Elecciones
La fiesta de Alvise Pérez acaba de empezar (y se mantendrá alejada de los juzgados)

El agitador ultra alcanza su objetivo de conseguir el aforamiento judicial para entorpecer sus causas penales pendientes. En la actualidad, se enfrenta a dos procesos judiciales.
Alvise Pérez
Alvise Pérez. Nacho S. Díaz

Con la irrupción electoral de Se Acabó la Fiesta ha emergido en el campo político institucional una comunidad forjada a través de Telegram, al calor de la marca personal creada por su líder. El partido de Luis 'Alvise' Pérez ha llegado a 800.000 votos y consigue tres actas de diputados: más que Podemos, Junts o el PNV (CEUS). Un segmento social que hasta ahora parecía ceñirse a desarrollar campañas desinformativas y de troleo a través de las redes entra en el Parlamento europeo de la mano de un político no profesional. No obstante, Alvise Pérez no es exactamente un recién llegado a la política institucional. Ejerció de jefe de gabinete de Toni Cantó en la etapa del actor en Ciudadanos, cuando lideraba un grupo parlamentario de 18 diputados en Les Corts valencianas. Desde su papel en la trastienda influía en la comunicación del político y se iba familiarizando con las dinámicas institucionales y parlamentarias de las que ahora formará parte activa.

Tras el colapso de Ciudadanos y la fuga de Toni Cantó hacia la madrileña Oficina del Español, impulsada por Ayuso, Alvise empezó a centrarse en la comunicación política en el mundo cibernético y a forjar relaciones de colaboración con agitadores ultras que acostumbran a diseminar bulos.

Alvise comenzó a conducir campañas financiadas y amparadas por Hazte Oír, la filial española de Citizen go, presuntamente conectadas a la organización ultracatólica secreta el Yunque. Alvise llegó a participar en los rezos enfrente de clínicas abortivas e incluso recibe un premio de la plataforma Hazte Oír en 2021 por su participación en ellas.

Alvise se dio a conocer en la pandemia

Para el politólogo Iago Moreno no es sorprendente esa relación con Hazte Oír, ya que “es cierto que los maestros de la propaganda y de la agitación de ultraderecha en este país han pasado por ahí, no hay mejor escuela”. Moreno sospecha que Hazte Oír estuvo implicado en los actos de agitación política contra Pedro Sánchez durante la pandemia, que tomaron la forma de diversos spots y cápsulas audiovisuales muy controvertidas: “el mítico de la playa que salen todos los cadáveres y una persona de vacaciones, las pintadas estas de ciudadano obedece, las falsas cartillas de racionamiento…”

Alvise tuvo que indemnizar a la exalcaldesa de Madrid por afirmar en Twitter en 2020 que había recibido un respirador personal en su casa en lo peor de la primera ola de la pandemia

Ese momentum de la pandemia supuso un trampolín para la popularidad de Alvise. Precisamente en esta época, FACUA destapó un negocio gestionado por él, dedicado a la venta online de merchandising para pedir la dimisión del Gobierno en bloque. En un capítulo de su libro ¿Por qué dejas que te roben?, Rubén Sánchez explica que “además de banderas ofertaban carteles y camisetas con la cara de Pedro Sánchez junto a lemas que aseguraban que España estaba presidida por un tirano que —emulando al Gran Hermano de George Orwell— aprovechaba la pandemia de la covid-19 para aprobar medidas cuya finalidad principal era controlar a la población y censurar las heroicas voces disidentes”. El establecimiento, alojado en la web tienda.GobiernoDimision.online, vulneraba las leyes de protección de datos, defensa de los consumidores y comercio electrónico, entre otras irregularidades.

Según relata Sánchez en el citado libro, “la noche después de que diésemos a conocer las denuncias, la tienda dejó de estar operativa, lo que intentó justificar con un peculiar mensaje: 'Tras los problemas que ha experimentado nuestra web debido a la gran cantidad de visitas que está recibiendo, anunciamos que permanecerá cerrada durante unos días para proceder a mejoras técnicas que optimicen la experiencia de compra'”.

