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Catalunya
Andrés García Berrio: “Nuestro objetivo es evitar el retorno de la sociovergencia y las medidas del pasado”
Andrés García Berrio es uno de los abogados más conocidos en los sectores activistas en Catalunya. Tras haber codirigido la asociación Irídia implicada en la defensa de los derechos humanos o haber participado en la campaña “Tanquem els CIE”, ahora da el salto a la política como número tres de Comuns Sumar en la provincia de Barcelona en las elecciones catalanas de este domingo. Representa una de las principales novedades de la coalición de Ada Colau y Jéssica Albiach en una campaña difícil para esta formación de izquierdas, que sufre por la sombra de un favorito PSC y la debilidad de Sumar en el conjunto de España.
¿Cómo ves esta recta final de la campaña? Los sondeos apuntan a unas intenciones de voto modestas (6-5%) para Comuns Sumar.
Creo que tendremos unos buenos resultados el domingo. Los comunes han demostrado en muchas ocasiones que son capaces de proteger y garantizar los derechos de la ciudadanía. Estoy convencido de que eso se verá reflejado en buenos resultados.
La campaña del 12-M ha estado marcada por los cinco días de reflexión que se tomó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En Sumar os manifestasteis a favor del líder del PSOE la víspera de que anunciara que continuaba y dejara el regusto de una maniobra extraña. ¿Fue un error por parte de vuestros socios en Madrid?
Creo que en cualquier circunstancia hay que defender la democracia y aquellos que sufren el lawfare, como le sucedió al presidente del Gobierno y a su esposa Begoña Gómez. Me parece una evidencia que se están utilizando a los jueces para atacar a gobiernos elegidos democráticamente. Todo esto forma parte de una ola reaccionaria global. Ahora le ha tocado a Sánchez, pero antes vivieron situaciones parecidas Mónica Oltra, Ada Colau o Irene Montero. También han sufrido este lawfare movimientos sociales como el Tsunami Democràtic, lo que ha comportado que investiguen a periodistas como Jesús Rodríguez.
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¿Pero te parece seria la posición de Sánchez y que haya hecho tantas pocas propuestas para hacer frente a la máquina del fango?
Creo que hay que hacer un punto y aparte y que esto se vea reflejado en medidas concretas. Una posibilidad sería una renovación del sistema judicial, por ejemplo, cambiando el acceso a la carrera de los jueces. También hace falta derogar la Ley Mordaza y no perder ni un día para acabar con esa norma que ha supuesto un tapón a cualquier avance fruto de la lucha social. Y que haya más medidas de regeneración democrática.
¿Por qué has decidido dar el salto ahora a la política?
Como activista, abogado y defensor de los derechos humanos, recibí una propuesta de los comunes para integrarme en su lista como independiente. Y decidí aceptarla porque estamos en un momento crucial para Catalunya en que está en juego si hay una coalición del asfalto entre Junts y PSC. Es decir, una coalición que priorice los macroproyectos como el Hard Rock o la ampliación del aeropuerto del Prat y apueste por un modelo antagónico a los derechos humanos. O bien que haya un pacto de izquierdas que ponga una transición ecológica socialmente justa en el centro.
Creo que el principal riesgo después de las elecciones es que haya una coalición del asfalto entre el PSC y un partido nítidamente de derechas como Junts
A diferencia de hace una década cuando irrumpieron nuevos partidos como Barcelona en Comú, la CUP o Podemos, ahora no parece el momento más ilusionante para dar el salto a la política…
Nos encontramos ante una ola reaccionaria global y en este contexto es más importante que nunca defender los derechos humanos desde las instituciones, como el Parlamento de Catalunya. Cuando se produce un genocidio en Gaza, cuando cada vez más países ignoran el sistema internacional de derechos humanos, cuando los gobiernos obvian las múltiples demandas de organismos internacionales de tomar medidas ambiciosas para revertir el cambio climático… En un momento como este es más importante que nunca hacer frente a la ultraderecha. Y hacerlo desde una lógica de defensa de los derechos humanos.
En el próximo Parlamento catalán podría haber diputados de hasta dos formaciones de ultraderecha. A los de Vox, según los sondeos, se sumarían los de Alianza Catalana (extrema derecha independentista), el partido liderado por la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols. ¿Temes que esto se vea reflejado en una derechización de los debates?
Sí, creo que ya se está produciendo esta derechización de los debates. Junts ha planteado unas políticas migratorias basadas en que Catalunya disponga de más competencias sobre esta cuestión y así poder expulsar con mayor facilidad a las personas migrantes. Constantemente, se insiste en la necesidad de que, además de derechos, las personas migrantes tengan deberes. Hay ayuntamientos que han obstaculizado el empadronamiento. Estos partidos ultras ya han logrado contaminar los debates presentes en otras formaciones catalanas.
