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Crisis climática
Miguel Pajares: “Las luchas contra la xenofobia y la emergencia climática deben ser prioritarias para gestionar las futuras migraciones climáticas”
Se han hecho distintas proyecciones sobre las migraciones climáticas que se van a producir hasta mitad de siglo. Algunas apuntan a 200 millones de personas, otras incluso a 1000 millones... ¿Hasta qué punto es medible el impacto que tendrá el cambio climático en los movimientos migratorios?
No creo que se puedan hacer proyecciones, pero en mi libro sí que intento presentar una idea de la magnitud que puede tener. En él analizo los desplazamientos que se están produciendo en aquellas regiones que me parecen más importantes, y a partir de aquellos estudios que hay sobre la población que se verá desplazada por la subida del nivel del mar en las ciudades costeras, lo que digo es que bastará con que una cuarta parte de esas personas tengan que migrar para que en el 2060 la población mundial migrante que haya sea el doble de la actual (ahora hay el 3,5% de la población mundial, podría llegar al 6%). Esto no es un cálculo, es una idea de qué magnitud puede tener. Básicamente para decir que es una magnitud que los gobiernos y las organizaciones internacionales pueden gestionar, pero han de empezar a hacerlo desde ya.
También hay que relacionar la magnitud de las migraciones con lo que hagamos para la adaptación al cambio climático. Si hay las ayudas necesarias para adaptar los países que más están sufriendo el cambio climático a esta situación, menos personas tendrán que migrar. Ahora mismo los desplazamientos climáticos principalmente son internos, dentro de un mismo país, y las personas que migran van al país vecino. Es decir, no se están produciendo migraciones de larga distancia por causas climáticas, pero se producirán cuando la subida del nivel del mar obligue a la gente a salir de las ciudades a las que ahora están huyendo de los impactos climáticos que se producen en las zonas rurales. Dentro de unas décadas se empezarán a producir desplazamientos más importantes, y es de los que nos tenemos que preparar con una mejor gestión de las migraciones.
Existe un debate en torno a cómo referirnos a las personas que migran por motivos climáticos. En tu libro te refieres a ellas como “refugiadas climáticas”, aunque algunos expertos están en desacuerdo y defienden el término “migrantes climáticos”. ¿Qué importancia tiene este debate?
Ambos términos presentan algunos problemas. Hablar de “migrantes climáticos” es problemático porque identificar que la causa de la migración ha sido el cambio climático no es fácil, las migraciones siempre son multicausales. Aun así, podemos hablar de migraciones climáticas, porque aunque existan otras causas, los impactos del cambio climático han sido una causa importante de la migración.
Por otro lado, la figura de “refugiado climático” no está reconocida en ningún tratado. Si hablamos de refugiados no tenemos ningún otro tratado internacional que la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de Refugiados de 1951 y el Protocolo que se le añadió en 1967. En este tratado una persona refugiada es aquella que huye de persecuciones por razones étnicas, religiosas, políticas... La Convención de Ginebra no menciona las guerras y los conflictos bélicos y, sin embargo, hoy la mayor parte de los refugiados a los que reconocemos como tales son personas que huyen de los conflictos bélicos. Por lo tanto, el concepto se puede ampliar.
La idea de refugiado tiene que ver con quien es víctima de una acción política (un conflicto bélico, una persecución política...). ¿Los migrantes climáticos son víctimas de una acción política? Claramente sí. Son víctimas de la vulneración de los tratados climáticos que los gobiernos han suscrito. Desde 1992 que se suscribió el primer tratado, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en que los gobiernos se comprometieron a empezar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las emisiones no han hecho más que crecer. Los gobiernos están actuando contra los tratados que suscriben, y eso es una acción política reprobable. Los migrantes climáticos son víctimas de una acción política, por eso es pertinente el término refugiados.
¿Los migrantes climáticos son víctimas de una acción política? Claramente sí. Son víctimas de la vulneración de los tratados climáticos que los gobiernos han suscrito
Más allá de este debate sobre cómo referirnos a ellos, lo que nos importa es que se reconozca su derecho a la protección internacional. En este sentido, tuve la iniciativa de hacer un manifiesto pidiendo protección internacional a las personas migrantes climáticas, y ha sido firmado también por personas que no están de acuerdo con el término refugiados climáticos, porque lo importante es que los gobiernos reconozcan como víctimas a estas personas y se sientan obligados a darles algún tipo de protección.
