Feminismos
Irene García Galán: “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”

‘Hilaria’ (Errata Nature, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Irene García Galán - 1
Irene García Galán investiga sobre las mujeres anarquistas exiliadas durante la guerra civil. David F. Sabadell

Hilaria nació a finales del siglo XIX en San Sebastián y tuvo cinco hijos. Se quedó viuda con 42 años y tuvo que sacar a toda la prole adelante. Fue una represaliada del franquismo, pasó un tiempo en prisión pero no por su activismo, sino por el de sus hijos, quienes lucharon en el bando republicano. Cuando las tropas franquistas fueron a buscarles a su casa para que se unieran a los sublevados, no estaban y, como contrapartida, apresaron a Hilaria y a su hija mayor. Nadie contó su historia y probablemente ella jamás se imaginó que alguien la contaría. Pero en 2025, Hilaria (Errata Nature, 2025) se ha convertido en el título de un libro y en el hilo conductor que usa su tataranieta, Irene García Galán, para este ensayo político. García Galán, activista feminista e investigadora (2000, España) vive en París, nacida en una mezcla de culturas española, vasca y francesa.

Con la excusa de Hilaria, y de los pocos trazos que el olvido impuesto en este país ha dejado sobre las víctimas del franquismo, García habla sobre memoria feminista, sobre feminismo anarquista, sobre antipunitivismo. Devuelve a la vida la historia de nuestras ancestras, de activistas que cayeron en el olvido pero que prendieron la mecha de luchas que aún hoy siguen vigentes. Repasamos algunas de ellas, en unas semanas marcadas por el debate en torno a cómo denunciar públicamente las violencias machistas. 

Has publicado un libro que se llama Hilaria pero poco se puede contar de Hilaria ¿no?
Poco se sabe de ella pero para mí era muy importante hablar de ella y poner su nombre en el título en la portada, porque parece que sólo tenemos derecho a hablar de las mujeres que hayan hecho cosas extraordinarias fuera de lo común, heroicas. Mujeres como la mayoría de nosotras, de nuestras madres, de nuestras abuelas, vecinas… son mujeres corrientes de las que parece que no hay nada interesante que contar, pero en realidad sí. Para mí ponerla en la portada era una manera de decir que también tenemos derecho de recordarlas a ellas, que al final son las nadie y las todas.

De hecho, las víctimas de la dictadura han crecido en silencio. Hay también un vacío documental. ¿Se puede hacer historia con recuerdos?
Pues yo creo que sí, se puede hacer historia con recuerdos. A pesar de que obviamente necesitamos también documentación, archivos, etcétera, es muy difícil de conseguir sobre estos temas, sobre la España de la guerra, de la dictadura y del exilio. Yo estoy investigando sobre las mujeres anarquistas exiliadas en Francia desde el 39 y ahí sí que hay un vacío documental muy grande, ya sea por parte del Estado español o del Estado francés que ha intentado ocultar lo que hicieron con los exiliados y exiliados. Trabajo mucho sobre los recuerdos de las mujeres exiliadas, sobre su propia construcción de la memoria y de su propia construcción de sus archivos, porque nadie más lo hace por ellas.

Francia no trato muy bien a los españoles y españolas
Los metió en campos de concentración. Hubo miles y miles de ellos maltratados, torturados, violentados, humillados, humilladas, violentadas. Cuando necesitaban mano de obra para la guerra se cogía a los españoles. No se habla de los españoles que fueron a campos de concentración y exterminio en Alemania. De eso no se habla, de la resistencia de los exiliados y exiliadas. Ahora mismo yo sé que en Francia no se sabe nada de los campos de concentración. A mí me chocó haber ido a Argelès-sur-mer y a pesar de que fue el más famoso, que solo era arena cuando llegaron los exiliados y fueron ellos mismos los que tuvieron que construir el campo, hoy en día no hay nada de recuerdo. Es una playa.

