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Feminismos
Elizabeth Duval: “Los espacios que tenemos que construir desde la izquierda no pueden ser búnkeres”
Elizabeth Duval (Alcalá de Henares, 2000) es una de las integrantes del grupo ejecutivo de Sumar que prepara la asamblea del 23 de marzo que se ha presentado como “asamblea fundacional”, el momento en el que el partido marcará algunas líneas: el primer objetivo era formar parte del Gobierno y ahora hay que echar raíces, defendía la vicepresidenta y líder de Sumar Yolanda Díaz a mediados de enero. En julio de 2023, Duval fue nombrada portavoz de campaña en materia de feminismo, igualdad y derechos y libertades LGTBI, un cargo temporal, aunque a día de hoy sigue siendo la voz de Sumar en esas áreas. Por ejemplo, a principios de enero se pronunciaba contra el nombramiento de la socialista Isabel García como directora del Instituto de las Mujeres.
Autora de Reina (Caballo de Troya, 2020), Después de lo trans (La Caja Books, 2021) o Melancolía (Planeta, 2023), colaboradora de tertulias de televisión y activista, Duval ha sido blanco del discurso de odio contra las personas trans, como muestra con el análisis de un caso concreto un estudio de 40dB para FELGTBI+ (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más) publicado a finales de enero. Desde su experiencia en redes constata, como alerta ese estudio, que cuentas de extrema derecha y cuentas relacionadas con el feminismo transexcluyente comparten mensajes contra las personas trans, aunque dice que prefiere no prestar más atención de la que merece a ese discurso.
Yolanda Díaz te nombra portavoz de feminismo, igualdad y derechos LGTB el 4 de julio, una portavocía ligada a las elecciones generales del 23 de julio y que se presenta como un cargo temporal. ¿Cuál es tu papel en Sumar desde entonces?
Cuando son las elecciones, se nombra a una serie de personas en portavocías: Alejandra Jacinto en Vivienda, Nacho Álvarez en Economía, y la mía, como puestos puntuales. Después, el problema fundamental es que la victoria electoral se da sin que exista todavía una estructura orgánica. Por eso, tras las elecciones lo que me pide fundamentalmente Yolanda es seguir ocupándome de lo que me ocupo y también formar parte del grupo ejecutivo provisional que prepare la asamblea que tenemos el 23 de marzo. En estos momentos mi papel está siendo ese, básicamente: formar parte del grupo ejecutivo que lleve a Sumar hasta la Asamblea.
Cuando entraste con ese papel de portavoz, dijiste que no querías ningún cargo de cara a que hubiera un gobierno. ¿Eso sigue siendo así?
De hecho, no estoy en el Gobierno.
Pero el área de feminismos y derechos LGTBI es una parte importante en cualquier partido de izquierdas y hacen falta manos en Sumar...
Claro, sobre todo es importante la dirección política y marcar perfil propio. En ese sentido, lo hemos hecho por ejemplo en sucesos recientes como el del nombramiento de Isabel García como directora del Instituto de las Mujeres. Ese proceso de articulación política y de dotarse de una estructura es un proceso largo. Dotar de una dirección y de unos enfoques a lo que tiene que ver con feminismos no es una cosa inmediata, pero es en lo que estamos ahora no solamente yo, sino de forma colectiva. Una de esas cosas es, por ejemplo, defender medidas que ya se están llevando a cabo, como la negociación de presupuestos que tiene que ver con la extensión de los permisos parentales o con la retribución por hijo a cargo, que aunque no se estén llevando a cabo desde el Ministerio de Igualdad son igualmente medidas feministas.
Es importante, dices, “marcar perfil propio”. ¿Por dónde va a ir ese perfil propio? ¿No lo había hasta ahora? ¿Por qué hay que trabajar en un perfil propio?
Es una pregunta muy amplia. Creo que sí lo había en la campaña: ahí nos enfocamos mucho en la noción del feminismo del 99%, que iba muy en la línea de continuar con planteamientos que ya habían estado presentes en el Ministerio de Trabajo. Pero se trataba también de marcar un perfil en relación con el feminismo que fuera plenamente interseccional. O radicalmente interseccional. ¿A qué me refiero con esto? Cuando el Partido Socialista planteaba ahora, emanada de Igualdad, una Ley de Paridad que había decaído en el anterior Gobierno, la respuesta que hemos dado desde Sumar es que una ley así nunca va a ser suficiente. ¿Por qué? Porque toda la comunicación que ha habido en torno a esta ley de paridad ha tenido que ver con cuál es la presencia de mujeres en altos cargos, pero nosotras no queremos defender un feminismo liberal, que en su momento podría haber sido perfectamente asumido por una parte de la derecha.
