Cine
En el hoyo de Netflix

La película del bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia, El hoyo, es la más vista de Netflix durante la cuarentena. Algo sorprendente, o ¿quizás no?

El hoyo
Un fotograma de la película El hoyo
Jon Artza
8 may 2020 06:34

El hoyo, una producción de cine de ciencia ficción, se estrenó en salas comerciales a finales de 2019 con un relativo éxito de crítica y público (apenas dos semanas en cartelera), pero ha sido gracias a su estreno en Netflix cuando ha dado la campanada: se ha convertido en la película más vista en la plataforma durante la pandemia en EE.UU. y otros países. Y una de las más vistas en el mundo, según la clasificación del buscador JustWatch.

El planteamiento es simbólicamente expeditivo: Goreng (Iván Massagué), el protagonista, accede a servir de conejillo de indias en un experimento social que consiste en pasar una temporada en torno al hueco de un peculiar ascensor –‘el hoyo’– por el cual desciende a una plataforma repleta de comida que van consumiendo los diferentes niveles hasta agotarse. La escasez de alimentos provoca una lucha desesperada y salvaje entre la supervivencia y el idealismo, con ecos de Cube, de Vicenzo Natali, y del cuento de Borges, La lotería de Babilonia. El típico escenario futurista como desesperanzada metáfora de un mundo actual en el que se agotan los recursos y sobre el que se cierne la amenaza del hambre.

El hoyo, premiada, entre otros galardones, con el de Mejor Película en el Festival de Sitges y el del Premio del Público en Toronto, tenía todos los ingredientes para convertirse en ‘película de culto’ entre iniciados del género: guión ingenioso, personajes bien trazados con aire teatral y un poco de salsa gore en una producción de competente factura artesanal. Pero lo que la ha lanzado a la fama mundial ha sido el boca a boca febril en esta coyuntura ciertamente paranoica de la pandemia –alimentada por las redes y los youtubers– y su estreno en una plataforma digital muy peculiar.

“La escasez de alimentos provoca una lucha desesperada y salvaje entre la supervivencia y el idealismo, con ecos de Cube, de Vicenzo Natali, y del cuento de Borges, La lotería de Babilonia.”

Netflix, el gigante de las plataformas digitales, con 167 millones de abonados –16 millones nuevos durante la pandemia–, ofrece un catálogo de series y películas mainstream y además tiene una línea de producción propia basada en baratas cintas de serie b distópicas y postcolapso. Algún visionario directivo criptocolapsista o quizá el famoso algoritmo de recomendaciones de la casa marcan esta tendencia catastrofista, suponemos, con buenos resultados. Y, en ese nicho, El hoyo ha encontrado la perfecta lanzadera para su salto del frikismo al público familiar (en cierta medida algo similar a lo sucedido con la serie española La casa de papel –65 millones de visionados de su cuarta temporada–, vinculada al público latino).

Por otra parte, no hay que negar a la hora de explicar el éxito de El hoyo sus propios méritos, ligados a la riqueza del contexto cultural del cual surge la película. Su director, Galder Gaztelu-Urrutia (Bilbao, 1974), un publicitario que ya apuntaba contundentes maneras profesionales en su corto La casa del lago, de 2011, representa a una generación de creadores que se abren paso, como en su película, ascendiendo desde un género considerado menor. Y desde otro hoyo, el botxo bilbaíno, siguiendo la estela de Alex de la Iglesia.

“Su director, Galder Gaztelu-Urrutia (Bilbao, 1974), un publicitario que ya apuntaba contundentes maneras profesionales en su corto La casa del lago, de 2011”

El hoyo nace del caldo de cultivo de una modestísima pero pujante industria cinematográfica –todavía sostenida por una constelación de subvenciones públicas– y de un público vasco cada vez más afecto al género. Más allá del Festival de Cine de Donostia, en el triángulo de su Semana de Cine Fantástico y de Terror, el FANT bilbaíno y el FAN iruindarra, ha crecido una generación de refinados gustos contraculturales. El fantástico étnico Errementari, de Paul Urkijo, estrenado en 2018, El hoyo y la brutal Ventajas de viajar en tren, de Aritz Moreno, ambas de 2019, han sido sus apuestas más destacadas.

