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Campo de cuidados
Campo de girasoles
Poesía es Amargura,
Miel celeste que mana
De un panal invisible
Que fabrican las almas.
Poesía es lo imposible
Hecho posible. Arpa
Que tiene en vez de cuerdas
Corazones y llamas.
Federico García Lorca, Poemas inéditos de juventud.
Cada día al volver a su pueblo Patri pasa por un trozo de campo en el que trabajaba su padre. En ese campo se ponía tabaco, y desde su postura este mes, podías ver crecer la planta hasta el momento de su cosecha.
Su padre trabajó el tabaco en ese y en otros campos alrededor de su pueblo, hasta que murió. Se suicidó en el campo después de la cosecha.
Vivían en una casa en medio de plantaciones y secaderos. Al lado de su casa tenían un huerto precioso. Allí Patri y él pasaban los ratos más bonitos del día. Juntos faenaban y también juntos se deleitaban con el cambio de tamaño, forma, color o estado de cada planta. En el huerto encontraban un lugar en el que el espacio y el tiempo eran vividos por ambos de una forma diferente al resto de lugares. Como cuando te sumerges en un poema. O en un cuadro. O en una canción.
En esta época del año empezaban ya a cuajar las tomateras y echaban a crecer. También las pimenteras y las plantas del calabacín iban echando cada vez más hojas. El huerto con esos olores y colores iba albergando posibilidades de verano.
El verano era una época de mucho trabajo y este huerto les aportaba el recreo y el frescor en sus largos y duros jornales. Además de todas estas plantas, en esta época ponían girasoles con mucho cuidado y mimo. Para ellos, el girasol era la planta que hacía a su huerto un lugar si cabe más singular.
Patri compró ya hace más de un mes semillas de girasol. Quería ponerlas en un rincón de su corral en el que está tratando de crear un lugar de encuentro con su padre. Aún no ha podido sembrarlas, pero los girasoles están presentes en muchos de sus sueños y ensoñaciones, y siempre muy cerca de la imagen de su padre. La luz de esta flor amortigua su amargura y su dolor. A veces ese destello le da impulso para convertir bloqueos en emociones, emociones en ideas, ideas en planes…y así seguir creando su propia vida, labor que se ha tornado tan difícil desde que él murió.
Ayer cuando pasó de nuevo por ese trozo de campo vio que este año no han puesto tabaco, sino girasoles. Sintió algo muy intenso en su cuerpo… una emoción fuerte, que ella la sitúa cerca de la sorpresa, la alegría, de la ilusión. No es capaz de darle una explicación a ese cambio en el cultivo, pero piensa que se ha actualizado un deseo de su padre. En aquel campo se ha escrito un poema y Patri quiere verlo crecer cada día cuando pase por allí de camino a su pueblo.
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Gracias por estas bocanadas de oxígeno y belleza que nos dejas en el salto extremeño.
¡No había visto hasta hoy tu comentario, Fernando! Me alegro mucho de que respires junto a estos relatos, con lo que yo te leo, ¡¡es una alegría!! ¡¡Gracias!!