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Congreso de los Diputados
Sánchez explica el cambio de la política española respecto al Sahara y recibe las críticas de todo el hemiciclo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha comparecido en el Congreso de los Diputados durante más de una hora para explicar la posición del Ejecutivo respecto a la tormenta perfecta con la que ha comenzado este 2022.
Con la pandemia aun latente, por la negativa de los países desarrollados a facilitar la vacunación universal, la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero y las consecuencias de la crisis energética, Sánchez ha pedido unidad en las cortes. La noticia de la mañana era el récord de la inflación, que se ha situado un 9,8% más alta que el año anterior. Una crisis que no ha pasado desapercibida entre los principales partidos de la oposición, que no han escatimado en su discurso apocalíptico.
El plato fuerte, no obstante era el conflicto del Sahara o, como ha preferido enfocarlo Sánchez “la nueva etapa en la relación con Marruecos”. El presidente ha reclamado que durante las crisis anteriores en la relación con Rabat el PSOE ya había desarrollado una “política de Estado”. La nueva etapa, según Sánchez, tiene una hoja de ruta para evitar futuras crisis.
Control de fronteras
“Se ha hablado de un giro” ha dicho Sánchez quien ha defendido que es “un paso más” en la resolución de un conflicto de cuatro décadas. “No hay desinterés ni desatención” respecto al Sahara, ha defendido el presidente, que quiere enmarcar la carta publicada por Marruecos en el contexto de las resoluciones de la ONU, y ha abundado en el que “solo las partes” pueden decidir si la solución es adecuada.“En mi carta reconocí la importancia que tiene la Sahara Occidental para Marruecos”, ha dicho Sánchez, que ha citado textualmente el contenido de la carta y los adjetivos que marcan la posición estrenada por España, “seria, creíble y realista” aplicados a la propuesta de constituir una autonomía marroquí en el Sahara presentada por Marruecos en 2007. El presidente ha defendido que se trata de una posición alineada con Francia, Alemania, con la Comisión Europea y Estados Unidos. “Desde 2007, todas las resoluciones de la ONU (...) acogen con beneplácito los acuerdos de Marruecos para alcanzar una solución”.
Sánchez ha defendido que se trata de un acuerdo que contempla aspectos como el control de la migración, las relaciones comerciales y la lucha antiterrorista. José Manuel Albares, ministro de Exteriores, viajará el viernes a Rabat para desarrollar las conversaciones en materia migratoria, vamos a “garantizar el cumplimiento del control de personas y mercancías”, ha anunciado el presidente.
La semana política
La semana política Valores y precios
El Gobierno fía al enviado especial de la ONU, el diplomático Staffan de Mistura, la búsqueda de soluciones al conflicto. Sánchez ha terminado su turno recordando a los habitantes del Sahara, condenados, según sus palabras a la pobreza y la falta de oportunidades: “Somos el principal donante de ayuda humanitaria al pueblo saharaui, tengan la seguridad de que vamos a seguir brindando ese apoyo”, ha concluido en ese punto.
Echenique ha recordado que la posición de España no puede ser la misma que la de Alemania o Francia dado que España es la potencia responsable de la descolonización del Sahara, según la propia ONU
La respuesta de la oposición al discurso de Sánchez ha venido de la mano de la portavoz y accidental jefa de la oposición en el Congreso, la popular Cuca Gamarra, que ha calificado de “giro copernicano y giro radical” el cambio de posición respecto a Marruecos, “uno de los episodios diplomáticos más lamentables de nuestra historia democrática”. Para el PP, Sánchez ha provocado una crisis con Rabat —el episodio del tratamiento médico de Brahim Gali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática— y con el conjunto de grupos de la cámara. Gamarra ha calificado como una “chapuza” la carta y ha introducido una valoración política “nunca antes un presidente del Gobierno había dejado de apoyar una solución justa, duradera y aceptable para el Sahara, en el marco de Naciones Unidas”, ha dicho la portavoz popular que, en un lapsus, ha calificado como un “giro de 360 grados” el contenido de la carta hecha pública por Rabat.
Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, ha saludado a los representantes del pueblo saharaui presentes hoy en la Carrera de San Jerónimo. Echenique ha criticado el “cambio de posición” y ha dicho que esta es difícil de justificar por la solidaridad que hay en España hacia el pueblo saharaui. El diputado de Podemos ha comparado la invasión rusa de Ucrania con la situación del Sahara: “un régimen autocrático ha invadido un país más pequeño, está violando los derechos humanos y reclama soberanía sobre la totalidad del territorio”, ha dicho Echenique. El portavoz de UP ha recordado que la posición de España no puede ser la misma que la de Alemania o Francia dado que España es la potencia responsable de la descolonización del Sahara, según la propia ONU.
Como es habitual, uno de los más incisivos ha sido Gabriel Rufián, de Esquerra Republicana de Catalunya: “¿Por qué el Gobierno defiende el derecho del pueblo ucraniano a existir frente a Rusia, pero no el del pueblo saharaui a existir frente a Marruecos?” ha preguntado el diputado republicano a Sánchez.
El líder de la extrema derecha, Santiago Abascal, ha calificado de un “insulto y una afrenta” el contenido de la carta enviada a Rabat y ha aprovechado para denunciar el “fanatismo climático” y desarrollar su discurso contra la migración. Demagogia, xenofobia y alarmismo. Nada nuevo en el discurso de Abascal, que ve cómo su partido ya se sitúa en algunas encuestas en torno al 22% del voto. La prueba de que todo es susceptible de empeorar incluso aunque la crisis en Europa parezca no tocar fondo.