Poesía
Todo era por Roberta

Homenaje a Roberta Marrero (1972-2024). We all love you.
Roberta Marrero. Detalle
Roberta Marrero



Profesora de Filosofía de la Universidad de Alcalá | Filósofo e investigador
4 jun 2024 08:07

A solas con tu nombre, contra el portal resplandeciente,
a solas con la herida del exilio desde tu nacimiento,
a solas con tu canción y tu bujía de sonámbula para alumbrar los rostros de los desenterrados;
porque ésa es la ley.
A solas con la luna que arrastra en las mareas del más alto jardín de la memoria

Olga Orozco, Sol en piscis

Caminábamos por la calle de Santa Isabel cuando escuchamos el eco de las voces. El ritual había comenzado. Apretamos el paso hasta llegar a la librería Mary Read, doblando la esquina. Allí, entre las calles de Marqués de Toca y San Ildefonso, cerca del corazón de Madrid, una multitud celebraba a Roberta Marrero, nuestra diosa travesti. El aquelarre desviado formaba un círculo, cortando la calle y ocupando las aceras. Mientras tanto, el micrófono abierto pasaba de mano en mano, de boca en boca, haciendo resonar los versos de Roberta. Como un bucle, como un mantra, las imágenes de sus libros iban poblando esa estrecha esquina de la ciudad. Hombres de barbas frondosas, chulos y divas, axilas que se transforman en flores, semen que se esparce como chucherías. Mitad humana mitad pez / Caigo presa de mi propio cántico. Toda una polifonía queer evocando su voz, única e inimitable –una pantera y un ciervo–. Además de conmovidas, en aquel momento estábamos poseídas: era como si ella estuviese presente, habitándonos por dentro, acariciando nuestras gargantas y prendiendo un fuego en medio de la tarde. Todo fuego debería arder para siempre.

Dentro de la librería, en La Bodega, libreras y amigues habían preparado un espacio más íntimo para la despedida, una capilla trans en la que se podía ver a la Marrero –proyectada sobre el muro– cantando en directo “Humano, demasiado humano” o “Acostumbrada”. Entre canción y canción nuestra amiga se prodigaba en guiños y flirteos, provocando al público de aquel concierto de 2008 con esa mirada y ese gesto tallados que desarmaban a cualquiera (Mi bolso es un arma, mi cuerpo es un látigo, soy la hija / de Afrodita, me maquillo los ojos con oro y con sangre / mi boca). Permanecimos allí un rato, compartiendo el silencio, los comentarios, las lágrimas y las risas. Cuando quisimos darnos cuenta, nos habíamos fusionado con el público de aquel vídeo que no dejaba de venerarla como la virgen gótica y trava que era. Santa Roberta de Lavapiés. Bañada con nuestras lágrimas, ungida en vino y afeites, elevada a los cielos y acariciada por tanta loca, tanta marica muerta. A más de une nos pareció que en cualquier momento bajaría por las escaleras para decirnos que todo era una broma. Pero no fue así. No.

Irse de todos los lugares. Eso es ser travesti, dice la gran Camila. Y tú le has tomado la palabra a pies juntillas. Fugándote, esta vez para siempre, dejándonos tan huérfanas y parias. Tan pequeñas a tu lado. Con tus versos como único refugio.

Santa Roberta de Lavapiés. Bañada con nuestras lágrimas, ungida en vino y afeites, elevada a los cielos y acariciada por tanta loca, tanta marica muerta.

La Santa compaña queer siguió con la lectura colectiva hasta el final de la tarde. Algunes de negro riguroso. Muches con los labios pintados de rojo, como marcaba el protocolo. La gente se arremolinaba tanto dentro como fuera, intentando también arrullar a sus bellos amores, Inés y Víctor, cuyas miradas estaban cargadas de cansancio y desconsuelo, de estupor ante lo sucedido, de esa ternura infinita que nos deja el duelo, manto silencioso que nos retorna a la infancia. Hubo momentos en que los coches no podían pasar y directamente tomaban otra calle para evitar nuestro tumulto de desviadas y lilas. Otras veces nos tocó apartarnos y observar su sorpresa ante nuestra celebración travesti –nadie les había advertido de que en aquella esquina y durante aquella tarde se conmemoraba a una diosa y vecina del barrio de Lavapiés–. Lo cierto es que, a lo largo de todo el homenaje, pareció que el tiempo de la ciudad se suspendiera por unas horas. Ese tiempo de barrio turistificado y gentrificado, de trolleys y consume-hasta-morir que devora el centro. La Marrero, su sombra de ojos y rojo infinito de labios nos sacaron del tiempo, nos desencajaron, propiciando un acontecimiento en el que toda una comunidad pudo abrazarse, quererse y restañar sus heridas –el tiempo queer de la vulnerabilidad y lo común frente al ritmo incesante e individualista del consumo–. She loved us all.

