We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Francia
El Ayuntamiento de París incumple su palabra y expulsa a los jóvenes migrantes que ocupaban un céntrico teatro

“Estamos hartos de los racistas”, “Solidaridad con los menores no acompañados” o el clásico “Siamo tutti antifascisti”. Eran algunos de los cánticos que se podían oír el lunes por la noche enfrente de la Gaîté Lyrique. Ese céntrico teatro de París llevaba ocupado desde diciembre por un colectivo de jóvenes y adolescentes migrantes no acompañados, pero la delegación de la policía en la capital francesa había ordenado su expulsión para este martes. Centenares de personas se habían concentrado para mostrar su solidaridad y oponerse a esa decisión. Muchas de ellas aguantaron allí hasta la intervención de los antidisturbios a las seis de la madrugada.
Los agentes rompieron a base de porrazos la cadena humana que formaban los concentrados y entraron en la Gaîté Lyrique. También utilizaron gases lacrimógenos. Presente delante de ese teatro municipal, la diputada de izquierdas Danielle Simonnet denunció una intervención “extremamente violenta”, a pesar de que los manifestantes “tuvieron un comportamiento muy pacífico” y los que habían ocupado ese lugar “estaban recogiendo sus sacos de dormir”. Nueve personas (siete migrantes, otro manifestante y un agente) resultaron heridas y 46 fueron detenidas, según el responsable de las fuerzas de seguridad en París.
Creado en 2023 a partir de una interesante mezcla entre menores no acompañados y militantes del distrito XX, el Colectivo de los Jóvenes del Parque de Belleville ha llevado a cabo cinco ocupaciones
A través de esa dura intervención, las autoridades han acabado con más de tres meses de ocupación de este conocido centro cultural. “Es una lástima de ver que el Estado francés se pone de lado de la extrema derecha y los racistas y decide dejar a más de 400 personas en la calle. Es una vergüenza”, explicaba Bassabana Koné, de 17 años y oriundo de Costa de Marfil, en declaraciones a El Salto pocas horas antes de la intervención policial. “Vamos a intentar buscar otro lugar para continuar con la ocupación y nuestra movilización”, añadía este portavoz del Colectivo de los Jóvenes del Parque de Belleville.
Creado hace dos años a partir de una interesante mezcla entre menores no acompañados y militantes del distrito XX de París —uno de los más populares y bohemios de la ciudad—, este colectivo ha llevado a cabo cinco ocupaciones desde 2023. Su objetivo no es solo dar cobijo a estos jovencísimos migrantes, sino presionar tanto al Estado como al Ayuntamiento que suelen dejarlos en el desamparo, sobre todo cuando les rechazan en primera instancia su condición de menores y se quedan pendientes de un recurso, que tarda varios meses en dirimirse.
La alternativa a la calle: centros lejos de París
La ocupación de la Gaîté Lyrique ha resultado su movilización más mediática. Decidieron instalarse en esa sala con el permiso de sus responsables que suspendieron todas las obras de teatro en diciembre. Aunque un tribunal había emitido a mediados de febrero una orden de expulsión en el plazo de un mes, el Ayuntamiento de París, propietario de ese lugar, había prometido al colectivo que no pediría la ejecución de esa sentencia hasta que el Estado no les hubiera ofrecido un alojamiento. Finalmente, la municipalidad parisina, dirigida por la socialista Anne Hidalgo, se puso de perfil y permitió su expulsión.
Tras haberlos echado, las autoridades les han propuesto como alternativa llevarlos a un centro de acogida en Rouen, a unos 135 kilómetros al noroeste de la capital. La mayoría de esos adolescentes rechazaron esa opción, porque están pendientes de trámites administrativos en la capital. Esa decisión también los hubiera alejado de sus compañeros de asociación. “El hecho de formar parte de un colectivo refuerza nuestra solidaridad y también nos da más autoestima para resistir a una situación tan precaria como la nuestra”, afirma Fousseini, de 16 años y oriundo de Mali, que reivindica su acción como una defensa “del derecho a la vivienda y a una acogida digna”.
“No decidimos ocupar ese teatro por el simple hecho de ocuparlo, sino para interpelar al Estado y al Ayuntamiento”, añade Fousseini. Este delegado del Colectivo de los Jóvenes del Parque de Belleville denuncia que “cuando los departamentos —el equivalente de las provincias y que en el caso de Francia se encarga de los menores no acompañados— deniegan la minoría de edad a estos jóvenes, estos se encuentran de manera sistemática en la calle, donde viven expuestos al frío y el acoso policial”.
