Cine
La muerte y supervivencia de la Lisboa en transformación gentrificadora

El primer largometraje del realizador portugués João Rosas, ‘La muerte de una ciudad’, aborda la transfiguración de su ciudad natal a través de un documental centrado en varios obreros de la construcción.
La muerte de una ciudad João Rosas
Fotograma de la película de João Rosas ‘La muerte de una ciudad’.
19 nov 2023 10:51

El Festival Internacional de Cine Independiente de Barcelona L’Alternativa, que este año ha llegado a su trigésima edición, continúa reservando espacios generosos a los cines explícitamente políticos que se alejan de las convenciones de la narrativa comercial. La muerte de una ciudad, de João Rosas, es un ejemplo de ello. Se trata de un documental bastante observacional, sin dispositivos periodísticos, pero muy acompañado por la voz en off en primera persona de su autor.

El proceso de definición del proyecto se explica en el mismo filme. Su autor volvió a Lisboa desde Londres en 2009. La crisis económica mundial que sucedió al crack financiero de 2008 se encabalgó con la ola gentrificadora (con el consiguiente encarecimiento de precio de las viviendas, sustitución o expulsión de vecindarios y otros fenómenos) que tuvo lugar en una ciudad en venta. El realizador quiso hacer un retrato fílmico de su localidad natal antes de que dejase de reconocerla. Es una manera póetica, y algo triste, de expresar lo que supone la gentrificación. 

El cineasta João Rosas terminó filmando la reconversión de un edificio, metáfora de la destrucción simbólica de una cierta ciudad, y el retrato se centraría en los ejecutores materiales de una parte de todo ello: los obreros del sector 

En 2016, Rosas adquirió una cámara digital que sería el mecanismo de captura de esa realidad. Inicialmente, la idea era filmar un diario urbano de su Lisboa personal, aunque el director no tuviese claro “si tenía sentido tratar un proceso muy impersonal de manera tan personal, tan subjetiva, tan egocéntrica”. Conocer casualmente a un hombre implicado en la especulación inmobiliaria, que le permitió rodar en una obra que impulsaba, le abrió posibilidades nuevas. 

El cineasta terminó filmando la reconversión de un edificio, metáfora de la destrucción simbólica de una cierta ciudad, y a la vez recordatorio de la destrucción que antecede la transformación de las urbes. El retrato se centraría en los ejecutores materiales de una parte de todo ello: los obreros del sector de la construcción que destrozan las edificaciones poco rentables y erigen nuevas viviendas que posibilitarán una mayor extracción de dinero. 

Cine
Cine ‘Blanquita’, una ficción incierta para cuando ya no sabes qué es verdad
El realizador Fernando Guzzoni se inspira en el caso real de una red de pederastia para construir ‘Blanquita’, una propuesta a caballo entre el drama social y el ‘thriller’ político.

Setas en el fin de otro mundo

En la película, el realizador se detiene a filmar a los operarios dando martillazos, moviendo escombros. Y habla con unos y otros mientras trabajan. Primero, abundan las frases orientadas a neutralizar desconfianzas. Después, empiezan a desplegarse las historias personales. El recorrido está filmado durante un año. Se nos presenta, por ejemplo, a un obrero que creaba música en su país de origen, pero que ha abandonando su vocación. Otro trabajador, Armando, parece sentirse atrapado en una red de vínculos imperfectos (trabaja para un familiar que le explota) y de solidaridades. 

La voz en off acompaña los diálogos y ofrece apuntes precisos sobre los caracteres, las experiencias y las expectativas de quienes aparecen delante de la cámara. El realizador rompe con los retratos que convierten a las personas migrantes en un bloque homogéneo. Quería reflejar que “eran personas muy diferentes, aunque tuviesen puntos en común. Porque cada uno tenía su identidad, su lengua, su religión. Además, venían de posiciones muy diferentes en su país de origen”.

