Huelga general
Somos pueblo y somos clase trabajadora

No podemos pensar la extensión en el tiempo de esta huelga francesa sin integrar las características del movimiento de los chalecos amarillos, que se ha inscrito difusamente en las categorías de los humillados (desdentados, analfabetos, escoria, proletarios, lumpen, salvajes).

Asamblea de Asambleas chalecos amarillos
Asamblea de Asambleas de los “chalecos amarillos” a principios de abril de 2019 en Saint Nazaire (Francia). Foto de Yves Monteil de la web Reporterre
30 ene 2020 08:55

Los chalecos amarillos nacieron de los escombros de las luchas sindicales de los —por lo menos—últimos treinta años. Las batallas perdidas por los asalariados durante estas décadas anteriores fueron incontables. La última derrota dolorosa fue el vergonzoso final de la dura lucha contra la destrucción del derecho laboral iniciada por los lacayos del PSF (el exministro de trabajo François Rebsamen entre otros, que desde entonces se ha refugiado en Dijon). Ya entonces, la supresión de las elecciones al tribunal laboral (institución con varios cientos de años de antigüedad) debería haber desencadenado la revuelta.

Pero este movimiento también nació de la conciencia de la flagrante inutilidad de los partidos que forman la “nebulosa ideológica de la izquierda" (PS, PCF, Verdes, NPA, LO). Incluso de su carácter contraproducente, impotentes para proteger a los más frágiles de la población de su creciente empobrecimiento: familias monoparentales, precarios, jóvenes, pensionistas, campesinos, artesanos mal cubiertos, desempleados, diversos funcionales... Izquierda ya no significa mucho, excepto como fórmula mágica para nostálgicos que busquen algún asiento plegable desocupado y dinero fácil.

Por supuesto que hay empobrecimiento pecuniario, pero lo que sobre todo hay es empobrecimiento social. Está en marcha la desaparición de los comercios de barrio, la reducción de los servicios y equipamientos públicos (incluido el acceso a la atención sanitaria), el deterioro del transporte público, o la digitalización de los procedimientos administrativos que los hace inaccesibles a los más desfavorecidos.

Una insatisfacción social con múltiples causas que ha estallado con un impuesto adicional sobre el gasóleo (una tasa que dificulta, aún más, los desplazamientos diarios obligatorios, tanto domésticos como laborales). ¿Cómo calificar todas esas declaraciones de futuros cuadros de mando que hemos tenido que escuchar y que se han atrevido a tratar a estas pobres personas, cuyas vidas se complican cada vez más, como “contaminadores egoístas"?

Por otro lado, llevamos más de un año de lucha con una feroz represión que los “sectores intermedios" han tardado demasiado en denunciar para ser creíbles. ¿Quién pide amnistía para todos los manifestantes que están siendo juzgados o condenados? No son mediadores, sino intermediarios del poder. Pero, frente a lo anterior, el movimiento de los chalecos amarillos:

1. Ha sido un ejemplo de valentía y perseverancia que no se había visto en mucho tiempo (excepto en luchas localizadas) y que había sido descartado por imposible a gran escala. Ha hecho añicos el llamado individualismo natural de los franceses, la detestable imagen de marca registrada por los organismos de DDHH y por la patronal.

2. Ha aportado un enfoque táctico en demandas concretas que ha permitido superar las divisiones ideológicas y los ataques del clero neoliberal. La cohorte mediática de los especialistas en el dogma de la competencia y la desigualdad trató de desacreditar a los activistas con acusaciones de homofobia, antisemitismo, iconoclastia, sexismo, racismo, violencia, falta de demandas, movimiento de minorías, o falta de apoyo social.

3. Se ha compuesto con determinación, compromiso y complicidad. Y ha mostrado tanto la corrupción de los medios de comunicación hegemónicos como el verdadero papel de los organismos encargados de hacer cumplir la ley.

4. Ha destapado que estamos en manos de una tecnocracia cínica y políticamente inculta, que no tiene valores humanistas ni colectivos, y que está completamente subordinada a los intereses capitalistas. Esta élite reconoce abiertamente que quiere acabar con el contrato social establecido por el Consejo Nacional de la Resistencia (CNR) tras la Segunda Guerra Mundial. “Macron está en guerra con nosotros”, se oye por toda Francia.

5. Ha demostrado que la forma de lucha más exitosa es la organización difusa, y la dispersión del pensamiento y de las decisiones. La ausencia de un centro de toma de decisiones prohíbe la represión selectiva y los pequeños negocios de los oportunistas. La época de los representantes que se podían comprar, de los acuerdos secretos, y de las negociaciones en pasillos, está superada. Aquellos que jugaron a ese juego ya han desaparecido en la niebla del pasado. La única habilidad de esas nauseabundas camarillas políticas, la corrupción, fue derrotada por la confianza de los manifestantes en su propia fuerza. Se levanta la maldición de la resignación. El “cuartel general" es una suma de vectores. La verdad es estadística. Por eso, la gente que ya no se somete es invencible.

