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Desahucios
Otro desahucio parado gracias a la movilización de los colectivos de vivienda
En una semana cargada de convocatorias de lanzamiento de desahucio en Madrid, los colectivos de vivienda y los afectados han conseguido parar o desconvocar todos los programados.
En una semana activa en desahucios hoy se consiguió la postergación del programado para las 10:30 en la Plaza Rendición de Breda, en Carabanchel. Allí viven Miriam e Israel y sus dos niños de 4 y 8 años, en una planta baja, de propiedad de Bankia.
La semana pasada se consiguió parar –sin fecha y hasta conseguir una solución habitacional digna- el de Pepi y sus dos hijas, en Argumosa 11 (Lavapiés). Se detuvo por orden del Juzgado 33, en obediencia al mandato DESC de la ONU, también suscrito por Delegación del Gobierno. Desde ahí hasta hoy, los colectivos de vivienda y los afectados pueden conmemorar triunfos sucesivos, pues –por diferentes motivos- se han conseguido parar o desconvocar todos los programados. Unos, impedidos por la acción directa de los colectivos y de los vecinos, otros por decisión de los juzgados, y alguno por determinación de los propios tenedores de la vivienda, como es el caso de Asun, en Orcasitas, cuyo desahucio se suspendió por decisión del fondo buitre Cerberus, se supone que para evitar la exposición mediática.
Una nutrida y animada concentración, de unas 50 personas, en la que se destacaban camisetas rojas de la PAH de Carabanchel y verdes de la PAH de vivienda, impidió que el desalojo se consumara. Dada la exigua presencia policial –limitada a unos pocos policías municipales- tampoco el juzgado parecía haberlo previsto para hoy; se trataba del primer intento y previamente, las asociaciones habían solicitado su postergación, hasta encontrar una solución habitacional digna. Se consiguió su aplazamiento hasta el 16 de noviembre próximo.Los candidatos a ser desahuciados, Miriam e Israel, agradecieron la presencia de los colectivos y vecinos y se manifestaron moderadamente optimistas con la postergación conseguida, en la expectativa de que hasta esa fecha -16 de noviembre- pueda encontrarse una solución habitacional. Israel, de 24 años, cuenta a El Salto que tanto él como Miriam, de 27, en los últimos años sólo han conseguidos empleos temporales y de baja cualificación.
Sobreviven gracias a una Renta Mínima de Inserción y sus dos hijos, escolarizados, cuentan también con ayudas para alimentación y libros. Aclara que en su momento ocuparon la vivienda sin violencia dado que, según declarara oportunamente en el juzgado, la puerta no tenía llave. Y que, estarían dispuestos a pagar un alquiler compatible con el ingreso familiar, o con el proveniente de algún –eventual e inesperado- trabajo que pudieran conseguir.
Varias vecinas salieron al portal para apoyar a la pareja, explicitando a quién quisiera escucharlas- que se trata de gente afable, silenciosa y respetuosa de la vida de los demás, “queremos que se queden a vivir aquí”, “no hay derecho a que teniendo los bancos tantas casas vacías, esta gente se tenga que ir a vivir debajo de un puente”. Los concentrados, hicieron el coro de fondo: “Si Bankia es nuestra, sus casas también”, antecedido por el clásico: “a este desahucio lo vamos a parar” y otros varios.