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La Colmena
Género y clase: ¡O todas o ninguna!
Antes de que existieran las maquilas y Amancio Ortega nos enseñara a vestirnos con la miseria de las demás, la ropa no se fabricaba muy lejos de su último destino. Si algo no ha cambiado desde entonces, es el sexo de quienes la fabrican, esclavas ayer como esclavas hoy.
El 9 de mayo de 1936, vinculadas a la CNT y Mujeres Libres, casi medio centenar de mujeres trabajadoras de la fábrica de textiles de Mérida, provincia de Badajoz, fueron a la huelga para solicitar una jornada laboral digna, mejores salarios y un adecuado trato.
Durante 20 días se agruparon a las puertas de la fábrica, pararon la producción y extendieron el paro a otras fábricas de Castuera y Cabeza del Buey, con una huelga general que paralizó la ciudad de Mérida, dejándola sin pan.
Lo que ayer inició Induyco hoy lo continúa Inditex y otras marcas, ya sea en Arteixo (A Corunha), Marruecos, Bangladesh, Camboya, Vietnam…
Tras aquellos 20 días se logró un primer éxito. En junio se inició una nueva huelga, mediante la ocupación de la fábrica. En julio el golpe fascista acabó con aquellas mujeres sindicalistas, entre quienes destacaban Rita Aznar y Gloria Mira Angulo. A la última la asesinaron nada más entrar en Mérida los legionarios de Franco.
40 años después la historia se repite a las puertas de Induyco, la fábrica textil de El Corte Inglés. En agosto de 1976 más de 7.000 trabajadoras van en Madrid a la huelga en demanda de mejores condiciones laborales. Medio año después, en febrero de 1977, continúan como protesta por cuatro compañeras despedidas. No volverán a trabajar hasta que sean readmitidas. Sastras, planchadoras, cortadoras, limpiadoras… ocupan los centros comerciales invitando a la clientela a practicar el boicot. La consigna es doble: ¡O todas o ninguna! ¡No consumas en El Corte Inglés!
La huelga llega a Cáceres en febrero de 1977. Casi 500 mujeres trabajan en lo que antes era un gallinero de la facultad de Veterinaria. Vigiladas por la policía, recriminadas al pasar por Cánovas por hombres que las acusaban de robar el trabajo a los “padres de familia”, realizan asambleas, protagonizan paros, ejercitan el apoyo mutuo. Solidaridad de clase y género. Son “las niñas de Induyco”, como recuerda María José Gallego en un reciente libro sobre estas huelgas que ahora se vende en las tiendas de El Corte Inglés.
Lo que ayer inició Induyco hoy lo continúa Inditex y otras marcas, ya sea en Arteixo (A Corunha), Marruecos, Bangladesh, Camboya, Vietnam…, todas ellas señaladas en cleanclothes.org.
Hay paños de la historia que se tejen con el hilo del arrojo y la aguja de la dignidad. En los telares del olvido quedan bordadas las luchas de estas mujeres, puntadas de quienes cosen, en silencio, la labor de la clase obrera, un afán de día que se desteje según cae la noche de los tiempos.
Amech Zeravla.