Vuestra candidata Jéssica Albiach ha advertido en más de una ocasión que el PSC está adelantando al PSOE por la derecha, algo inhabitual en la historia de estos dos partidos. ¿Cómo se puede evitar esta derechización de los socialistas catalanes, liderados por Salvador Illa?
Creo que el principal riesgo después de las elecciones es que haya una coalición del asfalto entre el PSC y un partido nítidamente de derechas como Junts. Desde los comunes, no solo apostamos por un Ejecutivo catalán de izquierdas, sino que haga claramente políticas de izquierdas, siguiendo el ejemplo de la subida del salario mínimo o la reforma laboral, impulsadas desde el Gobierno de coalición en Madrid. Nuestro objetivo es evitar el retorno de la sociovergencia y las medidas del pasado.
Queremos que se examine en el Parlamento el uso de las pistolas Taser, que el PSC quiere recuperar para la Guardia Urbana de Barcelona
Además del proyecto de macrocasino Hard Rock, ¿la ampliación del Prat también es una línea roja en posibles pactos?
Sí, lo es. De la misma forma que en Canarias la gente salió a la calle para decir que el archipiélago tiene un límite, Catalunya tiene un límite. Ahora es el momento de evidenciarlo. No podemos construir el casino más grande de Europa, no podemos seguir ampliando los aeropuertos… En lugar de eso, debemos priorizar el ferrocarril. Y lograr que Catalunya dé un paso adelante en la producción de energías renovables en las que aún no ha llegado a los niveles a los que podría llegar.
Respecto a la gestión del agua, uno de los temas estrella de esta campaña debido a la sequía histórica que sufrió Catalunya, ¿cómo lo habríais afrontado desde Comuns Sumar?
Queremos pedir prudencia ante la decisión de retirar el estado de emergencia hídrica —un anuncio hecho el martes por el Govern del republicano Pere Aragonès— justo en la última semana de campaña. De repente, se han retirado todas las restricciones para llenar las piscinas en los hoteles. Creemos que es muy importante escuchar a los científicos y tomar decisiones con prudencia. De cara al futuro, apostamos por una mejor gestión del agua a través de la municipalización allí donde se pueda y por construir estructuras a largo plazo, como las desalinizadoras que hacía tiempo que no se impulsaban en Catalunya.
Otro de los temas de esta campaña ha sido la guerra de Gaza con ocupaciones propalestinas en varias universidades catalanas. ¿La exigencia de una denuncia del genocidio en el enclave palestino formará parte de vuestra política de pactos?
Las medidas en este sentido por parte de los comunes siempre han sido claras. Con Ada Colau como alcaldesa, Barcelona rompió relaciones con Israel y suspendió su hermanamiento con Tel Aviv. Y si la Flotilla de la Libertad hubiera podido zarpar de Estambul, Ada hubiera estado en ella junto con muchos otros activistas. Nuestra posición siempre ha sido muy clara en este sentido.
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¿Una ruptura de las relaciones de Catalunya con Israel formará parte de vuestras exigencias en un hipotético pacto de gobierno o de investidura con el PSC?
Es un elemento clave en política internacional y creo que tenemos que ponerlo en el centro. Pero como candidato independiente no puedo definir la posición de todo el partido.
Has hecho del antirracismo y la denuncia de la violencia policial uno de tus principales campos de batalla como abogado en Irídia. ¿Qué medidas en este sentido te gustaría impulsar desde el Parlament?
Primero de todo, quiero destacar la victoria que la sociedad civil logró la pasada legislatura con las balas de ‘foam’ (un sustituto de las de goma). Tras una comisión de estudio del modelo policial y que se hicieran varias propuestas, se ha logrado un acuerdo para que se retiren los proyectiles de ‘foam’ más lesivos (SIR-X). Otra medida necesaria sería la creación de formularios de parada, es decir, que cada vez que se identifique a una persona se deje constancia. Este tipo de medidas ha supuesto el descenso de las identificaciones por perfil étnico-racial en muchos lugares donde se ha aplicado, como en Fuenlabrada. También queremos que se examine en el Parlamento catalán el uso de las pistolas Taser, que el PSC quiere recuperar para la Guardia Urbana de Barcelona.
¿Teméis que si exigís demasiadas medidas progresistas eso facilitará que el PSC busque un acuerdo con Junts? ¿O una coalición de ese estilo resulta poco probable teniendo en cuenta la polarización entre Illa y el expresidente catalán Carles Puigdemont?
Tengo claro que muchos votantes del PSC no entenderían una coalición del asfalto con Junts. Pero en política económica y social se ha demostrado que esos dos candidatos coinciden en muchos aspectos. Illa está defendiendo medidas negacionistas a nivel climático que muchos de sus votantes no apoyan. Por eso, consideramos fundamental que los comunes tengan más fuerza que nunca y que pueda haber un pacto nítidamente de izquierdas con PSC, ERC, nosotros e incluso la CUP.