Esa proyecto de Ley Orgánica de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres marca perfil propio del PSOE…
Claro. El perfil del Partido Socialista está escorándose hacia eso, y eso parece insuficiente. Lo primero, porque esa paridad no va a construir nunca ni justicia ni equidad sino que está construyendo una paridad en los más altos niveles. Si no se tienen en cuenta los trabajos feminizados no remunerados, los trabajos de cuidados que ocupan un lugar secundario en la sociedad en la que estamos —que es una sociedad patriarcal—, o cuáles son las brechas salariales... sirve de muy poco una ley de paridad. Nuestro acto de feminismo de la campaña no se trataba solamente de lanzar consignas laborales, sino también de integrar otros temas que quizá hayan sido más olvidados y que tienen que ver, por ejemplo, con la regularización de personas migrantes. Porque hay sectores feminizados y precarizados, pero no se trata solo de eso, sino también de que son ocupaciones, muchas veces domésticas, que recaen sobre manera de forma excesiva sobre mujeres migrantes.
En ese acto que mencionas, Yolanda Díaz vinculó muy directamente sus propuestas feministas con propuestas laborales. Parece una forma de plantearse un desarrollo de políticas de igualdad que no tenga que ir de la mano de un Ministerio de Igualdad. A día de hoy, y con los ministerios ya repartidos en el Gobierno, se sigue incidiendo en esa idea. ¿No es eso renunciar a incidir en lo que se podría hacer desde el Ministerio de Igualdad?
Esa renuncia no es cierta. La negociación de Sumar en la configuración del Gobierno es una negociación que no se produce en el vacío. Es decir, era evidente que el Partido Socialista iba a reclamar volver a quedarse con la cartera de Igualdad, porque en todo momento le sentó muy mal que ese ministerio pudiera estar fuera de sus manos. Eso es una evidencia. Pero que Sumar en ese reparto ministerial no se haya quedado con el Ministerio de Igualdad no significa que no vayamos ni a tener voz, ni a tener voluntad, ni a incidir en lo que se trate y en las políticas que emanen. La apuesta por vincular la tarea de feminismos con la matriz de trabajo tiene que ver con un componente muy claro de clase, con la interseccionalidad de la cual hablábamos. No podemos tratar las cuestiones de igualdad como si fueran una cuestión meramente sectorial, como si no tuvieran que estar presentes en cada uno de los ministerios, en cada una de las acciones ministeriales, como si no tuvieran que impregnar cada una de las ramas de nuestra política. Tiene que ver, además, con una interpretación que va ligada en parte a lo que ha sido la crítica que han hecho feministas materialistas, que visibiliza otra vez más el carácter interseccional. No vale solamente hacer políticas en pos de otorgar derechos a un sujeto que construyamos como un sujeto mujeres, sino que hay que problematizarlo e interpretar a cada una de las ramas interseccionalmente en las cuales inciden todas las estructuras de desigualdad. El feminismo no puede dar la misma respuesta a una mujer blanca rica en un consejo de administración que a una mujer pobre trabajadora en los cuidados del hogar, limpiadora o camarera de pisos en un hotel.
El nombramiento de Ana Redondo como ministra de Igualdad se explica sobre todo por la voluntad del PSOE de mantener un perfil bajo
¿Crees que se peleó lo suficiente el Ministerio de Igualdad? Porque es un hecho que para Podemos ha sido un lugar donde se ha expuesto y se ha desgastado. ¿Había miedo en Sumar a que llevar el Ministerio de Igualdad acabara quemando a personas o al partido?
Se peleó, la voluntad de Sumar era tener el Ministerio de Igualdad. Si hubiera habido esa voluntad de distanciarse tanto de la igualdad, del feminismo o de temas espinosos, yo no habría sido nunca portavoz. Como primera declaración hay que hacer esa, porque si tú quisieras distanciarte nunca nombrarías como portavoz de campaña a la mujer trans.
Hace poco salía un estudio que había comisionado FELGTBI+ a 40db hablando precisamente de qué había sucedido en torno a la campaña y diciendo que uno de los momentos de más odio hacia las personas trans, uno de los hitos, fue precisamente es el momento en que una representante de Vox me llama “enferma crónica”. En ningún momento se rehuyó esa confrontación de posturas: esa batalla se ha intentado dar desde el primer momento y es una batalla fundamental. Más bien creo que esa estrategia de rehuir lo que tiene que ver con el feminismo es el nombramiento que ha hecho el Partido Socialista de Ana Redondo como ministra de Igualdad. Ese nombramiento se explica, sobre todo, por la voluntad de mantener un perfil bajo, por la voluntad de desinflamar, una desinflamación que pasa, sobre todo, por una relativa desaparición. En Sumar no queremos que el feminismo desaparezca, queremos que esté presente y que, además, esté más presente y en más ámbitos de lo que lo ha estado.