***

Estamos aquí para ser escritas. Para ser eternas.

Camila Sosa Villada, Las malas

La calle de Santa Isabel tiene una caída en cuesta que desemboca en los muros del antiguo Hospital, hoy sede de un conocido museo. Algunas fotos de comienzos de siglo XX nos muestran un abigarrado barullo de gente entre los puestos del mercado tomando la acera. Entre los adoquines y tiendas, las aves, cochinillos y baratijas se mezclaban sin pudor alguno. Esta transitada pequeña arteria del barrio madrileño ha ido cambiando de rostro en muy poco tiempo. Sabemos de sobra lo que suponen los procesos expropiadores de la gentrificación. Intuimos sus primeros síntomas. De repente, aparecen los primeros moradores extraños, algunas fachadas de tiendas inician la temida transformación. Y cuando queremos darnos cuenta, la plaga de langostas con acentos europeos y prepotencia blanca nos ha arrasado. Ya pocos lugares son reconocibles. Mientras nos agarramos como garrapatas a una memoria que se esfuma a la velocidad imparable y despiadada del capitalismo.

Roberta Marrero
Roberta Marrero

Fue en esta mítica calle donde vimos por última vez a Roberta. Ella vivía en uno de sus portales y formaba parte de nuestro tejido amoroso, vecinal y urbano. Y es que las ciudades son mucho más que ese vaivén anónimo de transeúntes dispuestos a consumir: también son urdimbres de afectos, de alianzas y encuentros, tramas diversas que se construyen desde la sencillez de lo cotidiano. Una librería LGTBIQ+, tu bar favorito y una pequeña plaza pueden formar toda una constelación de vínculos.

Hay personas que te atan a la vida, que te hacen sentir menos sola en el desierto de cemento que es una urbe ya sin rostro. La memoria es una bruma con luciérnagas, reza uno de sus versos más bellos. Y Roberta era esa suerte de luminosidad, de relampagueo, irradiante pelo blanco, pétrea amazona gótica, que siempre nos acogía con una sonrisa, enfundada en unos pantalones negros, camisa vaquera, haciendo gala de esos pómulos a lo Bowie. Era ella quien hacía habitables estas calles. Incluso, nos llevaba de la mano al interior de las iglesias del barrio y alrededores, retratando todo el arte sacro desde lo íntimo y lo voluptuoso. Se mezclaban en Roberta las imágenes de altares, retablos, columnas y santas: como las del maricón de San Sebastián atravesado por mil flechas, con ese cuerpo que a tantas y a tantos invitó al pecado, desde Wilde hasta Mishima. Tanta santa puta, tanto ángel con pluma. Como bien sabía Paco Vidarte, otra marica muerta del barrio, otra plebeya con sol en Piscis, ni los confesionarios aguantan la ley del deseo.

La calle se ha quedado muda desde su partida. Y ahora solo queremos rebautizarla. Dejar la impronta de su nombre: Santa Roberta Lucía.

***

Pensar la comunidad de los vivientes no es nunca algo distinto
a pensar lxs muertxs en común.

Vir Cano, Dar (el) duelo.

Hay meses que se visten de luto. Desde el otro lado del océano nos llegaba la terrible noticia del lesbicidio de Pamela Cobbas, Mercedes Roxana y Andrea Amarante en Barracas. El 17 de mayo, cuando íbamos en un taxi a la vigilia que se había organizado en la Embajada Argentina, la muerte se cruzaba de nuevo con nosotres. El taxista, un joven palestino oriundo de Ramallah, se fijó en la Kufiya de nuestra amiga Fefa y comenzamos a conversar sobre el genocidio de Israel en Palestina –solo pudimos escucharlo y brindarle todo nuestro apoyo–. En medio de la conversación nos sorprendió la noticia, partiéndonos la vida. La muerte siempre irrumpe imprevisible. Nuestra amiga y vecina Roberta se había ido. Todo se mezcló en nuestra mente. Como un vértigo. Nos sentíamos mareades entre las voces del interior del taxi, los ruidos del afuera y las luces de la ciudad. Un sentimiento irreversible de ausencia nos devoraba por dentro y nos masticaba poco a poco.

