Memoria histórica
La justicia decidirá si cierra las fundaciones del “psicópata del sur”, Piñar, Suñer y José Antonio
El historiador Paul Preston calificó como “el psicópata del sur” a Gonzalo Queipo de Llano, uno de los fascistas sobre los que trató en su obra Arquitectos del Terror (Debate, 2021). Nacido en Valladolid, Queipo es identificado con la ciudad de Sevilla, donde se convirtió en “virrey” durante el golpe de Estado de 1936 y llevó a cabo una represión insólita, radiada además en largos programas conducidos por él. Se calcula que es el responsable de 45.000 asesinatos en el sur de España. Queipo es honrado hoy por una fundación que lleva su nombre.
Se trata de una de las fundaciones señaladas por el Gobierno esta semana, en la que se han cumplido 50 años de la muerte de Franco. En una comparecencia en la comisión de cultura del Congreso, el ministro Ernest Urtasun amplió el cerco a las fundaciones que el Gobierno había abierto con el señalamiento de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) y destacó que se iniciarían los trámites para la extinción de otras cuatro entidades de este tipo.
Son la Fundación Serrano Suñer, la Fundación Jose Antonio Primo de Rivera, la Fundación Blas Piñar y la Fundación Proinfancia Gonzalo Queipo de Llano. Se trata de cuatro fundaciones con una vida pública y social limitada, con escasos registros financieros y, en algunos casos, ni siquiera una página web actualizada.
Además de estas, los expertos han señalado a lo largo de los años la existencia de otras fundaciones dedicadas a glosar la vida y los hechos de armas de otros responsables de las matanzas de la guerra y la posterior represión. Se trata de una “Fundación Las Hijas de Millán Astray y Capitán Cortés”, dedicada al fundador de la La Legión y golpista José Millán-Astray; y la Fundación Yagüe, dedicada a Juan Yagüe, máximo responsable de la matanza de Badajoz. Sin embargo, en una respuesta parlamentaria dada en 2023 por el Gobierno, se señala que en estos dos casos, no consta su inscripción en el registro de fundaciones de competencia estatal.
Urtasun no hizo referencia a la Fundación Ramiro Ledesma, que homenajea a uno de las fundadores de Falange Española de las Jons, escuadra civil implicada en el golpe de Estado de 1936. En el caso de Ledesma, fue ejecutado en los primeros días de la Guerra Civil por partidarios de la República. Los trámites para la extinción de la Fundación Franco han durado algo más de un año y, en todo caso, la decisión sobre el cierre de esta y de las otras cuatro dependerá de un juzgado, que deberá dictaminar si, como quiere probar el Ejecutivo mediante informes preceptivos, estas organizaciones incurren en “humillación a las víctimas”.
Como representante de las cortes valencianas en el Senado, Carles Mulet (Compromís) requirió la información contable de estas fundaciones, en un esfuerzo que tuvo su premio pese a las reticencias del Gobierno y le permitió comprobar que fundaciones como las dedicadas a José Antonio Primo de Rivera y a Serrano Suñer no han presentado sus cuentas anuales, como detalla el registro del Senado de 2023. Eso solo, indica, habría bastado para que se abriese el expediente de cierre, según la Ley de Fundaciones.
Tal y como publicó El Salto este 20 de noviembre, la Asociación de la Memoria Histórica ha criticado, en reiteradas ocasiones, que los expedientes de cierre sean hechos a través de la Ley de Memoria Democrática en lugar de a través de un añadido en la Ley de Fundaciones.
Para Emilio Silva, presidente de esa asociación, es un sinsentido que la decisión se deje en manos de un Tribunal cuando, a través del cambio de la Ley de Fundaciones, se podría vetar que salieran beneficiadas de esta norma fundaciones que exaltan el fascismo. En una entrevista publicada el 22 de noviembre por El Diario, el ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres aseguró que el Gobierno “está convencido de que la Justicia acabará dándonos la razón”.
Y es que, además de lo simbólico, hay una motivación económica. Las donaciones permiten a la persona física aplicarse una deducción en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas del 75% del donativo en los primeros 150 euros y del 30% a partir de 150 euros. De este modo, quien dona a las familias Franco, Queipo o Piñar a través de estas fundaciones cuentan con una suerte de subvención indirecta por parte del Estado, que deja de recaudar hasta tres cuartas partes del dinero aportado.
Homenajes a asesinos de toda índole
Entre las cuatro fundaciones señaladas por el Gobierno, la más antigua es la Fundación Proinfancia Gonzalo Queipo de Llano, nacida durante el franquismo, en el año 1945. Glosa la figura del represor de las ciudades y pueblos de Andalucía, uno de los personajes más reconocidos del golpe y la represión y, sin lugar a dudas, el que más se jactó del empleo de la violencia sexual como arma de guerra.
