Consumo
Ecologismo de ciudad

¿Estamos dispuestos, como consumidores/as, a pagar más por nuestra comida? Las opciones de consumo que elegimos ¿son comprensibles más allá de los límites de la ciudad?

Pueblo
Imagen de Puebla de la Sierra, Madrid Silvia Majo
16 sep 2019 09:00

Madrid. Una de las cosas buenas de vivir en una gran ciudad es la diversidad de opiniones y formas de entender las cosas que se pueden encontrar. Tenemos la oportunidad de acceder a toda una suerte de movimientos, luchas y protestas que nacen en nuestros barrios, pero que tienen el peligro de quedarse aisladas de lo que ocurre más allá de los límites de las grandes urbes y caer en la trampa de un sistema que utiliza cualquier disrupción del imaginario social actual para convertirlo en un nuevo segmento de mercado.

El ecologismo ha ido evolucionando con el devenir de la sociedad y, en ese camino, son algunas las corrientes que han optado por actitudes dogmáticas que dejan al margen a aquellas que no comulguen con su mismo mensaje. Hoy en día contamos con herramientas (como las redes sociales) que nos ayudan a expandir un mensaje captando la atención y convenciendo a las personas mucho antes de que estas lleguen realmente a informarse. Especialmente, ante las nuevas demandas de la sociedad, han surgido diferentes opciones en torno a cómo llevar un estilo de vida que suponga un beneficio social, ambiental y, sobre todo, para nuestra salud.

En el caso concreto de la alimentación, son cada vez más comunes los productos orgánicos y/o ecológicos en los diferentes puntos de venta. Cada vez más personas son vegetarianas o siguen dietas veganas. Todas estas opciones de alimentación son cada vez más visibles, pero todavía con precios elevados y comunes, sobre todo, en las ciudades. Es aquí donde es inevitable preguntarse: ¿Estamos dispuestos, como consumidores/as, a pagar más por nuestra comida? Y, por otro lado, ¿Es sólo en las ciudades en donde surgen estas demandas?

Más aún en el actual contexto de mercado, en el que los precios de los alimentos, por ejemplo, muchas veces son tan bajos porque se han externalizado los costes sociales y ambientales de producirlos. Si queremos alimentos de calidad tendríamos que soportar los costes de su producción, es decir, asegurarnos de que la o las personas que los producen obtengan una retribución justa por emplear manejos agrarios integrados en los ciclos de la naturaleza, tanto de materia, como de energía.

El modelo territorial de nuestro país ha estado orientado a hacer crecer los núcleos urbanos a costa de los entornos rurales. Tras el primer gran éxodo rural, el proceso se ha ido acelerando dejando atrás poblaciones mermadas y en vías de desaparecer, con megaproyectos industriales como única vía posible para el «progreso». Cuando estas personas, remplazadas por formas de producción cada vez más mecanizadas, ya no habiten los campos ¿Quién va a producir nuestros alimentos de forma sostenible?

Más allá de la visión bucólica que tenemos de lo que es el entorno rural, es necesario repensar nuestra relación con la naturaleza y avanzar hacia una visión que supere el considerar nuestros ecosistemas como lugares prístinos, porque, en su mayoría, no lo son. Nuestros ecosistemas han venido siendo intervenidos por las personas que habitaban en ellos. Son aquellos sistemas de producción, los menos intensivos, propios de nuestros territorios y culturas y adaptados a las condiciones locales, los que suponen altos reservorios de biodiversidad y de identidad. Es la forma de producir (y de vivir) lo que ha ido variando y amenaza su conservación: cuando la producción y el mercado se imponen como máximas, son dos las opciones que han sido posibles: el abandono y la intensificación.

Si queremos conservar el medio ambiente deberíamos cuidar a todas aquellas personas que «gestionan» el territorio, entendiendo que es necesario un mayor reconocimiento social de todas aquellas actividades que, ligadas al territorio, conservan el valor natural, cultural e histórico de nuestros campos. Estamos imponiendo nuestra idea de lo que debería ser la naturaleza, demonizando aquellas actividades ligadas al territorio, como la agricultura y la ganadería extensivas, posicionándolas junto a la agroindustria, y configurándonos ideas sin ni siquiera haber mirado más allá de los límites de nuestra ciudad, sin ni siquiera integrar a las personas que viven en el medio rural y subsisten gracias a él en nuestro debate.

Si queremos salvar a las abejas, nuestros bosques o comer de calidad, entre otras cosas, tendríamos que consensuar otros modelos de consumo, con todo lo que ello implica. La asunción de responsabilidades no puede caer solo en un colectivo, debe caer en el conjunto de la sociedad.

