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Educación
Tele-educación, tele-trabajo, tele-vida
¿Acabaremos manejando las plataformas virtuales y aceptando una rutina de trabajo, de educación y de vida a distancia? El modelo de aprendizaje a distancia sea una basura. Nunca será igual que uno presencial. Ninguna plataforma virtual podrá sustituir a la relación directa entre profesores y alumnos. Que le jodan a Google.
Hoy he dormido en casa de la familia. Me estaba muriendo del asco con esto de la cuarentena. El que la vida social esté parada me amarga profundamente. Me siento encerrado, sólo que en una cárcel un poco más agradable que la que vemos en las películas. Y el no saber muy bien qué pasará con nuestras vidas, me genera una ansiedad infinita. ¿Qué coño está pasando? ¿qué pasará después de esta crisis? Por eso trato de no cumplir la cuarentena en la medida de lo posible. Necesitaba un poco más de presencia humana a mi alrededor, o al menos cambiar de aires. Y moverme de casa en casa me hace sentir un poco más libre…
Al día siguiente el salón de la casa de mi familia parece una oficina. Mi padre es profesor de instituto y me lo encuentro en su escritorio tele-trabajando a través de plataformas virtuales que todavía trata de entender. Mi hermana está en primero de ESO y me la encuentro en la mesa del salón volviéndose loca con todas las tareas que tiene que hacer desde casa. Y yo y mi hermano estamos en la universidad. Él no para de hacer trabajos encerrado en su habitación. Y yo paso bastante del tema porque sólo me queda una asignatura para terminar la carrera, pero me tienen hasta los huevos los grupos de Whatssap. ¡Cientos de mensajes diarios sobre cómo usar el programa de clase y demás mierdas!
Necesitaba un poco más de presencia humana a mi alrededor, o al menos cambiar de aires. Y moverme de casa en casa me hace sentir un poco más libre…
“¿Qué tal llevas esta situación?”, le pregunto a mi padre. “Pues ahí vamos… los de la innovación educativa estarán frotándose las manos con esta situación… pero vamos, que yo sigo pensando que como la educación presencial no hay nada… ahora quien quiere estudiar lo hará a duras penas, y quien no quiere tendrá la excusa perfecta para no hacerlo. Ya están machacándonos los de las TICs con que si tenemos dudas les preguntemos. A ver qué van diciendo el resto de profesores…”.
“¿Tú Marina qué tal?” le pregunto. “Estoy harta. Esto es una mierda” me dice cabreada. “Nos están mandando mazo de cosas… encima dicen hay que hacer fotografías de todo lo que hagamos y luego subirlas al aula virtual… esto es una mierda”, me repite. Se la ve quemada, muy quemada. “¿Estás haciendo más deberes que antes, no?” le suelto. “Ya te digo… muchos más… como el triple…”. En su mesa se ven cuadernos y libros de todas las asignaturas. Y delante tiene el ordenador con el aula virtual. A un lado, el móvil con el grupo de clase, atenta a lo que van contando.
Esto es un puto caos. Tratar de gestionar a distancia tantos cursos diferentes es un caos para profesoras y alumnas. De momento, nadie se entera de verdad de las cosas. Los grupos de Whatssap son un hervidero. Reina la ansiedad y la confusión. Nuestras rutinas cambian. Las formas de vivir y relacionarnos se transforman. Pero, como todo, nos acabaremos acostumbrando. “Por las buenas o las malas”. Como dice mi madre, somos animales de costumbres. Y el ser humano se acostumbramos hasta a la horca…
Tratar de gestionar a distancia tantos cursos diferentes, es un caos para profesoras y alumnas. De momento, nadie se entera de verdad de las cosas
¿Acabaremos manejando las plataformas virtuales y aceptando una rutina de trabajo, de educación y de vida a distancia? El modelo de aprendizaje a distancia es una basura. Nunca, nunca, será igual que uno presencial. Ninguna plataforma virtual podrá sustituir a la comunicación y la relación directa entre personas, entre profesores y alumnos en este caso. Que le jodan a Google. La educación presencial tiene fallos, pero la salida debería ser justamente más presencialidad. Más cercanía. Más comunicación (y menos digitalización).
Más distancia sólo va a contribuir a empeorar todo. Aunque los gurús de la nueva pedagogía (que suelen trabajar para entidades bancarias) nos lo vendan como “innovación” y “modernización” educativa. En fin, esto ya lo denuncia constantemente @PsicEduM en twitter. Además este es un modelo que supone más elitismo (ellos lo llaman “talento” o “excelencia”), pues solo quienes cuenten con refuerzo y atención en casa van a poder avanzar de verdad. La educación a distancia no es educación (no cumple la función de esta). Es una tomadura de pelo y un abandono del proceso pedagógico. La “tele-educación” rompe con el aprendizaje vivencial y con el compañerismo, pero también con el aprendizaje en grupo, que es como se enseña a los niños en cualquier cultura, aun cuando no hay escuela, es como mejor aprendemos los seres humanos. Este modelo que nos quieren colar es algo anti antropológico. Y otra forma de naturalizar el individualismo.
Es una tomadura de pelo y un abandono del proceso pedagógico. La “tele-educación” rompe con el aprendizaje vivencial y con el compañerismo
Nos lo tratan de vender también como algo temporal, por la crisis del coronavirus. Ya veremos cuántas de las cosas que parecen temporales por esta crisis son temporales de verdad… y lo digo en todos los aspectos, no sólo por el educativo. Miedo me da todo lo temporal, porque muchas veces acaba siendo definitivo. Pero la tele-educación tampoco me parece algo puntual. Ni casual. Esto no es por el coronavirus. Ni tampoco el tele-trabajo. Ni tampoco el aislamiento en casa. Ni vivir a distancia. Eran tendencias que se venían agudizando en las últimas décadas y años y tienen que ver con el sistema en el que vivimos.
