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Energía nuclear
José Luis Ybot y Paca Blanco: “Cada central nuclear resulta ser una potencial bomba sucia”

Coincidiendo con la ruta de charlas informativas que Colectivos en Lucha Extremadura, Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear está desplegando por toda la región esta primavera para contrarrestar la ofensiva del lobby pronuclear, agudizada tras el apagón del pasado 28 de abril, entrevistamos a dos de sus embajadores: la histórica militante ecologista Paca Blanco y al activista antimilitarista y antinuclear José Luis Ybot (Kurdo). Con los dos hablamos sobre el cierre de las nucleares, sobre la transición energética y sobre las implicaciones civiles y militares del debate abierto en torno a la energía.
La situación de emergencia recientemente vivida ha vuelto a poner sobre la mesa la fragilidad estructural de nuestro sistema energético y las decisiones estratégicas que hemos tomado como país. Sumado a un contexto internacional cada vez más inestable, con una Unión Europea apostando por el rearme y una escalada bélica global vinculada a la producción y control de fuentes energéticas estratégicas (como la nuclear) reunimos dos voces expertas y con los pies en la calle que trazan un vínculo preciso entre antimilitarismo, resistencia ecologista y sostenibilidad energética.
Paca, un año más, desde las organizaciones sociales en las que participas, Colectivos en Lucha, Movimiento Ibérico Antinuclear y Ecologistas en Acción, habéis lanzado una campaña para denunciar la energía nuclar ¿Cuáles son las razones?
P.B. Bueno, en primer lugar, yo creo que la oposición a la energía nuclear la teníamos que tener clara toda la ciudadanía. Es increíble que nos digan que una central nuclear es barata, verde y no tiene problemas. Las centrales nucleares son un riesgo tremendo para la población y con esta campaña queremos insistir en que ya es hora de hacer cumplir el acuerdo de cierre programado al que las eléctricas y el Gobierno llegaron en su momento y que, en estos momentos, estas se quieren saltar chantajeando miserablemente al Gobierno. Pretenden seguir funcionando unos años más con cierta seguridad sin hacer las inversiones a las que están obligadas y tampoco quieren pagar la tasa ENRESA.
Con esta campaña queremos insistir en que ya es hora de hacer cumplir el acuerdo de cierre programado al que las eléctricas y el Gobierno llegaron en su momento
¿Cuáles son los principles problemas de la energía nuclear?
Pese a lo que muchos medios pregonan, se trata de una energía cara, insegura y prescindible. Cara porque precisa de grandes cantidades de energía, fundamentalmente en forma de petróleo, por lo que el incremento en su precio implica un encarecimiento del combustible nuclear. Insegura porque requiere enormes cantidades de uranio procedente de minas que suponen impactos ambientales y sociales muy importantes, generando residuos de alta actividad radiactiva, y también por las consecuencias que podría tener un accidente nuclear. Finalmente, se ha demostrado prescindible porque, como se ha comprobado recientemente, supone menos de un 20% de la energía que se consume en España y en la mayoría de los países, pudiendo ya ser sustituida por otras fuentes menos contaminantes y más seguras.
Actualmente hay una defensa desatada de las centrales nucleares. ¿Por qué crees que se está usando el apagón para reivindicar la energía nuclear y por qué, sin embargo, empresas como Naturgy, Iberdrola o Endesa no han reclamado formalmente al gobierno la apertura de las centrales?
P.B. Bueno, pues porque en realidad la apertura no les interesa. Ya estoy diciendo que para poder poner en marcha un permiso de explotación y tener más años abiertas las centrales tienen que invertir una millonada en reparaciones y en seguridad... Y no están dispuestos a hacerlo. Quieren que sigan funcionando unas centrales que ya están amortizadas y seguir ganando dinero sin invertir en nada, ni en seguridad, ni en reparaciones, ni en gestión de residuos, ni en nada... Tenemos casi 10.000 toneladas de residuos radioactivos de alta actividad, que duran activos cientos de miles de años, y no sabemos qué hacer con ellos. Y si no sabemos qué hacer con ellos no podemos seguir generando más toneladas de los mismos.