Sus problemas con la justicia

Del caso de la tienda online Alvise salió relativamente indemne, ya que pese a las flagrantes infracciones, un año después de las denuncias, la decisión de la Agencia Española de Protección de Datos fue de la de castigarle con una simple sanción de apercibimiento. Fue un castigo sin multa económica asociada, pese a que la resolución dictaminaba que la web incurrió en dos infracciones muy graves y una grave del Reglamento General de Protección de Datos.

Esta posibilidad de interacción entre los participantes del chat es clave para ir forjando una comunidad que probablemente ha sido el grueso de la bolsa de votantes que ha cosechado

No le fue tan bien en la denuncia que presentó contra él José Luis Ábalos. El exministro acabó ganando la causa, cuya la indemnización ascendía a 60.000 euros más costas. También le ganó una demanda Manuela Carmena. Alvise tuvo que indemnizar a la exalcaldesa de Madrid por afirmar en Twitter en 2020 que había recibido un respirador personal en su casa en lo peor de la primera ola de la pandemia. Ana Pastor o Rubén Sánchez, son otros de los rostros populares que han demandado a Alvise. En la actualidad, se enfrenta a una causa abierta desde hace tres años por difundir una falsa PCR del entonces ministro Salvador Illa, así como se le investiga por difundir documentación reservada del caso Kitchen, causa en la que declaró hace unas pocas semanas.

En esa etapa de la pandemia, según explican Carlos Beneitez e Irene Martínez, de Pandemia Digital, “Alvise crece y se desarrolla bajo el paraguas de Javier Negre y Estado de Alarma TV (EDA)”. Junto a un elenco de agitadores ultras, que también han perdido varias querellas por difamar y difundir bulos, forman una especie de “triunvirato”, hasta que el ahora europarlamentario acaba rompiendo con ellos en 2022. Martínez argumenta sobre esa ruptura que “como en el caso de todos estos líderes de la desinformación, el narcisismo y el ego forman parte indispensable de su marca personal”.

No obstante, las querellas perdidas no han mermado ni su credibilidad entre sus fieles ni han hecho más que acrecentar su comunidad de seguidores. Es más, Alvise lo ha utilizado como otro de los ejes de su campaña electoral. Tal y como explica el politólogo Moreno, “él mismo dice que una de las principales razones por las que se le debería apoyar como candidato es porque quiere continuar lo que él llama 'la guerra contra los políticos'”.

Aforamiento

Su elección como europarlamentario tiene como consecuencia que las demandas penales que afronta tengan que trasladarse al Tribunal Supremo y este, a su vez, tenga que emitir un suplicatorio a la cámara de Estrasburgo para juzgarlo. Como poco, ese proceso dilataría los procesos. Es algo que no sólo no oculta, sino que, tal y como Moreno afirma rotundamente, “uno de sus principales objetivos políticos es la impunidad. No es una especulación de quienes le seguimos intentando entender el fenómeno, es una parte central de su discurso. Él está pidiendo amparo a sus seguidores para poder hacer lo que él llama 'justicia', su presunta lucha contra los políticos y que en la práctica son un conjunto de actividades presuntamente delictivas”.

El propio Alvise lo justificaba así frente a su comunidad: “Si consigo el aforamiento europeo, podré filtrar toda documentación similar sin que la mafia partitocrática trate de incoar diligencias contra mí”.

La comunidad de ardillas

Según apuntan Carlos Beneitez e Irene Martínez, de Pandemia Digital, “el canal a través del cuál ha forjado su comunidad se llamaba originalmente “Gobierno Dimisión” y después lo cambió y lo convirtió en su canal personal”. A través de esa plataforma de Telegram, Alvise ha conseguido, además de amplificar sus contenidos, tener acceso a una fuente de financiación que aportan sus seguidores. A través de Bizum, Patreon y otros sistemas de donaciones, ha conseguido profesionalizar su actividad y dedicarse en exclusiva a generar contenido para sus fieles.