Desde la escucha y desde la asunción de que no hay una verdad absoluta ni una única solución posible, poder avanzar hacia modelos de consumo diferentes, basados en la puesta en común de las diferentes formas y medios de vida presentes en un territorio más allá de considerarlo, como en el caso de las zonas rurales, paisajes idílicos llenos de reliquias.

Aceptemos que es difícil poner en práctica nuestros valores porque vivimos en una vorágine de vida inmersa en el «si te esfuerzas, triunfarás», obviando que hay problemas estructurales y factores intersectoriales que nos vienen dados. Obviando que nuestra acción individual es necesaria, pero también la colectiva y la global, y que no hay una opción mejor que otra, sino que todas son debatibles.

Poder adaptar lo que hoy sabemos a lo que antaño hicieron, resulta clave si lo que pretendemos, con nuestros hábitos de consumo, es mantener y mejorar nuestra salud y la de la tierra.

Sobre o blog
Consumo que Suma es un espacio, coordinado por el área de Consumo de Ecologistas en Acción, en el que reflexionar sobre el consumo en un sentido amplio y plural, pero siempre desde un punto de vista político, incluyendo análisis en torno a la sociedad de consumo que tanto condiciona nuestra forma de vivir, la denuncia de sus impactos sociales y ambientales o la propuesta de alternativas que sirvan para sumar en el avance hacia un mundo mejor. En este blog se quiere dar voz a aquellos colectivos y personas que trabajan estos temas. Para hacernos llegar tus artículos nos puedes escribir a consumoquesuma@elsaltodiario.com
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

El Salto Radio
El Salto Radio Temporeros en la calle
Un año más las personas que se desplazan a la provincia de Huelva para trabajar en la campaña de la fresa se encuentran con la ausencia de dispositivos de acogida.
Almería
Almería Un desalojo en Níjar deja sin alternativa habitacional a setenta trabajadores del campo
El próximo martes en la localidad almeriense, epicentro de la producción agrícola, se ejecutará el desalojo del Cortijo El Uno, en San Isidro donde habitan sesenta trabajadores del sector y familiares, sin otra alternativa habitacional
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
#44541
12/12/2019 3:56

Buenas noches, ¿Como creen que se podrian bajar los precios de los productos que ayudan a cuidar el medioambiente para que puedan competir con las demas marcas?
Muchas gracias.

0
0
#39494
18/9/2019 16:37

cuando en el paraiso venezuela se esta pagando 5 euros por un mes de trabajo, ¿de verdad podran pagar esa diferencia de precio?

1
2
Infoanimal
17/9/2019 10:24

Muy de acuerdo con bastantes cosas de este articulo. Sin embargo hay cosas inexactas. No es correcta la afirmación de que la comida vegana sea más cara que la alimentación normativa. La base de la alimentación vegana, o lo que es lo mismo 100% vegetal, son los cereales, las legumbres, las verduras, las hortalizas, etc. Estos productos es posible encontrarlos en el mercado a precios muy reducidos. La alimentación vegana es muy barata. Otra cosa distinta es que algunas personas veganas decidan adquirir alimentos preparados ecológicos de precio alto, esto ocurre también en la alimentación no vegana. La alimentación ecológica no es lo mismo que la alimentación vegana, son cosas que no se deben mezclar porque no guardan ninguna relación. La primera tiene relación con alimentos libres de tóxicos y con huella ambiental minimizada. La segunda con productos no provenientes de la explotación de los animales.

0
0
Anónimo
18/9/2019 9:32

Hay toda una suerte de marcas y establecimientos que han sabido aprovechar estas tendencias de alimentación que, bajo las premisas de ser veganas o vegetarianas, aumentan el precio porque son un nuevo nicho de mercado. Creo que el comentario va más por ahi....

3
0
Sobre o blog
Consumo que Suma es un espacio, coordinado por el área de Consumo de Ecologistas en Acción, en el que reflexionar sobre el consumo en un sentido amplio y plural, pero siempre desde un punto de vista político, incluyendo análisis en torno a la sociedad de consumo que tanto condiciona nuestra forma de vivir, la denuncia de sus impactos sociales y ambientales o la propuesta de alternativas que sirvan para sumar en el avance hacia un mundo mejor. En este blog se quiere dar voz a aquellos colectivos y personas que trabajan estos temas. Para hacernos llegar tus artículos nos puedes escribir a consumoquesuma@elsaltodiario.com
Ver todas as entradas
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.
Palestina
Genocidio La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) creada a comienzos de este año y vinculada a agentes del ejército y la inteligencia estadounidense ha sido acusada de desaparecer a una persona y disparar a quienes estaban esperando ayuda.
Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.

Últimas

Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.
Universidad
Genocidio Las universidades españolas han firmado 44 proyectos con Israel desde septiembre de 2024
Los acuerdos dentro del programa Horizon Europe se han sucedido a pesar de las declaraciones de decenas de universidades de suspensión de relaciones con Israel.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.