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Extremadura
El Bloque Popular de Extremadura, una experiencia desde el extremeñismo revolucionario
Desde aquel “Extremadura para los extremeños”, considerado hito inaugural del extremeñismo político, muchos han sido los intentos de articular políticamente -a través de la consideración de los rasgos identitarios y de la crítica de la subordinación socioeconómica-, la defensa de una comunidad históricamente postergada en una organización de carácter regionalista/nacionalista.
Desde aquel “Extremadura para los extremeños”, considerado hito inaugural del extremeñismo político, muchos han sido los intentos de articular políticamente -a través de la consideración de los rasgos identitarios y de la crítica de la subordinación socioeconómica-, la defensa de una comunidad históricamente postergada en una organización de carácter regionalista/nacionalista. La demanda de una mayor autonomía, la defensa de los rasgos culturales propios y el cuestionamiento de la distribución y estructura político-territorial del Estado, resumidamente, han sido las reivindicaciones-fuerza donde se encuentran las raíces del regionalismo en Extremadura.
A principios del siglo XX, en los albores del regionalismo extremeño, regeneracionistas “regionalistas” como Juan Muñoz Chávez, Juan Luis Cordero o Regino de Miguel, con la presencia de las diputaciones y tras reunirse en Mérida el 26 de noviembre de 1918, acordaron hacer un llamamiento a las fuerzas vivas de la región para que recabaran del Gobierno la aprobación de un Estatuto para Extremadura. Antonio Norberto Elviro Berdeguer (Salorino, Cáceres, 13 de junio de 1892 - Cáceres, 7 de diciembre de 1936), consideró dichas iniciativas “regionalistas” como representativas del sistema caciquil de la Restauración y, por tanto, incapaces de iniciar y canalizar cualquier esfuerzo extremeñista. Por aquel entonces, Antonio Elviro criticaba que la riqueza extremeña estuviese “explotada por los acaparadores que viven al amparo de las inmorales combinaciones de los arrendamientos (...) a costa de los modestos labradores y yunteros” y llamaba a “todos los extremeños que sientan el dolor de la orfandad y las consecuencias del olvido (…) a todos ardientemente que (…) eleven su pensamiento, lo enaltezcan y lo santifiquen por el ideal del progreso, de la paz y del luminoso porvenir de Extremadura”. Es decir, apostaba por un regionalismo o extremeñismo social y político que propugnaba, entre otras cosas, una Reforma Agraria que cambiara la estructura de la propiedad, una industrialización tomando como base la producción agrícola y ganadera, y un alejamiento de aquella “casta de políticos vergonzantes que tomaron a Extremadura como su coto, con astucia e inmoralidad”. Fusilado en Cáceres el 7 de diciembre de 1936 por el ejército franquista, fue uno de los primeros en procurar que la conciencia regional valiese de palanca para transformar el marco socioeconómico de la región.
Con la “herencia revolucionaria de aquellos campesinos y jornaleros que durante la II República se lanzaron a luchar contra el fascismo y los terratenientes”, y diferenciándose “claramente del extremeñismo de derechas y burgués”, nacía El Bloque Popular de Extremadura
Tras la muerte de Franco, en plena efervescencia democrática, brotarían fuerzas políticas como Acción Regional Extremeña (1976) o Extremadura Unida (1980), que pretendiendo enarbolar la bandera desde un regionalismo de centro-derecha, no lograron destacados apoyos electorales. Sin embargo, a principios de los años 80, llegaba un ”movimiento que pretende agrupar a todas aquellas personas, colectivos y asociaciones que tenemos en común una voluntad decidida de cambiar realmente las injusticias y el caciquismo que sufre Extremadura”. Con la “herencia revolucionaria de aquellos campesinos y jornaleros que durante la II República se lanzaron a luchar contra el fascismo y los terratenientes”, y diferenciándose “claramente del extremeñismo de derechas y burgués”, nacía El Bloque Popular de Extremadura.
La génesis del Bloque Popular de Extremadura
En el tardofranquismo, la izquierda revolucionaria se agrupaba y fragmentaba a tiempos iguales. La segmentación del Partido Comunista de España, debido a múltiples factores, dio lugar a organizaciones como el Partido de los Trabajadores (previa fusión del Partido del Trabajo de España y la Organización Revolucionaria de Trabajadores) o el Partido Comunista de España Unificado (después de la unión entre miembros del PCE y del Partido Comunista de los Trabajadores). Las escisiones en ETA, rozando los años 70, también terminaron significando el nacimiento de partidos como el Movimiento Comunista de España.