Los retratados son ejemplos andantes de hasta dónde puede llegar la consideración capitalista de que los trabajadores son personas prescindibles

Los retratados son ejemplos andantes de hasta dónde puede llegar la consideración capitalista de que los trabajadores son personas prescindibles. Explican que han sido timados o amenazados por otros empleadores. En el caso de la construcción, La muerte de una ciudad dibuja un panorama marcado por las distopías cotidianas de la economía neoliberal. Las marañas de subcontratas convierten los poderes en algo inconcreto: “Había una persona que trabaja en una empresa de trabajo temporal y que controlaba tres, o cuatro, o diez trabajadores, pero había otra persona de otra empresa que manejaba a otro grupo, y otra. Por eso también es muy difícil luchar contra eso, porque no sabes contra quienes están luchando, ni siquiera hay una noción clara de que alguien está al mando. Todo es muy abstracto y anónimo”, declara Rosas.

Los cambios en la organización del trabajo transforman también la manera de relacionarse e incluso de habitar el mundo, de ser. Lo sabemos: las personas vienen y van, con una movilidad geográfica extrema que potencia el desarraigo, y la temporalidad extrema hacía casi imposible construir algún vínculo de lucha sindical, de amistad, de cualquier tipo. Con el tiempo, Rosas detectó algo parecido a un grupo: diversas personas guineanas se conocían de un mismo barrio, algunos coincidían en bares, y podían comunicarse un poco más en el trabajo “porque el proceso de construcción era más silencioso y calmado que la destrucción previa”.

Rosas pudo conseguir una mayor cercanía con estos operarios. También jugaba un papel el azar y, quizá, la sorpresa: “Ellos no estaban habituados a que gente como el encargado Carlos o como yo, blancos ambos, él con una jerarquía dentro de la obra y yo con una cámara, les prestásemos atención y les hablásemos normalmente, sin darles órdenes o hablarles mal”. El autor defiende el gesto político, o meramente humano, de cultivar relaciones horizontales, de mirar a las personas individualmente. Hacía su trabajo, pero también le gustaba pasar tiempo con las personas que filmaba, comer juntos y hablar de los hijos respectivos, “siempre siendo consciente de que se establece una relación de poder, porque yo tengo una cámara, porque yo soy blanco, porque no trabajo en esas condiciones…”, matiza. Seis años después de la filmación, continúa viendo a algunos de los participantes en su documental.

Procesos capitalistas de muerte y transfiguración

El título del filme acaba teniendo un significado que quizá no es el previsto. La muerte de una ciudad no es un filme melancólico sobre la pérdida de espacios conocidos que son devorados por el capitalismo de la turistificación y de la mercantilización de todas las cosas. Ese podía haber sido el punto de partida, pero Rosas escenifica que también suceden cosas entre tanta despersonalización. “Al conocer a las personas que aparecen en el documental, comprobé que la ciudad seguía viviendo en las historias de esta gente”, afirma.

Rosas no quiere quitar hierro a las violencias y dolores de la gentrificación, pero sí añadir capas de complejidad. La explotación capitalista de la ciudad comportaba trabajos en tiempos de crisis económica a personas extremadamente necesitadas, dice. A la vez, explica que la gentrificación le entristeced profundamente y que considera que se ha agravado el problema de la gente que se queda sin casa. Y esto le genera dudas sobre “la utilidad de hacer películas en un mundo que está como está. Ya me lo planteaba con respecto a mi mirada a la ciudad, pero es algo que tengo más presente a raíz de lo que sucede en Gaza”. El autor explica que encontró una cierta respuesta personal en este acercamiento a Aliou, Banjai, Jorge... Sí, se pude conocer a las personas que comparten la ciudad con uno, aunque no sean amigos tuyos, y se pueden cultivar relaciones de proximidad con esas personas, aunque vengan de muy lejos.

Rosas plantea otro elemento: esa Lisboa ‘auténtica’ que ahora se quiere explotar de cara al turismo no es un paraíso perdido al que regresar, y los turistas y nómadas digitales también pueden aportar cosas positivas

En los minutos finales de su filme, Rosas plantea otro elemento a tener en cuenta. Esa Lisboa ‘auténtica’ que ahora se quiere explotar de cara al turismo, aunque sea a través de imitaciones y simulacros, tenía componentes mezquinos, homófobos y racistas. No es un paraíso perdido al que regresar. Y los turistas y nómadas digitales, cuyo poder adquisitivo contribuye a encarecer la ciudad y a expulsar al vecindario, también pueden aportar cosas positivas: “Me gusta ver la diversidad que han traído, han abierto en algunos aspectos una ciudad muy cerrada”. A la vez, Rosas añade que la mezcla de diversidades, costumbres y lenguas también es una mercancía que tiene que ver con el consumo, que no ha entrado en la ciudad real y que se considera de manera desigual “aunque el Café Obama que vemos en la película tenga la misma importancia que una fiesta gay de los norteamericanos”.

