Idiomas
Ferran Suay: “Invertir en estudiar en castellano es desperdiciar el dinero porque es algo que se aprende gratuitamente”

Su especialidad es la psicobiología, su pasión la neurociencia cognitiva, en su día a día dirige el Servicio de Formación Permanente e Innovación Educativa de la Universitat de València y acaba de dejar la presidencia de la Red Europea por la Igualdad Lingüística (Equality Language European Network, en inglés). Ferran Suay indica que el bilingüismo es un estudio típico del cerebro y advierte de las bondades que tiene en materia de salud cerebral.
Bona vesprada.
Bona vesprada.
¿Cómo es nuestro cerebro?
Es un órgano muy complejo y evolucionado que ha alcanzado un tamaño y organización que le permite no solo ocuparse de aspectos cognitivos complejos, sino hacerlo al mismo tiempo de otros como mantener el equilibrio, regular la respiración, adaptarnos a la temperatura ambiente y un gran número de funciones.
¿Y cómo es nuestro cerebro bilingüe?
El bilingüismo o multilingüismo es claramente una ventaja para los individuos: cuanta más capacidad computacional demanda una actividad, más beneficiosa es para el cerebro. Suena una hipótesis contraintuitiva, porque estamos acostumbrados a escuchar conceptos como economía del esfuerzo, pero cuando el cerebro debe esforzarse, y convocar muchas unidades para realizar una tarea, es cuando obtiene mayores beneficios. Las neuronas se mantienen más saludables y generan más conexiones, de tal manera que la red es más rica y compleja.
Y poca broma con hablar lenguas.
Las lenguas generan muy bien esa red porque aprender una lengua es una de las actividades más complejas que pueden hacer las personas. Es por eso que la OMS aconseja aprender un idioma a partir de los 50 años como la mejor estrategia para prevenir o retrasar el Alzhéimer y otras en enfermedades asociadas a demencias.
Me gusta saber que ahora puedo jactarme de que tengo un escudo lingüístico contra el Alzhéimer. ¿Pero qué pasa con el rifirafe social?
El bilingüisimo o multilingüisimo individual es el que se puede estudiar desde la neurociencia, nada tiene que ver con el bilingüismo social, que simplemente no existe: el bilingüismo es una fase transitoria en el exterminio de una lengua.
Invertir en bilingüismo es invertir en resiliencia cerebral cuando sus hijos sean viejos
¿Ya no se usa el término diglosia?
No soy sociolingüista, pero ese era un término muy claro cuando había claramente diferenciado dos ámbitos de uso en dos lenguas. Ahora las encontramos en todos los niveles, pero una lengua está supeditada a la otra.
¿Después de un accidente cerebral, la recuperación es más rápida en un cerebro bilingüe?
Ya hay algún estudio que demuestra que los cerebros bilingües se recuperan mejor que los monolingües tras accidentes cerebrales. Pero un resultado muy claro de diversos metaanálisis muestra que la edad del inicio del Alzhéimer se retrasa en el caso de personas bilingües o políglotas. Tardan más en mostrar los primeros síntomas, aunque la evolución de la enfermedad no es diferente.
¿Cuánto más?
Hay un retraso de cinco años en favor de los bilingües. Es decir, tardan cinco años más en mostrar síntomas.
¿Cuánto más bilingüe, mejor?
¿A qué te refieres?
A la edad de adquisición de las lenguas.
Cuando se aprende la lengua después de los 12 años se puede tener un nivel completo del idioma pero sin acceder al acento nativo. Eso hace referencia a la calidad lingüística, pero no a los beneficios cerebrales, que tienen que ver con el proceso de adquisición, no a los de competencia. Cuando recomiendan aprender idiomas a partir de los 50 años lo importante no es llegar a una gran fluidez, sino aprender.
¿La inmersión lingüística es el mejor camino para lograr una competencia adecuada en una lengua minorizada?
En cualquier lengua, no solo las minorizadas. Los profesores de inglés también optan por la inmersión lingüística cuando dicen al alumnado “en esta clase no se hablará otra cosa que no sea inglés”. La inmersión es la manera natural de aprender idiomas. El estado normal del ser humano probablemente no es el monolingüismo, que es una evolución facilitada por los Estados.
¿Qué quieres decir?
Si preguntamos a nuestros vecinos de origen africano cuántas lenguas hablan, normalmente te dicen que tres o cuatro, a veces incluso seis. Hablan su lengua y las lenguas de los pueblos vecinos con los que tienen tratos. El multilingüismo es una situación muy normal.
Hay mucha gente preocupada por el castellano, esa lengua que solo hablan 543 millones de personas en el mundo. ¿La familia de un niño tiene derecho a imponer a las otras familias de clase que se estudie un 25% en castellano en la escuela?
No soy competente en cuestiones legales, por lo que no puedo opinar sobre esto, más allá de lo que significa la utilización de una criatura de cinco años con finalidades políticas. Sobre el punto de vista de la criatura, obviamente tener un 25% de clases en castellano no representará ninguna diferencia en su dominio del castellano. Como en todos los niños que viven en territorios catalanohablantes o con otra lengua propia, es muy conocido el dato de que en las pruebas de selectividad la nota media en castellano es más alta que en las comunidades monolingües castellanohablantes. La competencia del castellano no depende de la escuela. El castellano es una lengua tan omnipresente que es imposible no aprenderla.
