Feminismos
“Crear un colectivo feminista joven en Cádiz era una necesidad”

Mujeres, jóvenes y feministas. Hablamos con Hijas de Nadie, un colectivo nacido hace año
y medio en Cádiz que se ha convertido en el punto de encuentro, formación y acción feminista de la ciudad.

Hijas de Nadie
Las mujeres que componen el colectivo Hijas de Nadie, tras la entrevista. Lucía Aragón Luque

Una típica tarde de verano me reuní con el colectivo Hijas de Nadie. Son mujeres, jóvenes y feministas. Afirman que la mayoría de ellas sintieron atracción por este movimiento a consecuencia de situaciones personales, que, confiesan, todavía viven. “Sentía que las cosas que hacía no estaban bien vistas, algo tan extraño como jugar al fútbol”, mencionaba una de ellas irónicamente. La Clandestina, en Cádiz capital, fue el lugar escogido para adentrarme en una de sus reuniones, que luego se convirtió en un coloquio realmente enriquecedor. El lugar dio pie a que, junto con el café y los libros, se entrelazasen conversaciones de política, amor y relaciones humanas.

Hace poco, un autor muy conocido rechazaba a los millennials afirmando “su falta de vinculación con el pasado y su indiferencia hacia el mundo real”. Sin embargo, las jóvenes de esta organización no pretenden otra cosa que intentar mejorar un poco el entorno en el que viven, están llenas de ganas de aprender y de formarse para poder formar a los demás. La conocida frase del polímata Patrick Geddes “piensa globalmente, actúa localmente” podría definir el camino que quieren seguir las chicas de Hijas de Nadie. Grandes ideas en cuerpos jóvenes que, gracias a las tecnologías que hoy conviven con nosotros, están conectadas con todo el mundo.

¿Quiénes son Hijas de Nadie?, ¿cómo comenzó a funcionar este colectivo?
Hijas de Nadie es un colectivo feminista, apartidista y mixto, aunque ahora mismo somos solo mujeres. Todo comenzó con un acto social. Hace un año y medio, a través del hashtag #EresMásQueTuTalla, surgió una iniciativa de ir colocando pegatinas con esa frase por toda España. La idea era pegarlas en tiendas, en las etiquetas de la ropa, en los probadores, en las farolas, etc. Comenzó en La Rioja, luego Madrid y Barcelona, y llegó hasta aquí. Aquí, en Cádiz, la gente se organizó por Twitter, creamos un grupo de WhatsApp e hicimos aquí la pegada. Después de esa acción la gente pensó que era necesario seguir organizándose. No se quería dejar la idea ahí y decidieron formar el colectivo que dura hasta día de hoy. Hay mucha gente que participó en la quedada que ya no está, pero cada vez va entrando más gente nueva.

¿Era una necesidad en Cádiz?
Claro, sobre todo nace porque no se conocía ningún colectivo que estuviese activo en Cádiz. El movimiento estaba muy parado aquí y más entre los jóvenes. La gente que teníamos inquietudes no sabíamos dónde teníamos que acudir, la pegada fue el punto de encuentro.

¿A partir de la pegada os empezasteis a reunir?
Sí, la primera reunión fue en febrero de 2016. Como no tenemos local fijo, solemos quedar en la Casa de la Juventud o en Barrio Abierto, un local compartido de varias asociaciones que nos ceden el espacio.

¿Cómo os financiáis?
Estamos intentando financiarnos a través de cuotas acordes a las necesidades y a las posibilidades de cada una. Estas surgen de una necesidad que tenía la propia gente del colectivo. Mayoritariamente, las que empezamos esta iniciativa éramos de fuera y teníamos que ir a Cádiz continuamente. Entonces una compañera propuso la idea de autofinanciarnos para ayudarnos entre nosotras. Además de la cuota, vendemos pulseritas y demás. También estamos intentando informarnos para que el Ayuntamiento nos ayude económicamente. Con esa ayuda va a ser mucho más fácil organizarnos a largo plazo. Pero no buscamos la ayuda de ningún partido político, no queremos depender de nadie ni que nos controlen.

¿Con qué idea nace el colectivo?, ¿queréis formaros entre vosotras o contribuir también a la formación exterior?
Intentamos las dos cosas. Ahora mismo estamos más centradas en nosotras para unir lazos, conocernos y sentirnos bien y seguras entre nosotras. A raíz de eso, tenemos una convivencia, un taller de mimos para crear lazos. La idea es abrirnos, contar experiencias y quizás encontrar el apoyo que, a lo mejor, no podemos encontrar en nuestro entorno. También buscamos cómo tratar a las compañeras para que todas nos podamos sentir lo más cómodas posible, para que, en cualquier debate o discusión, cada una se sienta libre de decir lo que piensa. Pero también hemos hecho varios talleres de formación a los que podían asistir quienes quisieran.