Memoria histórica
Marc Solanes “Mi bisabuela luchó en el frente y fue considerada una mala madre, pero lo hizo por sus hijas”
En ‘Las niñas de Elna’ (Pollen, 2024) el periodista reconstruye la vida de las mujeres de su familia resolviendo enigmas para resignificar la imagen de la mujer en la historia.

Sin embargo, muchos españoles y españolas participaron en la resistencia, ¿no?
Sí, sí, muchísimos y esa participación se les ha agradecido en el olvido y en la invisibilización.

Bueno, volviendo un poco a cómo te has documentado. Hay más rastro documental de hombres que de mujeres. Eso es una obviedad. En tu caso ocurre, ¿no? Tus tres tíos aparecen en la documentación, no así tu tatarabuela, tu bisabuela o tus tías abuelas. ¿A qué fuentes has recurrido para contar su historia?
He tenido la suerte de que una de las hijas de Hilaria, la tía Pili, sí que rompió esta ley de silencio y contaba su historia a quien quisiera escucharla, no solo a sus hijas y a su hijo. Yo la conocí de pequeña, y gracias a sus hijas y a su hijo he podido conocer más de lo que contaban y sobre todo tener acceso a documentación que ella dejó. Ella dejó fotos y dejó algún texto escrito de lo que recordaba. Uno de sus hijos ha hecho un documental sobre su tío y entonces para eso sí que ha ido a buscar archivos. Yo cuando intenté acercarme a Hilaria y a sus hijas tengo la suerte de que mi familia ya había recuperado archivos de periódicos, de juicios y luego en Internet mismo he conseguido encontrar archivos, gracias a asociaciones de recuperación de la memoria histórica que los están poniendo accesibles fácilmente. Pero como tú dices, encontré cosas sobre los hombres, pero ninguno sobre las mujeres de mi familia. 

Li único que tengo sobre las mujeres son unas fotografías, alguna carta escrita y recuerdos. Luego, claro, como historiadora yo puedo interpretar los recuerdos porque creo que es una fuente importante, pero siempre hay que ponerlos en perspectiva. Mucha gente puede inventarse sus recuerdos, también puede mentir. Pero creo que aunque pueda hacer cosas que no siempre son 100% verídicas es una verdad y es algo que puede ser contado.

Irene García Galán - 3
García Galán es la autora de 'Hilaria' David F. Sabadell

¿Cómo crees que hay que construir la memoria feminista?
Pues creo que hay que construirla desde abajo, o sea, no solo desde un punto de vista masculino, institucional, blanco, burgués, sino también construirla desde abajo y creo que hay que empezar por nuestras casas, por las mujeres de los barrios, las que han sido más oprimidas que otras.

¿Qué sientes cuando Feijoo dice que hay que reivindicar el feminismo de las abuelas?
Pues yo creo que sí hay que reivindicar el feminismo de las abuelas, pero creo que Feijóo tiene otro criterio de los que significa el feminismo.

La violencia en el feminismo existe, ya sea para defenderte de una agresión directa cuando no te queda otra o desde el punto de vista colectivo, consciente y politizado, como herramienta política y militante

¿Qué significaba el feminismo de nuestras abuelas?
Bueno, pues dependerá de las abuelas de cada quién, pero creo que a quien dice esas frases que indican que el feminismo era mejor antes que el de ahora, que ahora se nos va de las manos, hay que recordarles que una parte de ellas participaban en la lucha de clases, luchaban para la liberación de sus pueblos, para la autodeterminación de los pueblos… que algunas hicieron uso de la violencia. 

De hecho, mi primer libro es sobre el uso de la violencia en el comunismo. Mi primer libro, La Terrour Féministe (Ediciones Divergentes), era para recordar que la violencia en el feminismo existe, ya sea para defenderte de una agresión directa cuando no te queda otra o desde el punto de vista colectivo, consciente y politizado, como herramienta política y militante. Y esto ha pasado en Inglaterra, en España, en Alemania, en América del Sur. Entonces igual le envío a Feijóo mi libro y hablamos luego (risas).

