We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Cine
La gran pantalla anda de capa caída
Desde la invención del cine, no ha habido década en la que las salas de cine no hayan pasado por malos tiempos. Algunos aventuraban el fin de las salas con la creación del VHS, otros con la aparición de la televisión por cable. Sin embargo, las salas han seguido sobreviviendo y adaptándose a las nuevas realidades.
La aparición de plataformas digitales como Netflix o HBO revolucionaron la forma de consumo de cine. Antes, para ver una película de estreno, se miraba en cartelera o esperabas a que llegara al videoclub de debajo de casa. Ahora, hay a nuestra disposición un amplio catálogo a un precio mucho más reducido al de una entrada de cine. ¿Quién no iba a pensar entonces que esta revolución digital supondría el cierre definitivo de las salas de cine?
Sin embargo, el estreno de grandes y pequeñas producciones en cines sigue siendo un gran negocio para las productoras cinematográficas. El sentarse en una butaca de cine continuó siendo para el espectador una experiencia diferente a vivir un largometraje frente a su pantalla de ordenador. Los datos de recaudación del “gran año 2019” confirman esta realidad. Según datos de la consultora Comscore, un total de 105 millones de personas asistieron ese año a las salas españolas, las cuales recaudaron 624,1 millones de euros, el mejor dato de la última década.
El cierre de las salas provocado por la pandemia se saldó con una caída del 75% de lo recaudado el año anterior en Andalucía
Asimismo, se abrían más de 100 salas nuevas en todo el país. El público seguía con ansias de cine, a pesar de esa barata oferta de las plataformas digitales. Hasta que llegó el 2020 y se hundieron estos buenos números. El cierre de las salas provocado por la pandemia se saldó con una caída del 75% de lo recaudado el año anterior en Andalucía, una mera recaudación “simbólica” para Rogelio Delgado, presidente de la Asociación de Empresas de Distribución Audiovisual en Andalucía (AEDAVA). A finales de año, desde la Federación de Cines de España (FECE) estimaban que el 96% de las empresas del sector se acercaba a la quiebra. Con la relativa mejora de la situación y el rápido ritmo en vacunación, los datos de asistencia parecen estar mejorando, aún lejos de los de ese gran 2019.
El miedo al contagio y la falta de oferta han mantenido alejado al espectador de la sala
El público mayor de 50 años, una parte de la población muy tocada por la pandemia, ha sido el que menos se ha visto por los cines. Sin embargo, no solo ha sido cuestión de miedo al contagio, sino de falta de oferta. Estrenos que tenían prevista su llegada para este año o para el anterior han tenido que retrasarla. Otros, como ‘Mulán’ o ‘Soul’ se han estrenado directamente en las plataformas. “Nomadland, el gran estreno de calidad de la temporada, ha estado casi nueve semanas en el cine. No solo porque dejara ingresos, sino porque no había otros títulos de calidad para sustituirla”, indica Delgado.
El pasado verano, Santiago Segura estrenaba con éxito ‘Padre no hay más que uno 2’, con la que salvó a las salas de un momento muy crítico tras meses encerrados por el confinamiento. Una producción grande ha podido maniobrar este año frente a estas situaciones. Mientras que, las independientes y pequeñas se han visto obligadas a parar completamente la maquinaria en múltiples ocasiones. Esta falta de oferta ha sido notada por el espectador, que ha perdido la ilusión de mirar regularmente la cartelera en busca de nuevos estrenos: “Ir al cine era parte de mi rutina semanal, era mi desconexión en momentos de estrés o tristeza. Ahora, no voy con esa periodicidad porque no hay películas nuevas cada semana que me llamen la atención para ver”, señala la sevillana Claudia Ruiz.
Las suscripciones a plataformas digitales en el 2020 superaron las expectativas de las compañías. Sin embargo, no se ha traducido en un apoyo económico a las producciones cinematográficas
Las suscripciones a plataformas digitales en el 2020 superaron las expectativas de las compañías. Gracias a ellas, se pudo seguir consumiendo cultura durante los peores momentos de la pandemia y permitir a la gente desinhibirse de lo vivido durante el último año. Sin embargo, no se ha traducido en un apoyo económico a las producciones cinematográficas. “¿Por qué no seguimos apoyando al cine comprando una entrada? ¿Por qué están los bares llenos y las salas vacías?”, se cuestiona Ruiz.