Habéis participado en temas LGTBI, antirracistas, etc. ¿Os identificáis con un feminismo interseccional?
Sí, sí, claro. Interseccional, principalmente, porque somos jóvenes y las ideas no nos vienen desde un solo punto de vista teórico y ya antiguo. Al estar tan en contacto con las redes sociales tenemos una visión del feminismo mucho más abierta y con más perspectiva. Además, dentro del colectivo somos muy diversas. Tenemos compañeras trans, compañeras con todo tipo de identidades sexuales. En definitiva, cada una tenemos necesidades personales y debemos buscar una lucha que nos represente a todas.

Todo esto lo pusisteis en práctica participando en el primer Orgullo de Cádiz, ¿cómo fue la experiencia de colaborar con otros colectivos?
Fue complicada. En la organización participábamos varios colectivos, pero por algunas diferencias no terminamos de encajar. Nosotras defendíamos un orgullo crítico, queríamos darle contenido reivindicativo con todo lo que llevábamos trabajado. Ciertas personas querían comercializar el Orgullo, querían tener una excusa para que la gente fuese a sus comercios. Otras querían llevar el acto a un terreno partidista e incluso estaban allí ciertos partidos ocupando espacios que, bajo nuestro punto de vista, no les correspondían. Pensamos que si alguien quiere estar en una manifestación de este tipo tiene que ir personalmente, no es necesario que vaya con ninguna organización política. Si estás para apoyar la causa, no puedes estar al mismo tiempo politizando y repartiendo tu propaganda electoral.

¿Qué inquietudes os ha llevado a entrar en Hijas de Nadie?
Yo sentía que no estaba haciendo todo lo que podía, solo comentando las cosas por redes sociales [responde una de ellas]. Quería dar un paso más, ser activista, moverme y estar en un círculo donde compartir ideas y que me formaran. Me molestaba que nos trataran como objetos que se ganan o se pierden, quería cambiar eso.

¿En el colectivo cómo os organizáis para formaros?
Normalmente la formación nos la dividimos entre nosotras. Cada vez se prepara la ponencia una persona y luego se crea debate. También tenemos una biblioteca en Drive en la que hay libros que tocan todos los tipos de feminismo.

¿Por qué hay que ser feministas?
Principalmente porque la mujer está en clara desventaja con respecto al hombre en el sistema en el que vivimos. Como decía [Silvia] Federici, el capitalismo está sujetado porque las mujeres están en las casas haciendo las tareas del hogar y las tareas domésticas. Al sostener la base del hogar, el hombre puede salir y encargarse de lo exterior. Hay que romper con eso.

¿Cuáles son los referentes de las mujeres que forman Hijas de Nadie?
Yo es que soy la friki teórica [responde una de ellas entre risas]. Empecé con Virginia Woolf, pero, por ejemplo, a mí me gusta mucho Gata Cattana. Con sus letras me ha descubierto muchísimos personajes femeninos de la literatura, del arte, que han hecho cosas en la historia. Me gusta en especial la teoría feminista y me gusta mucho tener atado lo que defiendo. Ahora mismo sigo a mujeres trans de distintas plataformas como Twitter, Tumblr y de distintas partes del mundo que no tienen otro medio de difusión y las redes sociales les han ayudado a que puedan compartir sus análisis de género.

Es bastante común que las mujeres escuchemos a diario frases que nos juzgan y nos imponen quehaceres. Hijas de Nadie responde a algunos de los tópicos machistas que más se oyen.

Las madres son las causantes del machismo
Es muy común echar la culpa a la mujer. Las mujeres están alienadas, han nacido en el sistema patriarcal, que les ha enseñado a ser así. Es por eso por lo que simplemente reproducen los comportamientos de sus madres y sus abuelas. Eso no significa que sea correcto ni que la culpa sea de ellas, es algo más profundo.

 

Las mujeres sin hijos no están completas
A la mujer siempre se le ha asociado el rol de madre, cuidar a sus hijos, a su marido y encargarse de las tareas del hogar. Sin hijos no se pueden realizar todas esas cosas. El asunto está en que no se necesita ser madre para ser mujer. Es tan fácil como ponerlo en masculino. ¿El hombre que no es padre no está completo?.

 

Si te vistes así de provocativa normal que me entren ganas
Una mujer no se tiene que vestir para gustar a nadie, si alguien siente que le están provocando es cosa de la persona, no de quien viste de una forma u otra. Las mujeres se maquillan y se arreglan para sí mismas.

 

¿Cómo que no llevas sujetador? Se te va a notar todo
¿Y qué? Es algo que tenemos en nuestro cuerpo. Hay mujeres que incluso están tan acostumbradas que el no llevarlo les resulta molesto. Depende de cada una, pero, desde luego, no puede ser una imposición sino una elección.

 

A mí es que me gustan depiladas, es más higiénico
Partiendo de una base biológica, lo más higiénico es tener pelo, igual que tenemos pelo en las pestañas y en las cejas para proteger el ojo. El pelo protege, pero la estética supera límites insospechados, hasta el punto de que, incluso en los anuncios de depilación, las piernas sobre las que se pasa la cuchilla no tienen pelo.

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#25976
14/11/2018 13:31

Acabo de caer en esta entrevista buscando información ya que estamos intentando unas compañeras y yo, crear un colectivo antirracista feminista. Muy bueno, enhorabuena chicas! A seguir con la lucha!

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