Alfonso Gallardo, el hombre que se hizo “a sí mismo” a costa del dinero público de los extremeños

Alfonso Gallardo está a punto de vender su grupo empresarial. El empresario extremeño montó su imperio con miles de millones de dinero público que recibió de la Junta. Es, por cierto, el tío del que fue hasta 2011 diputado y “alma mater” del aparato del PSOE extremeño, Francisco Fuentes Gallardo. Este político socialista será el heredero de su fortuna, hecha a base del dinero de todos los extremeños

Alfonso Gallardo, empresario extremeño
Alfonso Gallardo
@OtraExtremadura
22 ago 2019 18:10

Con un artículo titulado Alfonso Gallardo, el chatarrero que se convirtió en millonario, el diario Hoy de Extremadura acompañaba estos días las noticias relativas a la posible adquisición de las empresas de Alfonso Gallardo por parte del fondo de inversión KKR. Y es que la propaganda y los lazos con el poder han sido las dos señas de identidad de este empresario de Jerez de los Caballeros.

La administración regional, el PSOE y los medios de comunicación han dado a entender que este empresario extremeño es un emprendedor que empezó como chatarreo y consiguió situarse como el primer extremeño que aparece en la lista de los españoles más ricos, pero lo cierto es que todo su grupo empresarial está montando con miles de millones de dinero público que alegremente le ha ido administrando la Junta de Extremadura.

La Junta de Extremadura expropió para él los terrenos y le concedió 4.586 millones de pesetas
Alfonso Gallardo, que este 2019 se sitúa en el puesto 146 de entre los 200 españoles más ricos con un patrimonio neto de 340 millones de euros, empezó a montar su grupo empresarial en 1992, para poner en pie la Siderúrgica Balboa. La Junta de Extremadura expropió para él los terrenos y le concedió 4.586 millones de pesetas.

Como el empresario tiene buenas relaciones con el PSOE extremeño siguió llenándose los bolsillos a costa de dinero público llegando el Tribunal de Cuentas a denunciar en el año 1995 cómo la Junta de Extremadura había otorgado subvenciones por 117 millones de pesetas a Gallardo para, teóricamente, crear empleos y cómo éste había realizado un trasvase de plantillas entre varias de sus empresas simulando nuevas contrataciones. El propio Tribunal de Cuentas acusó a la Junta de “asumir tesis de defensa más propias de la parte demandada”.

Hablamos de miles de millones de dinero público regalados a un particular que podrían haber sido invertidos en mejorar la vida de muchos extremeños y extremeñas. En 2005, su cementera se llevó el 73 % de las subvenciones “para PYMES”
La historia no quedó aquí y tal y como narró Manuel Cañada en el texto Humos y caciques, artículo escrito al calor de la lucha contra la refinería que este empresario pretendió instalar), “en el término municipal de Alconera el empedernido caballero y sus padrinos avistaron un nuevo desaguisado que enmendar: una sierra disponible para ser convertida en cemento. La Junta de Extremadura, de nuevo, puso las condiciones para el pelotazo: expropió los terrenos, regaló al empresario el paisaje, el agua, el aire... y el dinero. Dos botones de muestra: en el año 2005, la cementera se llevó el 73 % de las subvenciones “para PYMES” y los derechos mineros de la Sierra de la Alconera, valorados por la propia administración en 2.400 millones de pesetas, le fueron concedidos a Cementos Balboa por 50 años y la cantidad irrisoria de 6 millones.”

LOS LAZOS CON EL PSOE EXTREMEÑO

Resulta evidente que no ha sido casualidad el excelente trato que le ha dado la Junta de Extremadura y el partido que la ha gobernado a este empresario. Hablamos de miles de millones de dinero público regalados a un particular que podrían haber sido invertidos en mejorar la vida de muchos extremeños y extremeñas.

Pocos se escandalizaron entonces de que el beneficiario de las subvenciones más grandes hasta aquel momento de la historia de Extremadura fuese el tío del diputado y “alma mater” del aparato del PSOE extremeño, Francisco Fuentes Gallardo. Este político socialista que será el heredero de la fortuna (hecha base de dinero público) de Alfonso Gallardo, al carecer este de descendientes, fue durante 18 años diputado en el Congreso por la provincia de Badajoz, 15 años Senador y 8 años Diputado en la Asamblea de Extremadura.

La puesta en marcha de Canal Sur Extremadura, la televisión autonómica ideada por Ibarra, la cual iba a ser sostenida con fondos públicos y gestionada de forma privada, le iba a aportar a Gallardo un nuevo filón de lucro
Para esconder toda esta historia el empresario jerezano siempre tuvo claro que necesitaba tener a su favor a los medios de comunicación, para ello invirtió miles de euros en publicidad que hace que toda una generación recuerde la frase “El Grupo Gallardo les ofrece la noticia económica del día” que se escuchaba en todas las radios de la región. Pero como los contratos de publicidad para tener controlados a todos los medios podían ser insuficientes, decidió entrar en el negocio.
Alfonso Gallardo, Ibarra y Felipe VI
Alfonso Gallardo, Ibarra y Felipe VI, a principio de los 90

La puesta en marcha de Canal Sur Extremadura, la televisión autonómica ideada por Ibarra, la cual iba a ser sostenida con fondos públicos y gestionada de forma privada, le iba a aportar a Gallardo un nuevo filón de lucro pero, sobre todo, suponía la garantía de amordazamiento a la crítica. Gallardo acompañaba en el accionariado al grupo PRISA, mayoritario, e iniciaba el principio de una gran amistad que más tarde llevaría al empresario jerezano a comprar El Correo de Andalucía al grupo fundado por Polanco.

EL FIN DEL CICLO

Corría el año 2005 y la crisis empezaba a verse de venir, Gallardo cuyo negocio principal se sustentaba en la Cementera de Alconera y la Siderúrgica Balboa intentó su último gran golpe: construir una refinería de petróleo en medio de Extremadura. El plan era sencillo, la Junta de Extremadura pondría dinero público de todos los habitantes de Extremadura y él se compraría a sí mismo los materiales necesarios para construir su última ocurrencia.
Su último gran golpe era construir una refinería de petróleo en medio de Extremadura. El plan era sencillo, la Junta de Extremadura le pondría dinero público (360 millones de euros) y él se compraría a sí mismo los materiales necesarios para construir su última ocurrencia
Todo fue según lo previsto y la administración regional no tardó en anunciar que aportaría el 20% de la inversión inicial, estimada en 1.800 millones de euros. Es decir, la aventura de la refinería nos costaría a la ciudadanía, para empezar, 360 millones de euros, 60.000 millones de las antiguas pesetas, de los que se aprobó, diligentemente, un primer adelanto a través de la Sociedad de Fomento Industrial.

La oposición del pueblo extremeño a este nuevo intento de expolio, principalmente mediante la Plataforma Refinería No, fue determinante para retrasar primero el proyecto y luego más tarde conseguir que fuera negativa la autorización ambiental a nivel europeo que necesitaba para ponerlo en marcha. El Grupo Alfonso Gallardo quedaba tocado y en plena crisis económica, tuvo que refugiarse en un fondo de inversión que hoy plantea la adquisición de todo el imperio que se montó a base del dinero público de los extremeños y las extremeñas.

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