¿Se puede tener esa postura de confrontación y al tiempo ser un feminismo del 99%?
Creo que es necesario. Hay dos cuestiones muy distintas. La postura de la confrontación al mismo tiempo que quieres apelar a una mayoría, convencer a la mayoría de que el feminismo no es un problema, sino que es la solución, es muy distinta a interpretar todo en términos de guerra o de guerra partidista. Creo que son maneras diferentes de abordar el conflicto y que, en ocasiones, lo que ha sucedido en los últimos años —que es también normal por reacciones violentas de la sociedad, o por fenómenos determinados como la manosfera—, ha sido un recrudecimiento de posiciones y al mismo tiempo un repliegue en muchas ocasiones. Y creo que eso es un problema.
Lo veíamos, por ejemplo, en otro estudio, con la pregunta torticera que había hecho el CIS en relación a la igualdad y si los hombres consideraban que ellos, en comparación con esos avances, estaban discriminados. Se trata de una pregunta muy sesgada que quiere producir un efecto muy concreto, pero a la cual la respuesta no tiene que ser una asunción de que las cosas son como son, no hay que pensar que hay jóvenes inherentemente machistas a los cuales ya hemos perdido frente a la extrema derecha. No. Las derivas de la masculinidades y cómo se les está captando por parte de influencers con ideas misóginas es un problema al cual el feminismo tiene que responder. Porque si no, lo que se está haciendo es abandonar a esos chicos, no solamente a su suerte, sino a la potencial captación por parte de esa derecha.
Has mencionado a la ministra Ana Redondo como una elección por parte del PSOE de perfil bajo. Pero: uno, ella hizo este nombramiento de Isabel García tan contestado desde colectivos por los derechos por las personas trans y, dos, en su primera intervención en la Comisión de Igualdad hace unos días, fue muy clara con que su ministerio va a apoyar el desarrollo de la ley trans, e incluso anunció un plan de empleo para personas trans. ¿Es contradictorio lo que dice y lo que hace? ¿Confía Sumar en que Igualdad vaya a trabajar en el desarrollo de la ley trans?Creo que se va a trabajar en el desarrollo de la ley trans, pero evidentemente hay cierta contradicción. En las palabras de Ana Redondo se incluía esa mención a que no juzgaba a nadie por su currículo digital, sino que le importa su capacidad de trabajo. Pero es que la transfobia no es currículo digital. Las conversaciones, la ideología que tenía esta persona hasta el momento de ser nombrada, no desaparecen por su nombramiento, ni desaparecen porque vengan de redes sociales. Lo que decimos en redes sociales importa. Me preocupa, y nos preocupa desde Sumar, que a la hora de proponer medidas como la del plan de empleo para personas trans, se utilicen ciertos datos que no son ciertos. Yo misma señalé que ese dato que mencionó del 80% de paro en las personas trans es un dato que esconde otra vez esa misma realidad interseccional. Creo que para defender los derechos de personas trans no hace falta ni construir una imagen de víctimas, ni victimizar constantemente a las personas trans, ni utilizar datos que no sean verdaderos.
Pero Sumar también incluye de forma específica en su programa medidas relacionadas con empleo para mujeres trans…
Claro, pero en casos específicos en los que sea necesario. No tenemos que tratar a todo el colectivo trans, a todo el colectivo LGTBI, como un monolito.
No es lo mismo la situación el discurso de odio que había en redes sociales hace unos cuantos años, en el 2017, que la de los últimos años, cuando cobra protagonismo la tramitación de la ley trans: ahí ese discurso se recrudece
Has mencionado del estudio de la FELGTB y del discurso de odio. Ese estudio analiza entre otras cosas la respuesta que se crea tras las palabras que dice sobre ti una diputada de Vox. El estudio se centra en un momento donde está todo muy revuelto y encuentra indicios de que algunas polémicas son creadas de forma artificial. Ese discurso de odio del que tú fuiste en ese momento objetivo, ¿es habitual?
Tengo la suerte de no verlo tanto o de estar relativamente ya curtida. La cosa es, y esto es un un componente de análisis importante, que no es lo mismo la situación en relación a esos discursos que había en redes sociales hace unos cuantos años, en el 2017, que la de los últimos años cuando cobra protagonismo la tramitación de la ley trans: ahí ese discurso se recrudece y hay muchas de las cuentas —en el estudio hay un análisis sobre las cuentas de bots y las redes que se crean ahí— que se vuelven mucho más virulentas y mucho más activas. Para mí, algo preocupante y que habla también de cómo tenemos que gestionar cierta comunicación, de cómo tenemos que llevar a cabo cierta pedagogía, es que en los últimos años haya habido más violencia o se haya generado un ambiente más violento en contra de personas trans en las redes sociales.
