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Memoria histórica
El imperio que prohibió los espejos
Por desagradable que resulte reconocerlo, buena parte del Estado español es por lo que fue. La negación de la historia y la falta de autocrítica marcan la ‘celebración’ de otro 12 de octubre.
En España se sabe poco de España. Un país cebado en el expolio y que se mira al ombligo tiene problemas a la hora de delimitar sus contornos. Un país que intercambió todos sus espejos por oro y sangre suele deslumbrarse antes que iluminarse: la ceguera por el ensimismamiento histórico no deja de ser un bálsamo contra cualquier espíritu crítico, un placebo contra las causas y un acelerador de las consecuencias.
Por eso en España, en caso de existir esta no-nación que lleva cinco siglos de construcción —solapada con su autodestrucción—, se ‘celebrará’ este 12 de octubre con una mezcla de ignorancia, abulia y patriotismo imposible que, al final del paseo, se convierte en un puente festivo con buena parte de la población visible, la de Madrid, en semi confinamiento. Ningún debate de fondo, ningún seminario rupturista, ninguna grieta se aprovechará en un día que ha ido cambiando de nombre para terminar siendo, simplemente, una jornada no laboral.
La única imagen poliédrica de este lugar nos la devuelven los espejos en poder de los colectivos racializados, de las gentes de Abya Yala que siguen revisando la historiografía oficial para construir un relato alterno, de los encuentros, exposiciones y textos en los que se hurga en la herida para sanar el cuerpo.
Pueblos originarios
Conmemoran el último día de la Libertad de los Pueblos de Abya Yala
Mañana, 11 de octubre, colectivos migrantes y antirracistas organizados en torno a la Asamblea Descolonicémonos: 12 de octubre, Nada que Celebrar, realizarán una acción en Madrid para denunciar que la fiesta nacional homenajea el inicio de un genocidio.
Es decir, con o sin espejos propios, los debates que suscita el 12 de octubre, día del nefasto encontronazo de Colón con El Caribe, seguirán palpitando debajo de la capa de ignorancia… mientras no se resuelvan, serán pesadillas para la conciencia de una sociedad inconsciente de las consecuencias de lo que sus ancestros hicieron —tanto como de lo que no hicieron—, de lo que sus herederos consolidaron, y de lo que el Estado español actual debe a la historia innombrada de la conquista. Por desagradable que resulte reconocerlo, buena parte del Estado español es por lo que fue.
Los debates que suscita el 12 de octubre seguirán palpitando debajo de la capa de ignorancia… mientras no se resuelvan, serán pesadillas para la conciencia de una sociedad inconsciente de las consecuencias de lo que sus ancestros hicieron
De un lado, la industrial Cataluña construida en buena parte con las plusvalías sangrantes del esclavismo; la poderosa sociedad atlántica vasca, inexplicable sin los barcos de la vergüenza, el comercio y las relaciones con las Américas, o con la pseudoimperial Castilla, anhelante de lo que fue y irreprimiblemente ignorante de lo que es. De otro, el laboratorio del sur con los progromos a moriscos y judíos o el modelo de despojo del territorio y colonización interna; la brutal colonización y experimentación en las Islas Canarias; la paralela conquista de/desde Aragón o Extremadura…
Una isla sin reflejos
A Ángel Ganivet no se le estudia en España, aunque sea el germen de la generación del 98 y un filósofo de una profundidad brutal y lacerante. Este granaíno es el padre del concepto de insularidad para explicar a los ‘reinos’ de Iberia. “En realidad, nosotros [por los españoles] hemos creído que somos insulares, y quizá este error explique muchas anomalías de la historia”, escribía en Idearium Español. Con una sensación de aislamiento y vulnerabilidad permanente, guerreros antes que militares, meapilas y algo haraganes, los conquistadores españoles son fuego antes que semilla…
Luego, el filósofo mexicano Gustavo Zea insistía en la idea de que España, como Rusia e Inglaterra, desarrollaron una especie de relación enfermiza respecto a la Europa continental que ha condicionado la historia de estas tres periferias del centro. Ganivet aseguraba, respecto a la conquista de las Américas, que España era un país de “reconquistas internas, no de conquistas”, pero también describió el siglo XVI: “Apenas constituida en Nación, nuestro espíritu se sale del cauce que le estaba marcado y se derrama por todo el mundo en busca de glorias externas y vanas, quedando la Nación convertida en un cuartel de reserva, en un hospital de inválidos, en un semillero de mendigos”.