Beneitez y Martínez explican que el contenido del canal, básicamente son “bulos racistas (vídeos de cosas que pasan fuera de España como si sucedieran aquí o de otros años como si fueran actuales o ambos combinados), bulos sobre políticos de izquierda , bulos sobre el impacto de políticas del gobierno (Ley del Sí es Sí, Ley Trans...), bulos contra periodistas de izquierdas, todo lo que les ayude en su “batalla cultural”.

Para Julián Macías, Alvise usa una fórmula parecida a Qanon: ”dejando preguntas o dudas conspirativas, reescribiendo la realidad modificándola para alimentar conspiraciones o culpabilidades"

Moreno define su forma de trolear como “incendiaria, controvertida, disruptiva y violenta para tratar de descarrilar la conversación pública, exasperar al otro. Alvise absorbe ese estilo que ya circula por todo internet, desde los foros de deporte hasta las conversaciones políticas y la convierte en una estrategia”.

Pone el ejemplo de una publicación, una captura de un supuesto mail en la que le invitan a un debate y en la que le piden una foto, que el contesta con el envío de una instantánea propia con los pantalones bajados enseñando el culo. “Está convirtiendo en parte de su estrategia de comunicación política y tácticas que no vienen del mundo de la política, sino del troll de internet, que cortocircuita la economía de la atención en favor suya”.

Sin embargo, para Julián Macías, especialista de Pandemia Digital, su comunicación “no es muy novedosa, en parte usa una fórmula parecida a Qanon dejando preguntas o dudas conspirativas, reescribiendo la realidad modificándola para alimentar conspiraciones o culpabilidades. Un poco al estilo de Alex Jones haciendo campaña contra personas persiguiéndolas y generando odio hacia ellas”.

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Su migración a Telegram se produce, según Beneitez y Martínez, “cuando les van cerrando las cuentas por sus bulos y discursos de odio: incluso han llegado a simular que les han cerrado cuentas para alimentar sus canales”, comentan. En esta aplicación de mensajería, exponen, “tiene abiertos los subgrupos de comentarios donde sus seguidores dan rienda suelta a sus discursos de odio y a sus teorías conspiranoicas más locas”, algo que considera “imprescindible” para entender su éxito. Esta posibilidad de interacción entre los participantes del chat es clave para ir forjando una comunidad que probablemente ha sido el grueso de la bolsa de votantes que ha cosechado en la noche del 9 de junio.

Tal y como explica Iago  Moreno, “Si consigues que un canal que es un pozo de desinformación, de discursos de odio, apología de la violencia y bulos sea presentado como una comunidad de lucha contra la corrupción, donde son todos iguales, que acompañan a un justiciero que solamente se presenta a dar la guerra contra los políticos desde las instituciones, generas una potente comunidad política”.

“Lo que tenemos que pensar es que con el surgimiento de Alvise la ventana de lo que puede decirse se sigue expandiendo”, reflexiona Iago Moreno

De hecho, esa identidad “comunitaria” es algo que también ha explotado en esta campaña. Sus actos políticos se han asemejado más a “quedadas” informales que a mítines de partido al uso. Han sido encuentros en los que llevaban una caja a la que subirse como toda escenografía, y que, según Moreno “sitúa a Alvise siempre a la altura de los ojos de sus seguidores, en una simulación de igualdad y de comunión. Y se presenta de tal manera como un igual, que es un poco la imagen que intenta transmitir, ese recurso que también ha estado usando Milei”. Esos actos, para Moreno, se convierten en “explosiones vibratorias de gente que se siente formando parte de algo, y eso es una pátina de legitimidad que sirve para enmascarar y para cubrir las acciones desinformativas que hay detrás”.

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El objetivo de realizar este formato de actos políticos es reforzar su narrativa outsider, de supuesto justiciero que lucha contra el “sistema”. “Él plantea estos encuentros para darles en mano las papeletas de su candidatura, diciendo que es importante que la gente las lleve de casa al colegio electoral, porque allí se las podrían cambiar por papeletas falsas, con otro gramaje, etc, mentiras y tonterías que están importadas de otros países como Argentina, donde estas narrativas también circulan mucho, para poner en duda la limpieza del sistema electoral.”, explica Moreno.

