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Seis #chistespublicitarios
«Saben aquel que diu», así comenzaba Eugenio sus chistes, y así podrían empezar algunos anuncios.
Ya hemos hablado de las distintas estrategias que emplea la publicidad para captar nuestra atención, para hacernos ver necesarios sus productos e intentar que los compremos, pero también, obviando los bienes que tratan de vendernos, para fidelizarnos al hacernos sentir identificados con los valores que supuestamente defiende la marca. Son, evidentemente, estrategias de manipulación que en muchas ocasiones recurren al consumo emocional, frente al racional que se ajusta más a nuestras necesidades.
Todo ello forma parte de la actividad publicitaria, y aunque nos pese, así se acepta, pero en todo caso, requiere de cierta sutileza que oculte la evidencia de la manipulación. Sin embargo, existen campañas en las que parece que el cinismo se impone de tal manera que los mensajes lanzados incluso llegan a ser delirantes y ridículos, al diferir de una manera descarada de la realidad.
Podríamos llamarlos «chistes publicitarios», ya que la mejor respuesta frente a ellos es la risa, no la risa indiferente, sino una risa irónica o socarrona, pero, ante todo, crítica.
«Activistas por la salud». DKV SEGUROS
Esta campaña, con tono reivindicativo, asigna unos valores a la compañía de seguros, como la preocupación por la salud o el cuidado del medio ambiente, con las que nos veamos identificados, tratando de que ello nos lleve a contratar sus servicios.
Pero parece que con el tono reivindicativo «se han venido un poco arriba». Según la Real Academia Española, «activismo» se define como «Ejercicio de proselitismo y acción social de carácter público, frecuentemente contra una autoridad legítimamente constituida». Al hablar de «Activistas por la salud», la compañía se pone en la situación de una ONG o un movimiento social, cuando en todo caso, DKV es una empresa de seguros privada, que ofrece sus servicios a aquellas personas que pueden pagarlo, y en el caso de los seguros de salud, representa una alternativa elitista frente al intencionado deterioro de la sanidad pública.
En su página web podemos observar en qué consiste ese activismo: en realizar ciertas campañas de difusión, ciertas colaboraciones con colectivos como el Club de Malasmadres, en ofrecer algunos servicios «más ecológicos» para un perfil de consumidor más concienciado… Iniciativas, todas ellas, que contribuyen a dar una imagen amable de la marca, pero que no suponen un cambio sustancial en el modelo de negocio, y que no conllevan una diferenciación real frente a otras empresas aseguradoras.
«Orgullosos de reciclar». ECOEMBES
Esta campaña, desarrollada por Ecoembes, junto a distintos organismos o consorcios locales responsables de la gestión de residuos, hace claro hincapié en la necesidad de reciclar, dejando de lado las opciones que deberían ser prioritarias: en primer lugar, reducir, y después, reutilizar. Estas opciones no sólo tienen mayor impacto frente a la problemática ocasionada por la producción y gestión de residuos, sino que también contribuyen a reducir el uso de materias primas, de agua, la contaminación atmosférica…
Ecoembes es el gestor único del Sistema de Integrado de Gestión de residuos de envases plásticos en España y también es responsable de la gestión del papel, el cartón, las latas y los briks (los envases domésticos). Pero claro, sus accionistas son envasadores en un 60% (como Danone, Campofrío, Nestlé y las filiales de Coca-Cola y Pepsi en España); fabricantes de las materias primas de los envases en un 20% (como la Asociación Nacional del Envase de PET y Tetra Pak) y, el 20% restante, comerciantes y grandes distribuidores (como Alcampo, Carrefour, Mercadona y El Corte Inglés). Siendo así, queda claro que el único interés de Ecoembes es establecer un sistema de gestión de residuos de acuerdo con los intereses de sus accionistas, que luego se «vende» con bonitos anuncios, con el mensaje implícito de que reciclando puedes continuar consumiendo tanto como quieras con la conciencia tranquila.