El hoyo es, por último, una parábola sobre los dilemas éticos en torno a la escasez, algo que, en el país de las sidrerías y las estrellas Michelín, suena a bofetada. Entre la bacanal burguesa de La Grande Bouffe, de Marco Ferreri, y la evangélica El festín de Babette, de Gabriel Axel, esta última cena apocalíptica nos propone una nueva cocina vasca, con ambigua receta social.

Si la riqueza y la comida no se reparten solidariamente, nos esperan hambre y rebatiña, y la destrucción de nuestra sociedad. Pero cualquier esperanza transformadora –en la película encarnada por una niña que asciende desde el sótano hasta los niveles superiores como un mensaje salvífico– es solo un sueño, como ha declarado su director. Al igual que en otras películas recientes de corte fantástico que plantean escenarios revolucionarios en torno a la lucha de clases, como Joker, de Todd Phillips, El hoyo, ya sea por convicción estética o por no alarmar a la industria, no pretende hacer cine doctrinario sino finalmente terapéutico e introspectivo. Lo que en cierto sentido insiste en el giro reaccionario del imaginario distópico que abrió la emblemática serie Black Mirror, justamente ciencia ficción comprada por Netflix.

“El hoyo es, por último, una parábola sobre los dilemas éticos en torno a la escasez, algo que, en el país de las sidrerías y las estrellas Michelín, suena a bofetada.”

El productor de El hoyo, Carlos Juárez, de Basque Films, lógicamente entusiasmado por el “fenómeno de fans tremendo”, ha anunciado una “secuela o secuelas” de la película, lo cual no sabemos si es una buena noticia. Mientras, iniciamos la desescalada pensando en cómo vamos a aligerar los entre 2 y 3 kilos que, según alertan los dietistas, habremos ganado mientras consumíamos parábolas sobre el hambre. Y, para cumplir la operación bikini de “la nueva normalidad”, nos acordamos del refrán “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”. ¿O ya será al revés?

Arquivado en: Distopías Cine
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cine
Cine Lo de Lynch
David Lynch deja tras de sí un cine insólito, pero, sobre todo, una forma de pensar el cambio, lo raro y lo posible.
Opinión
Opinión La distopía no es un género literario
Hay grandes carteles por todos lados donde te hacen responsable de tener el móvil bien cargado y aconsejan llevar una batería externa para evitar percances.
Literatura
Narrativa Los huéspedes imperfectos
Distintas propuestas de reciente aparición plantean, desde la literatura y el pódcast, interrogantes sobre las promesas que aguardan en lo inhumano.
#59757
8/5/2020 15:26

El corto Next Floor de Denis Villeneuve de 2008 es sin duda el punto de partida por no decir media pelicula ...

1
0
#59730
8/5/2020 11:54

Decepción por qué ?

0
0
#59745
8/5/2020 13:56

Por tener una brillante idea y destrozarla

0
0
#59711
8/5/2020 10:06

Amo el cine de ese genero y visione con muchísimas ganas esta película...menuda decepción

1
0
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.
Palestina
Genocidio La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) creada a comienzos de este año y vinculada a agentes del ejército y la inteligencia estadounidense ha sido acusada de desaparecer a una persona y disparar a quienes estaban esperando ayuda.
Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.
Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.

Últimas

Universidad
Genocidio Las universidades españolas han firmado 44 proyectos con Israel desde septiembre de 2024
Los acuerdos dentro del programa Horizon Europe se han sucedido a pesar de las declaraciones de decenas de universidades de suspensión de relaciones con Israel.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.