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Íñigo Errejón
Vuestros hombres, más
Estoy que se me va a salir el corazón. Con ansiedad, temblando, pensando en vosotras, preocupada, impotente porque no sé si puedo salvaros de esta, o de la siguiente o de la siguiente. Llevamos años diciendo, pregonando, intentando sentarnos con vosotras a contaros con amor y también con rabia que el sistema no funciona, que la policía no nos defiende, que vemos como a vosotras tampoco os sirve y vuestra respuesta en general suele ser siempre del tipo “vuestros hombres, más”.
Lo de Íñigo lo sabíamos. Como sabemos lo de otros hombres de izquierdas que no sé si me atrevo o puedo nombrar aquí. Que caigan todos, uno a uno. Que caigan todos. Necesitamos limpiar nuestras filas, nuestras familias izquierdosas del machismo que siempre nos ha acompañado, desde Marx hasta Errejón.
Lo sabía hasta yo que no salgo, ni es mi colega, ni nunca lo ha sido, pero entre nosotras hablamos y a vosotros os está empezando a dar miedo. Lo dijo Lucía Lijtmaer, diosa premonitora, porque sabe cómo funciona el machismo y se ha sentado a estudiarlo. Cristina Fallarás también lo sabe y algunas pocas que saben que el racismo nubla la vista y que el machismo te hace unas cataratas tan grandes en los ojos que te enrevesa con sus trampas.
No hablo de las gitanas en exclusiva. Hablo de todas las mujeres que somos las otras y con las que no habláis. Porque entre vosotras sí que habláis. Nosotras sabemos mucho. Porque entre nosotras también hablamos, mucho y muy íntimo. Y hemos aprendido para sobrevivir al racismo a decirnos quién nos va a creer y quién no. Sabíamos que vuestro “Hermana yo te creo”, no va dirigido a nosotras, las otras, las gitanas, las negras, las sudacas… Porque es una consigna para reforzaros a vosotras mismas y dentro de ese vosotras casi nunca cabemos nosotras.
Estáis horrorizadas, porque es vuestro hombre. Sí, ya sé que no lo es. Pero es lo que nos decís, y lo digo con lágrimas en los ojos y con una pena que me puede el alma, a nosotras cuando intentamos contar que nuestros hombres también nos violan, también nos maltratan, también abusan.
Porque sí, primas. Los gitanos también matan a mujeres y también las matan en vida, maltratándolas hasta que mueren ellos de viejos o nosotras de cansadas.
Al feminismo hegemónico parece que solo le importa el dichoso pañuelo. Y lo que nos pasa va mucho más allá del pañuelo, que ya casi no se practica y que, por supuesto, no tengo que explicar que es tremendamente machista. Lo que nos pasa es lo mismo que a vosotras. Exactamente lo mismo. Porque, os recuerdo, somos mujeres igual que vosotras.
Hace unos meses un juez sentenció que una niña gitana de 12 años que denunció abusos no había sufrido mucho emocionalmente porque, como era de etnia gitana, ya estaba acostumbrada a esta edad y que formaba parte de su cultura.
Antigitanismo
Antigitanismo La Justicia desprotege a las niñas gitanas de la violencia sexual con sentencias basadas en sus prejuicios
Y nosotras gritamos y no queremos ir con vosotras a las manifestaciones y vosotras os enfadáis. Me duele tanto que no sé si en algún momento vamos a poder sentarnos a hablar. Porque mis mujeres mueren y llevan años y años de abusos sin que ninguna ley las ampare, sin que la policía las defienda y sin que las asociaciones feministas las apoyen. Tampoco nos sirven los medios de comunicación. Ni nos creen en el feminismo hegemónico. Pero es que a vosotras tampoco. No necesitamos una ley específica para proteger a las mujeres gitanas o moras o negras. Necesitamos una ley que nos proteja a todas las mujeres y necesitamos que nos creáis. Que nuestros hombres y los vuestros son igual de machistas hasta que se demuestre lo contrario.
Necesitamos que os convenzáis de que no hay menos machismo en los payos que en los gitanos, que no hay más machismo en los ricos o en los pobres ni en la izquierda ni en la derecha
Necesitamos que os convenzáis de que no hay menos machismo en los payos que en los gitanos, que no hay más machismo en los ricos o en los pobres ni en la izquierda ni en la derecha ni en ninguna ¡NINGUNA! etnia ni raza ni como queráis llamarlo. Que el machismo lo inunda todo. Y que de verdad os creáis que lo único que nos va a salvar es nuestra unión.
Lo que ha pasado estos días con Errejón me ha hecho aprender que esto de la competición de qué hombres son más machistas o menos es algo machista y yo pensaba que solo lo utilizabais con nosotras y no, lo estáis haciendo entre vosotras. Aprended, aprendamos de esto. Hablemos.
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Suscribo hasta las comas y, en mi caso,es rarísimo.Buen artículo.Asi sí.
Siento discrepar, pero, si yo fuera mujer o una persona homosexual, generalizando, preferiría nacer en la sociedad paya. Desde luego, lo que llevo décadas viendo en el ámbito gitano es un sometimiento más acusado que en el "nuestro". No voy a hablar de la ceremonia del pañuelo, porque imagino ya apenas se celebrará, pero, dejando aparte a las artistas y a alguna que otra, las mujeres gitanas están bastante más sometidas al dictado de los hombres de su familia que las mujeres payas. Hasta hace cuatro días los matrimonios se concertaban por las familias y siendo casi infantes las y los protagonistas. Sí, nosotros hace tiempo también, al fin y al cabo todos venimos "del mono". A mí me da igual, pero seamos honestos con la realidad.