Para garantizar esta protección, ¿se podría reformar la Convención de Ginebra para incluir el cambio climático como una de las causas por las que una persona se puede ver forzada a huir de su país?
Tal y como afirma Acnur, no es nada conveniente, porque lo más probable es que ahora mismo los derechos de las personas refugiadas se vieran comprometidos. Hay demasiados gobiernos incómodos con la Convención de Ginebra. En Europa estamos tratando la inmigración de una forma muy irracional, con una carga xenófoba brutal y con muchos prejuicios. En este contexto es difícil introducir nada novedoso que signifique avanzar hacia los derechos de las personas migrantes... El combate contra la xenofobia tendría que ser un objetivo prioritario en los gobiernos, y esto pasa por aislar totalmente a los partidos xenófobos. Tendría que haber posturas muy firmes contra todo esto, y no las hay, porque los partidos xenófobos tienen el apoyo de las derechas conservadoras que compiten con ellas por el voto xenófobo. Lo estamos viendo en España, con PP y VOX, que compiten casi por lo mismo. Cuando pasó lo de Ceuta, ambos partidos se lanzaron para que uno no se llevara los votos del otro. Las luchas contra la xenofobia y contra la emergencia climática deben ser prioritarias en las agendas políticas para gestionar las futuras migraciones climáticas.
Migración
Migraciones climáticas Beatriz Felipe Pérez: “Ninguna persona ha sido reconocida realmente como refugiada climática”
Muchas de las regiones con mayor amenaza ambiental son antiguas colonias europeas. ¿Podemos encontrar relación entre la historia colonial y los territorios que actualmente tienen un mayor número de desplazados por razones climáticas?
El colonialismo se puede relacionar con las migraciones climáticas y con todas las migraciones en general. Ha habido un expolio de los países convertidos en colonias durante mucho tiempo y, una vez han salido de ese estatus colonial, las metrópolis y los imperios han seguido presentes en estos países. El continente africano fue expoliado a lo largo del siglo XIX por las potencias europeas, a finales de siglo decidieron repartirlo en la conferencia de Berlín de 1885 y estuvo colonizado hasta mediados del siglo XX. Sin embargo, los instrumentos de los países occidentales como el FMI o el Banco Mundial han seguido actuando a favor de las corporaciones de los países occidentales por los cuales el expolio ha continuado. Este expolio ha empobrecido a estos países y las migraciones obviamente tienen que ver con esto. Un ejemplo son los senegaleses que migran de los pueblos costeros donde vivían de la pesca, la cual ha sido explotada por las potencias europeas, asiáticas y norteamericanas con sus métodos destructivos de pesca y que la han hecho desaparecer. Otro ejemplo son las grandes corporaciones de la agroindustria que han sacado a los campesinos de sus tierras y han empobrecido a las poblaciones, y eso lleva a migrar. ¿Qué ocurre con el cambio climático? Que este empobrecimiento ahora viene acentuado por los cultivos más escasos, porque la temperatura ya no es la idónea, se está produciendo desertificación, los patrones de lluvias han cambiado y ya no son favorables a la agricultura o a los pastos. El cambio climático ha acentuado un empobrecimiento que ya viene del expolio que nace con el colonialismo y continúa después.
El cambio climáático ha acentuado un empobrecimiento que ya viene del expolio que nace con el colonialismo y continúa después
En relación a las grandes corporaciones, estamos viendo muchas haciendo un lavado de imagen para mostrar su compromiso con el medio ambiente. ¿El llamado “capitalismo verde'' favorece la lucha contra la emergencia climática?
