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Costas
Las Banderas Negras 2024 ponen el foco en la urbanización del litoral y la sobreexplotación turística
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
48 banderas negras para denunciar las afecciones más graves al litoral en el conjunto del Estado español. Dos por provincia: una por mala gestión ambiental y otra por contaminación. Esa es la recopilación que cada año realizan las federaciones locales y regionales de Ecologistas en Acción y cuya edición 2024 se ha presentado este miércoles, 12 de junio. Aunque, como matiza Claudia Asensi, de Ben-Magec-Ecologistas en Acción Canarias, “no son solo 48; esto son solo los casos más graves, más visibles y más paradigmáticos que sirven para señalar las problemáticas que tenemos en muchos lugares”.
“La turistificación es un problema muy grave que ha llevado al límite a Canarias, como dijo la población de las ocho islas en la manifestación del pasado 20 de abril”, señala Pablo Díaz
En esta ocasión, el grueso del informe Banderas Negras se lo llevan dos problemáticas. Por un lado, la urbanización de la costa ligada a la turistificación, lo que incluye en algunos puntos incluso la invasión del Dominio Público Marítimo-Terrestre, protegido teóricamente por la Ley de Costas. Por otro, se encuentran los problemas de depuración, saneamiento y vertido de aguas, otro clásico en lo referente a las afecciones contra el litoral ibérico y que ha llevado a España a pagar, por el momento, casi 90 millones de euros en multas impuestas por las instituciones europeas, una cantidad que podría engrosarse ya que aún son varios los juicios pendientes y muchos los puntos negros a resolver.
15 son las banderas negras otorgadas por el primer caso en un año en el que la destrucción de los parajes costeros para beneficio del sector turístico ha puesto en pie de guerra a las islas. Tanto Canarias como Baleares han visto cómo surge un movimiento contra el exceso de turistificación y explotación del territorio que ya ha convocado varias protestas multitudinarias en ambos archipiélagos.
El límite de Canarias
Canarias ha sido el lugar elegido para la presentación del informe Banderas Negras 2024, pues fue allí donde prendió la mecha contra la sobreexplotación turística. “La turistificación es un problema muy grave que ha llevado al límite a Canarias, como dijo la población de las ocho islas en la manifestación del pasado 20 de abril”, señala Pablo Díaz, coportavoz de Ben-Magec-Ecologistas en Acción Canarias. Las banderas negras por mala gestión ambiental en dicha comunidad han recaído en este año en ejemplos de esta política: los hoteles La Tejita y Cuna del Agua, dos macroproyectos turísticos que “ocasionarán impactos ambientales a enclaves muy frágiles del sobreexplotado sur de Tenerife”, señalan los responsables del informe. Los ecologistas alegan que, además del destrozo de territorio y afectación a biodiversidad in situ, supondrán un agravante para la capacidad de carga de la isla agregando 6.000 camas turísticas más, con el correspondiente aumento de aguas residuales, generación de residuos, consumo energético, etcétera.
En el mismo sentido, los hoteles Oliva Beach y Tres Islas, propiedad de la cadena RIU y situados en la isla de Fuerteventura, están dentro del dominio público marítimo-terrestre y, para más inri, en el interior del espacio natural como son las Dunas de Corralejo. Como señala Díaz, “el Oliva Beach es un caso emblemático y paradigmático de cómo el incumplimiento de la ley está siendo avalado e incluso defendido por una administración pública como es el Gobierno de Canarias”.
En Tenerife, cada día 57 millones de litros de aguas contaminadas sin depurar se echan directamente al mar
La bandera negra con la que se ha señalado al complejo es debida a estos hechos, unido a la defensa en los tribunales que tanto la empresa como el Ejecutivo regional está haciendo para mantener operando estas infraestructuras. Construido en los años 70 en un momento en que la zona no tenía el grado de protección actual, una larga historia de litigios e incumplimientos tiene su última hora en la finalización de la concesión del hotel debido a los reiterados inclumplimientos de las condiciones de esta —que incluyen la construcción de una carretera de acceso en el área protegida— y en una orden de derribo que tanto la RIU como el Gobierno de Canarias pretende sortear.
