Migración
La noche que se congelaron las pancartas

Casi una treintena de personas se quedaron anoche en la calle ante la ausencia de plazas disponibles en los programas de ayuda humanitaria del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, y la saturación de los recursos de frío del Ayuntamiento de Madrid. Colectivos sociales denuncian que solo en esta semana han tenido que acoger a más de un centenar de personas en viviendas particulares y parroquias. El Ayuntamiento ha activado hoy la emergencia por frío.

Recursos frío Madrid 2
Decenas de personas consiguen plaza en los recursos de ayuda humanitaria, desde Atocha. Otras treinta personas se quedaron en la calle. Álvaro Minguito

“Mohamed Al Sad, Darío Pérez, Samba Abud… El autobús está lleno”. Son las 22.30h del jueves 1 de febrero y se termina el voceo de los nombres de quienes se quedan con las últimas plazas para ir a los recursos de frío de Madrid. Una treintena de hombres, en su mayoría jóvenes migrantes subsaharianos, no dan crédito a su mala suerte: tocará dormir en la calle. Mañana lo volverán a intentar en esa especie de perversa lotería (o quizá no). Ahora se trata de buscar un techo donde dormir.

Se cierran las puertas del bus de la Empresa Municipal de Transporte y así termina otra noche de asignación de plazas para personas en situación de calle, tras hora y media a la intemperie, en el corazón de Atocha, a escaso kilómetro y medio de la pancarta de “Refugees Wellcome”. Según organizaciones sociales, en la última semana al menos cien personas han tenido que ser acogidas en casas particulares y parroquias ante la falta de respuesta institucional.

El operativo consta de personal que completa nombres y datos en planillas con impolutos guantes de látex azul celeste. Son del Grupo 5 y de Accem, empresa y organización que gestionan el servicio que el Samur está llevando a cabo. También hay nueve policías municipales para vigilar a poco más de un centenar de personas ordenadas en dos filas. No es usual. Otros días solo ha habido uno o dos uniformados. Lo que falta a simple vista son trabajadores que agilicen la gestión y que los dos buses que salen en forma escalonada —uno a las 21.20h y otro 22.30h— lleguen juntos y se evite estar hora y media soportando el frío.

“Eso al final lo que hace es criminalizar a las víctimas del frío y del sistema, que están agolpados a la puerta del autobús. Y criminaliza también a los ciudadanos que estamos tratando de ver cómo ayudar. Se oyen muchos comentarios de gente que, en esa paradoja de pobres contra pobres, se preguntan qué pasa aquí y por qué hay tantísima policía”, explica Javier Baeza, párroco de la Parroquia de Entrevías, que desde el domingo 28 de enero recoge a una decena de chavales cada noche para darles el techo, cena y desayuno que las administraciones no dan.

La responsabilidad de abrir plazas que eviten este despropósito es exclusiva del Ministerio de Empleo y Seguridad Social (MEySS) mediante los programas de Ayuda Humanitaria. La obligación de que en Madrid los más desamparados no se queden en la calle es de la Comunidad y del Ayuntamiento. Podrá haber excusas y argumentos que desvíen hacia uno u otro lado las culpas. La realidad es una sola, está allí a la vista de todos y quienes la sufren son siempre las mismas.

Precisamente hoy varias organizaciones sociales han presentado una queja ante el MEySS “por la falta de plazas de acogida humanitaria que afecta a las personas que son liberadas del centro de internamiento de extranjeros (CIE) de Aluche o que están recién llegadas de costas”. Porque las características de quienes están en la cola demuestra que gran parte de las personas que aguardan ser llevadas no tienen un perfil de estancia en calle prolongada.

Son jóvenes, la mayoría inmigrantes subsaharianos, pero también los hay latinos, de países del este, magrebíes. Hay personas que estaban allí por primera vez porque no han podido abonar la habitación que alquilaban. Hay gente con varios años en España, trabajando, aportando a la Seguridad Social. Algunos solicitantes de asilo, otros con tarjeta de residencia comunitaria. También hay personas en situación irregular. ¿Importa lo condición administrativa cuando se trata de personas vulnerables? Cuerpos precarios que, de no darse una respuesta humanitaria digna, podrían caer en la exclusión total y sus magras consecuencias.

El reclamo al MEySS lleva la firma de organizaciones de una amplia trayectoria en el trabajo con población migrante, como el Servicio Jesuita a Inmigrantes, SOS Racismo Madrid, el Servicio Capuchino para el Desarrollo (SERCADE), Karibu amigos del Pueblo de África, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), entre otras, y el respaldo de movimientos como la Red Interlavapiés, el Frente Migra o la Red Solidaria de Acogida.