Fueron miembros del Movimiento Comunista de Extremadura, PCE (VIII y IX Congreso) y activistas antinucleares, ecologistas, antimilitaristas… los que se reunieron en Calamonte, a principios de 1981, con el objetivo de lograr ”la unidad y organización popular para luchar por una tierra sin nucleares, sin caciques, próspera, progresista (...) libre y socialista“. Posteriormente, tanto en Mérida como en Cáceres se incorporaron militantes de la ORT y de la Liga Comunista Revolucionaria (partido trotskista y sección española del Secretariado Unificado de la IV Internacional), aunque la base del Bloque en las diferentes poblaciones fueron militantes del MCEx, activistas de movimientos sociales, estudiantes, jóvenes y emigrantes retornados que anteriormente no habían estado en ningún partido político.
El alma del Bloque era la construcción de un movimiento social, político y cultural en Extremadura y para Extremadura
La génesis del Bloque Popular de Extremadura no se encuentra en la voluntad de confluir en un partido al uso sino en aquel republicanismo del Siglo XIX que Marx definió como ”una forma muy anárquica de gobierno federal“. El alma del Bloque era la construcción de un movimiento social, político y cultural en Extremadura y para Extremadura. La configuración del BPEx no ha de entenderse, entonces, como consecuencia de la descomposición de los partidos a la izquierda del PSOE: el Bloque nació fundamentalmente por el impulso e iniciativa del MCEx, un partido heterodoxo tanto en su organización -era autónomo en Extremadura-, como política e ideológicamente -estaban, por ejemplo, totalmente a favor del autogobierno y del derecho de autodeterminación del País Extremeño, concepción que desarrollaremos más adelante-. Quitando al MCEx, que tuvo especial impronta en su creación, en el Bloque más que partidos políticos operaban militantes de los referidos con anterioridad (PTE, LCR y ORT). Tras la constitución de BPEx, el MCEx desapareció prácticamente de la vida pública. Es ahí, en la diáspora comunista en España y en su consiguiente reconfiguración político-territorial, donde hemos de situar el origen del partido que pretendía ser el primer instrumento político del extremeñismo marcadamente de izquierdas y revolucionario.
La ideología del Bloque
La mescolanza, pues, entre distintas tradiciones históricas e ideológicas se amalgamaron en torno a tres grandes pilares: la concepción de una praxis democrática radical y participativa frente al modelo de democracia liberal burguesa; el rechazo del capitalismo como sistema de opresión que dilata la desigualdad y el subdesarrollo histórico de la “Extremadura saqueada” (con perspectiva de clase y en base a una injusta estructura de la propiedad, los profundos desequilibrios económicos y sociales derivados del centralismo económico, etc.) y la lucha por la soberanía y emancipación del País Extremeño.
En relación a los dos primeros pilares, destacan puntos de su programa electoral donde proponen una reforma agraria “bajo el principio de la tierra para quien la trabaja, que conlleve una expropiación (…) de fincas mal explotadas, parejo a una serie de transformaciones alternativas y un plan de comercialización de los productos agrarios”, la protección de “nuestros parques y zonas rurales”, la “potenciación de (…) centros de salud en cada localidad extremeña” o la “creación de universidades populares”, así como de escuelas públicas y gratuitas “con especial importancia para los municipios rurales”. Las manifestaciones contra la OTAN o las nucleares también ayudan a configurar sus planteamientos político-teóricos.
El Bloque tiempo después de su experiencia electoral en 1983- consideraba que Extremadura había sido históricamente víctima del colonialismo económico
Según el propio movimiento, los aspectos básicos de la política revolucionaria del Bloque en relación al último pilar son: (1) la exigencia del derecho del pueblo extremeño a dotarse, soberanamente, de un sistema real de autogobierno, (2) la exigencia del derecho del País Extremeño a la autodeterminación, (3) la defensa de unas relaciones entre los pueblos basadas en la libertad, la soberanía y la colaboración solidaria y (4) la construcción del País Extremeño en una federación o confederación de Repúblicas. Para el BPEX, la utilización de conceptos como región o nación eran problemáticos y contradictorios, ya que la región, por un lado, se asociaba “con la idea de una España nacional y centralista, que ha supuesto opresión y expolio para Extremadura; también implica la aceptación de una ”autonomía“ que impide el autogobierno del pueblo extremeño y la subordinación al actual Estado que nos oprime, (pudiendo ser) tapón que comprima las energías revolucionarias de nuestro pueblo”, y el concepto nación, por otro, “no se ajustaría al nivel de conciencia como pueblo existente en el País Extremeño; no sería comprendido por sectores avanzados del movimiento obrero, que son quienes han de estar al frente del proceso de transformación social”. Así, preferían la denominación de Extremadura como País.