Para este politólogo, la idea de sabotaje electoral es central en su campaña, “y toma la forma de una supuesta indefensión ante la junta electoral central, el CIS y Correos, a los que acusa falsamente por ejemplo de estar reteniendo sus actas. Todo esto lo presenta como un déficit democrático, dando la apariencia de que no había libertad para presentarse a los comicios y les dice a sus seguidores que no le han dejado hacer campaña convencional, pegar carteles en los medios oficiales, ni reservar plazas de toros para organizar mítines normales, no le han dejado reservar espacios para actos locales, etc, cuando lo más probable es que sean tan inoperantes que no hayan sabido hacerlo en tiempo y forma”.

La ultraderecha se ensancha

Según los datos del último barómetro del CIS, los principales segmentos que apoyan a Alvise se encuentran tanto en una derecha autopercibida como moderada (quiénes se sitúan en el 7 de 10, siendo 10 extrema derecha) de centro (5 de 10) y extrema derecha (9 de 10). Estos datos dejan entrever que está ampliando el espacio político más allá de aquellos sectores a los que apela Vox, que se suelen ubicar en los deciles situados más a la diestra. Los datos también permiten inferir que despierta sus mayores simpatías en varones menores de 34 años.

Un panorama que permite deducir que se está ampliando el campo electoral de la ultraderecha. El politólogo Moreno lo define como que “se amplía el campo de batalla. Ahora puedes tener circulando permanentemente en la esfera pública teorías de la conspiración que implican a Sánchez, sobre fraude electoral y otro conjunto de discursos que antes eran simplemente exabruptos puntuales”. Algo parecido a lo que ha supuesto la irrupción de Aliança Catalana, una situación que, para Moreno, prueba que no es que se estuviese rompiendo en dos el espacio de la extrema derecha, sino que se estaba multiplicando “¿Por qué? Porque el electorado no era compartido. Aquí lo que tenemos que pensar es que con el surgimiento de Alvise la ventana de lo que puede decirse se sigue expandiendo”.

Otro partido ultra situado en la esfera pública no es, al menos respecto a nuestros sistemas políticos vecinos, una novedad. Moreno expone que “hemos visto en el resto de Europa que la tendencia de la extrema derecha no es a surgir y consolidarse como un partido, es a surgir y multiplicarse (como por ejemplo en Polonia, Grecia, Italia, Francia, etc)”. Este investigador augura que “ya no hace falta que Vox o el Partido Popular hagan propios determinados recursos retóricos para que tengan una circulación mainstream, lo que vamos a ver es que aunque van a competir, se van a enfrentar. En el fondo van a estar ampliando y ensanchando la ventana de Overton, probablemente especializándose en diferentes discursos”.

Por último, advierte sobre la posible tentación en el cálculo electoralista de los partidos progresistas que “entienden que dentro de las dinámicas del sistema electoral, sobre todo en las generales, la aparición de nuevos actores a la derecha del Partido Popular que sean capaces de competir electoralmente sería algo así como un regalo, un dulce regalo que facilitaría revalidar gobierno. Pero ese cálculo lo que no entiende es que, aunque electoralmente un espacio se pueda dividir o compartir, política, social y culturalmente, se puede estar expandiendo”. Después de una noche electoral y sus 800.000 votos, que Se Acabó la Fiesta celebrará en una discoteca, no cabe ya duda de que el fenómeno político de la masculinidad incel y conspiracionista ya ha aterrizado en España.

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17/6/2024 14:00

Tomás Muñoz: ¿no viste la Ventana de Overton a partir de marzo de 2020? ¿no la ha visto nadie desde el izquierdismo y la progresía española? ¿Sólo la véis ahora con la extrema derecha?

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Javier Gallardo Vía
10/6/2024 15:08

Cito: "Aquí lo que tenemos que pensar es que con el surgimiento de Alvise la ventana de lo que puede decirse se sigue expandiendo".

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