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Economía
Luego no digas que Feijóo no te avisó
Aquellos tiempos en los que Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre prometían bajar el IVA si llegaban a Moncloa y luego lo subían nada más entrar ya son cosa del pasado. Los relatos de que te okupan la casa y que Pedro Sánchez pacta con ETA se ha demostrado tan poderosos y efectivo que Alberto Núñez Feijóo ya ni se molesta en disimular para quién piensa gobernar y qué tipo de medidas piensa aplicar.
En los últimos días, entre entrevistas y actos, ya se han ido viendo cuáles son las propuestas económicas del líder del Partido Popular. El gallego, en cambio, se ha negado a debatir con la ministra de Economía Nadia Calviño, que retó al Partido Popular a un debate en términos económicos con el representante que él eligiera. Según Feijóo, que también ha declinado la oferta de Pedro Sánchez de realizar seis debates en semanas consecutivas, no se enfrentarán a la ministra en el área económica porque “no es candidata”.
Pensiones
Pese a su firme oposición en el último año a la reforma de las pensiones del ministro José Luis Escrivá, desde el PP han anunciado que no la retocarán en el corto plazo pero que sí piensan promover una reforma en profundidad a lo largo de la legislatura. El cambio de votar en contra a no querer tocarla en el plazo inmediato tiene sus motivos: la reforma del actual Gobierno está respaldada por Bruselas. Tocarla debería contar con el consentimiento de la Comisión Europea o España podría perder los fondos europeos Next Generation, e incluso tener que devolver lo recibido hasta el momento.
Si con las declaraciones de Feijóo en las últimas semanas no queda muy claro cuál podría ser esa reforma, las que hizo durante la negociación y la subida de las pensiones en referencia al IPC pueden aportar algunas pistas. En septiembre de 2022, Feijóo rechazaba la subida de las pensiones según el IPC, tal y como establece el Pacto de Toledo y España acordó con la Comisión Europea. El líder de la oposición afirmó que “de nada sirve a los pensionistas que les suban la prestación un 8%”, porque según él lo que le importa a los pensionistas es “sus hijos y sus nietos”, en referencia al aumento de la deuda pública en términos totales que, por otro lado, estaba cayendo en referencia al PIB. Finalmente los populares apoyaron la subida de las pensiones “porque lo dice la Ley”, pero siguió señalando que él no lo hubiera hecho así.
Feijóo quiere hacer más sostenibles las pensiones pero pretende eliminar una subida gradual de los impuestos a los que más ganan
Lo que sí que ha manifestado es que daría marcha a las alzas en las cotizaciones que marca la nueva reforma para los próximos años. Se refiere a la denominada cotización adicional de solidaridad, que se aplicará a los que superen la base máxima de cotización que se irá aumentando de manera progresiva desde 2025 hasta 2045. Es decir, quiere hacer más sostenibles las pensiones pero pretende eliminar una subida gradual de los impuestos a los que más ganan.
Según fuentes del PP que recoge El Español, una de las ideas que la directiva del partido tiene en mente es lo que comúnmente se conoce como la mochila austriaca. El sistema de este país creó este sistema de capitalización individual en el que la empresa debe nutrir mensualmente con una cuantía del salario bruto del empleado. Esas mochilas son gestionadas por empresas privadas que buscan rentabilidad en los mercados. Es decir, poner en manos del sector privado financiero el dinero de la jubilación de los trabajadores. Otra forma de privatizar las pensiones y su gestión.
Por si no llega con las pistas que Feijóo ha ido dejando en el camino sobre cómo podría ser su reforma de las pensiones para hacerla sostenible, su mano derecha Cuca Gamarra también dió alguna en una entrevista que concedió a la revista de El Mundo YoDona: “No pasaría nada por jubilarse a los 70 si la expectativa de vida sigue creciendo y llegamos bien”.
Impuestos
Otra medida fiscal, aunque muy relacionada con las pensiones, es el aumento de nuevo de la cantidad que alguien se puede desgravar cuando aporta a un plan de pensiones privado. Hasta hace unos años, alguien que aportaba a uno de estos productos de ahorro se podía desgravar en la declaración hasta 8.000 euros al año. El ministro Escrivá redujo ese límite a 2.000 euros primero y a 1.500 en 2022. Feijóo pretende que aquellos que se pueden permitir ahorrar más de 1.500 euros al año para su pensión en un fondo privado se vuelvan a poder desgravar hasta 8.000 euros y reducir su brecha fiscal. Una vez más, una medida que favorece a los que más tienen en detrimento de las arcas públicas y el conjunto de los contribuyentes.