Pero yo no sería del todo pesimista. Creo que ese debate sirvió sobre todo también para concienciar y para hacer visible para buena parte de la sociedad que esa actitud, esa transfobia, no era algo que quisiéramos. Igual que vemos esa explosión de contenido de odio en redes, también hay una reacción por parte de una mayoría social que tiene que ver con defender esos derechos e indignarse ante situaciones así. A nivel de la mayoría social, la actitud no era de apoyo a ese discurso de odio sino que, eso se ve también en el estudio, es un 14% quien emite ese discurso, mientras que la actitud mayoritaria es de rechazo y de indignación.
Hemos visto cierta discusión en estos días en torno al porno, y el acceso al porno por parte de menores, a veces con un enfoque en mi opinión alarmante. ¿Es un tema del que se haya reflexionado en Sumar?
Creo que es preocupante que el presidente del Gobierno, por ejemplo, utilizara el otro día en relación a la pornografía el término “epidemia social” del porno: no aporta nada construir estos discursos ni alarmistas ni de pánico moral ni de pánico sexual. Son debates que tienen que abordarse de forma mucho más seria a los que no les podemos dar una respuesta ni puritana, ni prohibicionista, ni punitivista, sino de forma integral y enfatizando también el rol que tiene la educación afectivo sexual en contra de otras propuestas. El discurso puritano, de condena absoluta, o ese discurso que vincula directamente las agresiones con la pornografía, es un discurso peligroso y frente al cual hay que enarbolar otra alternativa que dé respuesta a esos problemas de la juventud, unos problemas que están vinculados también a la masculinidad a las cuales me refería antes.
Hay que abrir debates de una forma más sana; no podemos tener conversaciones sobre trabajo sexual, prostitución o pornografía que liquiden la disidenciaEn el feminismo hay un discurso antiporno muy vinculado al abolicionismo de la prostitución. ¿En Sumar hay una posición sobre la prostitución desde el feminismo?
Es un debate que en cualquier entorno feminista y en cualquier discusión feminista aparece y hay diversas posturas. Sumar lo tiene también como movimientos ciudadano de distintos partidos. Y no es algo nuevo que en el espacio denominado del cambio hay distintas posturas en relación con esto. Ya se evidenció en la anterior legislatura, llegando al punto, por ejemplo, de que hubo libertad de voto en un caso en el que los comunes votaron de forma distinta a lo que era el grupo parlamentario entero de Unidas Podemos. Esas diferencias van a seguir estando. Las posturas dentro de Sumar no son las mismas. Lo que yo creo que sí que hay que hacer es abrir esos debates de una forma más sana, en lugar de convertirlos en lugares de enquistamiento. No podemos tener conversaciones sobre trabajo sexual, prostitución o pornografía que liquiden la disidencia.
¿Dónde te enmarcarías tú personalmente?
Creo que cualquier persona que esté interesada o cualquier persona que lea teoría feminista debería situarse también en un marco de autocuestionamiento permanente. Estos días estoy leyendo el libro de Crítica a la razón puta, de Paula Sánchez Perera. Sin entrar en la caricatura que muchas veces se hace sobre una postura que consideraría la prostitución como algo bueno, yo me enmarcaría más bien una postura de despenalización.
Has dicho que Podemos está condenado a la irrelevancia. ¿Qué crees que le toca hacer ahora a Podemos?
No lo dije con esas palabras. El contexto era que Lluís Orriols decía que, como Podemos va camino de la irrelevancia, se ve obligado a realizar excentricidades, por ejemplo votando en el Congreso con el Partido Popular y con Vox. Y lo que yo repliqué fue: no es porque vaya camino de eso que tiene que hacer excentricidades, sino que va a caer en la irrelevancia porque ha cometido esas excentricidades. La ruptura del grupo parlamentario y dentro del proyecto de Sumar con Podemos no es algo agradable dentro del movimiento ciudadano Sumar, nuestra voluntad es la de construir Sumar como una casa común para generar transformación, como una casa en la que también cabe muchísima de esa gente que se ilusionó en un primer momento y posteriormente con el proyecto de Podemos. Es lo que hemos visto también con las deserciones que ha habido gradualmente, que son también la constatación de unos modelos de organización interna y de construcciones de proyectos que lo que ha hecho con las diferencias ha sido liquidarlas. Eso no es lo que queremos hacer desde Sumar y además, en muchos casos, las supuestas diferencias ideológicas a las que se ha aducido para hablar de esa ruptura entre Podemos y Sumar no son reales.
