Marcha a Portaceli - 16

Memoria histórica
Portaceli, el campo de concentración olvidado

Miles de personas pasaron por el campo de concentración de Portaceli, en Valencia. Muchas no salieron de allí, otras fueron castigadas con el hambre y la violencia. Una marcha ha recordado el empeño de estas víctimas del franquismo y reclamado que no se extinga su recuerdo.
5 nov 2022 04:27

Finales de octubre de 1939.  Miles de prisioneros republicanos, procedentes principalmente del Campo de Concentración de Albatera (Alicante), enfermos, cansados y famélicos, llegaban a la estación de tren de Bétera (Valencia), amontonados en vagones de ganado. Una vez allí los hicieron formar y comenzaron a caminar, por un estrecho camino que, después de nueve kilómetros de forzada marcha, los llevaría al edificio de un hospital a mitad construir donde les esperaba lo que fue durante cuatro años el Campo de Concentración de Portaceli. Allí,  miles de republicanos fueron prisioneros al acabar la guerra en condiciones de tortura, hambre y muerte.

Ochenta y tres años después, el pasado 23 de octubre, alrededor de 200 personas recorrieron los nueve kilómetros que distan de la estación de Bétera al lugar donde se ubicó el campo de concentración de Portaceli, el actual hospital público para enfermos de larga duración Doctor Moliner, en plena Sierra Calderona, muy cerca del municipio de Serra.

Desde primera hora se podían ver en la estación numerosos grupos de activistas con banderas republicanas. Entre ellas algunos familiares de represaliados por el franquismo, como Vicenta Torres Gil, hija de José Torres, quien fue telegrafista y responsable de Acción Republicana. “Yo no me enteré de que mi padre estuvo preso hasta que tuve 14 años y hacía cinco que él había muerto”, relata, “no ha sido hasta ya adulta que me he podido interesar en saber la historia. No ha habido reparación, por eso está bien que se hagan estos actos”.

Juan y Carmen Catalá Mascarell son hijos de Bautista Catalá Penalva, quien también estuvo en este campo de concentración. Ellos tienen muchas lagunas en la historia de su padre y por eso han venido hoy. “No lo supimos por él, sino por su hermano José que estuvo con él en Portaceli. Ellos estuvieron juntos con el rector de la Universidad de Valencia, el doctor Peset Aleixandre en el campo de concentración cuando se lo llevaron a fusilar a Paterna, “se lo llevaron y ya no volvió, decía mi tío José”.

Los Catalá Mascarell también inciden en las dificultades que han tenido para poder acceder a la información sobre su padre y su tío. “Era el año noventa y tantos”, nos dice Carmen, ”y fui al ayuntamiento de Serra para ver si existía algún listado o archivo y no me quisieron enseñar nada, como si le hablara en chino. Hace cuatro o cinco años comenzamos a buscar información y conseguimos en el Ministerio de Defensa el sumario de la causa general de 1956, pero tenemos muchas lagunas”.

A eso de las 10h un grupo de dolçaina i tabalet animaba la marcha que salía del pueblo tras una pancarta. A pesar de contar con la autorización de Delegación de Gobierno, únicamente en el núcleo urbano de Bétera la policía municipal dio asistencia a la marcha, que tuvo que discurrir por los márgenes de la carretera con muchos problemas por culpa de los coches. Fue únicamente a su paso por el Cuartel Militar de la OTAN cuando apareció la Guardia Civil, sin preocuparse aquí tampoco de garantizar el derecho manifestación que había sido autorizado previamente. Cuando la marcha llegó al antiguo campo de concentración, únicamente tres personas tenían derecho a acceder al pequeño monolito que hay en el jardín del Hospital Público Doctor Moliner para poder hacer una ofrenda floral.