Pero sin duda el impuesto en el que ha puesto más ahínco en señalar el Partido Popular es el Impuesto Solidario a las Grandes Fortunas. Pese a que el impuesto es temporal y, en teoría, solo se cobraría este año y el siguiente, Feijóo está dispuesto a libra a aquellos que deben de pagarlo de que lo hagan el próximo año. Hay que tener en cuenta que este tributo tan solo lo pagan aquellos que tienen un patrimonio superior a los 3 millones de euros, lo que nos da una buena idea de cuáles son las prioridades del Partido Popular.
El tercer impuesto que también ha anunciado que tocará es el impuesto especial al sector energético. Este impuesto grava un 1,2% sobre el total de facturación de las empresas que tienen un volumen de ventas de más de 1.000 millones al año. Es decir, Repsol, Cepsa, Iberdrola, Endesa y Naturgy. Estas cinco empresas van a pagar cerca de 2.000 millones de euros este 2023 sobre lo facturado en 2022, año récord de beneficios para todas ellas. Feijóo ha anunciado que no lo eliminará, sino que lo modificará para que grave los beneficios y no la facturación, lo que podría reducir enormemente lo que se pagan estas cinco empresas en un año en el que Bruselas nos pide apretarnos el cinturón con el déficit.
Déficit
Estas tres medidas chocan mucho con la otra promesa de Feijóo: reducir el déficit por debajo del 3% en 2024 tal y como exige Bruselas y tal y como Calviño también se ha comprometido a hacer. Una reducción de déficit que podría suponer que las cuentas públicas se tengan que cuadrar unos 5.000 millones desde las previsiones enviadas el pasado mes de octubre en las que el Gobierno calculaba que cerraría 2024 con un déficit del 3,3%. Pero claro, no es lo mismo tener que cuadrar esa cantidad aumentando ingresos que reduciendo gastos. El Partido Popular siempre ha estado más por lo segundo.
Si Feijóo baja todos los impuestos que ha prometido no le queda más opción que hacer grandes recortes en gasto para cumplir con el déficit
El Gobierno de coalición ya ha anunciado que pretende reducir el déficit hasta el 3% sin recortes en el gasto público, sino con políticas activas que generen un crecimiento del PIB y el empleo y, por lo tanto, aumenten la recaudación fiscal. Pero Feijóo ya ha anunciado la sus pretensiones de eliminar el impuesto a las grandes forturnas, modificar el de las eléctricas para que paguen menos y aumentar los beneficios para los que se puedan permitir planes de pensiones privados, además de haber dejado entrever que también piensa reducir tipos del IRPF y propiciar un descenso en los tipos de Sucesiones y Donaciones. Es decir, si Feijóo baja todos los impuestos que ha prometido no le queda más opción que hacer grandes recortes para cumplir con el déficit. Las bajadas de impuestos solo afectarán a los que más tienen, los que más pueden ahorrar y a tan solo 5 empresas energéticas que ahora están batiendo récords de beneficios. Los recortes afectarán a la gran mayoría como ya vimos en la aplicación de medidas de austeridad por el Gobierno de Rajoy en la anterior crisis.
Deuda
El control del déficit nos lleva a la otra batalla narrativa que ha dirigido el Partido Popular en los últimos meses: la reducción de la deuda. Ante los buenos indicadores económicos que ha cosechado el país en los últimos meses, uno de las pocas rendijas discursivas que le quedaba a Feijóo era señalar el incremento de la deuda. Pero incluso en eso, Feijóo está engañando al electorado fijando el debate en el incremento en cifras totales en vez de en referencia al PIB como nos exige Europa. Pese a que la deuda aumenta, el porcentaje de deuda sobre el PIB no ha dejado de bajar desde que alcanzara su pico del 124% del PIB durante la pandemia. 2022 cerró con una deuda del 113,2% respecto del PIB y se prevé que se cierre este año en el 111%. Cifra que podría disminuir gracias a las revisiones que se están dando en el crecimiento de la economía que ya apuntan a que el PIB crezca por encima del 2%. Por ejemplo, los datos del primer trimestre del Banco de España muestran que pese a que la deuda en cifras totales aumenó en 1.535 millones de euros, el peso de esta sobre el PIB se redujo del 113,2 al 113%.
Si Feijóo pretende reducir la deuda recortando en gasto público, tal y como intentó hacer Mariano Rajoy en la anterior crisis con las medidas de austeridad, al mismo tiempo que recorta ingresos tributarios rebajando impuestos a los que más tienen, las consecuencias pueden ser que la economía se retraiga, se genere desempleo y se recaude menos todavía. Fue exactamente lo que pasó cuando en la anterior crisis el Partido Popular aumentó la deuda respecto al PIB del 70 al 105% y tras una legislatura de austeridad tan sólo la consiguió reducir al 102% del PIB. Las consecuencias de aquellas medidas de austeridad sobre el sistema sanitario que más tarde se tuvo que enfrentar a la pandemia de la Covid19 nunca podrán ser cuantificadas en euros.