Pienso, por ejemplo en el caso de la cuestión palestina, del genocidio en Gaza. Es difícilmente asumible que se esté postulando una diferencia real en el posicionamiento entre Podemos y Sumar cuando Sumar cuenta en el Consejo de Ministros con la primera ministra de origen palestino de este país, y creo que nadie se atrevería a echarle en cara a Sira Rego algún tipo de posicionamiento tibio con la cuestión palestina. Lo mismo pasa con otras cuestiones. En una entrevista reciente, Juan Carlos Monedero decía que Podemos tiene que descanalredizarse, y Canal Red no puede ser solamente un aparato de partido de Podemos en el cual no exista esa disidencia. Los espacios que tenemos que construir desde la izquierda no pueden ser búnkeres y no pueden ser sectas.
Entiendo que a Podemos se le pueda afear el haber sido un proyecto personalista. Pero, ¿puede decirse algo parecido de Sumar, en el sentido de que es un proyecto construido en torno a Yolanda Díaz? ¿No es Sumar un proyecto inviable sin Yolanda Díaz?
Yolanda Díaz es la cara de Sumar y buena parte del éxito que tiene Sumar en las últimas generales se debe a Yolanda Díaz. No es baladí que hayamos pasado de una situación en la cual el 28 de mayo teníamos una izquierda radicalmente descompuesta, que pierde votos en todas partes, a unas generales donde logramos construir un espacio que permite revertir la situación en una coyuntura en la que todo está en contra, y se obtiene un resultado capaz de revalidar esa mayoría para gobernar. Lo cual no significa, y creo que ese es el proceso en el que estamos ahora, que Sumar pueda reducirse a Yolanda Díaz, más aún en este momento en el que no está sola en el Gobierno. Sumar tiene cinco ministerios y a Yolanda se le suman figuras muy valoradas como Mónica García, Ernest Urtasun, Pablo Bustinduy o Sira Rego, más lo que existe fuera del Gobierno. Creo que sería importante que en ese proceso primara el interés colectivo. Y dentro de esos intereses colectivos, está también la conformación de formas de actuar, de formas de decidir que sean más democráticas y plurales. La apuesta de Sumar no es el proyecto que Yolanda Díaz decida, cuando Sumar articula un proyecto de país para la próxima década lo hace basándose en el esfuerzo de una gran cantidad de grupos de trabajo en los que hay centenares de personas desarrollando propuestas, debatiéndose, considerando cuál es la dirección que tiene que tomar este país para los próximos años.
Acaba de empezar la segunda legislatura con un gobierno de coalición. ¿Qué errores tuvo el primer gobierno de coalición y qué se puede aprender de los errores?
Creo que, uno, hay que naturalizar el conflicto como algo que va a suceder siempre y naturalizar las diferencias como algo que va a suceder siempre. Pero hay una diferencia entre dar esas batallas y convertirlo todo en una guerra. Y creo también que hay maneras de tratar las diferencias entre la coalición y que comunicativamente se tienen que dar de otra manera. Hay muchas diferencias, por ejemplo, en las negociaciones que tienen que ver con la Ley de Amnistía. Sumar ha manifestado repetidamente que la forma de negociar es un despropósito; no estamos de acuerdo con esta tendencia a llevar siempre todas las votaciones al último segundo. No se trata de librar todas las batallas desgastándose al máximo, todo el tiempo, sino que también, y creo que no es solamente una lección para un Gobierno de coalición, sino también para cualquier formación política, hay que entender que a veces no hace falta lavar los trapos sucios a vista de todo el mundo o no hace falta convertirlo todo en una guerra mediatizada.
¿Te estás refiriendo en concreto al Ministerio de Igualdad? ¿Crees que no ha explicado bien o no ha comunicado bien ciertas polémicas o errores en la legislatura anterior?
Retomando ese aumento de la transfobia o de la violencia contra las personas trans a lo largo de los últimos años, y lo repetí en campaña, creo que ha faltado pedagogía y voluntad de explicar las cosas; voluntad de convencer a una mayoría. Pocas personas han defendido tanto en televisión la ley trans como la he defendido yo, creo que la ley trans es una buena ley. Sin embargo, ¿creo que se explicó bien y se explicó lo suficiente? No. A mí todavía me sorprende que haya mucha gente que crea, por ejemplo, que la autodeterminación de género se trata de una libre voluntad de elección de cada uno de cuál es su identidad. No se ha dejado bastante claro que ese mecanismo jurídico no es sino el reconocimiento por parte del Estado en documentos legales de una identidad libremente manifestada. Y no entiendo por qué no se ha explicado de esa manera bastante clara.