Desde Sercade se aporta un listado de 82 casos de personas que se han visto obligadas a pasar por la situación de calle, identificadas entre el 8 de diciembre y el 25 de enero. Esta última semana, cada noche, entre diez y treinta personas pasaron a engrosar esos números.

La Asociación Karibú, por su parte, ha constatado que igual suerte corrieron diecisiete chavales de diferentes países de África entre el 13 y el 27 de diciembre del año pasado. Y desde SOS Racismo hacen constar que, durante el mes de enero, al menos veintiocho más que fueron liberadas del CIE de Aluche tuvieron que recurrir a los albergues de frío, quedando la mayoría en situación de calle. Días atrás en El Salto dimos cuenta de esta situación.

Recursos frío Madrid
Decenas de personas hacen cola para subir al autobús que les lleve al albergue. Álvaro Minguito

Ayer mismo once personas llegaron a los dispositivos de día de Sercade, chicos subsaharianos recién llegados en patera y que provenían de Algeciras. Todo hace pensar que ha sido el ayuntamiento de aquella ciudad andaluza quien corrió con los costes de su viaje hasta Madrid.

En el mismo sentido, la APDHA agrega a la queja que el pasado 16 de diciembre tuvieron conocimiento de que “llegaron a la estación de autobuses de Granada aproximadamente 50 personas de origen subsahariano llegadas a las costas de Motril y de Almería. Estas últimas, en su mayoría, eran originarias de Guinea Conakry, Costa de Marfil, Mali y Senegal”.

“Según relataron, la policía les informó de que en Granada les acogería una ONG y se trasladaron con billetes facilitados por el Ayuntamiento de Motril. Cuando llegaron a Granada se dirigieron a esa ONG —desconocemos cuál es— y allí les informaron de que no había plazas disponibles y de que no podían acogerles. Tenemos conocimiento de que aproximadamente 30 personas quedaron en situación de calle y se refugiaron en la estación de autobuses”, explica la entidad.

Baeza opina que “esto demuestra el fracaso del programa de ayuda humanitaria, del que tiene responsabilidad el Estado español, y la falta de sensibilidad de las autoridades municipales en atender a las personas que efectivamente están saturando los servicios por el fallo anterior del programa humanitario”.

“En el Ayuntamiento de Madrid, si hay un sector tremendamente duro y desvinculado a los sectores de la exclusión, es precisamente el Área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo. Me parece que Marta Higueras no es la persona que tenga sensibilidad frente la realidad de los sectores sociales más vulnerables, y aquí se está evidenciando de manera bestial”, afirma contundente.

También lleva desde el domingo acogiendo a chicos en su casa Pepa Torres, de la Red Interlavapiés. Explica que la campaña de frío está dirigida a una población con determinados perfiles, “pero no hay recursos de acogida para gente migrante que recién está llegando, de Ceuta o Melilla, y se están quedando en la calle”.

“No entendemos cómo no hay capacidad de gestionar esto cuando algunos vecinos los estamos llevando a nuestras casas o a la parroquia. Creemos que no hay una voluntad política de gestionarlo, porque hay muchos espacios que están vacíos”, acusa.

Los que se quedan a pie

Aquello de “no cabe un alfiler” podría aplicarse al bus que sale rumbo al albergue de la Campaña Municipal Contra el Frío ubicado en el Paseo del Tío Raimundo, en Vallecas. Apretujados. “Que nunca pase nada”, dicen quienes miran salir el bus. Imposible que un accidente no termine en tragedia viendo como viajan. “Como animales”, dice Mohammed (nombre ficticio), que le ha tocado quedarse abajo y no sabe dónde acabará su noche.

Mohammed es la primera vez que tiene que recurrir a los recursos de frío. Marroquí, de 36 años, lleva 14 en España y tiene tarjeta de residencia comunitaria. Cocinero de profesión, ha trabajado en grandes cadenas como Vips y ha tenido que dejar la habitación porque no le han dejado retrasar el pago hasta el día 10, cuando cobra una ayuda de 430 euros.

“Al final me fui al Samur Social y me han dado unos papeles con unos lugares. He venido a buscar una cama calentita, con este clima imagínate. ¿Quién lo puede aguantar? Nadie”, asegura y se indigna al ver que se queda entre el grupo al que le tocará dormir en la calle. “Me parece que, en esto, o salvan a todos o dejan a todos. No es justo. Si traes un plato de comida a una mesa, que sea para todos, no para unos y a los demás no les das nada. Mira todas esas personas, ¿dónde van ahora?”, pregunta molesto.