Críticas al Gobierno por la falta de colaboración
La cultura ha resultado gravemente afectada durante la pandemia y los cines no han conseguido escapar de sus consecuencias. Tardarán años en recuperar la facturación de antes de la pandemia, un proceso largo en el que ya han empezado a sentirse solos. Según este sector, el Gobierno ha mostrado un cierto desinterés en aliviar la situación. En julio de 2020, el Ministerio de Cultura destinaba una partida de 13 millones de euros para sufragar gastos derivados de la crisis sanitaria, una cifra muy alejada de los 84 millones destinados por el Gobierno francés.
Mientras en otros países, el cine producido nacionalmente tiene una cuota de mercado de alrededor del 35%, aquí tan solo llega al 15 o el 20%
Para 2021, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Visuales (ICAA) se había comprometido a una subvención de 17 millones a cines exhibidores. A junio de este año, aún no se tienen noticias de cuándo serán distribuidas estas ayudas, lo que Delgado atribuye a un abandono histórico por parte del ICAA: “No esperamos solo subvenciones, queremos que nos ayuden para seguir haciendo nuestro trabajo. Para ellos, la exhibición cinematográfica no tiene trascendencia, cuando somos el sector de la industria audiovisual que más empleo y valor añadido aporta”.
Además, se espera que una gran parte de estos fondos estén destinados a las grandes empresas que facturan grandes cantidades de dinero. “A las pequeñas y medianas, en vez de lanzarnos un bote salvavidas, nos han echado unos simples manguitos para reflotar a toda una compañía”, sostiene el guionista y productor jiennense Juanjo López.
Las ayudas han sido más bien un parche temporal en la herida que no ha solucionado los principales problemas económicos de los cines. “En un cine como este te puedo decir que no da para pagar el alquiler de un mes”, asegura Daniel Angulo, gerente de los cines La Loma en Jaén.
En España, además, hay un gran problema estructural derivado de la dependencia del producto extranjero. Mientras en otros países, el cine producido nacionalmente tiene una cuota de mercado de alrededor del 35%, aquí tan solo llega al 15 o el 20%. Según Delgado, este tendría que haber sido el año de vivir del producto local, sin embargo, este no ha sabido responder a las expectativas: “Habría que hacer un análisis colectivo de esto. Siendo capaces de ser un país capaz de producir buena ficción y con buenas audiencias en televisión, esa calidad no se suele repetir en las salas de cine”.
Situación al borde del precipicio en ciudades medianas
Multicines La Loma son los únicos cines actualmente en Jaén capital, situados a las afueras de la ciudad. López estrenaba en 2014 el documental ‘Silencio en la sala’ junto al periodista Jorge Pastor, donde mostraba su indignación por el cierre progresivo de los diferentes cines que había repartidos por la ciudad. En ese momento, ambos sostenían que los jiennenses nunca han tenido el hábito de ir al cine, que Jaén nunca ha sido ciudad de ir al cine en masa. Siete años después, López siente que la situación no ha cambiado y que hay una cierta resignación colectiva a la poca oferta cinéfila de la ciudad: “Las pocas veces que la gente va al cine se van a Granada o a Linares, a aquellas salas enormes con sillones cómodos y a donde llega la cartelera que quieren”.
Angulo, como gerente de los cines jiennenses, no comparte estas palabras: “Puede ser que no tengamos la tradición de otras ciudades más grandes, pero tenemos un gran público. En 2019 tuvimos cifras de récord, el año que más gente vino al cine desde que estamos en funcionamiento”.
Con la reducción de horarios, era prácticamente inviable mantener un cine con todo el personal para un solo pase al día
Durante este último año, los cines jiennenses han estado más tiempo cerrados que abiertos. Según Angulo, con la reducción de horarios, era prácticamente inviable mantener un cine con todo el personal para un solo pase al día. Y cuando han abiertos sus puertas, amantes del cine no han encontrado más que complicaciones para visitar las salas: “Viviendo en Jaén, el cine suele estar lejísimos de casa, hay pocas líneas de autobús que te lleven al centro comercial y, por si fuera poco, puedes estar esperando hasta una hora para cogerlo”, relata el jiennense Víctor Castillo.