Cuando se hace una comunicación solamente en clave confrontativa lo que estás haciendo es colocar en una posición de peligro y de vulnerabilidad a las personas transMuchas veces lo que se ha tomado en contrapartida a eso ha sido un discurso confrontativo, un discurso que, en lugar de querer convencer a la mayoría sobre la necesidad de ampliar derechos, ha tomado como foco la confrontación, sea con la extrema derecha, o sea con el feminismo transexcluyente. No basta con el discurso de afirmar repetidamente, una y otra vez, que los derechos trans son derechos humanos para convencer a nadie de eso. Diciendo eso, solamente convences a quien ya está convencido, pero no ganas adeptos. Y creo que eso es un problema. Cuando se hace una comunicación solamente en clave confrontativa, que no busca generar un consenso en la mayoría, lo que estás haciendo de alguna manera también es colocar una posición de peligro y de vulnerabilidad a las personas trans, y creo que eso también es un hecho grave.
Es duro esto que dices, que el Ministerio de Igualdad ha colocado en una posición vulnerable a las personas trans. Incluso asumiendo que haya habido errores de comunicación en Igualdad, en este tema ha tenido que responder a un discurso muy violento tanto por parte de la extrema derecha como de algunos sectores feministas y lo han tenido muy difícil…
Es muy difícil, pero tú no puedes combatir a tu adversario replicando sus formas. Reconozco y agradezco la labor del Ministerio de Igualdad de la pasada legislatura, reconozco y agradezco la labor de Irene Montero. Pero que ha habido no solamente errores, sino graves equivocaciones que han tenido consecuencias nefastas para, por ejemplo, las personas trans es una realidad. No es solamente que surja esta reacción violenta transexcluyente, sino que además esa reacción planteaba un adversario con el cual era relativamente fácil o podría llegar a ser ventajoso polarizar en una guerra; es decir, ese sector no estaba solamente en redes sociales, sabemos que también estaba en el Consejo de Ministros, encarnado, sobre todo, en la figura de Carmen Calvo. Y lo que no se puede hacer con los derechos de nadie es instrumentalizarlos en una guerra entre partidos. Creo que esa vocación de convencimiento mayoritario no existió, es un problema y es algo que en esta legislatura no habría de repetirse. Hay que ser firmes en las posiciones, pero no hacerlo poniendo en riesgo o poniendo en peligro ni los derechos de ningún colectivo, ni a las personas que forman parte de ese colectivo.
Cambiando de tema: en julio de 2022, mi compañero Yago Álvarez, que asistía a las tertulias de Antonio Ferreras, decidió dejar de ir tras conocerse por una conversación grabada que Ferreras difundió una noticia sobre unos supuestos lazos de Pablo Iglesias con Nicolás Maduro a sabiendas de que era falsa. Como tertuliana de Al Rojo Vivo, ¿qué opinas de la decisión de no acudir a La Sexta y cómo te sentiste tú al conocer el ‘Ferrerasgate’?
Estuve al tanto de la decisión de Yago. Yo en eso estoy muy de acuerdo con lo que era el planteamiento allá por 2014 y mucho antes que tenía Pablo Iglesias, en el que él estaba dispuesto a acudir ya no a una tertulia en un canal de televisión progresista sino a la tertulia de El Gato al Agua de Intereconomía. Él decía que hay que plantar cara en cualquier espacio, que hay que difundir las ideas en cualquier espacio y que eso sirve para convencer a los no convencidos y para, en general, construir, ideas más potentes a través del debate y utilizar los canales de comunicación que tenemos a disposición. Ojalá los canales de comunicación que tenemos fueran perfectos y fueran otros que estuvieran exentos tanto de relaciones de poder como relaciones industriales, pero la comunicación de masas en las que estamos no es así. Y la labor de medios independientes como El Salto es importantísima, pero los medios independientes no copan el nivel de atención de todo el público. Creo que la intervención en cualquiera de esas tertulias está justificada e incluso que hay cierto punto en quienes señalan la intervención de alguna gente en esos espacios que lleva a la hipocresía, porque desde el espacio de Podemos he visto muchísima crítica a quien acude a La Sexta y sin embargo una gran disponibilidad a los entrevistados por Ana Terradillos.
Dicho eso, ¿te incomodó conocer las grabaciones de Ferreras, que había deliberadamente dado una información que sabía falsa?
Yo he hablado con él sobre esto, y también con [José Enrique] Monrosi de eldiario.es. El mismo día que salta esa información se dedican 30 minutos a desmentir estas informaciones por parte de Monrosi. Es decir, que se ha construido un relato sobre lo que fue esa información sobre Podemos que invisibiliza lo que es la realidad de lo que ese programa emitió en ese momento.
Eres escritora. ¿No sientes que tu faceta cultural ha sido un poco fagocitada por la por tu faceta política?
Discurren por caminos distintos. No me planteo renunciar a la esfera cultural o a la esfera literaria. Muchas de mis amistades, la gente con la que convivo en el día a día, viene de ahí y tengo más contacto con ellos que con el mundo político, aunque ahora tenga mucho contacto con lo político. Para mí, el proceso creativo tiene que ver con el compromiso con el mundo, con un compromiso con los demás, incluso con la gente que te rodea, implica el no poder hacer oídos sordos.