Pero además de todo, Ecoembes miente, como afirma Greenpeace en su informe Ecoembes miente: desmontando los engaños de la gestión de residuos de envases domésticos, que tacha los datos de reciclaje que ésta aporta de opacos y poca trasparentes, e incluso de ser mentira. Según la organización ecologista, las tasas de reciclaje están por debajo del 30%, mientras que Ecoembes asegura reciclar el 78,8%, según datos relativos a 2018.
«Un futuro mejor (Energías renovables)». AMAZON
En este spot, Amazon trata de dar una imagen sostenible de la compañía haciendo mención de los proyectos de producción de energías renovables que desarrolla.
La actividad de Amazon es tan grande y variada que pensar que, mediante sus proyectos de fomento de energías renovables, pueden contrarrestar su impacto, no es que sea inocente, es un chiste malo. Amazon representa la deslocalización total del modelo de consumo, al permitirte recibir en tu casa, a través de un «clic», un bien producido en cualquier lugar del mundo. Esto, además de fomentar el consumismo, conlleva enormes impactos por la producción, el transporte, los residuos… Además, la actividad de Amazon es muy variada, el 40% de Internet pasa por sus servidores, el streaming… Todo ello conlleva un gran consumo energético y tiene un importante impacto en el calentamiento global.
El futuro que realmente nos propone Amazon habla de un mercado controlado por una sola compañía que va acorralando a toda competencia, sobre al pequeño comercio que va desapareciendo; de un mercado de trabajo muy precarizado, donde las opciones laborales son cada vez más escasas; de un estado del bienestar fallido porque las grandes empresas apenas pagan impuestos; de una emergencia climática cada vez más acuciante…
«Por ti. Por el planeta». IBERDROLA
Ante el lema de esta campaña, nos hacemos una gran pregunta, ¿qué le importará más a Iberdrola, nosotros o el planeta?
Para ver lo que le importa a la empresa energética su clientela o la ciudadanía, según se entienda, repasamos algunas noticias recientes.
El presidente de Iberdrola critica el impuesto a las energéticas y amenaza con recurrirlo en los tribunales, todo ello, pese haber aumentado sus beneficios un 29% hasta septiembre, y a la necesidad de las administraciones de aumentar la recaudación para atender la grave crisis social.
Otra, ante el aumento de la contratación de la tarifa regulada de gas, por resultar más barata, Iberdrola programa la página web de su comercializadora regulada para que sea imposible encontrarla a través de Google.
Y una última, por poner solo algunos ejemplos, la Fiscalía Anticorrupción pide penas de cárcel para cuatro directivos de Iberdrola por inflar los precios de la energía en 2013.
Respecto a su preocupación por el planeta, pese al interés histórico de Iberdrola por mostrar una imagen respetuosa con el medioambiente, la mayor parte de la electricidad que produce (el 60%) no procede de fuentes renovables. Aunque nunca se muestran en su publicidad, la compañía forma parte de la propiedad de seis de las siete centrales nucleares existentes en el Estado español, de las que procede el 43% de la energía que produce. Tampoco muestran sus distintas plantas de generación térmicas o cogeneración (que representan el 17% de su producción eléctrica), que queman gas, liberando importantes emisiones que contribuyen al calentamiento global.
Sí que el 40% restante de la energía, que produce Iberdrola procede de fuentes consideradas renovables. Parte de ella se obtiene de distintas presas, tras explotar durante décadas concesiones otorgadas por el régimen franquista.
Aparte de ello, Iberdrola ha realizado y realiza grandes inversiones en energías renovables, una actividad muy lucrativa actualmente, y que, además, en un momento marcado por el comienzo de la escasez de los hidrocarburos y en una acuciante emergencia climática, es la única manera de mantener su actividad. Estas inversiones van destinada a grandes proyectos, en muchos casos con apoyo de fondos públicos, que ignoran las amenazas para la población rural local. Por tanto, van destinadas a seguir manteniendo una posición de dominio del mercado, que otorga obscenos beneficios y que, en muchos casos, desafía los intentos de regulación de éste.
