Los ricos son los más preocupados por la independencia de Catalunya (y no es una opinión)

El CIS da pistas sobre las diferencias entre clases a la hora de abordar el tema político del año. Mientras que parados y estudiantes son los menos preocupados por la independencia, un 5% de la clase más pudiente dice que el tema es el que más le afecta de manera personal.

Barcelona

El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado ayer mostró el auge de Ciudadanos y la caída del bipartidismo, pero también indica las reacciones —representada en una muestra de 2.500 encuestas— ante los problemas percibidos en la sociedad y cómo afecta a cada una de las clases sociales.

Leer: El CIS constata el ascenso de Ciudadanos

El titular es que el paro sigue siendo el principal problema para todas las clases esquematizadas por el CIS —salvo para los y las estudiantes, que consideran la corrupción más problemática que el desempleo—. Sin embargo, el tema de moda, la posible independencia de Catalunya, tiene efectos muy distintos según las categorías.

Así, el perfil A, que corresponde a la alta clase empresarial, alto funcionariado, ejecutivos y profesionales de altísima cualificación, es el más preocupado por el proceso soberanista que se ha desarrollado desde septiembre. En ese segmento el partido más votado es el PP (31,1%), seguido de Ciudadanos (21,7%). Un 6,6% de los encuestados en la categoría A es votante de los partidos independentistas catalanes —ERC y CDC—.

Entre los más pudientes, un 8,5% considera que el principal problema que existe actualmente es la independencia de Cataluña. Este asunto es también problemático para un porcentaje similar entre las personas que perciben pensiones (grupo H), el 7,5% de los obreros cualificados (grupo F) y el 7,8% de quienes se dedican al trabajo doméstico sin remuneración (grupo K). Solo un pequeño porcentaje de personas en paro y estudiantes establecen la independencia de Catalunya como uno de los principales problemas del país.

Pero en la percepción desde un punto de vista individual de los "problemas" que más afectan a cada grupo es donde se aprecian diferencias más significativas. Un 5,1% de los encuestados de la clasificación A admiten que la independencia de Catalunya es el asunto que más les concierne personalmente, mientras que en ninguno de los grupos restantes se supera el 2,5% en esa respuesta.

Retrato-robot

Si se suma la pertenencia a estas categorías a las variables de género y edad, y a la variable política, el retrato robot de la persona más preocupada por la independencia de Cataluña es varón, de más de 65 años, con estudios superiores y con una posición económica buena o dependiente de una pensión o subsidio de jubilación. Vota al PP o a Ciudadanos, pero con preferencia por los de Rajoy (13,3% frente al 6,7%).

Mujer, de entre 18 y 24 años, y estudiante de FP o de secundaria. Es el perfil de las personas menos preocupadas por la independencia de Catalunya. El paro y la educación son los problemas que más afectan a este sector de la población, que vota a los partidos de izquierdas y las confluencias. Significativamente, pocos votantes de PNV o de Compromís siente que el tema de la independencia de Catalunya sea problemático.

Recentralización o referéndum

En las formas de organización territorial preferidas, no obstante, cambian las tendencias. Dos grupos, el de los pensionistas y el que engloba al trabajo doméstico sin salario, se muestran más favorables a la recentralización total de las competencias que las otras.

Los votantes de PP y Ciudadanos son los principales defensores de la recentralización y supresión de las autonomías. No obstante, los electores de los tres partidos con más expectativas de voto en el CIS de ayer coinciden en que su mejor opción es que la organización territorial se quede como está actualmente.

Aunque ese deseo de dejar todo como está es mayoritario en todas las clases sociales, los más ricos abogan, en segundo lugar, porque aumente el grado de autogobierno de las comunidades autónomas. El PSOE se muestra en el perfecto centro, con casi el mismo porcentaje de votantes a favor de recortar autonomía que de quienes prefieren un nuevo pacto territorial sin posibilidad de independencia futura.

Solo una mayoría de votantes de Podemos y del PNV se muestran más de acuerdo en que la fórmula ideal es aumentar el grado de autonomía. 

ERC y PdeCAT aportan la mayoría de votantes que creen que la organización territorial perfecta es aquella que reconozca a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en Estados independientes. Esta opción también es valorada como la mejor por aproximadamente una cuarta parte de los votantes de Podemos y un 30% de los electores del PNV.

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