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Análisis
Retos ineludibles de la economía española
La economía española ha demostrado en los últimos años una resiliencia y capacidad de crecimiento notables, superando en varios indicadores a otras economías occidentales. Tal como predijimos desde estas líneas, y detallamos en el último artículo, España ha mostrado un desempeño económico superior al de sus vecinos europeos, impulsado principalmente por un sector turístico robusto, políticas fiscales expansivas y una mayor integración en el mercado laboral.
Sin embargo, si no se actúa con firmeza en tres frentes clave —frenar la financiarización, desarrollar una política pública de vivienda para jóvenes e implementar una política industrial activa—, el panorama económico español podría sufrir un importante deterioro a partir de 2026, con un aumento significativo del desempleo y una desaceleración económica estructural.
El buen desempeño de la economía española ha estado marcado por un crecimiento sostenido, una inflación más contenida que en otros países europeos y un mercado laboral que, aunque con desafíos persistentes, ha mostrado signos de mejora. Este éxito puede atribuirse a factores como la resiliencia del turismo, políticas fiscales expansivas que han amortiguado los efectos de crisis recientes, y una inmigración activa que ha contribuido a mitigar los problemas demográficos y ha sostenido la productividad. Sin embargo, este crecimiento tiene pies de barro si no se abordan problemas estructurales de fondo, especialmente en un contexto global cambiante y con desafíos crecientes, como la crisis climática y las tensiones geopolíticas.
Financiarización y política de vivienda
Uno de los principales obstáculos para el desarrollo sostenible de la economía española es la excesiva financiarización de sectores clave, especialmente la vivienda y las materias primas. Tal como venimos advirtiendo, y en línea con el Informe Draghi, la financiarización ha convertido estos sectores estratégicos en instrumentos de especulación, desconectando sus precios de la realidad económica.
En el ámbito de la vivienda, la inversión especulativa ha encarecido el acceso para los jóvenes, dificultando su emancipación y estabilidad económica. En el caso de las materias primas, la volatilidad de los precios energéticos, amplificada por la especulación en mercados financieros, ha tenido consecuencias devastadoras tanto para los consumidores como para las empresas. El Informe Draghi, muy en línea con lo que venimos escribiendo en estas modestas líneas, resalta la necesidad urgente de implementar regulaciones más estrictas en los mercados financieros vinculados a estos sectores, evitando que continúen funcionando como meros activos especulativos y generando inestabilidad en áreas críticas para el bienestar social.
Análisis
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Otro de los frentes críticos es la ausencia de una política pública de vivienda ambiciosa que responda al desafío generacional que enfrentan los jóvenes españoles. El acceso a una vivienda digna sigue siendo un desafío monumental debido al escaso parque de vivienda pública, los elevados precios de los alquileres y la falta de una estrategia nacional coherente para abordar esta crisis. Históricamente, la inversión en vivienda social ha sido insuficiente en comparación con otros países europeos, lo que ha generado un mercado inmobiliario volátil y excluyente. Una política pública de vivienda masiva no solo garantizaría el derecho fundamental a la vivienda, sino que también impulsaría sectores relacionados, generaría empleo estable y contribuiría a la estabilización del mercado inmobiliario, evitando que este siga siendo un foco de especulación financiera.
La construcción industrializada se presenta como una solución eficiente, sostenible y económicamente viable para abordar el desafío habitacional en España
La implementación de una política pública de construcción de vivienda para alquiler no solo debe centrarse en aumentar el número de unidades disponibles, sino también en modernizar y optimizar los métodos de construcción. En este sentido, la construcción industrializada se presenta como una solución eficiente, sostenible y económicamente viable para abordar el desafío habitacional en España. Este modelo, basado en la prefabricación de módulos en fábricas controladas y su posterior ensamblaje en el lugar de destino, permite reducir significativamente los tiempos de construcción, minimizar los residuos generados y optimizar el uso de materiales, disminuyendo así el impacto ambiental. Además, garantiza una mayor precisión y calidad en el proceso constructivo, al reducir los errores comunes en las obras tradicionales. Adoptar este enfoque no solo aceleraría el despliegue de una política de vivienda social a gran escala, sino que también generaría empleo especializado en el sector industrial y contribuiría a la descarbonización de la construcción, alineando esta estrategia con los objetivos climáticos de la Unión Europea. La construcción industrializada no es solo una opción pragmática, sino una necesidad urgente para garantizar que el derecho a la vivienda se haga realidad de manera sostenible y eficiente.
Política industrial activa
A esta problemática se suma la falta de una política industrial activa y estratégica. Tal como subraya el Informe Draghi, la Unión Europea en su conjunto ha delegado excesivamente en el mercado la responsabilidad de dirigir la inversión industrial, dejando de lado una visión estratégica a largo plazo. España no es ajena a este problema. La economía española sigue dependiendo en exceso del turismo, un sector vulnerable a crisis externas y que, además, genera externalidades negativas en términos medioambientales, presión sobre los servicios públicos y precarización del empleo. Sin una diversificación real hacia sectores de alto valor añadido, la economía española seguirá siendo frágil ante cambios globales. Es urgente establecer una política industrial coherente que guíe a los empresarios hacia inversiones masivas en sectores estratégicos como la transición energética, la digitalización y la biotecnología. El Estado debe asumir un papel proactivo, no solo como regulador, sino como un actor clave en la orientación y financiación de proyectos innovadores y sostenibles.
El Informe Draghi advierte que, sin políticas fiscales y monetarias más flexibles y sin un enfoque industrial activo, los países europeos seguirán siendo vulnerables ante choques económicos globales
Si España no aborda estos tres desafíos estructurales con decisión y visión de futuro, el día en que el turismo comience a declinar —un escenario plausible en un contexto de crisis climática, transformación en los patrones de consumo global y competencia internacional—, la economía española podría entrar en una fase de desaceleración prolongada. Esta caída tendría consecuencias profundas, como un aumento significativo del desempleo, un incremento de las desigualdades sociales debido a la inaccesibilidad de la vivienda y una crisis fiscal derivada de una economía menos dinámica y con menores ingresos públicos. El Informe Draghi advierte que, sin políticas fiscales y monetarias más flexibles y sin un enfoque industrial activo, los países europeos seguirán siendo vulnerables ante choques económicos globales.
España tiene ante sí una oportunidad histórica para consolidar su posición como una de las economías más dinámicas de Europa, pero esta oportunidad no se materializará sin una intervención decidida. Frenar la financiarización mediante una regulación estricta, garantizar el acceso a la vivienda con una política pública ambiciosa e implementar una política industrial activa son tres pilares fundamentales para asegurar un crecimiento económico sostenible y resiliente. El Informe Draghi es claro: Europa necesita repensar su modelo económico, y España, como parte de este bloque, debe actuar con valentía y visión estratégica. El horizonte de 2026 no debe convertirse en una fecha de crisis anunciada, sino en el inicio de una nueva era de crecimiento inclusivo y sostenible. El tiempo de actuar es ahora.