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Por cierto, la penúltima respuesta de Duval, sobre el Ferrerasgate y Monrosi, es ininteligible. ¿No habría merecido una repregunta? También es posible que la periodista estuviera ya con ganas de terminar, porque vaya tela...
En Público informan que uno de los ejes en 2024 para SUMAR será el ¡tachán, tachán!: "feminismo mayoritario", supongo que el de los amigos de Sánchez, o el de Pablo Motos. Lástima que Elisabeth no pudiera explicarnos esto, o si ya ha tomado el té con Carmen Calvo. Y luego está el de evitar llamar genocidio a lo que ocurre en Palestina.
https://www.publico.es/politica/plurinacionalidad-feminismo-mayorias-ecologismo-ejes-sumar-quiere-construirse-enfrentar-derecha.html#md=modulo-portada-bloque:2col-t1;mm=mobile-medium
Si yo mañana llego y explico en el bar donde me tomo el café que la autodeterminación de género es un mecanismo jurídico que "no es sino el reconocimiento por parte del Estado en documentos legales de una identidad libremente manifestada", seguramente me responderán "pues yo estoy dentro de un orden y, por tanto, en equilibrio". Si eso es, para la señora Duval, una explicación clarísima de la autodeterminación de género, apaga y vámonos. Que acuse al Ministerio de Igualdad del equipo de Montero de haber puesto en peligro a las personas trans me parece demasiado burdo (pero vamos con ello, que diría su jefe) y un insulto a la inteligencia de cualquiera (incluso de quienes vemos farragosa esa definición tan clara que nos deja la señora Duval).
Por cierto, ¿soy la única que no tenía ni idea de quién era esta mujer hasta que empezó a insultar y difamar a gente de Podemos a través de cualquier medio que quisiese darle voz? Recuerdo que me preguntó mi madre un día, "pero esta, ¿quién es?", yo respondí "pues ni idea, pero igual es hija de Norma Duval, ¿no? ¿Esa no era también muy facha?" y mi madre "ah, sí, claro, pues igual sí". Y nos quedamos tan anchas las dos. Es lo que tiene que los medios independientes sí "copen" nuestro "nivel de atención" (otra bonita frase de esta personita que habla tan claro). En fin. Y mira que no iba a leer la entrevista, pero me ha recordado qué me llevó, en julio, a votar a un partido indepe (sin serlo yo) y no a "Sumar".
Empiezo a leer la entrevista, pero se me hace bola, no puedo tragar, abandono el plato. No sé por qué lo he vuelto a intentar, esta persona ha perdido toda mi credibilidad. Hoy en DiarioRed, Raúl Solís escribe un artículo muy clarificador, "El odio a Podemos genera monstruos como Javier Milei". También, en el mismo diario, Paola Aragón en su "El Metabulo", desgrana la fórmula del acoso y derribo hacia cualquiera que el Poder considere incómodo.
Bien podría decirse que la cara amable de la izquierda ha generado un monstruo. Las togas se envalentonaron con la cobardía del PSOE frente al afaire judicial y mediatico de la ley del solo el si es si, y la condescendencia interesada de Sumar, y ahora ya campan a su antojo, saboteando y aplicando las leyes a su antojo con el objetivo de derrocar a este gobierno. No les pararon los pies en su momento, y ahora el lawfare es ya su modus operandi.
He leído completa la entrevista y veo muchas contradicciones en las repuestas de Duval. Para mí, decepcionantes sus análisis y posturas políticas. En la Sexta aplican con ella la ley de hierro, todo vale si hablas mal de Podemos. Y ella lo hace con inquina. Mal, muy mal
Decido interrumpir la lectura por la falta de honestidad intelectual de la entrevistada.
Verborrea, contradicciones y mentiras indisimuladas. Bastante patetica, perfecta para cumplir cuota con Ferreras
Tan poca ética. Esta persona es muy interesante para Sumar. . .¡Ya que no se avergüenza en decir tales cosas!
De perfil y con ambigüedades, menos para responsabilizar a Podemos injustamente. Curioso criticar la confrontación desde la confrontación.
Un poco penosa la entrevista. Las obviedades de los politicos y las capillas de los partidos me cansan, me aburren y me hastían. Me ilusiono SUMAR pero ya me siento huerfano de representantes
Los que peinamos canas nos han mentido tantas veces, que por eso ¡NO nos creemos nada! Que "El Salto" haga de Sexta, para esta señorita, que habla de bunkers, siendo Sumar. . .¡Un completo cinturón de acero y hormigón armado!
Se fotografía con un santo al fondo, Yo Yo Yolanda se entrevista con el Papa, para "sumar" laicos, y ateos.
