Movimientos sociales
María José Barrera: “Las putas somos un sujeto político y hacemos incidencia, hay políticas públicas que nos atraviesan y que nosotras tenemos que cambiar”

El Colectivo de Prostitutas de Sevilla el próximo sábado, 18 de diciembre, organiza unas jornadas en el espacio Tramallol de Sevilla con motivo del Día internacional por el cese de la violencia contra las Trabajadoras Sexuales. Nos reunimos con María José Barrera, portavoz del colectivo.
Maria Jose Barrera CPS
María José Barrera Aurora Báez Boza

El día 10 de diciembre de 2017, coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos, se creaba en Sevilla el Colectivo de Prostitutas de Sevilla. Una asociación que defiende los derechos humanos de las personas que se encuentran trabajando en prostitución. Su portavoz, María José Barrera, siempre ha tenido como objetivo “que las mujeres no ejerzan la prostitución en las condiciones que yo lo hice”. En sus cuatro años de actividad siempre ha estado envuelta en polémicas y enfrentamientos, en un contexto estatal en el que el debate en torno a la prostitución se ha vuelto un cisma dentro del movimiento feminista y está más candente que nunca.

El próximo sábado, 18 de diciembre, organizan unas jornadas en el espacio Tramallol de Sevilla con motivo del Día internacional por el cese de la violencia contra las Trabajadoras Sexuales.

Vamos a hacer un poco de retrospectiva. ¿Por qué surge el Colectivo de Putas de Sevilla (CPS)?
Nacemos ante la rabia; la rabia porque el Ayuntamiento de Sevilla estaba impartiendo otro plan contra la prostitución. El primer plan nos había metido unas ordenanzas municipales y nos había prometido que nos iban a dar techo, comida, ayudas, alternativas laborales y eso nunca pasó. Nosotras lo que queríamos era que nos dieran una evaluación del primer plan contra la prostitución. Las ordenanzas municipales no habían hecho que disminuyera la prostitución en Sevilla, lo que había hecho es desplazar a las compañeras a trabajar a terceros.

¿Y qué es lo que pasó? ¿Qué supuso para las trabajadoras sexuales?
Las compañeras se vieron abocadas a ejercer la prostitución para terceros, ya que se les impidió autogestionarse. Hubo un montón de redadas durante los primeros años, redadas a 40 o 50 mujeres. Tampoco dieron las casas que prometieron que nos iban a dar a las que dejaran de ejercer la prostitución. Aquí en Sevilla, las ordenanzas no multan a las mujeres por ejercer la prostitución, pero sí hay multas a través de desacato a la autoridad, por estar más tiempo en el espacio público o por la ley mordaza. Somos el colectivo que más multas tenemos por la ley mordaza, unas 700. Sin embargo, no se escucha hablar de esto en los movimientos antirrepresivos, porque parece ser que los ideales en pro y en contra de la prostitución están por encima de la violencia policial que nuestras compañeras están sufriendo.

¿Y desde el surgimiento del colectivo hasta ahora, que cumplís cuatro años, cómo ha sido el camino?
Nacemos para hacer incidencia política, para cambiar la situación que estamos viviendo. A partir de ahí, esto es un acoso y derribo para intentar silenciarnos de la manera que sea; de ninguna manera se ha conseguido, pero las formas han sido muy rastreras.

En mayo de 2018 ya sufrimos la primera violencia en la Universidad Pablo de Olavide, en una charla que dimos. Nos boicotearon hasta salir gente del PSOE, feministas de renombre, a decir que la UPO estaba abierta para todos los puteros. Todo esto lo decían mujeres abolicionistas que dicen que este discurso no es contra nosotras sino que es contra ellos. Sin embargo, nosotras sufrimos una violencia a través de ellas, simplemente porque nuestros ideales no se adecuan a los ideales que tienen ellas.

Después de eso, al ver que les había dado tanto coraje que empezáramos a entrar a los espacios públicos, espacios que nos pertenecen también a nosotras, porque es público y las putas somos ciudadanas, quisimos hacer unas jornadas en el espacio de Los Marqueses del Algaba. El 2 de junio de 2018 la hicimos, pese a que el Ayuntamiento de Sevilla puso un equipo jurídico a trabajar para que nos negaran el espacio. Al no poder negarnos el espacio, intentaron lo siguiente a nivel autonómico: en septiembre de 2018 amanecemos con que la Junta de Andalucía, en la Ley de igualdad [para la promoción de la igualdad de género en Andalucía], amplía el artículo 74; es decir, nos van a perseguir, acosar y multar entre 600 y 60.000 euros por realizar eventos donde hablemos de prostitución.

¿Y qué hicisteis?
Al principio nos quedamos cogidas, creímos que íbamos a estar con multas, y tanto fue que las compañeras empezaron a no atreverse a dar charlas aquí en Andalucía. Lo que hicimos fue trasladarnos, empezamos a dar charlas fuera de Andalucía y a emitirlas en streaming para todos los sitios. Es vergonzoso que los partidos abolicionistas multen a mujeres por organizarse, por alzar la voz, porque no tenemos derechos.

En septiembre de 2019 decidimos hacer unas jornadas en La Coruña. Referentes del abolicionismo, como Rosa Cobos, nos boicotearon las jornadas. A raíz de ahí, juntamos 22 universidades en las cuales pudimos dar charlas, Universidades Sin Censura, sobre las condiciones en las que nos encontramos, la industria del rescate y todo eso. Estuvimos un año haciendo incidencia política en las universidades.

Todos los colectivos de pobres que estamos en lucha sabemos que uno de los problemas es la industria del rescate.

¿En qué otros espacios habéis estado?