Explicas que hay gente que sitúa la incorporación de la mujer en el trabajo en el siglo XX, durante la Primera Guerra Mundial, porque los hombres se van al campo de batalla y ellas tienen que suplir sus puestos. Pero tú quieres matizar eso. En tu casa las mujeres nunca dejaron de trabajar. De hecho, tú dices que mujer trabajadora es un pleonasmo ¿Por qué?
La mayoría de las mujeres sí que han trabajado. Al final, las que no han trabajado son las más ricas, las más poderosas. Pero en realidad las mujeres han trabajado ya sea en el campo, en las fábricas, en las escuelas o incluso en su propia casa. Antes de entrar en las fábricas a principios del siglo XX, el trabajo se llevaba a cabo desde casa con trabajadoras tejiendo o hilando desde sus hogares para una industria que estaba creciendo. 

Aparte de eso también está todo lo relativo al trabajo doméstico. Las feministas de los años 70 utilizaron el término de trabajo de reproducción social: cuidado de los niños, del marido, de la casa, de los ancianos. Al final es trabajo y es lo que permite que luego haya otra persona que pueda ir a producir en la esfera exterior. Al final eso también es trabajo, es explotación, es patriarcado y es capitalismo.

Ya en los años 70 había feministas reivindicando la necesidad de su reconocimiento.
Y antes de eso. Yo he encontrado archivos de mujeres en 1930 que ya se quejaban de su trabajo en la casa y de su trabajo fuera de casa, además de su militancia. Recuerdo unas cartas de Pilar Grangel, anarquista española, que decía que llegaba a casa del trabajo, tenía que cuidar de las niños, de la casa y del marido y no podía leer cuando ella también era militante. Era una mujer muy interesante, era profesora, pedagoga y en 1930 ya se quejaba de eso. También mujeres como Klara Zetkin, Alexandra Kolontái ya se quejaban del trabajo doméstico como un medio de explotación.

Hoy en día hay un cierto sector del feminismo que sigue reivindicando la liberación de la mujer a través del trabajo y de los logros laborales de unas pocas

Sin embargo, había diferentes corrientes. Hace 60 años las feministas blancas aseguraban que el trabajo había llegado para liberar a la mujer, mientras las feministas racializadas, como puede ser ver por ejemplo bell hooks, decían que el trabajo fuera de casa no había servido para liberar a la mujer. ¿Por qué crees que existían estas dos visiones?
En los años 60, 70 y 80 sí que había una parte de las mujeres que estaban más relegadas al hogar y que seguramente es verdad que sí no hubieran salido a trabajar, no hubieran tenido una vida propia. Pero las mujeres pobres y mayoritariamente racializadas ya trabajaban dentro y fuera del hogar, y para que esas mujeres blancas salieran a trabajar tenían que cuidar a sus hijos. Y eso, pues a veces no se ha tenido en cuenta. 

Hoy en día hay un cierto sector del feminismo que sigue reivindicando la liberación de la mujer a través del trabajo y de los logros laborales de unas pocas, con todos estos discursos sobre la representación. A ver en qué me va a ayudar a mí, que soy clase trabajadora, el hecho de que una mujer sea presidenta de un país o de una gran empresa. Yo no tengo las condiciones materiales para llegar a eso, y tampoco tengo ganas, pero es que aunque lo quisiera.

Arremetes mucho contra el feminismo liberal. Un feminismo que centra su lucha en romper los techos de cristal. Para ti eso no debería de ser lo prioritario, ¿no?
Cómo dicen muchas compañeras racializadas: ¿quién llega al techo de cristal? Porque para llegar al techo de cristal tienes que partir de un escalón muy alto. El techo de cristal lo tocan Beyoncé o Hillary Clinton, pero es que abajo hay muchas mujeres más y muy válidas. Las mujeres racializadas se cuestionan quién limpia los cristales cuando esos techos se rompen. Yo creo que hay que tenerlo en cuenta. 