Los cerebros bilingües o multilingües tardan cinco años en más que los monolingües en mostrar los primeros síntomas de Alzhéimer
¿Incluso en entornos familiares donde el castellano no está presente?
Tengo dos hijas que ahora tienen 14 y 16 años. Se han criado en casa en valenciano y euskera. Ambas a los tres años sabían hablar castellano, aunque ni les habláramos en esa lengua ni les pusiéramos televisión en castellano. Invertir en estudiar en castellano es desperdiciar el dinero, porque se aprende gratuitamente. ¿Por qué has de hacer una inversión en algo que es gratuito? Por tanto, mi respuesta es que ni en un 25%, ni en más del 25%, ni tampoco en menos del 25% tendrán ninguna incidencia en el nivel de competencia que ese niño tendrá en el castellano. Más aún si su familia usa el castellano a nivel familiar. Por tanto, entiendo que poner eso como excusa es engañoso. No creo que ese sea el motivo.
Durante este curso se debate en el Parlamento Vasco un nuevo pacto educativo. Aquí ya llevamos décadas con la inmersión lingüística como opción, el llamado modelo D, pero queda cierto recorrido por hacer entre la población migrada. Aunque creo que más que la lengua, lo que define el tirón del modelo A —educación en castellano— es que lo importen centros concertados religiosos y el supuesto ascensor social. En cualquier caso, ¿qué le dirías a una familia que proviene de Latinoamérica para que matricule a sus hijos en una escuela pública donde podrán aprender una lengua tan distinta al castellano como el euskera?
Se puede decir una cosa que se sabe: que el bilingüismo es beneficioso y que los bilingüismos no son todos iguales. No es lo mismo catalán y castellano que euskera y castellano, con una estructura gramatical completamente diferente. Invertir en bilingüismo es invertir en resiliencia cerebral cuando sus hijos sean viejos.
Parece que este año en la negociación presupuestaria han entrado a bailar las lenguas minorizadas. En un estado de supeditación lingüística, ¿es normal que las lenguas sean motivo de discusión presupuestaria?
Supongo que si se tiene que firmar un presupuesto, tienen que entrar. Pero hay un sesgo enorme. La Constitución considera esas lenguas como españolas y si esas son las lenguas de ciudadanos españoles, ¿por qué estos ciudadanos tienen menos derecho a acceder a contenidos audiovisuales en catalán o euskera? Tener más opciones lingüísticas no va en contra de nadie. Si tú no quieres ver una peli en euskera no la tienes que ver. Pero si existe esa opción, facilita la opción para quien las quieren.
Una de las cosas que mejor hacen las lenguas dominantes es invisibilizar su imposición
Esta semana leí una columna del periodista Miquel Ramos en Público que me removió. Recordaba cómo neonazis iban a pegar a los estudiantes de la línea en valenciano, a los que llamaban guarros. Es curioso que de esas historias que muchas hemos vivido cuando estudiábamos en el País Valencià en los años 90 poco se saben.
El sociólogo Salvador Cardús lo explica muy bien: una de las cosas que mejor hacen las lenguas dominantes es invisibilizar la imposición. Si googleas hoy, te aparecerá el niño de Canet y la imposición del euskera y el catalán, pero si vas a las leyes, es otro cantar. Aún hay centenares de normas que obligan al uso del castellano en etiquetas, rotulaciones, etc. Por decirlo de una manera reductivista, el castellano lo hablan tantos millones de personas porque se ha impuesto a garrotazos. No hay ningún pueblo en el mundo que un día se haya levantado y haya dicho: uy, qué bonita es la lengua de los vecinos, a partir de ahora hablaremos a nuestros hijos en la lengua de los vecinos. Son los ejércitos los que imponen lenguas y eso no se conceptualiza nunca como imposición.
El padre de mi hija es alemán, por lo que en su día busqué la bibliografía existente en castellano e inglés sobre plurilingüismo y apenas encontré seis libros. Pero cada día somos más familias multilingües, además de multiculturales. ¿Qué será de nosotras? ¿Somos más listas o estamos más tarumbas?
Manejar diversas lenguas desde la infancia irá en beneficio del cerebro de tu hija. No estoy hablando de nada espectacular, ¿eh? Pero es una estrategia de salud cerebral: entrenas el órgano que no solo regula la conducta sino la supervivencia humana, sometiéndolo a tareas que requieren mucha masa cerebral para realizar tareas computacionales. Hablar un idioma es una actividad muy compleja.
¿Y salud cerebral no es lo mismo que inteligencia, verdad?
Por descontado. La inteligencia no depende del número de lenguas que hables. Estamos hablando de algo más modesto, pero me atrevería a decir que quizá más importante. Porque todas sabemos que estirar la vida en condiciones saludables es muy importante. Supongo que todos firmaríamos por tener cinco años más sin demencia.
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