Un hospital de inválidos, un semillero de mendigos, condenado por su propia historia, según insistía el dominicano Juan Bosch, a ser una nación de rentistas incapaces de construir por sí mismos. “España”, escribe Bosch en De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe frontera imperial “descubrió y conquistó un imperio antes de que tuviera la capacidad física y la actitud mental que hacía falta para ser un país imperial; y esa contradicción histórica se acentuó con la expulsión de los judíos, ocurrida precisamente en los días del ‘Descubrimiento’ de América, y las posibilidades de desarrollarse más tarde a través del paso gradual y lógico de país artesanal a país industrial se perdieron con las sucesivas expulsiones de los moriscos”.
En España se sabe poco o nada de España y, por tanto, parece ingenuo pensar que la sociedad española contemporánea encuentre los espejos necesarios para mirarse, aceptar las profundas manchas históricas que deforman su rostro
En España se sabe poco o nada de España y, por tanto, parece ingenuo pensar que la sociedad española contemporánea encuentre los espejos necesarios para mirarse, aceptar las profundas manchas históricas que deforman su rostro, y busque la manera de reparar o de redistribuir sus privilegios en razón de esa mirada crítica devuelta.
No merece la pena la lucha dialéctica entre imperofílicos e imperofóbicos —estéril trifulca entre blancos midiendo el tamaño de sus faloimperios—, poco aporta la idea del perdón o la costumbre del olvido… El único camino hacia un reencuentro con el propio reflejo histórico pero, ante todo, hacia una reparación simbólica y real con los lugares conquistados y arrasados pasa por la verdad y la justicia. Se trata, al fin y al cabo, de que si ahora, en el siglo XXI, por fin reconocemos a los habitantes de las Américas como seres humanos, entonces debemos afrontar el debate como un asunto de derechos humanos. Es decir, debemos sacar a la luz la verdad, debemos hacer justicia, debemos reparar los daños estructurales causados (o al menos no seguir beneficiándonos de ellos) y debemos buscar las garantías de no repetición.
Suena ingenuo y lejano, pero es necesario un horizonte para que los espejos abandonen la inercia circense y se conviertan en fiel reflejo del deber ser.
Esta tarea ingente no puede depender de los Estados que nos ‘conceden’ la ciudadanía. Las élites del Estado español están demasiado ensimismadas en sus luchas internas con la historia como para afrontar un proceso crítico con la misma. Los Estados latinoamericanos y caribeños son coloniales, herederos de un criollismo fogoso que jamás representó la diversidad ni la realidad del continente. Desde la negación indígena o afro del Cono Sur a las imposibles maromas mexicanas con el concepto del mestizaje, las élites de América Latina y de El Caribe, sean criollas, afro o con algo de sangre indígena, siempre han buscado la aceptación de la metrópoli, a pesar de haber renegado de España por no haber concluido la labor ‘civilizadora’ durante la Colonia. España, para esas élites, fue mala conquistadora, pero la necesidad de blanquearse es superior a la rabia por haber heredado con las independencias los “problemas” indígena y afro.
Debemos sacar a la luz la verdad, debemos hacer justicia, debemos reparar los daños estructurales causados (o al menos no seguir beneficiándonos de ellos) y debemos buscar las garantías de no repetición
La tarea, pues, es de los pueblos. El encuentro, la verdad, las reparaciones —al menos simbólicas— y las garantías de no repetición deberán partir de nosotras y de nosotros, de los nadie en la política, de las todo en lo político. Para lograrlo falta mucho trecho. Los movimientos y partidos de las izquierdas españolas (sé que molesta el adjetivo, pero eso son) deberán liberarse también de ese espíritu imperial que, según Aimé Césaire, comparten con la derecha; en otros casos habrá que sacudirse la culpa para pasar a gestionar los privilegios; en casi todos, será necesario conocernos más para después reencontrarnos con unas otras y unos otros que aún habitan apenas en los imaginarios blancos.
