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Economía social y solidaria
¿Por qué Barcelona acogerá el Foro Social Mundial de las Economías Transformadoras?
En junio del 2020, Barcelona acogerá el Foro Social Mundial de las Economías Transformadoras (FSMET). ¿Pero qué son las economías transformadoras? Como bien indica la palabra son aquellas que transforman, que cambian. Y es que su objetivo es buscar otra vía al modelo capitalista y demostrar que existen otras alternativas. Por eso, estas economías ponen en el centro de su acción a las personas y al medio ambiente con la finalidad de acabar con las actividades extractivistas, la competitividad y el mercado, el crecimiento o la explotación laboral. Unos valores que ligan con la larga tradición y presencia de cooperativas en la ciudad.
Por ello, el FSMET se articula en cuatro ejes, que se podrán ir ampliando, porque se trata de un proceso participativo. Estos son: las economías feministas, las economías sociales y solidarias, la agroecología y la soberanía alimentaria, así como los procomunes, es decir, aquellos bienes o recursos que compartimos con otros ciudadanos, ya sean urbanos, rurales o en la esfera digital.
Además, este foro busca poner en contacto personas de alrededor del planeta que trabajan en el mundo de las economías transformadoras. Por eso, más allá del foro en sí, lo realmente importante para estas redes internacionales es el proceso de construcción previo y posterior que al Foro.
Por este motivo, de momento, ya se han realizados dos encuentros previos en Barcelona. El primero tuvo lugar en abril. En aquella ocasión, participaron alrededor de 260 entidades de todo el mundo y sirvió para poner las bases del Foro, según detallan los organizadores en la Memoria.
Tres meses después, a finales de julio, tuvo lugar una reunión crucial donde asistieron representantes de 26 redes internacionales y dos más se conectaron virtualmente. Las participantes manifestaron que para ellas es vital este proceso para poder compartir y conocer experiencias de otros lugares, así como ser más fuertes para hace frente el capitalismo.
“Tienen que converger los movimientos feministas, de justicia climática, de justicia ambiental, pacifistas. Hemos de converger todos estos movimientos en una lucha común porque nuestro planeta está cediendo y está seriamente amenazado”, precisa Samantha Hargraves de WoMin, una red que trabaja contra la industria extractivista en Sudáfrica y favorece los proyectos de economía feminista.
El encuentro de julio, además, sirvió para crear el Comité Coordinador que será el encargado de la gobernanza de este proceso de construcción participativo que debe ser democrático y transparente.
Sin duda, uno de los grandes retos del Comité será conseguir que en el FSMET confluyan actoras y actores diversificados que representen todos los colectivos, movimientos y regiones del planeta, es decir, movimientos indígenas, feministas, de la comunidad LGTBI, campesinos, rurales, okupas, entre otros, de los cinco continentes.
¿Por qué Barcelona?
El FSMET es una rama temática temático del Foro Social Mundial, que nació en enero del 2001 en Porto Alegre (Brasil) y reunió 12.000 personas de alrededor del mundo. Tenía una finalidad muy clara: demostrar que ya había alternativas a la economía capitalista y estás se tenían que dar a conocer e impulsar. Por eso, en su Carta de principios se resalta que es un espacio de reflexión, de compartir experiencias y de articular acciones de entidades y movimientos de la sociedad civil que sean una alternativa al “neoliberalismo y al dominio del mundo por el capital o por cualquier forma de imperialismo”.
En 2016, el Foro Social Mundial se celebró en el Quebec (Canadá). Era la primera vez que lo acogía un país del mal llamado primer mundo. Por eso, su objetivo era tejer tanto redes como puentes entre el hemisferio norte y sur. En ese encuentro se creyó conveniente hacer un foro temático sobre economías transformadoras. Se apostó que su casa de acogida fuera Barcelona por su larga trayectoria y experiencia en el mundo del cooperativismo.
Hace más de un siglo y medio, en 1866, en esta ciudad nació la Cooperativa la Antigua del Camp del Arpa que tenía como misión comprar productos al por mayor para venderlos a sus socios a mejor precio del mercado. Esta cooperativa se vio obligada a cesar su actividad a mediados del siglo pasado, cuando aparecieron los supermercados. Barcelona también ha sido famosa por el movimiento de cooperativas en fábricas, que nacieron a mediados del siglo XIX de la mano de obreros que perseguían poner punto y final al capitalismo industrial. Muchas de ellas, se desmantelaron con el inicio de la dictadura franquista.
Barcelona no solo es un referente mundial por su historia en cooperativismo, sino también en la actualidad. Cuenta con una elevada presencia de experiencias de la economía social y solidaria, según datos del consistorio. En el 2018 había más de 4.700 iniciativas que trabajan con los criterios de la economía social y solidaria, es decir, que priorizan a las personas y sus buenas condiciones laborales por encima del lucro económico. Éstas representan un 2,8% de las empresas de la ciudad, un 8% de la masa laboral y un 7% del PIB de la ciudad.
Además, la capital catalana acogerá el mayor centro de cooperativismo del sud de Europa. En 2016 nació Coópolis, un Ateneo Cooperativo, que ahora se impulsará y pasará a ocupar 4.200 m2 en Can Batlló, tras un acuerdo suscrito a principios de año entre la Generalitat y el Ayuntamiento. Se espera, que este centro esté habilitado a finales del 2021 y cuente con una inversión de 7 millones de euros, de los cuales el 40% provendrán del Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la Unión Europea.
Este impulso de la economía social solidaria también se ha podido llevar a cabo por la labor de la Xarxa d’Economía Solidaria de Cataluña (XES), que cerró el 2016 con 183 entidades socias y 109 personas socias a título individual, lo que supone un crecimiento de un 23% y un 8%, respectivamente, y una demostración que el movimiento cooperativista en Cataluña está en auge.
La creación de la XES tiene una íntima relación con el Foro Social Mundial, ya que se empezó a gestar a mediados de los años noventa a través de los contactos entre las cooperativas catalanas y brasileñas en el marco de preparación del foro de Porto Alegre. En noviembre del 2002, se firmó el manifiesto de constitución y en febrero del 2003 tuvo lugar la Asamblea Plenaria de Constitución.
Por eso, no es de extrañar que el Foro Social Mundial eligiera Barcelona como sede de este encuentro temático sobre economías transformativas. De este modo, reconoce la dilatada experiencia en el mundo cooperativo de la ciudad, tanto del pasado como del presente.
El FSMET contará con talleres, actos y conferencias, pero sus integrantes no quieren que se quede aquí, sino que haya vida más allá de la celebración del Foro.
“Queremos que todo este trabajo que vamos a realizar desde el Foro trascienda. Queremos llevar este trabajo conjunto a diferentes espacios internacionales que sean apropiados, que sea parte de la agenda de grandes eventos internacionales”, sentencia Noelia Delgado de C.I T.I.E.S.