Extremadura como país
Muy a grandes rasgos, sin entrar en la profundidad del planteamiento y a modo de resumen, el BPEX -de manera más teóricamente desarrollada bajo el nombre de Bloque Extremeñista Revolucionario, denominación que, como veremos más adelante, ostentará el Bloque tiempo después de su experiencia electoral en 1983- consideraba que Extremadura había sido históricamente víctima del colonialismo económico, reduciendo al pueblo extremeño a ser mano de obra barata a disposición de la industria y servicios de las zonas desarrolladas. Expolio que no se reducía al ámbito económico, sino que también damnificaba el plano lingüístico, social y cultural, siendo la aniquilación del habla popular extremeña epítome del menoscabo. Estas condiciones eran el resultado de un proceso histórico concreto, que abarcaba desde las consecuencias del Honrado Concejo de la Mesta de Alfonso X hasta el sometimiento de la oligarquía reaccionaria del franquismo, pasando por la división en dos provincias (lo que enfrentaba a la Alta y Baja Extremadura) o la desamortización del siglo XIX. Es esta conciencia del hecho diferencial extremeño lo que, según el Bloque, implicaba la necesidad de reivindicar Extremadura como País y como Pueblo. Esta autonomía y soberanía eran opuestas al nacionalismo esencialista o a las concepciones nacionales rígidas: el Bloque consideraba que el camino de la liberación se hacía desde el extremeñismo revolucionario, concibiéndolo como estrategia hacia el socialismo.
La “Cuestión Extremeña”, junto a la apuesta por una Reforma Agraria, la desmilitarización y desnuclearización de Extremadura, el rechazo al Estatuto de Autonomía de Extremadura, la oposición de izquierdas al PSOE y su reformismo y, en definitiva, la aspiración a la transformación de la sociedad y de las realidades de subordinación económica de Extremadura, fueron las señas de identidad del extremeñismo revolucionario, del BPEx.
Elecciones generales, 1982
Si bien el jueves 28 de octubre de 1982 se celebraron elecciones generales en España, el Bloque Popular de Extremadura no iba a presentar candidatura al Congreso. Se posicionaron contra la derecha y el caciquismo, donde ”Fraga es el neofranquismo (...) está por la militarización de la sociedad, la nuclearización de la tierra, la intolerancia y la censura. En Extremadura Fraga es el representante de los terratenientes, los caciques y los franquistas, que durante años y años han exprimido a los extremeños y han hecho de nuestra tierra su coto privado“. Tampoco apoyaron al PSOE, acusándolos de aceptar el sistema, resignarse a vivir bajo la amenaza del golpe de estado, hacer suya la política de los grandes monopolios, hacer el juego al nacionalismo centralista, negar la Reforma Agraria y evitar enfrentarse al poder de los terratenientes. ”Con estos compromisos, el PSOE solo podrá gestionar lealmente el capitalismo (...) Si dan garantías a los empresarios y banqueros, a los militares, a la iglesia y a los americanos... ¿qué es lo que quiere cambiar el PSOE? ¿Cuáles son las garantías que da a la clase obrera?“.
De las siete candidaturas extremeñas, el Bloque Popular de Extremadura se presentó únicamente por la circunscripción de Cáceres, con José Luis Martín Galindo como cabeza de lista
Desconfiando, así, de la utilidad de unas elecciones que ”contribuirán a reforzar los pactos por las alturas, a suplantar el protagonismo popular“ y donde ”como mucho habrá recambio de unos por otros“, el Bloque pidió la abstención, y siguió trabajando por la movilización, organización y unidad popular como medio principal y necesario para acabar con la marginación y el expolio colonial de Extremadura.
Elecciones a la Asamblea de Extremadura, 1983
Las primeras elecciones a los parlamentos de las comunidades autónomas del Estado español se produjeron en mayo de 1983. De las siete candidaturas extremeñas, el Bloque Popular de Extremadura se presentó únicamente por la circunscripción de Cáceres, con José Luis Martín Galindo como cabeza de lista.