6. La ruptura del tabú de la violencia también caracterizó fuertemente este año de lucha (que, por otra parte, ha formado parte de las manifestaciones durante años y que no ha estado “al margen”, como algunos comentaristas serviles persisten en señalar). Dado que las “fuerzas del orden" pueden, en cualquier momento, atacar a los manifestantes por las razones que juzguen según criterios políticos aleatorios, los chalecos amarillos han aprendido a resistir con los medios a su disposición. La fuerza y el miedo que intentan propagar no detendrán este movimiento, tal y como muestran las reacciones que hemos visto por todas partes. La legitimidad del uso de la fuerza es ahora compartida. Incluso si los manifestantes están pagando un alto precio por ello, ya sea con sus cuerpos (recordemos de paso que Jérôme Rodrigues, que ya ha perdido un ojo, fue nuevamente herido por un miembro de los CRS el pasado 28 de diciembre), o en los juzgados.

7. Este movimiento se ha hecho cargo de la defensa del interés colectivo y ha reavivado visiblemente la solidaridad. Hay que estar cegado por el odio de la gente pequeña como los periodistas Jérôme Ferrari, Jean-Claude Dassier, François de Closets, Benjamin Duhamel Apolline de Malherbe para ignorar las afirmaciones de los chalecos amarillos. Basta con leer lo que está escrito en las pancartas, en los carteles o en los propios chalecos.

Editorial
Cuatro manos, diecisiete ojos

En los chalecos amarillos hay mucho de revuelta fiscal clásica, y también unas gotas de resistencia a la inevitable transición energética.

Otras lecciones

¿Influyen estas aportaciones en un movimiento “obrero”, que rechaza una reforma de las pensiones cuyo objetivo final es privatizarlas? Sin duda. Para empezar, por el control que el movimiento tiene de su propia representación. Las estructuras de los sindicatos confederados están quedándose rezagadas del movimiento debido a su tibieza “genética” y a la distancia que el propio movimiento ha tomado respecto de ellas. Pero también por la organización de las acciones. El cinco de diciembre no fue una manifestación sindical, como afirman los medios de comunicación. Y la convergencia entre los huelguistas y los chalecos amarillos en la manifestación de París del 28 del mismo mes ha vuelto a poner de manifiesto este hecho. Los perritos mediáticos de la burguesía le ladran a Philippe Martínez, el secretario general de la CGT, pero saben muy bien y tratan de ocultar (excepto para los que cabalgan para la extrema derecha) que las consignas de los aparatos no se encuentran con rebaños sumisos y obedientes.

Ahora les corresponde a algunos representantes hipócritas rendir cuentas, porque las llamadas a una tregua fueron hechas por quienes saben muy bien que una vez terminada la huelga es extremadamente difícil de reanudar. La respuesta fue: “La huelga pertenece a los huelguistas”. Ni calma ni tregua. Y una posible negociación del aparato con el gobierno para negociar el alojamiento parece improbable. Para los chalecos amarillos, las demandas (de más justicia social, de más poder adquisitivo y de más democracia con el RIC —Referéndum de Iniciativa Ciudadana—) no se van a detener con la retirada de la reforma de las pensiones.

Sus demandas desafían a la sociedad actual. Y no se olvidan las cuentas pendientes del pasado (derecho laboral, desempleo, cambio climático, impuestos...). Hay muchas razones para creer que este movimiento continuará y que la crisis política se agravará aún más, especialmente si los arrogantes persisten en su fanatismo neoliberal. Su última ocurrencia ha sido reducir aún más el tipo de interés de la libreta de ahorro —la Librete A—, situándolo por debajo de la inflación y trasladar las ganancias al sector privado.

Pero esta pandilla pretenciosa ya ha perdido una guerra: somos pueblo y somos clase. Sigamos haciendo historia.

Arquivado en: Huelga general
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Huelga general
Derechos Laborales El gremio del metal en Cádiz: precariedad, huelgas y represión
La huelga del metal en 2021 se saldó con ocho trabajadores imputados, a la espera de un nuevo juicio. Desde hace un mes, cientos de trabajadores de Acerinox, en Algeciras, están llevando a cabo una nueva huelga por sus derechos laborales.
Euskal Herria
Euskal Herria La huelga general feminista afianza sus redes y se prepara para profundizar en el Acuerdo Social
“Ayer no acabó nada, ahora nos toca mantener encendidos los fuegos creados en diferentes barrios y pueblos para seguir trabajando por el derecho colectivo al cuidado”, han recalcado en Gasteiz.
Euskal Herria
Euskal Herria La sociedad vasca lanza un ultimátum: basta de cuidados privatizados y familiaristas
El Movimiento Feminista solicita a los gobiernos vasco y navarro la apertura urgente de una mesa intersectorial para abordar la crisis de los cuidados tras el éxito de una jornada de huelga feminista general “histórica”.
#46611
30/1/2020 21:37

De lo más inspirador que he leído en mucho tiempo. No puedo sentir más que envidia de la fuerza y de la conciencia de clase de nuestros vecinos y vecinas al norte de los Pirineos. Para mí sin duda alguna un país bastante más decente y valiente que el nuestro, cosas de la historia y la herencia recibida...