Policía
Fabien Jobard “La abolición de la policía no es ninguna utopía”
“Sin la familia ni ningún apoyo”
En una situación como esa se encontró Ahmed Bah, quien dice tener 16 años. Antes de ocupar el teatro, “muchos de nosotros dormíamos en un pequeño campamento debajo del puente Marie (en el río Sena). Era un lugar húmedo, hacía mucho frío. No nos sentíamos en seguridad, a menudo había robos de teléfonos y prendas de ropa”, recordaba este joven oriundo de Guinea-Conakry sobre la vida en la calle tras años de un duro periplo migratorio. Boubakar Djallou era otro de los guineanos presentes en la Gaïté Lyrique. Había pasado cerca de tres meses durmiendo en la calle en París tras haber emigrado debido a la pobreza de su familia y haber viajado por Mali, Túnez y haber cruzado el Mediterráneo con una patera, “con 45 personas a bordo antes de llegar a la isla italiana de Lampedusa”.
La vida en la calle “resulta realmente difícil, sin la familia ni ningún apoyo”, lamenta Djallou. Después de que le negaran la minoría de edad en primera instancia, ahora está pendiente de que le reconozcan la autenticidad de sus documentos tras presentar un recurso. Los jueces de menores reconocieron la minoría de edad en segunda instancia a 145 adolescentes extranjeros desde principios de año, según la ONG Utopía 56, una de las más activas en la ayuda de las personas migrantes en la capital. “Lo que demuestra la existencia de errores en las primeras evaluaciones”, añade esta organización sobre unas decisiones que a menudo los dejan en un limbo legal.
El número de los jóvenes alojados en la Gaîté Lyrique no había parado de crecer, pasando de 200 en diciembre a cerca de 500 en marzo
“Hay una especie de partida de tenis de mesa entre las distintas administraciones. Las territoriales dicen que no se trata de su responsabilidad, ya que la política migratoria y de alojamiento (de las personas sin domicilio fijo) es una competencia del Estado. Pero en el caso de los menores no acompañados se trata de una competencia de los departamentos”, explica Claudia Charles, jurista en la asociación GISTI, especializada en el apoyo legal a estas personas.
Críticas contra Hidalgo
Según esta experta, la administración parisina, que aglutina las competencias municipales y departamentales, tiene una responsabilidad especial en este caso. “Como muchos otros departamentos, no quiere hacerse cargo de estos jóvenes”, señala Charles, quien lamenta el uso creciente de las pruebas óseas, a pesar de haber sido denunciadas por la ONU. “Hemos conseguido que el Ayuntamiento aloje —sobre todo en gimnasios deportivos— a más de 1.000 jóvenes desde que creamos este colectivo”, destaca Jon Vicuña, un militante vasco del distrito XX y que apoya al Colectivo de los Jóvenes de Belleville.
Esta vez, sin embargo, el gobierno municipal se conformó con tolerar la ocupación del teatro durante el invierno y facilitar su expulsión en vísperas de la primavera. “Es lo que teníamos que hacer porque la situación se había vuelto muy complicada, tensa y peligrosa”, dijo el martes Hidalgo en una entrevista para la emisora de radio France Inter. El número de los jóvenes alojados en la Gaîté Lyrique no había parado de crecer, pasando de 200 en diciembre a cerca de 500 en marzo. Y a finales de febrero se había producido un incendio, controlado por los mismos militantes, dentro de ese centro.
La alcaldesa no miente al recordar que la situación se había degradado. Pero las personas concentradas enfrente del teatro le reprochaban que no hubiera ofrecido un alojamiento alternativo y la acusaban de tener una posición más bien parecida a la del Gobierno central, cuyo ministro del Interior, Bruno Retailleau, tiene un perfil del agrado de la extrema derecha. Episodios como este corren el riesgo de enrarecer el ambiente en la izquierda parisina. Y eso que se trata de un momento en que muchos ya tienen la mirada puesta en los comicios municipales de la primavera de 2026. Aunque Hidalgo no se presentará en esas elecciones, sí que espera que revalide el cargo su sucesor en el Partido Socialista.