Se estima que Gonzalo Queipo de Llano (Tordesillas, 1875 – Sevilla, 1951) fue responsable de 45.566 víctimas estimadas, enterradas en 708 fosas comunes. Antes de su experiencia en la guerra de España, Queipo fue responsable del asesinato masivo de cabileños en el Rif, durante la guerra de Marruecos.
El periodista Juan Manuel Baquero publicó, en 2016, un artículo en el que cuestionaba la actividad de una fundación de la que no se sabe exactamente qué hace por la infancia. El presidente de la Fundación es Gonzalo Queipo de Llano Mencos, nieto del que se hizo llamar “virrey de Andalucía” y en la misma está representada la familia de terratenientes Beca, que aparece también en la lista de principales dueños de cotos de caza publicados por El Mundo.
La fundación Serrano Suñer está dedicada al cuñado del dictador, Ramón Serrano Suñer, una figura clave en el enlace con la Alemania nazi y la Italia fascista desde su posición como ministro de Exteriores entre 1940 y 1942. Antes, en los años 30, ejerció de formador ideológico del propio Franco. Se le considera quien introdujo al futuro dictador en teorías de la conspiración como la del contubernio judeomasónico-bolchevique internacional. También se le considera el arquitecto de la política de “partido único”, inspirado en el fascismo italiano y el nazismo alemán, aplicada por Franco a partir del decreto de unificación de abril de 1937.
Entre sus decisiones durante la Guerra Civil, Serrano Suñer fue el encargado de negar cualquier intento internacional de mediación con el poder legítimo republicano. Posteriormente, impulsó la carrera como director general de Seguridad a un allegado y también filonazi, José Finat, que llegaría a la alcaldía de Madrid después de edificar la escuela de represión llamada Dirección General de Seguridad. Relegado tras la derrota nazi, mantuvo conexiones con la extrema derecha internacional.
La fundación con el nombre de Serraño Suñer está registrada desde 1997, seis años antes de su fallecimiento en Madrid. La dotación inicial fue de 51 millones de pesetas. Su página web permanece inactiva y el correo de contacto registrado es de un particular y asociado a Yahoo. En el pasado ha recibido ayudas públicas de la Comunidad de Madrid pese a su aparente falta de actividad. El título de presidente de la Fundación lo ostenta José Serrano-Suñer Von Cromer-Klett nieto del exministro de exteriores y sobrino-nieto del propio Francisco Franco y administrador único de Zitapolo, dedicada a la explotación de fincas rústicas y urbanas.
La fundación de Primo de Rivera
El hijo del dictador Miguel Primo de Rivera y líder de la Falange, José Antonio Primo de Rivera es otro de los señalados en la puesta al día del Gobierno. Antes de la puesta en marcha de Falange Española (1933), Primo de Rivera ya había participado en la conjura en en la casa del Conde de Guadalhorce el 14 de abril de 1931 que se considera por la historiografía como momento fundacional del golpismo que desencadenaría en los hechos del 17 y 18 de julio de 1936. Poco después del comienzo de la guerra, tras el fracaso del golpe, Primo de Rivera fue condenado a muerte y ejecutado.
La Fundación Jose Antonio, que mantiene activa una obsoleta página web y una revista de periodicidad mensual, fue inscrita en 1996 por, entre otros, el escritor y actual colaborador de El Debate, Gustavo Morales.
Blas Piñar, abogado, político y notario, es el único de los señalados por el Gobierno que no participó activamente en el golpe de Estado de 1936. Su papel en el Franquismo y en la Transición, sin embargo, no deja lugar a dudas. Fue procurador en cortes durante 19 años, sin embargo, su carrera política se vio ralentizada, que no frenada, dado que fue uno de los pocos representantes de la extrema derecha del Franquismo que se opuso a los pactos de Madrid con Estados Unidos que supusieron la cesión de enclaves para la construcción de bases militares.
Piñar es el fundador de Fuerza Nueva, un intento de aglutinar a sectores requetés y falangistas. La historiadora Sophie Baby ha contabilizado 81 acciones violentas llevadas a cabo por Fuerza Nueva durante la Transición, con resultado de 14 muertos. Dos de los atentados terroristas más importantes de ese periodo, como el de los abogados laboralistas de Atocha y el de la estudiante vasca Yolanda González contaron con la participación de militantes de aquella organización. Piñar fue diputado en la España democrática hasta 1982 y falleció en 2014.
La página que lleva su nombre permanece activa y da fe de varios actos y escritos de homenaje al que durante la Transición, un periodo de transformismo para muchos políticos franquistas, fue considerado el guardián de las esencias de la extrema derecha. La fundación fue registrada por su familia en 2014, pocos meses después del fallecimiento del abogado. La preside el general Blas Piñar Gutiérrez, actualmente fuera de servicio y firmante del 'Manifiesto de los 100’, texto que advertía de las posibles consecuencias del juicio y la previsible condena a los responsables militares visibles del golpe de Estado de 1981.
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