Al salir del taxi escuchamos el griterío de la vigilia. El aire pesaba más de lo habitual, como si estuviese poblado de ceniza y una fuerza de gravedad tirase de nosotres hacia abajo. Parte de esa energía tenía que ver con la indignación colectiva, con la denuncia del lesbicidio y la rabia ante el clima de odio que Milei ha instalado en la Argentina. Dentro de aquella atmósfera de dolor e ira, de tristeza y solidaridad, se coreaban los nombres de las asesinadas seguidos de un “¡Presente!”. Pero en la comunidad que se afirmaba a través de aquella vigilia, haciendo del duelo una protesta, de la protesta un abrazo y una proclama de resistencia, otro duelo se iniciaba. La ausencia de Roberta comenzaba a hacerse patente en las caras de varias amigas y conocidas congregadas frente a la embajada. Las lágrimas se hermanaban en el aire y sobre la piel con el recuerdo imborrable de nuestra travesti, la zorra de Jesucristo, la mujer escarlata, la Dietrich, la Garbo, la Crawford, nuestra Oscar Wilde y Aleister Crowley.

Hay muertas que hacen temblar el sistema. Hay políticas post-mortem que generan alianzas, que nos abrazan fantasmales y crean una comunidad de dolientes.

La filósofa Sayak Valencia habla de las alianzas post-mortem y nos propone una política trans-mortem. Supone esto una resignificación del espacio del duelo y una concepción del mismo que rompe con cualquier tipo de idea individualista de estos procesos. Se trata, además, de otorgar a lxs muertxs algo así como una agencia política. Valencia nos relata el caso de Paola Sánchez Romero, mujer trans y trabajadora sexual, asesinada impunemente en la Ciudad de México por un cliente que sería puesto en libertad apenas dos días después de los hechos. Ante la injusticia, sus compañeras y amigas, que llevaban el ataúd de Paola hacia el cementerio, decidieron sacar a la muerta como señal de protesta. “Esta comunidad trans de sexoservidoras decide manifestar el cuerpo muerto para llamar a la producción de una alianza, aunque sea instantánea, de una ontología social corporal”. También Lemebel nos describe algunas procesiones fúnebres de locas y travestis que irrumpen en las calles de un Santiago ya dictatorial, procesiones abigarradas, coloridas, destartaladas e hiperbólicas que desafían la grisura de los milicos. Porque hay muertas que plantan cara al poder y a sus lacayos. Hay muertas que hacen temblar el sistema. Hay políticas post-mortem que generan alianzas, que nos abrazan fantasmales y crean una comunidad de dolientes.

El pasado 17 de mayo, el duelo se hizo presente en esa calle de Madrid, que se llenó de velas, pancartas y proclamas. Se pobló de gritos y rabia. Se impregnó con nuestros cuerpos y afectos. Ese día que, según marca el calendario, se celebra el día internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, nuestras gargantas estaban quebradas, las lágrimas se compartían en los abrazos. Las muertas generaron una política afectiva, tomaron la calle, nos empujaron a politizar tanto dolor, a denunciar tanta injusticia. Una semana después volvimos a colectivizar la muerte, a tomar la calle, esta vez para poblarla de poemas y canciones, de afectos y amores. Porque bien lo dice uno de tus últimos versos, la herida estará abierta, pero solo para que beban los pájaros. Roberta, we all love you.

Culturas
Roberta Marrero “Algunas personas no podemos permitirnos el lujo de no poner el cuerpo”
La artista firma un poemario que da vueltas sobre la identidad, la depresión o la violencia contra las mujeres trans. Ella lo llama “poesía sucia”.
Sobre o blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

LGTBIAQ+
Redes sociales Un PDF para saber si eres lesbiana: “Tras leerlo no paraba de pensar cómo había podido no darme cuenta antes”
Publicado hace casi siete años, el ‘masterdoc’ es un documento de culto del Internet lésbico que busca acompañar la reflexión de aquellas mujeres que dudan de si su atracción por los hombres es genuina o fruto del mandato social.
LGTBIAQ+
Memoria Plataforma Trans registra en el Congreso su propuesta de ley de memoria LGTBI
La propuesta que contempla una pensión para personas LGTBI represaliadas en el franquismos parte con el apoyo de Sumar, Podemos, BNG, JuntsxCat, Esquerra y EH Bildu.
Opinión
Opinión Mantícoras
Durante unas jornadas supuestamente feministas en una universidad pública, una ponente se atrevió a decir: “Las trans no sufren violencia porque son hombres”. Los espacios seguros no existen, aunque nos pese.
Sobre o blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas as entradas
Racismo
Racismo Dipo Faloyin: “En África no hay solo historias de pobreza y sufrimiento, sino también de éxito”
En su libro ‘África no es un país’, el periodista Dipo Faloyin se interna en distintas realidades, debates y resistencias para dinamitar con un estilo agudo toda visión monolítica del continente.
Notas a pie de página
Notas a pie de página La fantasía de las esposas perfectas
Hace mucho tiempo que la figura de la abnegada esposa tiene cuota de pantalla. Una obra literaria de ciencia ficción, escrita en los años 70, ha sido adaptada hasta tres veces al cine, en cada ocasión según la atmósfera de la época.
O Salto medra contigo
Que non che conten películas Subscríbete a O Salto e leva seis meses de Filmin de agasallo
Este Nadal, fai posible que O Salto chegue máis lonxe cos seus contidos críticos e leva de agasallo medio ano de Filmin. E se xa tes Filmin, subscríbete e regala o acceso a esta plataforma a quen queiras.
Venezuela
Las Comadres Púrpuras Las Comadres Púrpuras: “Los mecanismos de participación ciudadana en Venezuela fueron cooptados”
Las Comadres Púrpuras es una organización antipatriarcal de Venezuela que nació en 2016, en un momento de grandes dificultades sociales y económicas. Segunda entrega de una serie para entender Venezuela con voces que surgen de abajo y a la izquierda.