Cuando el bus arranca, ya no queda nadie. Los treinta segundos que tarda el conductor para maniobrar son suficientes para que policía y trabajadores del Samur desaparezcan de la escena. En silencio, como ocultando las vergüenzas. Porque esto, ante todo, nos debería dar vergüenza a todas.

En ese último viaje va un solicitante de asilo mexicano que muestra su tarjeta roja con discreción, prefiere no hablar de los motivos por los que tuvo que huir del país y pide expresamente que preservemos su nombre. Otra muestra más de la desorganización imperante: personas que temen por su integridad y, sin embargo, para subir al bus que les lleva al refugio, tienen que esperar a que su nombre sea voceado en alto, sin ninguna protección de datos ni reparo.

Su problema es que, con esa tarjeta, nadie le hace contrato. Apenas algún restaurante que lo ocupa 'en negro'. “La semana pasada estuve dos días trabajando en uno de aquí, céntrico. Cociné, me puse en la barra, tiré cañas, les serví para atender a los turistas extranjeros porque viví en Estados Unidos y sé inglés. Limpié los cristales, los pisos. Diez horas diarias y me dieron en total 70 euros”, se queja. Su esperanza es que, según los abogados, en pocos días más debería obtener una documentación con la que es más fácil su contratación.

Como todas las personas consultadas, opina que “el recurso es un infierno”. Asegura que “es casi imposible dormir”. Todos destacan el olor y las tensiones que se originan en un espacio con tanta gente y en situaciones de tanta vulnerabilidad. Lleva ya dos semanas en esta situación y cuenta cómo tiene que dormir: “Me acuesto vestido, el móvil escondido en la entrepierna y los zapatos dentro de la funda de la almohada. Eso es una locura, no se puede vivir así”, lamenta.

También está Valentina, letona, de 48 años, que ha venido a acompañar a su novio marroquí, quien logra acceder al segundo bus. Ella ahora está en una habitación que le han prestado tras una traumática experiencia de abuso que había sufrido en el recurso mixto de Pinar de San José, a donde se dirigen los buses que salen, también todos los días, pero a las 19.30h y desde la estación de Príncipe Pío.

“Lo pasé muy mal, allí no hay ley, no hay normas ni personas que te expliquen las cosas. Un día yo salía del baño con un pijama, un vestido de dormir, y uno de seguridad me dijo 'me gustan mucho tus piernas, me gustaría que salgas así con vestido corto y si tú quieres vas a tener siempre la cama aquí'. Lo comenté a la trabajadora social, pero nadie me hizo caso. Esto fue la semana pasada. Otro día me tocó. Trabaja allí. Y me dijo: 'Puedo follarte para que tengas tu cama'. Y me fui”, asegura.

Hay una treintena de jóvenes sin plaza. Para entendernos mejor: se quedan en la calle. Tampoco la sociedad civil tiene capacidad de acogerlos a todos. Treinta personas para una comunidad autónoma o un ayuntamiento como el de Madrid no es nada, pero puede ser mucho para el esfuerzo de los vecinos. Sin embargo ahí siguen, intentando construir redes, tendiendo puentes de entendimiento. Cuando el paquidermo institucional se acuesta, la ciudadanía se activa, una vez más.

Algunos de los chicos se van sin mediar palabra. Desilusionados, con angustia. Otros se quedan a la espera de ver una solución conjunta. Seis salen en furgoneta con Baeza, rumbo a la parroquia San Carlos Borromeo. El fotógrafo Olmo Calvo se ofrece a acompañar a los restantes nueve, en Renfe, hasta allí. Pepa acoge a dos y una amiga suya hace lo propio. Las voluntarias de Sercade otros cuatro. Veintitrés personas que encuentran respuesta en la ciudadanía.

Al menos esta noche no hay menores de edad. El martes se encontraron con tres chavales que no podían hacer uso del servicio por esa condición, y solo la intervención de Baeza logró una solución.

“La documentación de sus países de origen acreditaba que eran menores, pero curiosamente tenían la documentación de la Fiscalía de Madrid en la que constaba la renuncia de la Comunidad de Madrid a su tutela porque, por las pruebas óseas, habían acreditado que eran mayores de edad. Por lo tanto, son mayores para la administración autonómica que los expulsa de la tutela, y son menores para la administración municipal y, por tanto, no les deja entrar a los albergues de frío”, relata Baeza, quien agrega que fue a hablar “con el Samur y me dijeron que tenía que hablar con la policía municipal. Me dirigí a la policía municipal y me mandaron con el Samur. Por lo cual, cuando se fueron todos, volví a hablar con el Samur y me dijeron que lo iban a hablar con la policía. Es todo esquizofrénico”, enfatiza.