El autor de La muerte de una ciudad mantiene una visión crítica de los años de gobierno socialista, aunque recuerda que se tomaron una serie de medidas iniciales que mejoraron la vida de la gente. Rosas considera que “las cosas cambiaron para mejor después de unos años de gran violencia económica, pero todo se basó mucho en el turismo y los servicios. No se atendió al problema de la vivienda hasta que fue demasiado tarde, y los intentos fueron demasiado tímidos”. “No tengo una formación en urbanismo, pero creo que debería construirse vivienda pública de calidad, en lugar de dar incentivos fiscales a los propietarios para que alquilen un poco más barato”, opina.

Rosas presenta su película sobre la gentrificación de Lisboa por el mundo. En la mayoría de las ciudades europeas, dice, encuentra la misma metrópolis global con los mismos comercios de grandes corporaciones. “Quizá con el apocalipsis climático llega el fin del capitalismo, pero ahora es un proceso que veo imparable”, declara. Mientras tanto, la receta, o el consuelo, es aplicar la sensibilidad que aplicó en el rodaje de su filme: “Cultivar las relaciones personales que creas en tu microciudad, donde te mueves tú y con quien hablas. Y crear relaciones de confianza y de solidaridad más allá de tus amistades”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cine
65.ª edición del Zinebi La tensión entre el cine militante y la absorción industrial
Un año más, Bilbao ha acogido el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometrajes, Zinebi. Con ello, las reivindicaciones laborales de las montadoras, performance, cine-realidad y otras costuras de la industria.
El Salto Radio
el salto radio Los enigmas de la cineasta María Forteza
El documental “María y la película olvidada” profundiza en la vida de la artista mallorquina y la posibilidad de que sea la primera directora del cine sonoro español
Culturas
Cine y cómic Javier Mariscal y Fernando Trueba: del quiosco a la cineteca pasando por la admiración mutua
El dibujante Javier Mariscal y el director de cine Fernando Trueba conversan sobre su encuentro personal y creativo, cuyo último fruto es ‘Dispararon al pianista’, largometraje y novela gráfica.
Asanuma
20/11/2023 13:16

No se puede dejar pasar la ocasión de mencionar la película-documental de 2001, "En construcción, de José Luis Guerín, retrato de la reforma-derribo de un céntrico barrio popular de Barcelona, presagiando el futuro:
https://www.youtube.com/watch?v=qS0PGJ98IwA

0
0
Minería
Minería Reciclar metales o destrozar montañas: Galicia y La Mancha contra el lobby minero de las tierras raras
Bruselas presiona a los Estados de la UE para elaborar un plan de reservas de minerales en sus territorios mientras agita una lucha social recurrente en los dos únicos lugares donde hay registros y que cuentan con un alto valor ecológico.
Medios de comunicación
Medios de comunicación Cuidado, que viene ‘El Papus’
La investigadora María Iranzo, los dibujantes Lluís Recasens y Luis Víctor Rey, y Carlos Navarro, gerente y fundador de ‘El Papus’, analizan la historia y el legado de una revista que fue clave para entender el tardofranquismo.
Aborto
Lisa Maracani, Amnistía Internacional “Un solo país en el mundo ha despenalizado el aborto totalmente”
El derecho al aborto se expone a altos niveles de vulnerabilidad incluso en los países con legislaciones avanzadas. Las personas defensoras de este derecho son globalmente perseguidas.
Blog Salto de Carro
Comunidad El Salto Estas fiestas, alimenta tu lado crítico con El Salto
Hazte socia si quieres llevar una dieta informativa sana, sin noticias procesadas por las multinacionales y libre de medias verdades.
Palestina
Opinión Hipocresía, racismo, colonialismo y bombardeos a cada hora mientras nadie frena a Israel
Quedará en los libros de historia, de qué forma, mientras los Estados se negaban a condenar y a llamar por su nombre a un genocidio, millones de personas llenaban las calles para mostrar su apoyo incondicional a la población palestina.
Desobediencias
Desobediencias “Todas somos Paca”
Paca Blanco, con 74 años, se niega a sentar cabeza. Lideró la lucha contra la urbanización de lujo de Valdecañas. Ahora vive en un piso ocupado en el Madrid de la especulación.