4
5
#46603
30/1/2020 17:20

Quisiera que se empleara el lenguaje inclusivo, por favor decid "clase trabajadore" y así todo/as/es contentos/as/es

6
1
#46628
31/1/2020 9:56

Calla troll.

0
3
#46646
31/1/2020 13:19

Tu insulto te define, INCELA

2
0
#46643
31/1/2020 12:20

trell

0
0
#46577
30/1/2020 12:05

Me ha encantado este artículo... Y sí, creo que la lucha de los #GiletsJaunes son fruto de la creación de conciencia colectiva más interesante, determinante, potente y constante de lo que llevamos de S.XXI

6
9
Cuidados
Entrevista Darcy Lockman “Antes de los niños no hay mucho que hacer y la desigualdad se tolera más fácilmente”
La psicóloga explica con datos en ‘Toda la rabia’ por qué la crianza intensifica la desigualdad en las parejas pese a todos los incentivos para que los hombres cuiden.
Genocidio
Derecho internacional Sudáfrica exige que la Corte Internacional de Justicia haga explícita la orden de alto el fuego contra Israel
La campaña de exterminio sobre Rafah centra la audiencia de la Corte Internacional de Justicia convocada por solicitud de Sudáfrica. Los abogados africanos denuncian la “intención genocida” de Israel y piden un llamamiento explícito de alto el fuego.
Industria armamentística
Genocidio El gobierno niega la escala a un barco con armas destino a Israel pero sigue la incógnita respecto al 'Borkum'
El Ejecutivo niega el paso al puerto de Cartagena de un carguero que la semana que viene tiene previsto llegar al puerto de Haifa (Israel). El Gobierno defiende que el barco que ya está junto al puerto murciano transporta armas a Chequia.
Análisis
Análisis La OTAN realiza maniobras en los países bálticos y nórdicos, son tiempos de guerra
Polonia realiza en su territorio maniobras con tanques cruzando el río Vístula; Alemania ha desplazado sus tropas a Lituania, y Noruega, junto a Finlandia y Suecia, han desplegado sus tropas en la región del alto norte.

Últimas

Cómic
Publicación ilustrada autogestionada ‘La Revística’ dedica su número 8 a un especial transfeminismo
La publicación autogestionada por el colectivo de La tebeoteca de Granada dedica su póster central a la resistencia palestina e incluye un especial Pokéman para identificar comportamientos sexuales violentos y tóxicos.
Bilbao
Transporte público Los trabajadores de Bilbobus llegarán “hasta donde haga falta” con paros y huelgas
El comité de empresa denuncia “incontables incumplimientos” de la empresa BioBide y el “silencio cómplice” del Ayuntamiento de Bilbao.
Más noticias
Salud mental
Opinión Frente al silencio, Orgullo Loco
El 25 de mayo se celebrará la manifestación estatal del Orgullo Loco en Bilbao. Exigen el fin de la coerción en los sistemas de Salud Mental, que cesen las torturas y las drogas, el electroshock y que no aten a nadie más a la cama
Represión
Violencia policial El policía infiltrado en movimientos sociales de Madrid amenaza a una de sus víctimas
Los grupos de apoyo a las personas víctimas de esta práctica han sacado un comunicado conjunto en redes en el que denuncian que la infiltración policial es tortura.
Tribuna
Tribuna Todo el mundo es un poco trans, incluso Ayuso
El 17 de mayo es el Día Mundial contra la LGTBIfobia y mi nuevo DNI es consecuencia directa de lo que conmemoramos este día.
Pueblo gitano
Pueblo Gitano El caso de Daniel Jiménez, o cómo resistir al antigitanismo desde el derecho
En los últimos meses, la reapertura de los casos de Daniel Jiménez y Eleazar García, ambos fallecidos bajo custodia policial, han supuesto dos victorias en la lucha contra al antigitanismo en el ámbito judicial.
Palestina
Acampadas Universitarias Palestina Las estudiantes de Valencia bloquean con barricadas la facultad de filosofía
Las estudiantes acampadas en Valencia han ocupado la Facultad de Filosofía para “que sus exigencias se cumplan”. En el resto de acampadas estudiantiles contra el genocidio la presión y el apoyo aumentan a dos semanas de su comienzo

Recomendadas

Movimiento obrero
Alex Gourevitch “La gran victoria del capitalismo es resignificar la idea de libertad legitimando relaciones de dominación”
Alex Gourevitch, politólogo y profesor en la Universidad de Brown, es el autor del ensayo histórico ‘La República Cooperativista. Esclavitud y libertad en el movimiento obrero’.
Palestina
Palestina Françoise Vergès: “La liberación de Palestina sería una verdadera sacudida para el mundo”
La politóloga antirracista Françoise Vergès radiografía el momento de quiebre en el que se encuentra el relato del excepcionalismo occidental que abandera Israel, y analiza los movimientos que le plantan cara desde las acampadas o el Sur global.