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Coronavirus
El negacionismo del INSS con las sanitarias enfermas de covid persistente
Mercedes es Técnica Auxiliar de Cuidados de Enfermería (TCAE) en un hospital de Salamanca. Se contagió por covid en el trabajo en septiembre de 2020. Desde entonces no ha podido volver a trabajar. Ha tenido periodos en los que ni siquiera podía hablar por la falta de aire, y, además, ha tenido que recurrir a muletas para poder caminar. “No he podido volver a subir a casa de mi hijo, que vive en un tercero, para visitarle”, cuenta. Tiene fibrosis pulmonar y artritis reumatoide. El contagio inicial ha derivado en el síndrome de covid persistente o Long Covid. No han reconocido su afección como accidente laboral y el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) le dio de alta en septiembre de 2021. Obligada a volver a trabajar, ha tenido que coger otra baja por artritis reumatoide.
Yolanda Morales es enfermera en un centro de salud de Zaragoza. Se contagió de covid el 26 de octubre de 2020 y lo pasó de manera leve, como una gripe. El 13 de noviembre se incorporó al trabajo. Hace guardias en un servicio de urgencias y conduce un coche. Ese día empezó con taquicardias. “Casi me da un síncope, me tuve que ir de mi puesto de trabajo. Desde entonces ha sido un peregrinar de síntomas: dificultad para andar, déficit cognitivo, agotamiento. Me costaba trabajo hasta lavarme los dientes”. Cogió la baja el 14 de noviembre y el INSS le acaba de dar el alta el pasado 21 de diciembre. “No puedo ni conducir, voy a ir por la vía judicial para pedir una adaptación de mi puesto de trabajo”, asegura. Mientras, se ha cogido vacaciones. Tampoco le han reconocido el contagio como accidente laboral.
La plataforma de afectadas y afectados por covid persistente, Long Covid Acts, denuncia que el INSS está poniendo piedras en el camino de las sanitarias que han enfermado de Long Covid en dos sentidos: mediante la emisión de altas automáticas sin considerar bien su estado de salud y dificultando que su Incapacidad Temporal (IT) se reconozca como accidente de trabajo. Y mucho más lejos queda aún su reconocimiento como enfermedad profesional, tal y como explica Esther Rodríguez Rodríguez, miembro de este colectivo.
“El problema es que no reconocen nuestra enfermedad, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva reconociéndola desde 2020”
Cuando un sanitario o sanitaria se contagia, además de tramitar su baja, debe de solicitar el cambio a contingencia profesional. Primero se solicita ante la Mutua y los servicios de evaluación médica de cada comunidad y, si se deniega, hay que elevarlo hasta el INSS. Y esto no se está aceptando en la mayoría de las ocasiones. En muchos casos los trabajadores tienen que recurrir a la vía judicial. “Calculo que sólo un 10% de los sanitarios lo hemos conseguido y hay mucha desigualdad entre comunidades. En Madrid hay un bloqueo absoluto, ningún compañero lo ha conseguido”, afirma Rodríguez. Si, tras el contagio, no consiguen el cambio a contingencia profesional, cuando el trabajador desarrolla covid persistente es más difícil todavía que el INSS vincule la enfermedad a causas laborales.
No reconocimiento de la enfermedad
“El problema es que no reconocen nuestra enfermedad, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva reconociéndola desde 2020”, expresa Rodríguez. En este sentido, en diciembre 2020 María Van Kerkhove, jefa técnica de la OMS para el covid, anunció un código en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) para esta afección designado como “Síndrome Post Covid”. Un código que el INSS se ha resistido a utilizar.
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Según la última definición de la OMS, publicada en la revista Lancet, el covid persistente es la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-Cov-2, generalmente tres meses después del inicio, con síntomas que duran al menos dos meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo.
Se calcula que un 16% de las personas que se infectan por covid-19 desarrollarán esta afección, de la que hay documentada más de 200 síntomas que fluctúan con el tiempo. Los más comunes son la fatiga, la dificultad respiratoria y la disfunción cognitiva. Según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) el 79% de las afectadas son mujeres en su mayoría en edad fértil.