Y además este feminismo liberal, aparte de reivindicar la esencia del capitalismo feminizado, creo que también se centra mucho o bien en cuestiones simbólicas o en cuestiones legislativas. Si soy pobre de qué me sirve tener derechos si no tengo condiciones materiales para llevarlos a cabo. Todo el mundo tiene derecho a una casa, todo el mundo tiene derecho a comer, pero si no tienes condiciones materiales que te permitan llegar a eso… Creo que es un feminismo que se centra mucho en cambiar las leyes, sin procurar que lleguen a todas. Por ejemplo, si se cambian las leyes por la violencia sexual, pero si eres una mujer migrante sin papeles y te violan en casa, ir a una comisaría no es un lugar seguro para ti. Y al feminismo liberal esto no le importa porque ni sabe que existen, porque se creen que todas las mujeres somos iguales, pero no es así.

Muchas mujeres fueron represaliadas por las actividades de su familia, pero también muchas por sus actividades propias, porque obviamente hubo mujeres militantes y que ejercieron la resistencia a su manera

Volviendo un poco Hilaria, ella estuvo en la cárcel. Eso es una de las cosas que sabemos y sabemos que estuvo en la cárcel porque en realidad pagó por la militancia de sus hijos. Eso era algo muy frecuente, ¿no? Las mujeres fueron represaliadas no por su actividad, sino por la actividad de los hombres que estaban alrededor.
Sí, mis tíos bisabuelos eran militantes en opciones de izquierdas, euskaldunas, independentistas y socialistas. Y cuando llegó la guerra se fueron todos a combatir al bando republicanos. A dos les cogieron y uno de ellos se escapó y por eso mismo fueron a coger a mi tatarabuela Hilaria y a mi tía bisabuela Lola. Las metieron en la cárcel en Donosti. Y sí, muchas mujeres fueron represaliadas por las actividades de su familia, pero también muchas por sus actividades propias, porque obviamente hubo mujeres militantes y que ejercieron la resistencia a su manera.

Existía una represión específica contra las mujeres de la que no se nos ha hablado. Parece que solo sufrieron los hombres que fueron al frente y parece que la represión se centró en ellos. Pero bueno, tú por ejemplo, cuentas que en la cárcel de Amorebieta las mujeres eran encarceladas por el delito de rebelión que podía ser simplemente desfilar con una pistola vestida miliciana. Y además había una patologización de su condición de mujeres, como lo que decía Vallejo-Nágera, que las mujeres rojas que tenían rasgos criminales. ¿No?
A las mujeres se les ha represaliado por ser mujeres de izquierdas, o simplemente por ser pobres que eso ya se criminalizaba. Y claro, con herramientas de humillación, de guerra y de tortura, como rapar cabezas o también todo lo relativo a la maternidad: quitandolas a sus hijos. El caso de los bebés robados es un crimen franquista específico contra las mujeres.

Y creo que frente a ese feminismo liberal que se centra mucho en reformar leyes penales, dudo mucho que más penas de cárcel, más juicios y más policía sirvan para resolver nuestros problemas como mujeres y disidencias

El ejemplo de la prisión de la que hablábamos de Amorebieta dices que pone de relieve el carácter patriarcal de la dinámica penitenciaria. ¿Por qué dices que es un error pensar que esto solo ocurre en las prisiones de los regímenes dictatoriales?
Hoy en día las prisiones siguen existiendo y cada vez tienen más personas. En Francia ahora mismo hemos pasado de las 80.000 personas encarceladas, cuando hay unas 60.000 plazas. Hay prisiones que están al 150% de su capacidad, te puedes imaginar las condiciones en las que está esa gente. Hay otros países en los que es mucho peor, por ejemplo, en Estados Unidos, que las prisiones son una industria en la que hay miles y miles de personas encarceladas. Y luego hay países que usan la prisión como una herramienta de control colonial, como puede ser el caso de Israel que encarcela a los palestinos y palestinas de manera masiva para intentar romper su resistencia. 

