclusiones del trabajo de Daniel Oto-Peralías y Diego Romero-Ávila, de la Universidad de St. Andrews y la Universidad Pablo de Olavide, y que cristalizó en el artículo académico The Economic Consequences of the Spanish Reconquest: The Long-term Effects of Medieval Conquest and Colonization, publicado en la revista Journal of Economic Growth.
El estudio de Daniel Oto-Peralías y Diego Romero-Ávila revela que la historia de la Reconquista dejó una huella significativa en el desarrollo económico de España. Los resultados indican que las diferencias en el desarrollo económico provincial se pueden atribuir en gran medida a este proceso histórico que tuvo lugar entre los años 722 y 1492. La velocidad con la que avanzó la frontera cristiana durante cada etapa de la Reconquista resultó ser un factor crucial que condicionó el tipo de colonización llevado a cabo. Las diferencias en los arreglos institucionales para organizar la ocupación del territorio conquistado y su repoblación tuvieron consecuencias directas en la distribución de tierras y derechos jurisdiccionales entre los grupos participantes, generando estructuras de poder distintas en el norte y sur peninsular.
La desigualdad estructural originada en este proceso histórico se convirtió en un obstáculo para el crecimiento económico moderno
Mediante el uso de atlas geográficos históricos y software geo-espacial, los autores calcularon la “velocidad de Reconquista” en cada etapa, encontrando una correlación positiva entre esta velocidad y la desigualdad estructural posterior. Las regiones conquistadas más rápidamente durante la Reconquista mostraron sociedades más desiguales, lo cual persistió a lo largo del tiempo. La desigualdad estructural originada en este proceso histórico se convirtió en un obstáculo para el crecimiento económico moderno, limitando la participación de amplios segmentos de la población en las oportunidades económicas que surgieron con la industrialización en el siglo XIX. En consecuencia, la Reconquista desencadenó procesos sociales, económicos y políticos que contribuyeron a la desigualdad estructural y obstaculizaron el desarrollo económico basado en la innovación y la participación generalizada en la actividad económica.
Los autores señalan que “un factor clave que interviene en el impacto de la Reconquista es la concentración de poder económico y político en unas pocas manos, excluyendo a grandes segmentos de la población del acceso a oportunidades económicas cuando España ingresó en la fase de industrialización. La sincronización del efecto es consistente con este argumento. Una implicación general de nuestro análisis es que las grandes expansiones fronterizas pueden favorecer un equilibrio político entre los agentes colonizadores sesgado hacia la élite, creando condiciones para una sociedad desigual, con consecuencias negativas para el desarrollo económico a largo plazo".
Surgen varias preguntas ¿Por qué de manera persistente las políticas públicas solo pueden apaciguar o compensar a las rentas más bajas, pero sin cambiar estas dinámicas? ¿La actuación de ciertas élites económicas extractivas, concentradas básicamente en Madrid, siguen influyendo en estas dinámicas? Esperemos que futuros trabajos de investigación aporten todavía más luz a las conclusiones del valioso trabajo de Daniel Oto-Peralías y Diego Romero-Ávila.