“Exigimos al Gobierno de Canarias que cumpla la ley, y a la empresa que ejecute el expediente sancionador y ordene el derribo. Las dunas son un ecosistema muy especial y único. Si se elimina el edificio van a ser mucho mayores los beneficios de la demolición que de la no demolición”, reitera el portavoz de la organización ecologista canaria.
Los vertidos de aguas residuales en Tenerife, donde cada día 57 millones de litros de aguas contaminadas sin depurar se echan directamente al mar, y el vertido por una avería en el sistema de alcantarillado en Playa Blanca (Lanzarote) el pasado mes de mayo, completan las banderas del archipiélago, unas islas que tienen un problema histórico de saneamiento de aguas.
Nuevos viejos problemas
En Baleares, donde se han replicado las movilizaciones al estilo canario en todas las islas del archipiélago contra un modelo turístico que pesa como un monocultivo económico, las banderas negras también han recaído en proyectos de construcción hotelera.
“Resulta incomprensible que a estas alturas del siglo XXI, cuando se está hablando de la necesidad de un decrecimiento en el ámbito turístico, se puedan producir aberraciones tan grandes como la que se está llevando a cabo en ese idílico lugar”, señala el informe en referencia al megahotel que se está construyendo en Cala Xarraca (Ibiza). El proyecto de Six Senses Hotels Resorts, que incluye 134 habitaciones con una ocupación de diez hectáreas; dos mansiones; nueve villas privadas y un muelle para yates, ha sido denunciado públicamente por la organización ecologista regional GEN-GOB como una “brutal agresión” al medio.
Cristobal López ha recordado “el gran problema ambiental derivado de los vertidos de pellets del complejo petroquímico del Camp de Tarragona”
De nuevo, en la bandera por contaminación de ses illes aparece la problemática de los vertidos. La playa urbana de Talamanca, también en Ibiza, ha sido la elegida por los ecologistas debido a la confluencia de impactos: la existencia de un emisario de aguas residuales; los efluentes salados de la depuradora homónima, especialmente dañina para las praderas de posidonia oceánica que crecen en la zona; y los fondeos ilegales que dañan a dicha planta, responsable de la excepcional calidad del agua en Baleares.
Mediterráneo
Posidonia, el amenazado bosque marino milenario del Mediterráneo
Tal como señala Cristóbal López, portavoz de Ecologistas en Acción, lejos de ser un problema exclusivamente gallego, la proliferación de la contaminación por plástico llega hasta las playas de la Costa Dorada, “casi más plásticas que arenosas”. López ha recordado “el gran problema ambiental derivado de los vertidos de pellets del complejo petroquímico del Camp de Tarragona”.
Químicos, dragados y basuras
Los más de 8.000 kilómetros de litoral español, sin embargo, contienen todo tipo de problemáticas medioambientales, señaladas hoy mediante los galardones de Ecologistas en Acción. La contaminación química, lumínica o acústica es el tercer epígrafe que más banderas se lleva, con seis en total. Son casos como el de la Ría de Huelva, donde el polo químico sigue siendo un foco de emisiones y contaminación, ahora con nuevas amenazas, como el proyecto de planta de producción de hidrógeno de Cepsa.
Si bien las afecciones a la biodiversidad son daños colaterales en la práctica totalidad de las banderas negras, cuatro están centradas específicamente en esta problemática. El nuevo dique del puerto de Figueres (Asturias), que afectará al frágil ecosistema de la ría del Eo; las proliferación de embarcaciones en el Costa Brava, cuyas anclas arrasan con las delicadas praderas de posidonia; o la destrucción del último pinar a orillas de Llançà, en la playa de la Farella, son ejemplos de ello.
La lista se cierra con tres banderas por acumulación de basuras marinas, otras tres por dragados y ampliaciones portuarias “sin justificación” para Ecologistas y una por daños al patrimonio histórico y cultural en el dominio público marítimo terrestre.