Crónica de un final anunciado

Desde diferentes colectivos sociales organizados en el Frente Migra, en julio de 2017 acercaron a las autoridades municipales competentes un informe de 28 páginas que no solo adelantaba la variedad de perfiles que pueden constatarse en esta emergencia, sino un detalle de las necesidades detectadas y, sobre todo, propuestas para tomar medidas que posiblemente hubieran evitado este desenlace.

Incluso se preocuparon en informar sobre propuestas de “buenas prácticas” en la materia llevadas a cabo en otras ciudades y países. El anexo del documento comprende experiencias en Francia, Dinamarca, Finlandia, Reino Unido, Valladolid o Barcelona.

Hace escasas dos semanas, Carmen Cabrillo, en representación de estos colectivos, se reunió con varios funcionarios y técnicos, entre ellos con el jefe del Departamento del Samur Social, Darío Pérez, para expresar la preocupación por el creciente número de personas que se estaban quedando en situación de calle.

En la misma reunión, según cuenta Cabrillo, la respuesta fue “para salir llorando”. “Volvimos a enviar las propuestas, pero en la reunión nos dijeron muy claramente que ahora mismo no tienen dinero, que no se está hablando de presupuesto para ello, y que, si eso pasara mediante un programa que hubiera que aprobar, estarían hablando del año 2020”, recuerda.

Último momento

En la mañana de este viernes, el Ayuntamiento ha activado la emergencia por frío, por cuanto es de esperar que para la noche de hoy ninguna de las personas que concurran a Atocha o a Príncipe Pío se quedará sin acogida. Precaria, eso sí, en caso de activación de la emergencia –menos de 0 grados–, se activan 37 nuevas plazas, pero algunas de ellas son en silla. Es decir que hay quien deberá dormir sentado.

Por otra parte, ha trascendido que desde el MEySS se estaría tramitando la implementación de nuevas plazas del programa de ayuda humanitaria. Entre 1.000 y 1.500, según diversas fuentes consultadas, que señalan que desde el Ayuntamiento de Madrid también se estaría previendo la apertura de un nuevo dispositivo, en lugar aún sin determinar.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Migración
Migraciones La batalla por conseguir citas para pedir el asilo
Los retrasos en las citas para pedir el asilo suponen una vulneración de los derechos humanos y la legislación vigente.
México
Opinión El umbral hacia el fin
Las autoras expresan los malestares de ellas y otras mujeres mexicanas que han tenido que migrar a consecuencia de la violencia desatada por “la guerra contra las drogas” impulsada por el expresidente mexicano, Felipe Calderón, en 2012.
Editorial
Neofascismo La peste en Euskal Herria
Cada vez que el régimen de acumulación capitalista se enfrenta a una crisis estructural es el momento de los chivos expiatorios y del disciplinamiento duro del trabajo.
GAIA
7/3/2018 16:39

Realmente es vergonzoso que no hayan prepuestos, y se cedan los centros de acogida a empresas gestionadas por fondos que lo único que realmente les preocupa es ganar dinero,el afectado es el usuario del servicio, sin una comida en condiciones, realizando recortes en alimentación, transporte, productos de higiene basicos, y la impotencia que nos genera a los trabajadores de lo social, al ver la precariedad de instalaciones, y de una atención que dignifique al ser humano, sin tener que etiquetarle en lo que se llama Perfil!.... Basta ya de tomarnos el pelo!... Que aqui los únicos que viven bien son los políticos que toman desiciones, sin pensar en el ciudadano.

0
0
Kissima
15/2/2018 9:45

Vraiment honteux, néanmoins tout nos gouvernements sont les mêmes. Il y'a des programmes d'aides sociales qui ne sont pas appliquer, il y'a des ambassades qui fuient leurs responsabilités, l'Afrique en général fuit ses responsabilités. J'ai honte pour ceux qui dirigent le monde

0
0
#7920
4/2/2018 19:57

A ver si el Ayuntamiento se pone del lado de las personas desfavorecidas y de los ciudadanos que con los impuestos que pagamos, queremos que se ayude a los mas vulnerables, en lugar de hacer alianzas con empresas privadas cuyo objetivo sólo es el enriquecimiento de los de siempre. Me ha encantado el artículo. Genial!
Ojala se encuentre urgentemente una solución para estas personas.

7
1
#7906
4/2/2018 8:53

Ahora decepción. Abraza Montoros.