El propio jefe de Portaceli, el capitán de la Guardia Civil Emilio Tavera Domínguez, escribió una carta a Franco, denunciando las irregularidades que se cometían en el campo con la entrada de grupos falangistas

“Mi tío abuelo Germán Guillén Benages, capitán médico militar y director del hospital de sangre de Caudiel fue recluido en Portaceli al acabar la guerra”, explica Ernesto Rodríguez que llegó desde Castellón para asistir a esta marcha. “Solo estuvo seis meses en el campo de concentración de Portaceli, porque entonces hacía falta muchos médicos y por eso lo liberaron. En Portaceli los trataban fatal por haber salvado a los republicanos: les daban la comida en el suelo y les hacían dormir en los nichos”. Para Rodríguez “es imperdonable que el Estado no actúe por iniciativa propia y tengamos que ser familiares y asociaciones las que tengamos que suplir lo que se tendría que normalizar tanto en los actos como en los libros de texto“. El pariente de Germán Guillén Benages denuncia el hecho de que Delegación de Gobierno ”no haya hablado con la dirección del hospital para que podamos entrar; me parece un despropósito y es ofensivo para esta marcha, que se hace por primera vez. Esta es una de las deudas pendientes y ha sido posible gracias a personas y grupos memorialistas y no a la Administración pública.”

20.000 presos

El campo de Portaceli fue creado por los republicanos en 1937 como espacio de identificación a los sublevados durante la guerra. Cuando las fuerzas fascistas llegaron a los últimos reductos de Valencia comenzó su actividad como campo de concentración franquista con unos 1.500 presos, soldados y detenidos durante los últimos días del conflicto y la primera etapa de la represión.

Poco después, las autoridades golpistas decidieron ampliar el campo y meter a prisioneros de campos de Soneja, reclusos de la plaza de Toros de Valencia y de Bétera. Apenas tres días después de acabada la guerra, miles de personas huyeron hasta el puerto de Alicante esperando poder alcanzar el exilio en algún barco. 3.000 personas zarparon en el buque británico Stanbruck con dirección Orán. Miles más esperaban un segundo barco que no llegó. En su lugar fueron enviados al campo de detención de los Almendros en la ciudad de Alicante y de allí al campo de concentración de Albatera. Meses después Albatera tuvo que ser cerrado por cuestiones de salubridad y los presos trasladados hacinados en vagones de ganado hasta Portaceli que ya estaba saturado con alrededor de 5.000 presos.

Memoria histórica
La masacre del mercado de Alacant
El 25 de mayo de 1938 la aviación fascista asesinó a más de 300 personas y dejó heridas a más de mil en un bombardeo de castigo a la población.

Las condiciones del campo eran durísimas. Entre 15.000 y 20.000 personas se hacinaban de manera completamente insalubre. Cada tres meses se realizaban ruedas de identificación, ya que este era el único propósito del campo: identificar a los prisioneros para después decidir si eran fusilados, enviados a prisión o, rara vez, puestos en libertad. Mientras, morían a cientos por enfermedades o hambre.

Las labores de “catalogación” les llevaron tres años. Según indica el registro civil de la localidad de Serra, donde se ubica el antiguo campo de concentración, fueron fusiladas 2.238 personas. El propio jefe de Portaceli, el capitán de la Guardia Civil Emilio Tavera Domínguez, escribió una carta a Franco, denunciando las irregularidades que se cometían en el campo con la entrada de grupos falangistas, quienes fusilaban saltándose la legalidad y la autoridad militar del campo. En esta acción Tavera fue apoyado por otros oficiales del campo, que denominaban la situación como un “estado de animalización” del sistema.

El periodista Carlos Hernández de Miguel identificó en su libro Los campos de concentración de Franco cerca de 300 campos confirmados, calculando que habrían pasado por los mismos entre 700.000 y un millón de personas. Es uno de los episodios más oscuros y silenciados de la represión franquista y Portaceli es uno de los más desconocidos. Rafa Arnal, coautor de El Camp de Concentració de Portaceli (1939-1942) publicado por L'Eixam Edicions S.L, tuvo unas palabras al acabar el acto: “En el campo de Albatera llegó a haber 20.000 presos, pero no duró más de unos meses por las condiciones de insalubridad. Los historiadores conocían la existencia de Albatera, pero 20.000 presos no se volatilizan, y así, investigando dónde fueron a parar todos estos prisioneros, es cómo llegamos a descubrir la existencia del campo de Portaceli, ya que fue aquí donde trajeron a 12.000 prisioneros del campo de Albatera.

Hace ochenta años que cerraron el campo de Portaceli, en octubre de 1942 comenzó el desalojo y a principios del siguiente año ya estaba cerrado. Como explicó Arnal, "aquí ni entró ni salió nadie que no estuviera documentado, pero hoy en día seguimos sin tener acceso a esta documentación y en esas condiciones tenemos que trabajar los historiadores. El director del hospital es del PSOE ¿cómo puede ser que no nos hayan dejado entrar a rendir homenaje en el monumento que pusimos en 2017?” se preguntaba el escritor quien finalizó su intervención diciendo: ”Franco se dio cuenta que tras acabar la Guerra Mundial los nazis fueron juzgados por sus campos de concentración y no por haber bombardeado ciudades, es por eso que el dictador se dio prisa por cerrar los campos de concentración españoles y no dejar rastro de ninguno de ellos. El único vestigio que queda aquí es esa garita junto a la que pusimos el monolito”.