En definitiva, parece que se han «comido» una palabra, probablemente querían decir «Por ti, accionista».
«Cuidamos de los anuncios para cuidarte a ti». AUTOCONTROL
Con esta emotiva campaña, que alude a los cuidados, la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol) celebra su 25 aniversario, dando a conocer su actividad y sus servicios.
Autocontrol es el organismo independiente de autorregulación de la industria publicitaria en España, autorregulación porque está integrado por anunciantes, agencias de publicidad, medios de comunicación y asociaciones profesionales.
Uno de sus principales instrumentos es el Jurado de la Publicidad, que es un órgano extrajudicial de resolución de controversias que se encarga de resolver reclamaciones en materia publicitaria. Está acreditado como entidad de resolución alternativa de litigios por el Gobierno español.
Actúa de acuerdo al cumplimiento de la normativa existente y del Código de Conducta Publicitaria de Autocontrol, que presenta principios tan biensonantes, como vagos y genéricos. No se podrá abusar de la buena fe del consumidor, no se podrá recurrir al miedo, no se incluirán contenidos que atenten contra los criterios imperantes del buen gusto, no se incitará a la violencia, no se sugerirán circunstancias de discriminación, no se deberán mostrar comportamientos generalmente considerados perjudiciales para el medio ambiente, y que también afirma que las comunicaciones comerciales no deberán ser engañosas.
Con base en los mencionados principios, Autocontrol dice trabajar por una publicidad responsable: leal, veraz, honesta y legal. Sin embargo, no actúa de forma contundente contra la publicidad encubierta, de todo tipo, el greenwashing de las empresas, las campañas de alimentos insanos destinadas al público infantil, los anuncios de las empresas de alarmas basadas en generar miedo… Y es que permitir a un sector autorregularse, es un chollo.
Curioso también que esta campaña haya sido financiada con fondos europeos, que parecen servir hasta para lavar la imagen de la industria de la publicidad y los anunciantes.
COCA-COLA patrocina la COP27
El acabose, el gobierno de Egipto, donde se celebra la COP27 (la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), establece un acuerdo de patrocinio de la cumbre con Coca-Cola.
Qué mejor forma para que la compañía, que lleva décadas esforzándose en la universalización tanto de la marca, como de su imagen, se muestre como garante de la defensa del medio ambiente.
Un tremendo ejemplo de greenwashing, pues queda claro que la trayectoria de la compañía poco tiene que ver con esa pretendida imagen. En 2021, una auditoría de Break Free From Plastic, la alianza global para eliminar la contaminación de plástico, nombró a Coca-Cola como el contaminador de plástico número uno del mundo. La propia empresa admitió en 2019 que ponía en el mercado 3 millones de toneladas anuales de envases de plástico de usar y tirar.
Este volumen de envases de usar y tirar, además de generar grandes problemas de contaminación, tiene un importante impacto en el calentamiento global, pues el 99% del plástico se produce a partir de combustibles fósiles en un proceso llamado «craqueo» que produce importantes emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta es sólo una parte del impacto ambiental que ocasiona Coca-Cola, también podríamos hablar de impactos sociales, impactos sobre la salud… Pero ahí lo vamos a dejar, porque como habíamos dicho, la finalidad del artículo es reírnos un poco.
Si se te ocurren otras campañas publicitarias hechas con el mismo cinismo que éstas, puedes hablar de ellas en los comentarios de este artículo, o puedes compartirlas en redes sociales con el hastag #ChistesPublicitarios.
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Más casos de cinismo publicitario y ecoblanqueo en este manual de denuncia:
https://bit.ly/3ECWJBu
Un libro que desmonta el ecoblanqueo: Buxton y Hayes, 2017, Cambio Climático S.A.