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Una parte no despreciable de los alemanes ha perdido la vergüenza definitivamente. Todas las encuestas y los casos ejemplares que se presentan en los medios dan cuenta de un odio a los judíos creciente, de un mayor racismo así como de una aversión al islam en especial en aumento. Según datos de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea en 2019 más de la mitad de judíos alemanes vivió experiencias de antisemitismo y casi la mitad piensa en emigrar fuera de Alemania. Las agresiones en internet han aumentado al mismo ritmo, si no lo han acelerado. Políticos, periodistas y otras personas expuestas a la opinión pública denuncian desde hace meses que reciben miles de comentarios con insultos, coacciones y amenazas de muerte, en especial a través de las redes sociales.
Pero ayer, el día de la conmemoración de la liberación del campo de concentración alemán de Auschwitz, situado en la actual Polonia, esta avalancha sobrepasaba una frontera más y daba cuenta de que las ideas del nuevo líder de la ultraderechista Alternativa por Alemania, Björn Höcke, han calado hondo en esa parte de la sociedad que aupó al partido a ser la tercera fuerza en el parlamento. Höcke fue quien propaga un “vuelco de 180 grados en la cultura de memoria alemana” y quien se dedica a difundir entre los alemanes que no deben avergonzarse de su historia, sino estar orgullosos. “Patriotas” se llaman los manifestantes que siguen yendo en Dresden a la cita “contra la islamización de occidente” de Pegida.
Holocausto
Auschwitz, el espejo sin reflejo
Lo mejor para hacerse una idea es leer algunos de los comentarios originales. Aquí va una selección, redactados por gente cualquiera en Facebook y Twitter mientras se mostraba la ceremonia en directo en la que los supervivientes del holocausto narraban los horrores que tuvieron que padecer. Los numerosos errores de ortografía son imposibles de traducir. Los comentarios más fuertes fueron borrados por los equipos de social media de los canales de televisión, pero muchos otros permanecen ahí, forman parte de la “libertad de expresión” y aprovechan eventos como éste para decir aquello que sienten que hoy pueden decir de nuevo.
En el directo de la televisión pública alemana ZDF:
—Daniel Tomaszek: “Sí, horrible, pero el culto a la memoria y ese intento constante de la ZDF y en especial de las organizaciones judías de convencer a los alemanes de hoy de la culpa y la culpa colectiva me toca las narices desde hace años. Me parecería mejor zanjar el tema y empezar de cero. Tanto los alemanes como los judíos deberían liberase de esa relación de verdugo/víctima”.
—Rene Römer: “Yo soy alemán y ésto no se puede repetir de nuevo, en eso estamos de acuerdo, pero ¿porqué el mundo siempre nos acusa solo a nosotros? Los aliados también mataron, robaron y no ayudaron a los judíos, que por todo el mundo durante el tiempo de las colonias fueron asesinados, esclavizados, robados sus hijos y los mismos israelíes han encarcelado y disparado a los palestinos. Os pido que abráis los ojos. No solo los alemanes han sido culpables”.
En el directo del diario Spiegel en Facebook:
—Martin König: “No estuvo bien lo que pasó, pero después de 75 años ya basta. En los últimos 75 años también se hizo mucho daño a la humanidad pero eso no interesa a nadie”.
—Thosten Fleischmann: “Horroroso. Un manojo de HIPÓCRITAS. ¿Donde están las ceremonias en recuerdo de las víctimas que los americanos tienen en su conciencia? No hay ninguna naturalmente. Podría vomitar”.
En el directo de RT en alemán en Facebook:
—Thomas Beer: “Voy a vomitar!”
—Daniel Czech: “Si leyese la historia de los judíos... no sois un pueblo mejor... habéis asesinado y descuartizado de la misma forma”.
Estos son solo algunos ejemplos, pero la magnitud es tal que durante las tres horas de la ceremonia hubo discusiones acaloradas casi todo el tiempo que giraban en torno a la culpa colectiva de Alemania y a si el país ha de seguir recordando los crímenes nazis o no. El politólogo y periodista Andreas Püttmann abría al respecto hilo en Twitter en base a una encuesta del instuto Infratest dimap que revela quiénes son en parte estos comentadores y apunta a que son simpatizantes o votantes de la AfD. A la pregunta de si en Alemania se recuerdan demasiado los crímenes del nacionalsocialismo respondía el 25% de alemanes que sí, el doble en el caso de los simpatizantes de la AfD. Por partidos, a la pregunta de si 75 años después del fin de la segunda guerra mundial no habría que dejar de confrontarse con el tiempo del nacionalsocialismo contestaban el 72% de los votantes de la AfD que sí, que habría que poner un punto y final, seguidos de la Unión de Merkel con un 37% y del partido liberal con un 30%.