“El tribunal te suele ver. Cuando te citan te dan la prórroga pero te dan altas automáticas ante una enfermedad incapacitante por vía SMS antes de llegar a los 18 meses sin volverte a valorar. Y luego hay algunos casos que no les han visto de manera presencial nunca”
Entre el grueso de las afectadas, destaca el personal sanitario. “Muchos de nosotros en la primera ola hemos estado desprotegidos totalmente. Y muchos de los sanitarios que hacemos estas bajas tan largas nos infectamos en la primera ola”, cuenta Rodríguez, que es trabajadora en un hospital y avisa de que, una vez agotados los 12 meses de IT que ofrece el INSS como tiempo máximo, la mayoría se están acogiendo a prórrogas que pueden ir hasta los 18 meses, pero pocas están cumpliendo este tiempo. “El tribunal te suele ver. Cuando te citan te dan la prórroga pero te dan altas automáticas ante una enfermedad incapacitante por vía SMS antes de llegar a los 18 meses sin volverte a valorar. Y luego hay algunos casos que no les han visto de manera presencial nunca”, avisa.
Nuevas instrucciones
En marzo de 2020, y en pleno estallido de la pandemia, el gobierno publicó el Real Decreto 6/2020 con medidas urgentes para la protección de la salud pública. En su artículo quinto incluía una “consideración excepcional” para todos los contagiados y contagiadas por covid. Así, se consideraban “con carácter excepcional” situación asimilada a accidente de trabajo “exclusivamente para la prestación económica de la Incapacidad Temporal”, los periodos de aislamiento de las personas contagiadas. Gracias a este Real Decreto, los contagiados y contagiadas por covid han cobrado el 75% de la base reguladora de su salario, una cantidad superior a la asignada para las bajas por enfermedad común.
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Los enfermos y enfermas de covid persistente que han permanecido de baja desde su infección se encontraban disfrutando de esta excepcionalidad. En septiembre de 2021 el INSS envió nuevas instrucciones: aquellos que en la actualidad están causando baja por el “síndrome Post Covid-19” deben salir de esta excepcionalidad. Muchas Comunidades Autónomas han interpretado que esto significaba cambiar su clasificación a baja por enfermedad común. En el caso de las sanitarias, esto es un perjuicio, tal y como explica María Checa, abogada que se encarga de la parte legal del colectivo Long Covid Acts.
“Lo que dicen las nuevas instrucciones es que no se puede aplicar la norma especial a estas enfermas. Hay que aplicar la normativa general. Pero esta dice que si puedes demostrar que el origen de tu enfermedad está en tu trabajo es una contingencia profesional”, insiste Checa mientras recalca que muchas comunidades autónomas lo están haciendo mal. En definitiva, “esta nueva instrucción dificulta el acceso a la contingencia profesional de las sanitarias. El INSS está dificultando que el covid persistente sea considerado enfermedad profesional”, concluye.
Esta abogada añade que los problemas con las altas repentinas afectan a todos los trabajadores y trabajadoras enfermas de covid persistente, así como las nuevas instrucciones “pues los no sanitarios si lo hubieran contraído en su trabajo debería reconocerse como accidente laboral siempre que lo pudieran acreditar”.
“La mayoría somos gente joven, no queremos una incapacidad permanente. Con prórrogas de las incapacidades que sean revisables nos darían margen hasta que se encuentre un tratamiento”
Hacia una enfermedad profesional
Esta abogada va más allá. Asegura que, a día de hoy, los sanitarios que han conseguido el reconocimiento de su baja por causas laborales, lo han hecho por accidente de trabajo. “Pero debiéramos luchar por conseguir la baja por enfermedad profesional porque, aunque económicamente no hay diferencias, las prestaciones que ofrece esta otra calificación son diferentes”, asegura. Y pone un ejemplo: las personas que consiguen una baja por enfermedad profesional pueden optar a una adaptación laboral solicitando un cambio de puesto de trabajo.
Por una adaptación a su puesto de trabajo va a luchar Yolanda Morales. Asegura que ya no puede estar en su puesto de urgencias, pero paulatinamente podrá ir desarrollando otras labores. Mercedes, por su parte, no sabe lo que pasará cuando la den de alta de su nueva baja. “El médico me está achuchando porque quiere darme el alta pero yo no tengo capacidad para estar ocho horas de pie sin poderme sentar”, asegura.
Esther Rodríguez pide comprensión para las enfermas. “La mayoría somos gente joven, no queremos una incapacidad permanente. Con prórrogas de las incapacidades que sean revisables nos darían margen hasta que se encuentre un tratamiento, que a día de hoy no lo hay, sólo se están poniendo parches. Pedimos comprensión y que las normas se vayan adaptando a nuestra situación”, concluye.