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Hace tres años, El Rumor de las Multitudes empezó a abrir grietas en el presente. Se produjo así la emergencia de una heterotopía, de un “espacio otro”, encendiendo la posibilidad de lo nuevo. Refugio a veces, avanzadilla a veces, El Rumor de las Multitudes es hoy una apuesta por el periodismo radical. No el periodismo que busca divulgar cierta esperanza utópica, sino el que sale al encuentro de la alteridad para golpear las propias certezas y permitirnos ser de otra manera.
Es Michel Foucault quien acuña el concepto de heterotopía, en el año 1967, para señalar aquellos “espacios otros” que, por oposición a las utopías, son reales y efectivos. Y es también Foucault quien en 1973, en las páginas de “Le monde est un grand asile”, se refiere a la filosofía como a una especie de periodismo radical:
“Me considero como un periodista, en la medida en que lo que me interesa es la actualidad, lo que pasa en torno nuestro, lo que somos, lo que sucede en el mundo. La filosofía, hasta Nietzsche, tenía por razón de ser la eternidad. El primer filósofo-periodista ha sido Nietzsche. Él ha introducido la actualidad en el campo de la filosofía [...] Si queremos ser los dueños de nuestro futuro, debemos plantear fundamentalmente la cuestión de nuestra actualidad. Es por eso que, para mí, la filosofía es una especie de periodismo radical”.
La invocación de Nietzsche y del periodismo filosófico supone una invitación a relacionarnos de un modo muy preciso con la actualidad. Este vínculo entre filosofía, periodismo y actualidad que aparece en “Le monde est un grand asile” nos lleva, inevitablemente, a las lecturas que Foucault hace de Kant a propósito de la Ilustración. La labor del periodismo filosófico de corte nietzscheano consiste en preguntar qué está ocurriendo hoy, en la actualidad, y coincide con la cuestión filosófica fundamental que nos legó Kant en su artículo periodístico “¿Qué es la Ilustración?”.
A partir de esta conjugación de Kant y Nietzsche, el ethos ilustrado que defiende Foucault se constituye como una forma singular de crítica. La apuesta ilustrada del pensamiento kantiano es transfigurada por el martillo de Nietzsche. Kant propone su sapere aude como una forma de decir: “razonad libremente, pero obedeced”; Foucault señalará, por su parte, el lazo inevitable entre el coraje de saber y la apuesta práctica por ser de otra manera. El ethos ilustrado que propone Foucault es, de esta manera, una actitud de combate, una contraconducta, una resistencia ante los dispositivos que nos gobiernan. Una crítica que deviene, inevitablemente, praxis.
Hacer periodismo radical es librar una batalla incansable contra lo que somos, es una lucha por la experiencia, aquí y ahora, contra la manera que tiene el poder de capturarla.
A través de la apertura nietzscheana, Foucault elimina el desfase que el pensamiento de Kant establecía entre Ilustración y crítica. Es más, si en el pensamiento kantiano la Ilustración dependía de la crítica (en tanto que limitación necesaria de todo conocimiento posible), en el pensamiento de Foucault la tarea crítica de sacar a la luz las condiciones de posibilidad históricas del presente obedecen, en cambio, al imperativo de transgredir, de deshacer. El “atrévete a pensar” kantiano sufre una mutación profunda y pasa a ser formulado como “atrévete a pensar de otra manera”.
Es así como el trabajo filosófico-periodístico no será solamente un diagnóstico sobre la actualidad, sino que implicará la posibilidad de interrumpirla, de abrirla a la alteridad. Hacer periodismo radical es librar una batalla incansable contra lo que somos, es una lucha por la experiencia, aquí y ahora, contra la manera que tiene el poder de capturarla. Foucault insiste en apuntar hasta qué punto resulta intolerable ser los que somos, un producto de las complejas relaciones de saber y de poder. Y por eso mismo defiende que el principal interés de la vida, y de la escritura, es permitirnos llegar a ser alguien diferente de quienes éramos al principio. Señalar que nuestras certezas son producto de azares y contingencias históricas nos permite abrir la puerta a un trabajo sobre nosotros mismos. Un trabajo de transformación que Foucault define como “impaciencia por la libertad”.
Diagnosticar de cerca la actualidad, saber quiénes somos en este preciso instante, escribir una ontología del presente para abrir la posibilidad de ser de otra manera. La tarea del filósofo-periodista se ejerce en el punto donde la actualidad se cruza con la alteridad. La filosofía como periodismo radical es, pues, una tarea incansable de búsqueda y apertura de nuevos problemas y perspectivas. La alteridad, esa experiencia concreta donde todavía podemos buscar la verdad, emerge en este mundo nuestro ―que se nos muestra sin alternativas― cuando le damos espacio.
El Rumor de las Multitudes es una apertura a las ideas y a los acontecimientos que agitan el mundo, para forzarlo a ser de otra manera. Una heterotopía. Una apuesta por el periodismo radical.
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Ya lo he comentado más veces, aunque nusca está demás repetirlo cuándo merece la pena.... Creo que el blog "El Rumor de las Multitudes" es un espacio interesantísimo para pensar. Con pausa, con perspectiva, desde otros ángulos...
'Everyone needs a place to think' (Copying from a late-new milennial BBC Four an inspiring inside commercial)