Últimas

Siria
Guerra en Siria La reconfiguración del mapa sirio: ¿está cerca la caída de Asad?
La toma de Alepo, Hama y Daraa por parte de los rebeldes de Hayat Tahrir Al-Sham marcan un punto de inflexión para un conflicto que parecía haber caído en el olvido.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Metro de Madrid circula sin una ley de seguridad ferroviaria
Las normas de circulación de Metro de Madrid están reflejadas en una normativa interna que no es de obligado cumplimiento: ningún organismo supervisa la seguridad en el suburbano, tal y como revela una investigación del sindicato Solidaridad Obrera.
Laboral
Laboral ¿Están mejorando los salarios de los trabajadores y las trabajadoras?
Es importante saber lo que ha pasado con los salarios reales, los que resultan de descontar el aumento de los precios.
Israel
Según un informe Amnistía Internacional asegura que Israel “ha cometido y continúa cometiendo” un genocidio en Gaza
Israel trata a la población palestina de Gaza como un grupo infrahumano que no merece derechos humanos ni dignidad, según un informe de Amnistía Internacional.
Opinión
Madres protectoras Cuando la mayoría de medios decían que Juana Rivas había secuestrado a sus propios hijos
Los niños y niñas que están siendo arrancados de sus madres un día hablarán. Es entonces cuando el poder mediático y el poder judicial se darán de bruces con la realidad.
Más noticias
Palestina
Semana de Lectura por Palestina Literatura palestina toma el Metro de Madrid
Tuneando la campaña “Libros a la calle” activistas distribuyen poesía de autores palestinos en el transporte público madrileño en la semana de lectura por Palestina.
Literatura
Nerea Ibarzabal “En un bar me interesan más las conversaciones de cocina que las de barra”
Nerea Ibarzabal es una voz comprometida. “Siempre es el momento, pero ahora es imprescindible”, explica. 'Bar Gloria' es su ópera prima (Susa, 2022), traducida por consonni (2024), y fue la obra más prestada en las bibliotecas el año de su aparición.
Patrimonio cultural
Patrimonio La noria-mirador que pudo destrozar el Palmeral de Elche
Hace quince años la acción ciudadana fue clave para detener el despropósito urbanístico en este espacio patrimonio de la humanidad
El Salto Radio
El Salto Radio ¡Viva el mal!
Proyecto UNA, presentan “La viralidad del mal. Quién ha roto internet, a quién beneficia y cómo vamos a arreglarlo” en Señales de Humo.
Análisis
Análisis Los fantasmas de 1964 atormentan a la democracia brasileña
Con la Ley de Amnistía de 1979, la política del perdón hecha a costa de los perseguidos por la barbarie autoritaria no sólo consolidó el pacto de silencio, sino que estableció la banalización de las violaciones de los derechos humanos.

Recomendadas

Honduras
Reportaje Honduras, el país que sembró Berta Cáceres
Honduras heredó del narcogobierno de Juan Orlando Hernández la violencia que ejercen de forma estructural la Policía, el Ejército, las maras y los sicarios contratados por las empresas para matar a líderes ambientales.
En el margen
Thimbo Samb “Ganar el Goya con ‘Los cayucos de Kayar’ implicaría que el mundo del cine español valora historias diversas”
Cansado de los papeles que le ofrecen como actor negro, Thimbo Samb busca sus propias historias para mostrar de lo que es capaz, la última, un documental sobre su propia vida, que ha sido preseleccionado para los Premios Goya.
Palestina
Palestina “Es nuestra tierra”: colonos israelíes acampan en la frontera con Gaza para lograr un regreso permanente
Envalentonados, un grupo de ultranacionalistas israelíes están acampando cerca de la frontera con la Franja de Gaza para ser los primeros en establecer ahí su nuevo hogar.