En el caso de Abya Yala, también queda trabajo. Desestimar a los Estados-nación como interlocutores supondrá identificar a las y los habitantes de Iberia como nadies con los que poder dialogar de forma liviana, sin la insoportable carga de la rabia y del dolor acumulado, desde una decolonización de esas relaciones que no será posible sin renunciar, de alguna manera, a las ciudadanías para recuperar así la humanidad.
Puede parecer quimérico, telúrico, pero de nada nos sirve, como pueblos, seguir confundiendo a las personas con los Estados, al olvido con la inocencia, al porvenir con la amnesia. Conocemos las estructuras de jerarquización que se construyeron con la conquista (el racismo, la idea de Modernidad, el capitalismo industrial, la estructura de explotación humana…) y las que se reforzaron con el proyecto imperial (patriarcado, monoteísmo, guerrerismo, extractivismo…) pero a veces confundimos victimarios con víctimas, herederos con beneficiarios, culpa con responsabilidad. Tenemos tal superávit de diagnóstico que nos cuesta iniciar las terapias. Un 12 de octubre más es una oportunidad para de-re-construir desde abajo y desde las periferias, sin un ápice de esperanza en las estructuras de poder existentes y herederas de aquel proyecto imperial, sin perder un segundo, como escribiera Raúl Zibechi, en la “reforma” de un “campo de concentración” para el cuál sólo existe una opción: su demolición.
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Muy buen artículo, dosis de humildad y autocrítica a esta nación que lejos de valorar y reconocer a lo que ha agredido, y trabajar desde la humildad prefiere vivir de prestado y de forma patética, decrépita y decadente como el chiringuito servil y económico de la burguesía y aristocracia de Europa y de Norteamérica y ya hasta de las nuevas potencias emergentes como China, un país que no sabe aprender de sus defectos del pasado histórico está condenado a repetir, por desgracia, su futuro.
Este artículo es de muy bajo nivel...dice más del que escribe que del pais...Lo siento
Bueno, lo único real es lo que está escrito por investigadores que estudiaron esos siglos y los documentos. Y muchos de ellos, imparciales. Y no parecen concordar sus estudios con lo que usted escribe. Quizá deba darse una vuelta por los archivos de toda América y constatar lo que dice.
Algun dia se sabra todo ..mientras no decir lo ke nadie sabe....listos de mas.
Sorprendido por encontrar por primera vez el nombre de Canarias en un artículo de esta naturaleza. Hasta ahora han sido simplemente ignoradas. Añadir que después de cinco siglos siguen ordenando,gobernando, mandando y explotando las mismas siete familias desde los tiempos de la conquista y que, por supuesto, en ningún momento han dejado de ser godos y de comportarse como tales buscando únicamente su beneficio con el beneplácito de la metrópoli.
Cuantos hospitales o universidades crearon ingleses o franceses en sus colonias? CERO. El articulista se limita a querer diferenciarse en un ejercicio de mera demagogia. Recomiebdo https://gaceta.es/opinion/no-fuimos-de-espana-fuimos-espana-20201011-1637/
Somos tontos?
Las opiniones del articulista, son parciales, tendenciosas, partidistas e imparciales.
Lógicamente, son su opinión, lo que no quiere decir que sean ciertas. Qué puntualmente existieran abusos, maltratos, o crímenes no quiere decir que el comportamiento de TODOS los españoles, NI DE TODO EL ESTADO, fuese así.
Simplemente reflexionó: desde hace 200 años, España no forma parte de su gobierno. Si es cierto lo que dice, y puede ser, ¿Qué les impide solucionar los problemas que generó España? Por qué sus comunidades indígenas siguen atrofiadas, anuladas, marginadas? Aún quieren echarle la culpa a España o es que no quieren asumir la realidad? Ya lo se, son hijos de españoles y repiten los pecados familiares. Búsquese un padre adoptivo o poda un transplante de genes.