Y creo que frente a ese feminismo liberal que se centra mucho en reformar leyes penales, dudo mucho que más penas de cárcel, más juicios y más policía sirvan para resolver nuestros problemas como mujeres y disidencias. Si somos feministas tenemos que luchar por el cumplimiento de los derechos humanos en general. A mí me resulta un poco extraño pensar que un lugar en el que se encierra a gente, que se priva de libertad, de derechos y de humanidad pueda salvarnos. Esto desde el punto de vista teórico y moral. Y desde el punto de vista práctico, si se miran las cifras, la cárcel no es el lugar al que va la gente malvada, la cárcel es un lugar donde se mete a los pobres, a migrantes, a personas racializadas, a personas trans, a personas con algún problema psiquiátrico. En Francia menos del 10% de las personas encarceladas lo son por cuestiones de violencia de género. ¿Han bajado las agresiones sexuales desde que hay más penas de cárcel o solo se instrumentalizan estas legislaciones para reprimir siempre a los mismos? 

Irene García Galán - 4
Irene García Galán. David F. Sabadell

En Francia, tenemos un gobierno de derechas Macronista y en un primer momento intentaron hacerse pasar por feministas con varias leyes para protegernos. Leyes contra el acoso callejero sexista supuestamente, pero que en realidad solo han sido un pretexto para poner más presencia policial en barrios pobres con gente principalmente racializada. 

¿Qué piensas del debate actual que se está teniendo en torno a cómo denunciar la violencia sexual? ¿Qué herramientas tenemos las mujeres?
No tengo una respuesta fija y definitiva. Yo creo que las agresiones sexuales hay que denunciarlas en todos los círculos donde se dan, ya sea en la casa, en el trabajo o en las organizaciones políticas. Y creo que hay que denunciarlo y hay que tomar medidas. Lo que no tengo muy claro es cuál sería la solución para erradicarlo, si lo supiéramos ya la hubiéramos llevado a cabo. Pero creo que no habrá una solución única para todo el mundo, porque todos los casos no son los mismos ni son los mismos contextos y las mujeres o disidencias no tienen las mismas necesidades, las mismas ganas. Entonces hay que adaptarse a cada contexto, escuchar y ver con lo que tenemos qué se puede hacer. 

Creo que, lamentablemente, ahora mismo estamos en un contexto social y político en el que cualquier decisión que tomemos no será la perfecta, pero hay que seguir indagando. Hay un libro que salió hace unos años que se llama ¿Y qué hacemos con los violadores? (Descontrol). Me parece bastante interesante por eso, porque proponen diferentes vías y hacen autocrítica de cada una de esas vías.

Todas o casi todas las mujeres hemos sufrido violencia sexual en nuestra vida. Entonces, casi todos los hombres han cometido en un momento dado agresiones sexuales en diferentes grados

Creo también importante, y lo señalas en el libro, que no hay que tender a desnaturalizar a los violadores. Hay que entender que son personas que están en la sociedad, que no son monstruos. El camino no es señalarlos como excepción y tratar la violencia sexual desde una perspectiva colectiva, ¿no?
Porque al final es responsabilidad de todos y todas. La violencia sexual existe porque todos construimos esta sociedad patriarcal que permite eso. Yo soy adepta a una justicia transformadora que permita transformar el grupo y por ende, a la sociedad. 

Y me parece muy importante lo que dices sobre el hecho de que no hay que deshumanizar a los agresores, porque todas o casi todas las mujeres hemos sufrido violencia sexual en nuestra vida. Entonces, casi todos los hombres han cometido en un momento dado agresiones sexuales en diferentes grados y está por todas partes. Y esto se ha visto con el caso de Gisele Pelicot, que ha sido violada por decenas de hombres de todo tipo, de toda edad y toda categoría social. Y aún así hay gente que pretende que los llamemos monstruos. Creo que es una manera de no responsabilizarse, de decir: “yo no soy así, ellos, son otra clase de seres, no están en mi sociedad”.