Con un censo regional de 786.200 electores, casi el 72% de la población respondió a la llamada de las urnas, haciendo con casi 300.000 votos presidente de la Junta de Extremadura a Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
En unas elecciones donde el BPEX denunció infinitas trabas y censuras (la Policía Municipal de Cáceres, según El País, les prohibió pegar su propaganda electoral en los paneles que les habían sido asignados, considerando candidatura ilegal), consiguieron 2.249 votos, insuficiente para conseguir escaño. Sin embargo, lograron 16 concejales, siendo varios de ellos en el pueblo de Majadas de Tiétar, donde años antes el MCEx ya tenía implantación territorial y un alcalde con amplia trayectoria en la militancia revolucionaria.
Majadas de Tiétar: el mejor alcalde, el pueblo
“Alrededor de las 9 de la noche, en las escuelas donde estaba el colegio electoral, una salva de aplausos y puños en alto acogía los resultados del recuento electoral: cinco concejales para nuestro partido. Tres para tos independientes y uno para la UCD. Los trabajadores y la izquierda no cabían en sí de alegría: los caciques y le derecha brincaban de rabia...”. Así recogía el periódico regional del Movimiento Comunista, Tierra Extremeña, la victoria del alcalde Belarmino Martín Galindo, militante del MCEx, en las elecciones locales de 1979.
Introdujeron mecanismos de participación popular en el Ayuntamiento como la celebración de referéndums para aprobar o vetar los acuerdos municipales, y borraron cualquier vestigio franquista de sus calles
Martín Galindo, obrero de la central nuclear de Almaraz, organizador de las CCOO en la Alta Extremadura y secretario del sindicato en la comarca de Campo Arañuelo, se convertía en alcalde de Majadas de Tiétar, pueblo al margen izquierdo del río Tiétar de poco más de 2.000 habitantes. Entre sus primeras medidas destacaron la construcción de un pozo de agua potable para resolver el desabastecimiento de tan indispensable derecho, la concesión de dos nuevos grupos escolares, la ampliación de la plantilla de maestros para que los niños y niñas del pueblo no tuvieran que desplazarse a Casatejada o la adjudicación de una carretera de enlace con la de Navalmoral-Plasencia. Dentro de las acciones más importantes acometidas por el ayuntamiento destacan la construcción de un embalse y puesta en regadío de una parte de la Dehesa Boyal, creando una empresa municipal -acuerdo que fue aprobado mediante referéndum popular- así como la entrega de huertos a todos los pensionistas del pueblo que quisieran cultivarlo. También introdujeron mecanismos de participación popular en el Ayuntamiento como la celebración de referéndums para aprobar o vetar los acuerdos municipales, y borraron cualquier vestigio franquista de sus calles.
Servir al Pueblo, periódico del Movimiento Comunista, recogía en una de sus publicaciones un reportaje sobre la alcaldía de Martín Galindo donde se narraba la reacción a aquellas medidas democratizadoras: “Lo cierto es que, entre unas cosas y otras, el Ayuntamiento de Majadas ha sido un Ayuntamiento molesto e incómodo para los que mandan en la región. Motivos para pensar así no faltan: amenazas de muerte para el alcalde; continuas maniobras de la derecha para desprestigiar a la nueva corporación (que si los comunistas van a apedrear las procesiones de Semana Santa, que si salen las procesiones van a poner una bomba en la iglesia, que si han amenazado al cura... -como si no tuviéramos otras preocupaciones...“): el gobernador civil que anula los acuerdos de la corporación y se niega a enviar fondos para el empleo comunitario; los desconocidos de siempre que van y tachan un mural pintado por el Ayuntamiento con los colores de la bandera extremeña; la Guardia Civil que denuncia al alcalde...”.