Últimas

Violencia machista
Xornalistas Galegas Xornalistas Galegas: “Ler as experiencias das comunicadoras sobre violencia de xénero deixa a pel de pita”
Xornalistas Galegas publica un informe, a raíz dunha enquisa realizada a 127 profesionais da comunicación, para denunciar a violencia que sofren as mulleres no eido do xornalismo.
Mercosur
Mercosur Dos décadas de desencuentros entre la UE y el Mercosur para cerrar un tratado de libre comercio
El tratado de libre comercio entre el la Unión Europea y los países del Mercosur (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) no termina de cuajar dos décadas después del inicio de las negociaciones.
Feminismos
El Salto Radio Señales de Humo: Se dice machismo
Millones de mujeres en todo el planeta, también hombres, reclamaron hace unos días el cese de la violencia contra las mujeres, de los abusos, los feminicidios…
Más noticias
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel y otra vez su guerra contra Gaza: algo se mueve en Oriente
Sí, señoras y señores, esto es Israel; y estamos en Oriente Medio, donde un estado matón y facineroso puede hacer lo que le dé la gana. Porque cuenta con la bula de occidente. Pero algo está cambiando.
COP28
COP28 Más de 20 países acuerdan triplicar la producción de energía nuclear para 2050 en la Cumbre del Clima
La declaración, respaldada por Estados Unidos, Canadá o Francia, fue anunciada como parte de la COP28 y afirma que la energía nuclear desempeña un “papel clave” para mantener “al alcance un límite de 1,5°C en el aumento de la temperatura” para 2050.
Tribuna
COP28 COP28: con transición o sin ella
No podemos permitir más demoras. Los costes serían aún mayores. Es hora de que el mundo acuerde una acción integradora antes de que sea demasiado tarde.
Falsos autónomos
Riders Remiten la querella contra Glovo a la Audiencia Nacional para que prosiga la investigación por estafa
La querella también le imputa presuntos delitos contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, así como contra los derechos de los trabajadores. La AN está investigando a Élite Taxi por los mismos delitos y por organización criminal.
Universidad
Educación Pública en Madrid Asociaciones estudiantiles de la Universidad Carlos III estallan contra el nuevo protocolo de comunicación
La respuesta se ha materializado esta mañana en un comunicado unitario en el que la Asamblea de Estudiantes del centro ha expresado su total rechazo ante el contenido del escrito que “oficializa la censura en el tejido estudiantil”.

Recomendadas

Especulación urbanística
Especulación urbanística Un fondo voitre contra unha nonaxenaria: cando unha urbanización de luxo quere botarte da casa
Nove familias enfróntanse ás administracións galegas e a un fondo de investimento para salvarse dunha expropiación forzosa. A “razón de utilidade pública e interese social” que as despraza é a construción de pisos de ata 800.000 euros.
Palestina
Jaldía Abubakra “No es aceptable pedir a los palestinos que no participen en la lucha armada”
La activista Jaldia Abubakra es referente de la lucha palestina en el Estado español. Nacida en Gaza, desde su militancia feminista y anticolonialista, Abubakra ha promovido movimientos que tratan de unir a la diáspora.
Argentina
Vuelco neoliberal en Argentina Presidente electo busca diputados para llevar Argentina a los 90
El 10 de diciembre se acaban las cábalas. Javier Milei asume la presidencia y tendrá que enfrentarse al reto de aplicar un programa de ultraderecha neoliberal con una minoría parlamentaria y amplios sectores sociales de tradición combativa.
Policía
Policía Escuela de infiltrados. Curso 2022-2023
Los últimos casos de agentes encubiertos destapados por La Directa y El Salto muestran el despliegue de una nueva generación de policías.