En un escenario de emergencia energética y transición climática, ¿es realista prescindir completamente de la energía nuclear? ¿Estaríamos renunciando a una“reserva estratégica”?
P.B. Si la ciudadanía se va dando cuenta, hay cada vez mas renovables, hay mas eólica parada... Porque la nuclear no se puede parar. La estrategia sería tener almacenamiento porque, tal y como ya está ocurriendo, el agua, el aire y el sol esta dando muchísima potencia y a precio 0.
La afirmación de que las centrales nucleares son una aportación más estable al sistema energético es un invento de las eléctricas y de la derecha que defiende al oligopolio eléctrico
¿Qué alternativas reales —renovables, almacenamiento, gestión de demanda— están hoy listas para sustituir la aportación estable de las centrales nucleares?
P.B. La afirmación de que las centrales nucleares son una aportación más estable al sistema energético es un invento de las eléctricas y de la derecha que defiende al oligopolio eléctrico, donde tienen a la mayoría de sus políticos a causa de las puertas giratorias. Hay una lista de 45 políticos en el oligopolio eléctrico y en Red Eléctrica, (también hay alguno de PSOE) y mienten descaradamente: las centrales nucleares no son ninguna aportación estable y, sí, son prescindibles.
¿Qué margen existe para una mejor planificación energética que minimice riesgos sin recurrir a lo nuclear? ¿Estamos a tiempo de hacerlo bien?
P.B. Estamos a tiempo de hacerlo bien, aun cargando con las consecuencias de las nucleares, que no son moco de pavo. Tenemos, como ya he dicho, alrededor de 10.000 toneladas de residuos de alta actividad que duran activos cientos de miles de años y que dejaremos a las generaciones futuras por haber derrochado sin miramiento y sin control. Estamos a tiempo de no generar más, cerrándolas todas. Si no sabemos qué hacer con los residuos, no generemos mas y pongámonos a ver qué hacemos con esos miles de toneladas existentes en las inmediaciones de las centrales nucleares, en contenedores de seis metros de alto por cuatro de ancho, y a los que solo falta pintarles una diana en el techo.
A ver qué hacemos con esos miles de toneladas existentes en las inmediaciones de las centrales nucleares, en contenedores de seis metros de alto por cuatro de ancho, y a los que solo falta pintarles una diana en el techo
Debe hacerse un mapeo, una restitución y una planificación de las renovables, donde se respete un principio de solidaridad con los territorios, porque no se pueden sacrificar unos territorios para alumbrar otros. Hablo claramente de Extremadura, que entre sus dos reactores y las renovables alumbra Madrid, mientras que en la Comunidad de Madrid alegan una y otra vez en contra de poner renovables en su comunidad. Madrid es un pozo sin fondo y un agujero negro de energía. Por lo que, yo propongo que el AGP [Almacenamiento Geológico Profundo, lugar donde deben almacenarse durante un periodo de miles de años los residuos nucleares de alta actividad] se ponga en Madrid.
Kurdo, ¿Puede realmente desvincularse la energía nuclear del ámbito militar en el contexto de rearme europeo actual?
JLY: El origen de la energía nuclear no es otro que la experimentación para conseguir las primeras bombas atómicas. A partir de ahí, se desarrolló esta fuente de energía que se ha hecho pasar por “limpia” porque no emite CO2. Sin embargo, poco se dice de la generación de los residuos más peligrosos que ha creado el ser humano, y que tienen una vida que excede nuestra capacidad de medida. El hecho de que, además, cada central nuclear resulta ser una potencial bomba sucia, convierte estas centrales en objetivo militar de primer orden. Lo hemos visto recientemente con los demenciales ataques ucranianos sobre la central de Zaporidja, creada por la extinta URSS y a la sazón la mayor de Europa. Solo por esto ya deberíamos considerar las centrales un peligro público.