Ahora sólo ocurre que nos lo han impuesto forzosamente. De golpe, bruscamente. Ha sido la oportunidad perfecta para imponerlo. Pero es lo que se lleva implantando durante un tiempo en las escuelas, en las empresas, en la sociedad y en nuestras vidas. Vidas cada vez más virtuales, individualizadas y automaticas. Porque son esas las directrices que trae el neoliberalismo: producir de la manera más controlada posible. No sea que haya alguna posibilidad de rebelarnos y joderles el plan que tienen montado. En el fondo, puro tecnocratismo psicópata. La serie Black Mirror lo único que hace es exagerar las tendencias que se están dando. ¿Hacia dónde vamos? ¿Esa es la sociedad que queremos?
Nos lo tratan de vender también como algo temporal, por la crisis del coronavirus. Ya veremos cuántas de las cosas que parecen temporales por esta crisis son temporales de verdad…
Últimamente reflexiono mucho sobre la naturaleza humana. Y aunque soy consciente de que no hay UNA naturaleza humana inmutable, sí que creo que existen ciertas necesidades humanas básicas que todos compartimos. Me refiero a la necesidad de relacionarnos. Somos seres sociales que aprendemos relacionándonos. Que nos realizamos relacionándonos. Que definimos nuestra identidad relacionándonos. Y esas relaciones son mucho más profundas en persona, físicamente. Porque la virtualidad no es real. O sí, es una realidad muy limitada. En la virtualidad te relacionas con hologramas, pero no con personas. Y tratar de sustituir lo físico por lo virtual es un tremendo engaño. Una involución educativa brutal.
Nada tiene que ver aprender desde tu casa, viendo cosas en una pantalla y solo, que en un aula junto a tus compañeros/as y con la guía constante y directa del profesor/a. Nada que ver. Y voy a ser tan bruto como claro: es como comparar hacerse una paja con follar. Pues lo mismo pasa en el plano educativo. No es lo mismo una comunicación audiovisual que una comunicación presencial. En la comunicación física existe una capacidad comunicativa mucho más grande y potente que con la comunicación virtual. Una de las capacidades humanas que nos diferencian del resto de animales es precisamente que tenemos una capacidad comunicativa mucho más grande. Y nos tratan de colar churras por merinas. En vez de potenciar la comunicación que nos hace humanos, ¿vamos a limitarnos a una comunicación virtual fría y deprimente?
Tratar de sustituir lo físico por lo virtual, es un tremendo engaño. Una involución educativa brutal
Existe una obsesión con la innovación. Nos tratan de meter con calzador la tecnología, las redes sociales y demás. Desde luego, que suponen un instrumento de apoyo interesante. Pero eso, de apoyo. Tratar de convertirlo en el instrumento educativo principal es alterar por completo la esencia de la ecuación. Porque, al menos para mí, la educación no consiste en asimilar informaciones como quien abre el frigorífico y come embutido ansiosamente. La educación consiste en aprender a ser personas que aportan a su sociedad mientras se aportan a sí mismas y reciben de los demás.
¿Y cómo aprendemos? Al menos en mi experiencia, se aprende haciendo. Probando. Aplicar conocimientos es la única forma de integrarlos. Y para ello hay que moverse, salir de casa, hacer, relacionarte. En la vida real, física. No en la virtual. No vale con interiorizar informaciones y aplicarlas abstractamente, fuera de contexto, como si fuésemos robots que les incrustan un chip y son programados a hacer X tarea. No. Se trata de hacerlo siendo personas. Con una ética social que sólo se puede conseguir relacionándonos con otras personas, debatiendo, enfrentándonos a la realidad y sus problemas. Sólo siendo conscientes de los problemas y necesidades sociales nos habremos educado de verdad. Sólo así seremos personas de verdad. En definitiva: la educación tiene el objetivo de facilitar que construyamos nuestra propia personalidad en una relación de interdependencia con el entorno. Construyendo a la vez, por tanto, autonomía colectiva.
La educación no consiste en asimilar informaciones como quien abre el frigorífico y come embutido ansiosamente
A lo mejor es que en el sistema actual, el objetivo de la educación es otro distinto al de ser personas profesionales, autosuficientes, críticas y solidarias. A lo mejor es que simplemente quieren que seamos “profesionales”. Técnicos automatizados. Porque en ese caso sí tendría sentido que fomenten la tele-educación. A lo mejor es que no nos dicen abiertamente qué tipo de personas y de sociedad quieren construir con el modelo educativo actual (y el que se viene). Decírnoslo claramente, cabrones: ¿queréis personas o robots? ¿Queréis gente que sienta y que piense con sentido moral y crítico, o gente que ejecute obedientemente?
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Muchas gracias por el artículo: Esta prueba les viene de perlas y no sería extraño que en un futuro, más cercano que lejano, la función de los profesores fuera parecida al trabajo en un “call-center”, para responder las preguntas de los alumnos y que una centralita no pudiera responder.
Excelente artículo, te felicito, has cantado unas cuantas verdades; esperemos que muchos te escuchen.
Felicidades por el artículo! Cuánta razón. Esperemos que muchas de las cosas que llaman temporales lo sean de verdad