Además, Pelicot ha sido violada en su casa con agresiones permitidas e impulsadas por su marido. Cuando nos dicen eso de que el peligro está en los extraños, en los descampados, vamos mal analizando el fenómeno de la violencia sexual ¿no? 
En Francia en torno a 94% de las agresiones son cometidas por gente del entorno y casi la mitad por la pareja. Estamos en nuestras casas, en nuestro hogar, en el trabajo.

Bueno, vamos a cambiar un poco. Vamos otra vez a imprimir una perspectiva histórica. Tú dices que mientras que en Europa transcurría el movimiento sufragista, en España el sufragio no era el tema central dentro del feminismo. ¿Por qué?
Tiene que ver con diferentes contextos. En España había monarquía, en otros lugares de Europa, no.  Además, del mismo modo que hemos mitificado la liberación de la mujer por el acceso al trabajo asalariado, pasa lo mismo con el derecho al voto. El voto igual es importante para mujeres de cierta clase social y económica. Si tú por ejemplo eras una mujer pobre ¿de qué te servía votar? Como mujer trabajadora lo que te interesa es tener pan, una casa y poder criar a tus hijos tranquilamente. Y el voto igual no te va a aportar eso.

Pero hay un matiz interesante que haces. Tú te reconoces como anarquista, pero si dices que el derecho al voto puede ser importante por que al final nos iguala, ¿no?
Yo no estoy en contra del derecho al voto, y yo como anarquista he votado, a veces para que no viniera lo peor. Lo que creo es que no hay que ver el voto o las elecciones como un modo para llegar a una revolución. Creo que lo que hay que hacer es simplemente restarle importancia. No soy de esas anarquistas que dicen que no hay que votar.

Y también es importante analizar las propias contradicciones que hay dentro de cada ideología y también con respecto al feminismo. Cuentas en el libro que uno de los padres de las ideas anarquistas Pierre Joseph Proudhon, era misógino.
Y antisemita, o sea, era un horror de hombre. Creo que hay cosas que ha dicho y que obviamente son interesantes y que hoy en día tenemos que utilizar algún concepto, pero creo que también hay que desacralizar. Este tío era un misógino de mierda que ha escrito uno de los textos más machistas que he leído en mi vida y también era un antisemita total. 

Al igual que feministas que reivindicamos hoy que eran super racistas y de derechas. 

¿En quién estás pensando?
Emilia Pardo Bazán en el Estado español, en Inglaterra, por ejemplo, en el movimiento sufragista inglés Emily Pankhurst, que se fue cada vez más hacia la derecha. Y a mí esto me da bastante miedo porque en Francia tenemos a grupos que se dicen feministas, pero que en realidad son grupos nazis. ¿Y en cincuenta años vamos a reivindicarlas? A veces no impide que podamos decir que algo que hayan hecho pudo ser interesante, pero siempre hay que ponerlo en perspectiva.

Racismo
Fatima Ouassak “Las madres tenemos un papel estratégico dentro del feminismo”
En Francia hay una organización antirracista que lucha por una infancia sin violencia. Es el Frente de Madres y Fatima Ouassak es su fundadora. En ‘El poder de las madres’ (Capitán Swing, 2025) defiende la maternidad como sujeto político.

El otro día hablaba con Fatima Ouassak que pertenece al Frente de Madres, que se mostraba muy crítica con parte de la genealogía blanca. Explicaba que figuras como Simone de Beauvoir consideraban a las madres como sujetos alienados, cuando las madres racializadas tienen una potencia activista indudable, ¿no?
También tiene alguna historia por haber permitido que su marido agrediera sexualmente a mujeres muy jóvenes. Simone de Beauvoir es un claro ejemplo de las que podemos decir que han aportado cosas a nivel teórico, pero también hay mucho que criticar.