Mientras tanto, en dicha red social la mayoría de alemanes hablaba sobre programas de entretenimiento, aunque en el cuarto puesto de los hashtags fue durante horas #Amthor. Philipp Amthor, un diputado del partido de Merkel, para más inri encargado de cuestiones de seguridad interior, desataba un shitstorm (tormenta de mierda) al no ocurrírsele nada mejor que declarar en la televisión NTV que “el antisemitismo en Alemania está muy presente sobre todo en los círculos musulmanes”. Aunque el odio a los judíos crece en el país es innegable que el nuevo chivo expiatorio desde hace décadas, mucho antes del verano de los refugiados, es el islam.
A que ello sea así ha contribuido en buena parte el antiguo senador de finanzas del partido socialdemócrata SPD Thilo Sarrazin, que el partido está tratando de expulsar precisamente por eso. Sarrazin también tenía algo que decir en este día que no podía esperar: “La cúpula del SPD en este momento se encuentra en las manos de musulmanes de orientación fundamentalista”. La paranoia es de tal grado que llega a las altas esferas de la política y se traduce en discursos que recuerdan los comienzos de la retórica nazi contra los judíos. También sobre esto hablaba (y se peleaba) la comunidad de Twitter.
Y es que la conmemoración del holocausto es una buena oportunidad para la AfD de lavarse la cara. Así, el partido enviaba una nota de prensa en ese sentido lamentando el holocausto, a pesar de que su jefe Alexander Gauland lo denominase “una cagada de pájaro” en la grandiosa historia de su país. Pero las asociaciones de víctimas y de judíos no les creen una palabra y así, el sábado por la mañana se daba una situación dantesca en el cementerio de Marzahn, al este de la ciudad. Allí debía celebrarse un acto en honor de las víctimas que murieron y fueron esclavizadas en el cementerio de dicho barrio, muchos de ellos romaníes. El consejo había convocado, pero ni la asociación de víctimas del nazismo ni varias organizaciones antifascistas estaban de acuerdo en que la Alternativa por Alemania aprovechase la ocasión para presentarse como un partido moderado y democrático, la estrategia que persiguen desde que quedasen los segundos en Turingia el pasado octubre. Buscan dar la imagen de centro para que el partido de Merkel pueda pactar con ellos.
Pensamiento
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Cuando los familiares de supervivientes, de avanzada edad, así como políticos del partido de la izquierda Die Linke, entre ellos la vicepresidenta del Bundestag Petra Pau trataron de acceder al monumento para colocar las coronas de flores y las velas que llevaban se encontraron con un muro policial que no les dejaba paso. Los policías, que habían traído perros para el recibimiento, se dedicaron al parecer a empujar a las personas, como puede observarse en varios vídeos, mientras los miembros de la AfD participaban en exclusiva de la ceremonia pública.
El colectivo autoorganizado de vídeo Lefvision grabó un vídeo de los hechos en el que un portavoz de la Unión de los Perseguidos del Régimen Nazi/Federación de Antifascistas (VVN-BdA) explicaba cómo la Alternativa por Alemania se apropiaba del acto, que desde hace décadas celebran en dicho lugar, gracias a la actuación policial: “Nosotros entendemos esto como una burla a las víctimas” y se indignaba de que “los fascistas de la AfD puedan tomar parte del acto y nosotros los antifascistas no”.
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Judaísmo es fascismo. Lean el Talmud, el Tanaj, a Theodor Helz y verán. Este grupo de gente se ha blindado de la opinión pública con la palabra "antisemitismo" que usan para cualquier opinión, acertada o no, que los comprometa o los haga "ver mal" en su percepción. Hay antisemitismo, pero también hay gente que se da cuenta del autoflagelo y del fascismo de la alguna vez víctima. El holocausto fue una atrocidad que no debe repetirse, así como debe detenerse para no llevarse a cabo jamás el genocidio de los israelíes contra los palestinos. Fascismo, nacionalismo, racismo, machismo, represión y supremacismo son firma y base de esa "ideología/religión" desde sus raíces. Las religiones abrahámicas son todas paridas de esta y amén de las diferencias (nunca mejor dicho), son todas la misma basura en su origen. Nada tiene esto que ver con la "raza" que no existe tal cosa biológicamente hablando, por más que le duela tanto a Hitler como a los judíos. La mayoría de los judíos de hoy día, especialmente los ashkenazíes son descendientes de jázaros, que era un pueblo turcófono. Nada tiene que ver la genética ni nada de esas tonterías. Pero si dices esto, te tachan de antisemita igual. El blindaje es mayúsculo, anacrónico y vergonzoso. Pone una venda a la gente y un velo sobre la realidad evidente que al que empieza a percatarse le parece contradictoria; tal es el adoctrinamiento que existe al respecto. Contra el fascismo, contra el sexismo, contra el racismo, contra el supremacismo... venga de donde venga.