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Legalización del cannabis
Nosotros no somos delincuentes, el delito es poner freno a la regulación del cannabis
Miércoles 20 de abril del 2022, es el 4/20 para la comunidad cannábica, su número emblemático, su fecha elegida, surgida de una tradición nacida en EE. UU. por la que estudiantes universitarios quedaban a esa hora para visitar un cultivo escondido y consumir cannabis a escondidas. Es la fecha elegida para presentar nuestro libro, Luz verde a la libertad, estratégicamente muy cerca de Sant Jordi, el 23 de abril, que en nuestra cultura catalana es sinónimo de libros y rosas. Un libro para el que hemos podido contar con Felipe Ibáñez, editor argentino que no solo nos conocía y comprendía, sino que también empatizaba con la causa, y con Steve DeAngelo, “godfather” de la industria cannábica norteamericana que lidera Last Prisoner Project, cuyo objetivo es liberar a todas las personas presas por delitos relacionados con el cannabis en los que no haya habido violencia en EE. UU.
Siempre comentamos que dentro de todas las desgracias encadenadas que nos han pasado, hemos tenido bastante suerte: seis juicios con tres condenas, cumplimiento de trabajos en beneficio de la comunidad, que todavía seguimos cumpliendo como sustitución de dos de las condenas por ser menores a los dos años de prisión, y una condena de cinco años, que es la que nos mantiene todavía en tercer grado, teniendo que dormir cuatro noches —yo— y cinco noches —Víctor— a la semana en el Centro Abierto 2 de Barcelona, pudiendo salir cada día a trabajar y a compartir momentos con nuestras familias.
Dentro de esa situación dramática nos encontramos en el mejor escenario posible, que es un tercer grado inicial, que parecía tan lejos cuando entramos, hasta que nos clasificaron, pero que hoy es una realidad que, aunque se hace larga y pesada, siempre podría ser peor. Por ejemplo, haber seguido encerrados toda la primera cuarta parte, como, nos decían, era inevitable. Y es ahí donde este libro pretende, entre otras muchas cosas, demostrar que, en cualquier experiencia dramáticamente intensa, siempre puede haber algo positivo a lo que aferrarse, para no caer en la depresión y el hundimiento, algo que no es difícil cuando te cae una losa encima de esas dimensiones. Es la actitud ante los acontecimientos que suceden en tu vida lo que importa y lo que te ayudará a capearlos y sobrellevarlos de la mejor manera y solo con una actitud positiva, proactiva, resiliente y constructiva, se puede salir adelante en una situación así.
Cuando el movimiento cannábico ha estado unido en sus objetivos, se han alcanzado grandes logros, como los procesos participativos que consiguieron aprobar en los parlamentos de Navarra y Catalunya leyes autonómicas que regulaban el funcionamiento y la actividad de las asociaciones cannábicas
Luz verde a la libertad es el compendio de unos manuscritos usados como terapia personal, para poder expresar nuestros sentimientos en ese aislamiento y como forma de ir explicando al exterior todo lo que nos pasaba allí dentro. Es un diario con nuestras anécdotas y experiencias presidiarias, pero también un cúmulo de reflexiones de todo tipo que nos han servido para expresar la injusticia a la que hemos sido sometidos, pero también para y hacer que valga la pena haber pasado por ella. Queremos que sirva como herramienta de transformación social, como llamada a la unión del movimiento cannábico que, al igual que tradicionalmente la izquierda, siempre ha estado muy dividido. Pero esa división también tiene su lado positivo si se considera una riqueza plural. Como la diversidad cultural, por la que podemos tomar lo mejor de cada cultura sin despreciar a ninguna. Es fruto también de una mayor libertad de expresión, que a veces puede acabar en confrontación, cuando entran en juego los egos y las competencias que esta sociedad nos inculca desde pequeños para sobrevivir. Deberíamos convertir esa riqueza en un bien hacia la colaboración y cooperación, en contraposición de una competencia destructiva. Y es esa una función que queremos que cumpla este libro, porque cuando el movimiento cannábico ha estado unido en sus objetivos, se han alcanzado grandes logros, como los procesos participativos que, con la ayuda de muchas personas y colectivos, consiguieron aprobar en los Parlamentos de Navarra y Catalunya, dos leyes autonómicas que regulaban el funcionamiento y la actividad de las asociaciones cannábicas, siendo luego derogadas por el Tribunal Constitucional por un recurso presentado en 2017 por el gobierno conservador del PP de la fecha.
También explicamos cómo llegamos a la convicción de que teníamos que dar un paso adelante como personas comprometidas, como activistas sociales y como activistas cannábicos, porque son muchos años ya luchando para intentar convencer a los partidos políticos a través de la incidencia política, para que se pongan las pilas y acabar con esta sinrazón e injusta situación del prohibicionismo y la represión por cultivar de forma individual o colectiva para autoconsumo. Y ahora ya no solo queremos regular el funcionamiento de las asociaciones, sino que queremos ir más allá, queremos legalizar el uso adulto del cannabis y facilitar la creación de una industria, ya existente en los países que nos han tomado la delantera, que creará muchos puestos de trabajo, recaudará muchos impuestos y generará mucha actividad económica, tan necesaria en nuestra situación actual.
Nosotros no somos delincuentes, aunque estemos pagando como tales. El delito es poner freno a una evolución social que no tiene vuelta atrás y solo se conseguirá retrasar, pero acabará siendo una realidad más pronto que tarde
Creemos que el delito no es el nuestro. Nosotros no somos delincuentes, aunque estemos pagando como tales. El delito es poner freno a una evolución social que no tiene vuelta atrás y solo se conseguirá retrasar, pero acabará siendo una realidad más pronto que tarde. Y es una responsabilidad nuestra, que sea antes que después, por el bien de la sociedad. Es por eso que decidimos proponer al único partido cannábico que existía en Europa, RCN-NOK de Navarra, ampliar su ámbito de autonómico a nacional para intentar entrar allí donde se legisla, el Congreso, donde sí hay competencias. Y, por qué no, a Europa, que también puede introducir políticas que creen un marco que permita a los Estados iniciar procesos de regulación y/o legalización. Así nació el partido cannábico Luz Verde, que no es nuevo, porque ya viene trabajando en Navarra desde el 2006.
Cannabis
Cannabis El partido cannábico Luz Verde gana la batalla: seguirá siendo legal
Este trabajo no pretende ser un fin en sí mismo, sino el inicio de una nueva era, en consonancia con el despertar de la conciencia colectiva, para dar un cambio de rumbo a este mundo enfermo que ha entrado en guerra consigo mismo y con la naturaleza. Qué mejor que esta planta sagrada y medicinal para hacer de intermediaria en el conflicto de la especie humana con la naturaleza.
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La campaña Consumo con Derechos alerta de la criminalización y las altas penas de cárcel a las que se enfrentan personas por participar en asociaciones de consumo de cannabis.