Las mujeres no solo estamos alienadas por el patriarcado, sino también por el capitalismo, por el Estado. Y creo que hay que reconocer esto y hay que luchar en todos los frentes

¿Para ti que es el feminismo anarquista?
Sería un feminismo que parte de la base de que hay que cambiar el paradigma social. Si no cambiamos la estructura capitalista y política, y sobre todo la forma del Estado, pues no nos va a servir de mucho. Las mujeres no solo estamos alienadas por el patriarcado, sino también por el capitalismo, por el Estado. Y creo que hay que reconocer esto y hay que luchar en todos los frentes. 

Yo, por ejemplo, soy anarquista en el sentido en el que me siento más identificada con la estrategia política que propone el anarquismo. Pero por ejemplo, sí que en términos de análisis político también me reconozco mucho en el marxismo, yo me considero comunista libertaria.

Creo que leer está bien, es importante, pero si esa lectura o esa escritura no nos motiva a salir a la calle, a participar en las asambleas o a organizarnos entre vecinas, no sirve de nada

Bueno, y para finalizar, ¿qué crees que crees que tenemos que hacer para que en un futuro este tipo de libros no sean excepciones? ¿Es el momento de contar la historia de nuestras abuelas?
Yo creo que es el momento de contarla, sobre todo en una época en la que vemos como discursos reaccionarios están en auge cada vez más. Es el momento de recordar a nuestras abuelas y recordar lo que sufrieron, lo que vivieron. No es normal que hoy en día, en 2025, haya gente que diga que con Franco se vivía mejor, que no sepan lo que pasó en la guerra, que no sepan el hambre, las violencias, el sufrimiento y sobre todo, el silencio. Creo que es el momento en este país de romper ese silencio, de hablar por ellas y es importante seguir luchando. Pero más que escribir y contar, para mí es importante que nos organicemos, porque al final yo no soy escritora, yo soy militante política. Mis libros parten de la práctica política, no tanto de la teoría, sino de la práctica y del ejercicio de la política. Creo que leer está bien, es importante, pero si esa lectura o esa escritura no nos motiva a salir a la calle, a participar en las asambleas o a organizarnos entre vecinas o lo que sea, no sirve de nada. O sea, creo que es importante si es como una herramienta para la organización colectiva.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Memoria histórica
Monumentos Franquistas A golpe de cincel. Crónica de la retirada de un vestigio fascista en Montijo
La Iglesia de Montijo borra su pasado franquista a petición de la Asociación Recuperación Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX).
Memoria histórica
No olvidamos Aparato legal y de blanqueo
Hoy seguiremos el rastro a las empresas, unas ficticias y otras no, hoteles, bases guerrilleras, cambio de moneda y demás mandangas.
Arte
Arte y memoria histórica Un artista renuncia a un premio de la Academia de Bellas Artes Canaria por su defensa del monumento a Franco
Acaymo S. Cuesta argumenta que la posición de la Academia con respecto al ‘Monumento al Caudillo’ de Juan de Ávalos es contraria a los principios democráticos que defiende y no recogerá el galardón.
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
25/3/2025 15:42

Increíble artículo. La escritora tiene toda la razón, no hay que mitificar a figuras revolucionarias, feministas y demás, sino utilizar sus actos positivos y diferenciarlos de los negativos.
La única lucha feminista posible es la de clase, la que tiene el objetivo de romper el verdadero techo de cristal: La explotación patriarcal y capitalista que viven las mujeres trabajadoras de todo pais.

0
0
Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar intentan llegar a un acuerdo para no perjudicar con el IRPF a los trabajadores con el SMI
La ministra de Hacienda ha confirmado que sería “algún tipo de medida que permita compensar a aquellos pocos trabajadores” en la situación de tener que tributar con el salario mínimo.
Residencias de mayores
Residencias Fondos de inversión y residencias: la mano invisible que retuerce los cuidados
Mientras DomusVi, en manos del fondo de inversión ICG, ya es la empresa con más residencias privadas del Estado, residentes, familiares y trabajadoras explican lo que supone que las prácticas especulativas acunen la vejez de las personas.
Opinión
Opinión Bretón no es un monstruo, ni Martín el nuevo Capote
Frente a la libertad sin peros que defienden unos, la responsabilidad de muchos: la de ciudadanos y librerías que se niegan a comprar o vender, respectivamente, el libro que Anagrama ha tenido a bien materializar.
LGTBIfobia
Manifestación Plataforma Trans planta cara a la transfobia con una manifestación contra el odio
La convocatoria el 29 de marzo denuncia un contexto internacional antiderechos. La organización pide a partidos y sindicatos que se sumen a la marcha porque la transfobia es un problema social, y por lo tanto también político, explican.