Debido al cierre de este cine, la Muestra de Cine Español Inédito, organizada anualmente por la Diputación de Jaén, se tuvo que realizar en un teatro de la capital. La Diputación ha sido reconocida con el Premio ASECAN de Honor 2021 por su compromiso con el fomento de la cultura cinematográfica, un hecho que el guionista jiennense define como un “síntoma preocupante”: “como de mal está la cosa para que, en cuanto a cine, la Diputación sea lo mejor de la capital. Si entregas las llaves del consumo de cine al cine comercial a las afueras de la ciudad, estás renunciando a que tu gente abrace al cine”.
El espectador eventual que asistía dos o tres veces al año para la gran producción del momento se ha conformado con la suscripción a una plataforma online, perdiendo ese hábito de ir al cine
En otros núcleos urbanos más grandes como Sevilla, la oferta de salas abiertas ha sido mayor. Claudia Ruiz recuerda la ilusión que le embargó la primera vez que volvió al cine y la gratitud que recibió de parte del encargado de un establecimiento pequeño: “Cuando entré, recuerdo que el dueño se llevó la manita al corazón y me agradecía por asistir a su cine. Ahí es cuando te das cuenta de lo mal que lo están pasando”.
El valor de la experiencia en la sala de cine
El amante del cine, a pesar de no ir tan regularmente, es el que ha seguido entrando a las salas de cine. El espectador eventual que asistía dos o tres veces al año para la gran producción del momento se ha conformado con la suscripción a una plataforma online, perdiendo ese hábito de ir al cine. “Las televisiones y los equipos multimedia de casa son cada vez más espectaculares y se están acercando a la experiencia que se viviría en el cine, aunque no guarde el mismo encanto”, sostiene Castillo.
El mundo del cine confía en que ambas formas de ver cine convivan y se complementen con el tiempo. Exhibidores y productores son optimistas. Especialmente con la llegada de grandes producciones, como la novena entrega de ‘Fast and Furious’ o ‘Viuda Negra’, para recuperar al público que ha dejado de asistir. Delgado afirma que esta etapa es tan solo otro movimiento natural de la industria a la que el cine se adaptará: “Se volverá a los 100 millones de espectadores y a las cifras de 2019, aunque llevará tiempo y habrá que volver a ofrecer un producto atractivo para que la gente vuelva”.
El cine es más que una industria, guarda la función social de acercar cultura a un núcleo urbano. Y la mejor manera de acercar esa cultura es compartirla con el resto
Sin embargo, la oferta no solo tiene que venir de los grandes blockbusters del momento. Si algo hay que aprender de esta crisis es que la sociedad es diversa, por tanto, los cines también tienen que serlo y ofrecer otro tipo de películas para un público distinto. “Es bueno que siempre haya una película comercial que salve al cine, pero también hay que abrir las puertas al resto de espectadores. Le llevas cine a un público que te da dinero una o dos veces al año, pero no es fiel, lo cual te salva el negocio pero no es garantía” afirma López.
El cine es más que una industria, guarda la función social de acercar cultura a un núcleo urbano. Y la mejor manera de acercar esa cultura es compartirla con el resto. López siente que hoy día se le da más valor al simple hecho de ver una película que a lo que significa haberla visto. Es decir, cumplir con la parte que nos toca como consumidores al ver la película de cierto director de renombre o la recomendada por un amigo, sin reflexionar en lo que se ha visto: “Nosotros reivindicamos la experiencia en común, que consigas abstraerte mirando la pantalla y cuando salgas de la sala, tengas esa experiencia en común que compartir”, enfatiza López.
No es igual probar el plato de un chef con tres estrellas Michelín desde la mesa de su restaurante que en un táper desde el salón de casa. ¿La comida es la misma? Sí, la experiencia no. Con esta comparativa, exhibidores y productores esperan atraer al público de nuevo a las salas. Para que vuelvan a vivir la experiencia del cine en toda su plenitud.