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Laboral
El nuevo convenio en Correos encalla y la CGT llama a la huelga: “Quieren completar la amazonización”

La llegada de un cuarto convenio en Correos se ha encasquillado. Hace meses, la empresa propuso valorar algunas cuestiones en un acuerdo marco cuyas medidas se transpondrían al nuevo convenio. El 15 de marzo, la fecha límite, sindicatos y empresa consensuaron apenas algunos puntos no estructurales del contenido. Decidieron prorrogar la negociación hasta el 30 de junio. Entre tanto, Correos no ha enviado la documentación necesaria para continuar con las conversaciones, aunque se comprometió a ello. Además, CGT ha llamado a la movilización, con dos convocatorias de huelga mediante para presionar a la compañía, socializar el conflicto e intentar echar abajo el acuerdo marco y, así, reiniciar las negociaciones del cuarto convenio.
La negociación comenzó de forma tortuosa. Correos exigió el tratamiento previo de algunos aspectos del convenio, que no se actualiza desde hace 14 años, en un acuerdo marco en la que solo podían participar los sindicatos que los aceptaran de partida. CGT fue el único sindicato que se negó a ello. Denunciaron la comisión de seguimiento porque ya existe una comisión propia para negociar el cuarto convenio a la que se pertenece directamente por representación. Desde entonces, Correos convoca a la totalidad de las centrales sindicales que representan a la plantilla: CCOO, UGT, CSIF, CGT y Sindicato Libre.
“Queda mes y medio para que termine el plazo y la negociación está parada, al menos en la superficie, sin citaciones para reunirnos”, añade Murillo
Aquel 15 de marzo sí hubo un acuerdo, expresa Regino Martín, responsable estatal del Sector Postal en CCOO, el sindicato mayoritario en Correos. “Cerramos las cosas que estaban más maduras”, comenta. Entre ellas, por ejemplo, la desagrupación de los centros nodales de la empresa que “permitirá evitar el despido de casi 1.000 personas”. Aquel día, sindicatos y patronal también aprobaron las excedencias voluntarias incentivadas de los trabajadores funcionarios para el retiro a partir de los 57 años, así como un concurso de traslados y asignación antes de que termine este 2025.
Un día después, el 16 de marzo, Correos publicó un comunicado en el que aseguraba haber alcanzado un acuerdo con la mayoría sindical “para garantizar el empleo en la empresa pública”. Según explicitaron, “Correos garantiza el empleo dentro de la empresa pública en un contexto de rápido declive de la actividad postal adecuando y redistribuyendo las capacidades de su plantilla a las nuevas iniciativas de negocio y actividad del Plan Estratégico”.
La compañía también reconoció que estas actuaciones tienen como fin reorientar la actividad de la empresa, diversificar los ingresos y prestar servicios esenciales que contribuyan a la cohesión social y territorial. Además, aseguraron que el Plan Estratégico de Correos establece un plan de diversificación de ingresos mediante una mayor oferta de servicios comerciales y un creciente papel de la compañía pública como aliado de la Administración. Sin embargo, desde Correos han declinado pronunciarse sobre los aspectos concretos debido al estado abierto de la negociación.
Una problemática bolsa de horas
La CGT considera insuficientes estos avances, que ve “menores” y mediante los que no se ha abordado el grueso de la negociación, tal y como explica Mario Murillo, delegado sindical de CGT Correos Madrid. Él mismo recuerda cómo Correos se comprometió a remitir a la parte social documentación para poder continuar con las conversaciones las tres primeras semanas de abril, algo que no ha sucedido cuando mayo llega a su ecuador. “Queda mes y medio para que termine el plazo y la negociación está parada, al menos en la superficie, sin citaciones para reunirnos”, añade. Martín, por su parte, recalca que desde CCOO han pedido a la empresa que active de nuevo las conversaciones.
CCOO también defiende un plus para las 10.000 personas aproximadamente que en Correos trabajan por las tardes
Desde la perspectiva de la CGT, algunos de los puntos más problemáticos que todavía quedan por abordar y que venían plasmados en el documento inicial que propuso Correos están relacionados con las retribuciones salariales ligadas al cumplimiento de objetivos de empresa. Murillo también critica la idea de crear un calendario estacional por el cual el 10% de la jornada anual, unas 170 horas, podría ser utilizada por la empresa en aquellos momentos de mayor carga de trabajo. “Eso significaría desregular la jornada laboral”, critica el sindicalista.