El hecho de que, además, cada central nuclear resulta ser una potencial bomba sucia, convierte estas centrales en objetivo militar de primer orden
Respecto a la cuestión del rearme, en parte puede ser cierta la afirmación de que será importante para el mantenimiento de la depredación de recursos de la que depende el capitalismo, aunque tampoco debemos dejar de lado que, en el corto plazo, puede suponer un balón de oxígeno para la industria europea (especialmente para la alemana), muy dañada por la competencia china y por el alza del coste del gas derivada de la guerra de Ucrania.
¿Está la promoción de la energía nuclear en la UE alimentando una nueva carrera por el control de materiales estratégicos y capacidades tecnológicas de doble uso?
JLY: La promoción actual de la energía nuclear no tiene sentido, ya que el uranio necesario para su funcionamiento es el elemento más escaso y del que menos reservas existen ahora mismo, así que sólo puede explicarse esa promoción desde la lógica de maximizar el beneficio de las empresas que actualmente las gestionan. Pretenden alargar su vida útil sin hacerse cargo de los enormes costes que supondría acometer las acciones para ello, que ya están pidiendo que se hagan con dinero público.
La promoción actual de la energía nuclear no tiene sentido, ya que el uranio necesario para su funcionamiento es el elemento más escaso y del que menos reservas existen ahora mismo
De hecho, no conocemos muchas voces, además de las del PP y las ultraderechas, que en Europa estén pidiendo más energía nuclear. El rápido agotamiento de las reservas de uranio, así como el hecho de que muchas de ellas se encuentren en países colonizados o críticos (como Rusia) es otro factor que hace inviable la continuidad de dicha energía. La rebelión antifrancesa en Niger, de la que se abastecía de buena parte de su uranio, nos da una pista de lo precario de su suministro.
En términos sociales, ambientales y políticos ¿podría una transición acelerada hacia renovables reducir la presión sobre zonas ricas en uranio, gas o tierras raras? ¿O corremos el riesgo de repetir esquemas extractivistas? ¿Qué supone eso para regiones como Extremadura?
JLY: La realidad más clara es que, por mucha energía renovable que se despliegue, el consumo de fuentes fósiles no sólo no ha disminuido, sino que sigue aumentando. Las renovables eléctricas (solar, hidro, eólica, biomasa…) no sustituyen al uso del diesel, fundamental para la maquinaria pesada y el transporte por carretera que sustenta nuestro actual modelo económico. El biodiesel es una broma pesada, pues si seguimos dedicando tierras fértiles para la producción de biocombustibles, pronto veremos nuevas hambrunas en las zonas más depredadas del planeta.
Para Extremadura, la continuidad del sistema supondrá verse convertida en “tierra de sacrificio”, fuente de la energía y recursos que demanda el capital en otras zonas. Madrid recibe la energía de Almaraz: ¿por qué no, entonces, se quedan con sus residuos? Y es que una zona de sacrificio es aquella en la que las lógicas de acumulación capitalistas se imponen a las necesidades de la población generando residuos, minería, consumo de agua, desempleo, purines, escasez de vivienda, contaminación...
En una Europa que está rearmándose, ¿qué modelo energético es más coherente con una política exterior basada en la paz, la desmilitarización y la sostenibilidad?
JLY: Más allá de la actual coyuntura europea (que dicho sea de paso, no es nada halagüeña), el modelo energético del capitalismo es insostenible, así como es insostenible el consumo de recursos que acarrea. Aparte de un decrecimiento anticapitalista, no veo ninguna salida a medio plazo para nuestra sociedad, y esto se traduciría en paz, desmilitarización (habría que utilizar los recursos y energía aun existentes en sostener a la población sin seguir depredando el planeta). La única sostenibilidad que podría ser real es desmontar el capitalismo.