Hay que tener mucho cuidado con todas las promesas de reducción de emisiones que hacen las corporaciones. El cambio climático se ha convertido en un tema social importante, eso hay que agradecérselo en parte al movimiento iniciado por Greta Thunberg, también a otros movimientos y a los científicos que llevan muchos años insistiendo y explicándolo. Los gobiernos han empezado a tomar medidas, se están haciendo leyes climáticas, se están adoptando compromisos de reducción de emisiones. Las corporaciones se han sumado a este movimiento y hay una idea que está triunfando: que podemos hacer la transición energética sin reducir el crecimiento económico. Este capitalismo verde también promete que vamos a crear muchos puestos de trabajo, que el futuro es la energía solar y la eólica porque no van a desaparecer nunca. Esto es mentira, porque el Sol y el viento son infinitos, pero los metales de los que dependen los paneles solares y las turbinas eólicas no. Son metales escasos que también necesitamos para la digitalización y la robotización, con lo cual no es verdad que haya un futuro tan esplendoroso como nos prometen. Este es el capitalismo verde que no hay que creer, que sigue con las mismas tendencias y con el mismo consumo energético buscando mantener el crecimiento. La única solución es empezar a reducir. Reducir el consumo, el gasto energético, los vuelos de avión, el transporte por carretera.
La única solución es empezar a reducir. Reducir el consumo, el gasto energético, los vuelos de avión, el transporte por carretera
En un marco capitalista en que predomina la búsqueda de un crecimiento económico ilimitado, ¿cómo podemos encajar esta reducción de consumo?
Necesitamos más políticas públicas de reducción de consumo, medidas que no son muy populares pero que hay que hacer. El problema es que cualquier gobierno que diga que va a reducir el consumo perdería las siguientes elecciones salvo que avanzara mucho el movimiento climático. En tan solo dos años hemos dado un salto adelante tremendo, si eso sigue así y avanza mucho estaremos preparados para aceptar medidas restrictivas de consumo. El movimiento climático tiene que avanzar, tiene que seguir ganando espacios, concienciando a la sociedad y obligando a los gobiernos a adoptar medidas. El gobierno de España ha hecho la Ley de cambio climático y ha dicho que en 2040 no se producirán coches de combustión. Eso es una medida concreta, pero lo que hay que ver es cómo se avanza hacia ella. Porque todos los coches no pueden ser eléctricos, no tenemos suficientes metales de los que dependen las baterías. Podrá haber muchos coches eléctricos pero no los mismos que hay ahora de combustión. Entonces, ¿qué hacen las fábricas de automóviles? ¿Empiezan a reducir ya la producción? ¿Alguien les ha dicho que empiecen a reducir la producción? Todas estas medidas concretas o se van tomando ya o no llegaremos a lo que se promete para el 2040-2050.
¿Qué papel tenemos la población civil ante todo esto?
Más que en las migraciones climáticas, hay que poner el foco en la emergencia climática. El secretario general António Guterres presentó el último informe del grupo IPCC de Naciones Unidas sobre el cambio climático insistiendo que la gente ha de saber lo que le espera a la humanidad en unas décadas si no cambiamos el rumbo, porque es realmente aterrador. Desde la posibilidad de alimentar a la población mundial ante la desaparición de grandes extensiones de cultivo, hasta la falta de disponibilidad de agua potable en muchas zonas de la Tierra, o incluso la subida del nivel del mar en un mundo donde la mayor parte de las grandes ciudades son costeras. Sin duda alguna es la mayor amenaza a la que se ha enfrentado la humanidad desde su existencia. Ahora es cuando los gobiernos están empezando a reaccionar, pero hace 30 años ya hicieron una convención porque sabían lo que estaba pasando, ya dijeron que había que empezar a reducir las emisiones y no han hecho nada en todo este tiempo. ¿Qué podemos hacer? Pues explicar todo esto, hay que difundirlo, es lo que están haciendo todos estos movimientos juveniles, Fridays For Future y otros.
Al igual que en Europa, estos movimientos juveniles son muy importantes en América Latina, en Asia, en África... Cada vez hay más movimientos comunitarios, muchos liderados por mujeres. Las mujeres están teniendo un peso importantísimo en todo esto. Estos movimientos son la gran esperanza, coordinados a nivel mundial, son los que pueden permitir enfrentarnos a un sistema que por sí solo no va a cambiar. El sistema capitalista no va a cambiar sus dinámicas, nadie que vende coches va a querer vender menos. Tienen que ser estos movimientos los que articulen alternativas y se enfrenten al poder que tienen las grandes corporaciones. Por ahí está la esperanza, pero tiene que haber una mayor coordinación internacional.