Diferente es lo que piensa sobre esta medida Martín, quien sí la ve con buenos ojos. Piensa que, de esta forma, se acabará con “las miles de horas extra que se trabajan en Correos sin ningún tipo de regulación y que se adjudican sin criterios objetivos y transparentes”. De esta manera, siempre de forma voluntaria, el empleado podría pedir a la empresa trabajar menos horas de su jornada habitual, y dedicarlas a la conciliación, sin dejar de cobrarlas. “Cuando la empresa tenga un pico de trabajo, le pedirá que las devuelva, pero siempre dentro de su jornada habitual, que estará entre las cinco y nueve horas al día”, comenta el sindicalistas de CCOO.
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Hacia la ‘amazonización’ de Correos
Murillo, asimismo, añade que todavía está por negociar la creación de un cuarto turno que trabajaría de martes a sábado por la tarde. Él mismo critica que la empresa quiera reducir un 20% del gasto en personal los dos siguientes años, aunque el documento todavía en fase de negociación recoge que esta medida excluiría a consejeros y altos cargos de la empresa. “No creo que los carteros que no ganamos ni 1.200 euros al mes seamos los culpables de que las cifras en la empresa no cuadren”, comenta.
Y añade: “La idea de la compañía es asemejarse al modelo privado. Quieren completar el proceso de amazonización de la empresa que llevamos padeciendo más de una década y ahora necesitan un nuevo marco legal aún más flexible para terminar de desregular las cuestiones de la jornada y la retribución”, se explaya el cegetista. También critica duramente que “el objetivo no es otro que asimilarnos a una empresa privada, porque en la cabeza de los gestores el único plan de futuro que existe es competir con las empresas privadas de paquetería y logística”.

Mayor retribución como exigencia
Martín, desde CCOO, justifica la negociación previa de un convenio marco al considerar que es mejor hacerlo por fases. “Sería imprudente como sindicato pretender abordar el convenio de Correos sin parcelarlo. Es algo que se hace en otras empresas como Renfe, Iberia o Telefónica”, ilustra. Sin embargo, admite que la mesa negociadora se ha reunido “pocas” veces desde aquel 15 de marzo. “Deseamos que nos convoquen pronto y que envíen la documentación”, agrega.
Para este 28 de mayo, CGT en Correos ha convocado una huelga estatal y una concentración frente al Ministerio de Hacienda y Función Pública
Este sindicalista puntualiza algunas medidas que, en opinión de CCOO, tendrían que aparecer en el acuerdo marco para luego transponerse al IV convenio de Correos. Una vez conseguidas las salidas voluntarias para el personal funcionario, exigen lo propio para el personal laboral fijo, categoría en la que se ven englobadas unas 40.000 personas de la empresa. “Necesitan un plan de salidas a partir de los 61 años sin pérdida de salario ni pensión”, aduce.
Por otra parte, exige una oferta pública de empleo. “Si existe un plan de salidas es con el objetivo de rejuvenecer a la empresa. A día de hoy, la media de edad son los 55 años, y las salidas son necesarias para aquellas personas que necesitan disfrutar de la vida tras tirar décadas de un carro o cargar con sacas de 30 kilos”, ejemplifica el mismo Martín.
CCOO también defiende un plus para las 10.000 personas aproximadamente que en Correos trabajan por las tardes. “Es un turno que penaliza la conciliación, así que tendría que estar mejor retribuido con ese extra”, explica Martín. En este sentido, subraya que lucharán por un incremente en los pluses que se cobran los sábados y festivos.
CGT saldrá a la calle
La paralización de las negociaciones ha llevado a CGT a intentar presionar a la empresa mediante movilizaciones. Para este 28 de mayo han convocado una huelga estatal y una concentración frente al Ministerio de Hacienda y Función Pública. “Dirigimos la mirada a quien está por encima del presidente de Correos. La SEPI tiene el 100% de las acciones de la empresa, y la SEPI depende de Hacienda, así que entendemos que la ministra tendrá algo que decir”, enfatiza Murillo. La protesta continuará el 7 de junio, con una marcha por el centro de la capital. Y para el 27 de junio hay convocada otra huelga general en Correos y una manifestación estatal centralizada en Madrid.
La CGT quiere socializar el conflicto. “Somos una empresa pública que prestamos un servicio público. Tenemos que hacer ver a la ciudadanía que el cartero que va todos los días a casa dentro de poco tendrá unas peores condiciones laborales, y en esas condiciones no sabemos qué servicio público podremos ofrecer”, concluye el propio Murillo.