Los españoles no cambiaron para nada
.nos siguen tratando como gente de segunda clase y ellos son los ignorantes..unos cuadrados y racistas
Artículo muy necesario y lleno de verdades que duelen, a tenor de los troles que, no sé por qué, vienen a esta página a soltar insultos. En fin, el debate es bien recibido, los insultos no. Ojalá alguno contra-argumentara alguna línea para aprender todas, no para despotricar sin más. SyR
Para nada. Manipulación, mentira, leyenda negra y sensiblería progre. Totalmente prescindible
Muchos historiadores en América no estarían en absoluto de acuerdo con el artículo. Personas que han pasado muchos años estudiando e investigando en archivos, leyendo lo que unos y otros dejaron escrito. Pienso que no hace justicia a la verdad, y no hablo de mi verdad, sino de la verdad de ellos, basada en documentos, cartas, escritos y testimonios de indígenas descendientes de aquellos.
En un Siglo que marca muchas diferencias. No podemos seguir viendo sangre en una herida que cicatrizo; Todos somos hermanos, diferente color de piel pero iguales, sin racismo ni pais. Todos vemos hacia el futuro desde diferentes ventanas
Todo un artículo que destila odio y fobia a lo español. Por favor ilustrese antes de escribir artículos que le están grandes.
Por algo expulsaron a este indeseable "periodista" de Panamá. A donde quiera que va destila odio contra lo español.
Y no me corteis lo que estoy escribiendo. Sois unos retrógrados. España sin vosotros iría mucho mejor. Eso segurisimo
Menudo vómito! No se puede decir nada mejor de este montón de palabras juntas.
Un artículo lleno de falsedades y medias verdades. No se puede juzgar una sociedad moderna por lo que hicieron sus antepasados. La teoria del karma de los pueblos es falaz, antihumanista y antidemocrática, porque no se puede otorgar las acciones de una parte al todo. En 1978 España se constituyó de 0. A todos se les olvida que nuestra Constitución es la más Progresista de la UE, que abraza los derechos humanos y la justicia social como hecho fundacional. Hablamos de derechos individuales, no territoriales. Los territorios no son sujetos politicos, solo las personas. No estamos en el XIX, ni queremos volver a él
El articulista demuestra la misma ignorancia sobre historia (y su realidad) que la que atribuye a España. De hecho lksvreyes de Castilla, regularon la protección de los autóctonos americanos (otra cosa son los desmanes cometidos por particulares y algunas autoridades en abuso de su poder), que el olvido en el que cayeron los pueblos indígenas a partir de la formación de las repúblicas independientes. Está claro que se usa como excusa lo que sucedió hace ya más de 2 siglos, para justificar la situación de inestabilidad, crisis o miseria que, por desgracia, viven muchos de los países (hermanos) del continente americano
Los paises que nacen del imperio Español han seguido machacando a los nativos sin escrupulos .
Cuando ud quiera , le aporto documentación de como en el caso de R. Dominicana repartió terrenos en 1955, a emigrantes españoles, mientras su población pasaba hambre y era masacrada si alzaba la voz , ante tal desmán. Lo digo con conocimiento de causa, mi padre fue exiliado/emigrante y dejò escrito de su puño y letra tales atropellos
Puedo dar fe de ello. Vivo precisamente al lado de un pueblo repleto de descendientes de aquellos españoles, que algunos ya no están vivos.
Algunos países independiente, fruto del imperio español, no maltratan a los indígenas, más bien los cuidan y le dan tierra. Hay un país, un sólo país que tiene dos idiomas, una el español y la otra el guaraní un idioma indígenas.
Seguro que ese paìs al que Ud. hace mención , ha sufrido la persecución , la miseria y el hambre, mas por sus gobernantes;cabe recordar que llevan algunos países latinoamericanos mas de dos siglos de independencia; que por la colonización española. Argentina reprimió a sus nativos hasta casi su total extinción. Méjico , El Salvador, Honduras son ejemplos de como la clase criolla gobernante ha matado a hambre y fuego a sus autóctonos. No hablemos de las dictaduras dominicanas, uruguayas, paraguayas, haitianas y mas recientemente Cuba o Venezuela. Ahora después de ,en algunos casos, mas de dos siglos de independencia, los españoles somos resoponsables de atraso, miserias dedigualdades y conflictos internos.Mas historia y menos hablar sin conocimiento, bueno eso, si, con conocimiento de loro que repite lo que oye.