Migas
Los vigilantes y las distancias

Hacer la compra, bajar a la tienda, como quien burla un encierro y recobra su libertad. Pero, ¿cómo se viven estos días raros trabajando de ese otro lado? Por ejemplo, en la panadería de un hipermercado vizcaíno. Aquí van unas pequeñas anécdotas, migas cotidianas, para alimentarnos y entretenernos mientras dure esta alarma.


Sección migas Santi - 7
Una señal en el suelo marca la distancia mínina que deben respetar los clientes del supermercado. Mikel Urabaien Otamendi
20 abr 2020 06:00

No dejamos de oír apelaciones a la responsabilidad individual y colectiva. Nuestras vecinas, lo mismo aplauden a las ocho y dan las gracias cuando pasan por caja que gritan desde el balcón cuando sale alguien, no importa si va a comprar o a trabajar. Las instituciones, siempre con el interés general en la boca, los mismo reparten mascarillas a las trabajadoras con una mano que no les importa si pueden mantener o no la distancia de seguridad en el transporte público o tienen todos los equipos de protección necesarios en sus centros de trabajo. Y, mientras, entre severos castigos a quien se salta el encierro, el confinamiento se alarga por tercera vez.

Los vigilantes

Junto a la puerta trasera del supermercado hay un pequeño banco cubierto con una marquesina. Ahí es donde muchas trabajadoras aprovechan sus quince minutos de descanso para comer algo, fumar un cigarrillo o, simplemente, relajarse y conversar. Hace días que se repite la misma broma. “¡Cuidado, que viene la policía!”. Es cierto que la gente se toma el estado de alarma con humor pero también que se siente el hastío.

Esta semana, la policía municipal ha identificado a dos compañeras de la frutería por no respetar la distancia mínima mientras conversaban. Afortunadamente, no han sido multadas. El aviso aún les pesa, la próxima vez será diferente. Un compañero que trabaja en la pescadería nos cuenta que hace unos días se presentó la Ertzaintza allí. Y alguien pregunta ingenuamente para qué. “Para hacer el bobo, para qué va a ser”, responde con sarcasmo el pescadero. “La siguiente vez les voy a decir que pasen dentro a mirar las mesas de trabajo y, después, que nos cuenten lo del metro y medio”, comenta, mientras señala la puerta con el dedo.

Al terminar mi descanso, vuelvo a la panadería y escucho barullo en el mostrador. Una de las compañeras del turno anterior ha entrado a por pan y nos explica que todo el revuelo se debe a que hay una pareja de ertzainas uniformados en el supermercado. “Están vigilando que nadie venga para darse una vuelta, a pasear”, comenta nuestra compañera. “Y, claro, como no llevo carrito, ni cesta, ni nada, a mí me han parado. Y les he tenido que enseñar hasta el permiso de trabajo”.

Las distancias

Un día más se repiten las largas colas para entrar al súper, no tanto por la cantidad de gente que espera sino por la distancia que los separa. Cada pocos metros, un cartel advierte: “Mantén la distancia de 1.5m entre personas”. En la entrada, un anciano amenaza con denunciar al personal de seguridad. “No estáis respetando la distancia, podéis matarme”, grita. Al final, el cliente pasa al interior del supermercado haciendo gestos airados. El siguiente de la fila, un joven, le sigue por el pasillo después de contemplar la escena. “A ver si te mueres ya. Para lo que te queda, deja trabajar tranquilos a los demás”, le increpa, malhumorado.

No siempre es fácil mantener las distancias cuando todos tenemos que acercarnos a los estantes, unas para coger lo que necesitan, otras para reponer los productos. Mi compañera saca a la tienda un carro con pan recién horneado. Y, al instante, una joven se acerca y pregunta. “¿Puedo coger? Así me aseguro de que nadie lo haya tocado”. La panadera asiente y le ofrece el carro con las barras de pan aún calientes. En menos de dos minutos, la clienta está de vuelta frente al estante de la panadería, coge una hogaza y la deja, coge otra barra y la deja. Así, varias veces, hasta que encuentra una que satisface su capricho.

Otra señora, muy elegante, pregunta a mis compañeras por un pan, hecho con masa madre, que no encuentra. Mientras le atienden, otra clienta se acerca para hacer un pedido. “Estaba yo aquí antes, mantén la distancia”, interrumpe, cortante, la distinguida señora. La otra clienta da un paso atrás y espera su turno sin decir palabra. Justo entonces, la señora se gira, se acerca a nuestra compañera hasta tocarle el hombro con la mano y sigue describiendo cuál es el pan que busca.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Migas
Las temperaturas discretas y las horas anormales

Hacer la compra, bajar a la tienda, como quien burla un encierro y recobra su libertad. Pero, ¿cómo se viven estos días raros trabajando de ese otro lado? Desde la panadería de un hipermercado vizcaíno, aquí van unas pequeñas anécdotas, migas cotidianas, para alimentarnos y entretenernos mientras dure esta pandemia.

Migas
El dulce descanso

Hacer la compra, bajar a la tienda, como quien burla un encierro y recobra su libertad. Pero, ¿cómo se viven estos días raros trabajando de ese otro lado? Desde la panadería de un hipermercado vizcaíno, aquí van unas pequeñas anécdotas, migas cotidianas, para alimentarnos y entretenernos mientras dure esta pandemia.

Migas
El menú del día

Hacer la compra, bajar a la tienda, como quien burla un encierro y recobra su libertad. Pero, ¿cómo se viven estos días raros trabajando de ese otro lado? Desde la panadería de un hipermercado vizcaíno, aquí van unas pequeñas anécdotas, migas cotidianas, para alimentarnos y entretenernos mientras dure esta pandemia.

Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Grecia
Grecia Frontex pone de nuevo la mirada en Grecia
En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acusó a las autoridades griegas de llevar a cabo devoluciones forzadas de manera sistemática.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.

Últimas

Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
Partidos políticos
CIS de abril La ultraderecha recorta votos al PP arrastrada por el efecto Trump
El barómetro de abril vuelve a situar al PSOE como fuerza más votada. La izquierda española sigue su contienda por todo lo bajo.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.

Recomendadas

Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.
Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y deja de emitir nuevas entregas tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.