4
1
#7888
3/2/2018 20:37

Al final tenia que pasar. Mientras los gestores de Samur Social sean los mismos ( tanto el Ayuntamiento como los responsables de Grupo 5), esto ira de mal en peor. A e estas personas no les interesan las personas, ni tienen vocacion por su trabajo. Están muy lejos de los seres humanos. Solo les preocupa alimentar su ego y vivir comodamente. Se de lo que hablo.
Enhorabuena por el artículo. Solo dice la verdad

7
2
#7857
2/2/2018 23:39

Pobrecito 😓😓😓😓

0
1
Alessandro
2/2/2018 19:30

Grande y precioso articulo!!! Cuanta tristeza y rabia en el ver que para las Instituciones hay personas que son menos personas que otras

4
0
Federico A.
2/2/2018 17:30

Welcome refugiados.

1
1
Residencias de mayores
Residencias Fondos de inversión y residencias: la mano invisible que retuerce los cuidados
Mientras DomusVi, en manos del fondo de inversión ICG, ya es la empresa con más residencias privadas del Estado, residentes, familiares y trabajadoras explican lo que supone que las prácticas especulativas acunen la vejez de las personas.
LGTBIfobia
Manifestación Plataforma Trans planta cara a la transfobia con una manifestación contra el odio
La convocatoria el 29 de marzo denuncia un contexto internacional antiderechos. La organización pide a partidos y sindicatos que se sumen a la marcha porque la transfobia es un problema social, y por lo tanto también político, explican.
Música
Música Pervertidos y puritanos, a los pies de Ethel Cain
Proyectos musicales como ‘Perverts’ de Ethel Cain son capaces de imponer silencio en medio de tanto ruido para pensar en un momento en que las redes sociales son herramientas tendenciosas para la difusión de propaganda de ultraderecha.

Últimas

AGANTRO
Agantro Tatuaxe: terapia e tendencia
Da marxinación á moda, o carácter simbólico e ritual da tatuaxe atópase actualmente erosionado polas dinámicas capitalistas.
Obituario
Obituario Jesús Santos, el basurero que se ganó el corazón de Alcorcón
Alcorconero de toda la vida, teniente alcalde, activista social y sindicalista, Jesús Santos hizo que aquellos que le acompañaron en su camino se ilusionaran por la política.
Madrid
Madrid La Sareb amenaza con el desahucio a dos jóvenes activistas en Carabanchel
Cadete 7, el bloque en lucha del que el ‘banco malo’ prevé desalojarles de forma inminente este jueves 27, fue el primero recuperado por el movimiento de vivienda de Madrid en 2013 tras haber permanecido deshabitado desde 2008.
Palestina
Palestina Egipto abre la puerta a un nuevo alto el fuego en Gaza con el visto bueno de Hamás y EEUU
A cambio de la retirada gradual de la tropas de Israel en la Franja, serían liberados cinco rehenes cada semana. El Gobierno de Netanyahu no se ha pronunciado y siguen los ataques contra población civil.
Más noticias
Tribuna
Tribuna Carta aberta a José Soares de Pina, CEO de Altri: “Paren este proxecto que Galicia nin quere nin necesita”
Os argumentos para apoiar o que dicimos son moitos. Situaríanse nun terreo no bordo da ZEC Serra do Careón; provocarían un novo ciclo de plantación masiva de eucalipto ou de importación de países do Sur; e o máis importante: non teñen licenza social.
Memoria histórica
Extremadura 25 de marzo 25 marzo de 1936 / 25 Marzo de 2025: aniversario de la reforma agraria en Badajoz
Texto de Francisco Espinosa leído en la entrega del Premio 25 de Marzo celebrada en los actos conmemorativos de dicha fecha en Los Santos de Maimona.
Comunidad de Madrid
Fin a la privatización Un tsunami marcha por Madrid por la gestión totalmente pública de los servicios a la ciudadanía
La plataforma Tsunami por los Servicios Públicos nace este domingo para aglutinar a decenas de organizaciones sociales que quieren hacer frente al “modelo neoliberal de destrucción masiva de los derechos humanos y sociales”.

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente Milleiros de persoas enchen A Pobra do Caramiñal para berrar contra a celulosa de Altri e a mina de Touro
Unha grande multitude por terra e centos de embarcacións por mar esíxenlle ao Goberno de Alfonso Rueda que “recúe” ante o potencial desastre ambiental que sobrevoa Galiza.
Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Colegios underground en Járkov después de tres años de guerra
La ciudad ucraniana construye escuelas subterráneas, preparadas para aguantar ataques balísticos y nucleares.
Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Nature, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Argentina
Estela de Carlotto “Faltan todavía muchos nietos por encontrar”
Al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dialogó con El Salto y apuntó contra el Gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que encabeza la represión de la protesta social.