Además de Arnal tomaron la palabra varios familiares, el cronista de Serra, Policarp Garay, quien remarcó la importancia de acabar con la desinformación existente sobre el campo de concentración de Portaceli. Varias personas que leyeron poemas y Carmen Collado, jefa de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, cerró el acto.

Entre las voces de los familiares, intervino de Fredy Pertegaz, hijo de Eugenio Pertegaz, capitán del ejército de la República y preso en Portaceli. En un emotivo discurso, Pertegaz compartió con los asistentes los recuerdos de cuando su padre le contaba las enfermedades y el hambre que pasaban y la violencia extrema que allí padecían. Cómo los identificaban y según la clasificación los llevaban a la Prisión de Valencia o los enviaban a fusilar. También habló del carro con muertos que llevaban al barranco de detrás del campo.

“Es muy grave que olvidemos de lo que ocurrió aquí, es una barbaridad que hayan pasado tantos años”. Se lamentaba a El Salto Pertegaz, quien ya tiene 80 años. “Entre los que no saben y los que sabían y no quieren que se sepa nos abocan al olvido. Mi padre murió en el 2009 con 96 años, mi familia aún está esperando una justicia y una reparación verdaderas. A nosotros aún nos faltan cosas ya que además de represaliados también somos una familia de incautados por el franquismo y en ninguna ley se contempla devolvernos lo robado y una verdadera reparación”.

Para los organizadores la asistencia de más de doscientas personas de diferentes puntos del País Valencià ha sido un éxito. Como señala Manel Arrufat, miembro de República, Sí y uno de los impulsores de la marcha: “Nuestra intención es repetir la Marcha el próximo año y contar con más organizaciones. Impedir este tipo de actos es impedir que se llegue a la verdad y la reparación. Hablamos de al menos 20.000 presos y más de 2.000 fusilados, más los que murieron de inanición y enfermedades y todavía falta indagar sobre las fosas comunes que hay en este lugar.” A lo que concluye “El campo de concentración de Serra o Portaceli es el gran desconocido del Estado español”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Memoria histórica
No olvidamos Armas pal pueblo
Tratando de seguir el rastro y procedencia del armamento usado por la guerrilla libertaria, tanto en el estado español como en el francés.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.
València
València Suspendida “sin explicación jurídica” la primera declaración por desaparición forzosa del franquismo
La abogada remarca que no hay motivo jurídico por el que suspender la declaración que Carolina Martínez iba a realizar sobre la desaparición forzada y asesinato de su abuelo en 1939.
pedromer
22/11/2024 15:02

No sabía esto, muchas gracias, os debo una, Ahora se porque el hospital Dr. Moliner también conocido como porta Celi tiene tan mala fama, en el sentido de que l@s que entran ahí, tardan poco en morir. un abrazo.

0
0
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
5/11/2022 17:11

Ojalá hubiese más actos como estos, al igual que una implicación total del gobierno para sacar la máxima información de cada uno de los campos del terror blanco franquista. Pero pasa como siempre... Si no se investiga la represión franquista es para no dañar los intereses de un IBEX35 y una iglesia católica que colaboró plenamente en ellos. Justicia, verdad y reparación ya!

0
0
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Xunta de Galicia
Vivenda O ‘teléfono antiokupas’ da Xunta recibiu só tres chamadas por ocupacións en 2024
O servizo foi renovado este ano cun orzamento de 61.000 euros, coa colaboración do Consello da Avogacía Galega e 135 avogados para atender as consultas. O pasado ano atenderon 109 consultas, a maioría sobre desafiuzamentos.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.
Más noticias
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.
América Latina
Extrema derecha Los soldados de Donald Trump en América Latina
Mientras algunos presidentes latinoamericanos, con mayor o menor ímpetu, intentan ponerle freno, otros tantos se arrodillan y le rinden pleitesía sin recibir nada a cambio. ¿Quiénes son los súbditos latinoamericanos de Trump?