Últimas

AGANTRO
Agantro Tatuaxe: terapia e tendencia
Da marxinación á moda, o carácter simbólico e ritual da tatuaxe atópase actualmente erosionado polas dinámicas capitalistas.
Música
Música Pervertidos y puritanos, a los pies de Ethel Cain
Proyectos musicales como ‘Perverts’ de Ethel Cain son capaces de imponer silencio en medio de tanto ruido para pensar en un momento en que las redes sociales son herramientas tendenciosas para la difusión de propaganda de ultraderecha.
Gasto militar
Gasto militar “No nos resignamos a la guerra”: 70 organizaciones rechazan la deriva militarista de la UE y el Gobierno
Más de 70 organizaciones y personalidades de la cultura y el activismo firman un manifiesto que rechaza la escalada belicista y el rearme frente a una posible agresión rusa.
Palestina
Cisjordania Hamdan Ballal, codirector de ‘No other land’, agredido por colonos israelíes
Según los testigos que presenciaron el ataque, el cineasta está herido. Poco antes de las 14h el codirector de la cinta ha anunciado que Ballal ha sido puesto en libertad.
Minería
Minería estratégica en Extremadura La Comisión Europea declara “estratégicos” tres proyectos mineros en Extremadura
Las Navas (Cañaveral), Aguablanca (Monesterio) y La Parrilla (Almoharín) obtendrán financiación, verán facilitados sus procesos de tramitación y se beneficiarán de plazos más reducidos. La mina de Valdeflores no es considerada estratégica.
Más noticias
Obituario
Obituario Jesús Santos, el basurero que se ganó el corazón de Alcorcón
Alcorconero de toda la vida, teniente alcalde, activista social y sindicalista, Jesús Santos hizo que aquellos que le acompañaron en su camino se ilusionaran por la política.
Israel
Genocidio Mercadona vende tampones y patatas procedentes de Israel
En 2024 se produjo una reducción de las importaciones de tampones y patatas israelíes. Mercadona es una de las plataformas que trabajan con estos productos.
Madrid
Madrid La Sareb amenaza con el desahucio a dos jóvenes activistas en Carabanchel
Cadete 7, el bloque en lucha del que el ‘banco malo’ prevé desalojarles de forma inminente este jueves 27, fue el primero recuperado por el movimiento de vivienda de Madrid en 2013 tras haber permanecido deshabitado desde 2008.
Palestina
Palestina Egipto abre la puerta a un nuevo alto el fuego en Gaza con el visto bueno de Hamás y EEUU
A cambio de la retirada gradual de la tropas de Israel en la Franja, serían liberados cinco rehenes cada semana. El Gobierno de Netanyahu no se ha pronunciado y siguen los ataques contra población civil.

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente Milleiros de persoas enchen A Pobra do Caramiñal para berrar contra a celulosa de Altri e a mina de Touro
Unha grande multitude por terra e centos de embarcacións por mar esíxenlle ao Goberno de Alfonso Rueda que “recúe” ante o potencial desastre ambiental que sobrevoa Galiza.
Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Colegios underground en Járkov después de tres años de guerra
La ciudad ucraniana construye escuelas subterráneas, preparadas para aguantar ataques balísticos y nucleares.
Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Nature, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Argentina
Estela de Carlotto “Faltan todavía muchos nietos por encontrar”
Al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dialogó con El Salto y apuntó contra el Gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que encabeza la represión de la protesta social.