Cariño, como vas hablar mal de Sumar, si te han "colocado" por el "dedo" divino aquel que "vetó" a una compañera ministra, y para más joderla. . .¡La envias a Chile!
Juzgo, lo leído y envuelve unas cuantas mentiras, adaptándolas al: "Miente que algo queda".
Sí, excelentes resultados con 12 partidos. La realidad, se podrá ver muy pronto, cuando los que manipulan la "marioneta", hablen del chalet y bonos energéticos de Mónica Garcia. (Aquella que NO quiso primarias, ni hacer frente común).
Me da cierta rabia cuando escucho decir: esta o aquella ley no se explicó bien. ¿Qué deben hacer las personas implicadas en la redacción de esa ley para explicarla bien? ¿Tal vez ir con un megáfono a la plaza del pueblo y detallar sus pormenores? ¿No será que los medios (des)informativos funcionan en conjunto para llevar a la población por donde quieren?
¿Y qué alternativa propones en su lugar?
Intentar "corregirlos" desde el gobierno solo hará que se quejen de "censura" e "imposición totalitaria" (además de crear un precedente peligroso para cuando el PP-Vox llegue al poder)
Si la gente ignora diarios como este no es por desconocimiento, sino por estigma
Pues lo que propongo es, precisamente, la penalización de aquellos medios que mienten, manipulen o tergiversen, apoyándome para ello en el mandato constitucional que dice que yo, como ciudadana, tengo derecho a recibir información veraz. Y no habría censura, puesto que el mismo artículo protege a los medios que comuniquen información veraz y les otorga libertad para ello.
El miedo a las pataletas del PP-VOX no pueden frenarnos, porque entonces seguiremos donde estamos para siempre.
¡Feliz día!
Amb aquesta defensa tan poc disimulada de la pornografia i la prostitució, amb aquests postulats tan patriarcals i tan del feminisme liberal que diu confrontar, Sumar mai será per a mí una opció política.
Por si me lee la entrevistada.....dígale a su jefa que la próxima vez que vaya a ver al Papa que sea para derogar de forma unilateral el tratado con el Vaticano...lo demás son Paparruchas.....
Directamente que no vaya a verlo, eso es darle una importancia que no merece. Que derogue unilateralmente y a distancia. Aunque supongo que eso es demasiado "ruidoso" para la vicepresidenta.
Bueno,la argumentación de ésta chica son contradictorios y algunos falsos(si ha habido recortes en el decreto)..Quien se bunkeriza y excluye Yolanda y su proyecto o Podemos??
Ferreras ha demostrado ser una persona servil con status Quo..y corromper la información.... ésta chica hace un salto mortal y no decir nada a este respecto...En fin me ha parecido de una credibilidad ínfima y de una argumentación de filosofía vacía....
Bueno,la argumentación de ésta chica son contradictorios y algunos falsos(si ha habido recortes en el decreto)..Quien se bunkeriza y excluye Yolanda y su proyecto o Podemos??
Ferreras ha demostrado ser una persona servil con status Quo..y corromper la información.... ésta chica hace un salto mortal y no decir nada a este respecto...En fin me ha parecido de una credibilidad ínfima y de una argumentación de filosofía vacía....
Es una mujer de partido, con todo lo que ello implica. No está aquí para dar una visión objetiva, sino para hacer campaña por Sumar y confrontar con Podemos. Lo único que hace con el nombramiento de Isabel García, que sí que es un gran perjuicio para el colectivo trans, es cerrar los puñitos muy fuerte. Durante toda la entrevista, además de mentir en varias ocasiones, va regando casi cada de respuesta de puntadas contra el anterior ministerio de igualdad.
Y por cierto, usa el argumento racista de asumir que este gobierno va a hacer más por Palestina por tener a una ministra de origen palestino. Racista por cargar toda la responsabilidad sobre ella por el origen de parte de su familia y no en la de los otros 4 ministros. Racista porque hace entender que una de las razones para ser elegida ministra fuera su origen y no ser la secretaria general de IU. El movimiento se demuestra andando, y hasta ahora Sumar ha hecho poco o nada permitiendo que incluso el PSOE en sus tibios movimientos se apunte tantos como el de Albares. Y todo esto mientras Urtasun se acerca cada vez más a los verdes europeos en los que una mayoría es pro sionista y antiinmigración.
Elisabeth, con su juventud y brillantez, está justificando ir a La Sexta al igual que hace el conspiranoico elDiario.es. Los discursos de Elisabeth, que debe creerse que el mundo se inventó ayer y que es más lista que cualquiera, está plagado de contradicciones y auto-justificaciones que su verborrea pretende esconder. Elisabeth es otra oportunista que ya tiene su puesto en el gobierno y en LaSexta.