Del BPEx al Bloque Extremeñista Revolucionario
Años después, integrado ya el MCEx en el Bloque Popular de Extremadura, Berlamino Martín Galindo conservó su alcaldía, y el Bloque, tras ser refundado el 18 de septiembre de 1983 tras una asamblea celebrada en Cáceres y como consecuencia de un debate interno, encuentra continuidad en el llamado Bloque Extremeñista Revolucionario (BER), formación política asentada en el municipio cacereño de Majadas de Tiétar, donde conseguiría la alcaldía en varias ocasiones. La etapa del BER fue un período de profundización desde el punto de vista político, ideológico y organizativo: se afinó teóricamente el significado del extremeñismo revolucionario y se ahondó el carácter asambleario y colectivo de la organización. El BER, compuesto principalmente por antiguos militantes del MCEx, se presentaría en algunos comicios bajo la denominación de Unidad Extremeñista de Trabajadores. Las últimas noticias datadas del Bloque fueron, cronológicamente, la participación en un mitin de Unidad Popular Castellana en Villalar (1984), la dirección de 250 vecinos y vecinas de Perales del Puerto -que ocuparon una dehesa históricamente reclamada- (25 de febrero de 1986), una reunión con otros colectivos en Majadas de Tiétar para pedir la paralización de la central de Almaraz (1986) y, por último, la representación legal y realización de la campaña electoral de Herri Batasuna al parlamento europeo (verano de 1987).
Desde entonces, la retórica regionalista ha permeado transversalmente los discursos de numerosas organizaciones y partidos. A excepción del Bloque Nacionalista Extremeño (creado a finales de los años 90) y del Bloque de Izquierdas de Extremadura (creado en 2009 con el objetivo de aglutinar los ”antagonismos dispersos" de la izquierda, integrado en 2015 en Badajoz en Común, una de las 12 candidaturas municipales en la ciudad de Badajoz), los partidos que recogieron la bandera del regionalismo en Extremadura lo hicieron desde el espectro del centro-izquierda hasta el centro-derecha, como el Partido Regionalista Extremeño (1990), Convergencia Regionalista de Extremadura (1992), Independientes por Extremadura (2006) o Unión del Pueblo Extremeño (2007). En los últimos años, de la unión PREX-CREX, que de 2003 a 2012 forma coalición con el PSOE, sale, tras fusionarse con IPEX y otros partidos independientes locales, el partido Extremeños, que concurrió a las últimas elecciones autonómicas junto a Podemos, IU y Equo bajo la marca Unidas por Extremadura. Sin embargo, nunca el extremeñismo volvió a articularse en un proyecto de izquierda radical tal y como llevó a cabo el Bloque Popular de Extremadura.
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si no teníamos ya suficiente con el patriotismo españolista lo que hace falta patriotismo extremeño, para descojonarse
El artículo está lleno de errores, por ejemplo dice " Extremadura Unida (1980), que pretendiendo enarbolar la bandera desde un regionalismo de centro-derecha, no lograron destacados apoyos electorales " pero resulta que dicho partido en las elecciones autonómicas del 83 obtuvo 6 diputados y en las del 87 tuvo 4.
Decir que dicho partido se nutrió de militantes de la ORT y el PTE, también es falso, apenas militantes de esas organizaciones estuvieron en el BPEx y como muestra es que en las primeras elecciones autonómicas que el BPEx se presentó solo lo hizo por la circunscripción de Cáceres, pues no tenia gente para hacer una lista en la de Badajoz, pese a ser la provincia más poblada de la región.
El BPEx fue un partido testimonial, como lo era la presencia del MC o la LCR durante estos años en Extremadura y no consigio ser aglutinante de nada.
¡Buenas! Es cierto que Extremadura Unida consiguió 6 diputados en el 83 y 4 en el 87, pero si hablamos en términos generales (consiguieron 0,1,0,0,1,1 en las seis siguientes) no se puede decir que tuviesen destacados resultados. Y con respecto a que el Bloque tenía militantes de la ORT y PTE, es información de su fundador y de los propios medios de la época. Tenían pocos, sí, y la mayoría eran del MCEx, realidad que queda deliberadamente reflejada en el artículo. Un saludo.
Todo lo que se alejó del Carrillismo fueron experiencias notabilísimas. Tantos años después el BPEx marca el camino. Unión, socialismo y extremeñismo revolucionario. Gracias por este artículo.
Hombre marcar el camino, un partido marginal que cuando se presentó a las elecciones autonómicas consiguió poco más de 2000 votos como que no.
Los nacionalismos no suelen traer nada bueno, y menos a la clase obrera
Las reclamaciones para la "clase obrera" se las envías a tus amos de Madrid, entonces.
Considerar a Extremadura es una chaladura y un esperpento, no me extraña la insignificante implantanción de este tipo de candidaturas en la sociedad extremeña
Tienes mucha razón (supongo que de forma intencionada) en eso de que tomar a Estremaúra en consideración es una chaladura, pero haz el favor de dejar que los que los que estamos dispuestos a valorarnos un poco como pueblo y dejar de ser el último culo del estado lo intentemos.