Hemos estado tejiendo redes con el movimiento feminista, con colectivos racializados, con colectivos de compañeras precarias, viendo qué nos atraviesa a cada una y cómo podemos hacer una lucha conjunta. Porque al fin y al cabo tenemos muchas cosas que nos atraviesan a los distintos colectivos. El gran problema es la pobreza feminizada y las fronteras. Todos los colectivos de pobres que estamos en lucha sabemos que uno de los problemas es la industria del rescate, es la que nos mantiene de rodillas con migajas asistenciales, y ni siquiera nos dan lo que prometen. Se hacen una foto cuando firman un proyecto, pero luego la mitad de las cosas que llevan incluidas no las reciben las compañeras.

¿Qué creéis que habéis conseguido en estos cuatro años?

El CPS ha conseguido primero tejer redes, abrirse espacio, no pedir permiso y pedir paso. Eso lo hemos hecho muy bien desde que surgió el colectivo. Nos hemos abierto paso en el movimiento feminista, nos hemos acercado al movimiento antiracista y antifascista. Más que nada hacer que se nos abran espacios; antes las putas no podían estar en ningún sitio, ahora las putas están. Cada vez se nos va poniendo más en nuestro sitio, pero en los espacios todavía no se nos ve como sujeto político. Hemos aprendido cómo tramar con los saberes de las élites de las bases. Y lo que hemos aprendido mucho de ello no nos gusta.

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Pancarta de las trabajadoras sexuales, en alianza con mujeres trans, presas y racializadas, en el 25N de Sevilla. Lucía Aragón Luque

¿Por qué no os gustan esos saberes?

Porque hemos vivido de todo, que nos quieran tutelar, que quieran organizar nuestra lucha, marcarnos el camino y todo es porque no te ven como sujeto político. Piensan que no somos capaces, que necesitamos quién nos lleve de la mano y no es así. Nosotras lo que siempre hemos reclamado ha sido: muéstranos tus saberes, pon tus saberes encima de la mesa.

¿Por qué le cuesta tanto a la sociedad veros como sujetos políticos?

La sociedad no te tiene que ver como sujeto político, quien te tiene que ver como sujeto político es el político y los movimientos donde se hace política. La sociedad lo que nos tiene que ver es como personas normales, como todas las demás. Y entonces no estaríamos estigmatizadas. Pero las medidas que toman los diferentes gobiernos y las diferentes formas de gobernar a lo largo de la historia nos ha llevado a que a nosotras se nos visualice como malas mujeres, malas madres, la roba marido, las rompe familia, las que pegan el sida y la gonorrea. Quien no te trata así es por ejemplo tu vecina de al lado que te conoce.

¿Y los movimientos políticos por qué no os ven como sujetos políticos?

No nos ven como sujeto político porque nosotras somos sujeto de estudio, porque somos unas malas víctimas. Nosotras tendríamos que estar diciendo que esto es muy chungo, que la prostitución es muy chunga.

Una puta no puede ser feminista; eso es lo que ha dicho el movimiento hegemónico, en eso es lo que hemos empezado a pelear. Es que a nosotras no nos dejaban ni ser feministas, cómo nos iban a dejar ser sujeto político. A nosotras no se nos da el derecho a la organización. Entonces, si tú no tienes derecho a la organización no tienes visibilización, al no tener visibilización nadie te ve como nada, estás en la clandestinidad.

Nos están vendiendo la regularización como si en España la prostitución no estuviese regulada

¿Y el debate sobre la abolición ?

El CPS lucha por un reconocimiento de derechos. El debate abolición y regularización es un falso debate creado por el movimiento abolicionista para echarnos a pelear todas y luego decir que las putas organizadas tienen la culpa. Si quisiéramos debatir de verdad debatiremos sobre abolición y proderechos, que eso es lo que estamos pidiendo las putas.

Nos están vendiendo la regularización como si en España la prostitución no estuviese regulada. La prostitución en España está regulada porque hay unas ordenanzas municipales y hay una ley mordaza que te dice dónde puedes ejercer y dónde no puedes ejercer y hay unas licencias que se le otorgan a los clubs.

Me parece tan vergonzoso que este falso debate lleve a ejercer violencia hacia las personas que dicen que son víctimas, porque así nos catalogan.

¿Qué derechos se les niega a las trabajadoras sexuales?
Aquí se está vulnerando derechos por todos los lados. A finales de los 80, Felipe González regula el alterne. Nosotras dormíamos en los clubs, ellos no nos dan de alta como camareras de alterne y lo que hacen es que nos cobran por el hospedaje y ya está la prostitución regulada en los clubs. Nos habéis hecho huéspedes del hotel y a ellos les habéis hecho empresarios hosteleros, ya la habéis regulado por ahí. ¿Qué derechos deberían tener nuestras compañeras dentro de los clubs? Por ejemplo, los derechos laborales de cualquier trabajo. Eso es lo que tendría que tener.

Las compañeras de los pisos están en zona de nadie, nadie da licencias. Tú puedes alquilar un piso y poner un anuncio en el periódico y ya eres una casa de citas. En los pisos no hay nadie, no existen, no hay derechos reconocidos. Está completamente en la alegalidad, ni está, ni deja de estar.

El tema de la calle, están las ordenanzas municipales y la ley mordaza; está regulada la prostitución ya, como en Alemania, solo que aquí no hay una ley estatal. Y además los clubes generan un PIB con la fuerza de los cuerpos de unas mujeres que no tienen reconocidos los derechos laborales. Ese PIB le ha servido al gobierno de Rajoy para el rescate bancario y que ni el PSOE que estaba en la oposición ni nadie del movimiento abolicionista haya alzado la voz diciendo que lo está avalando pan de coño. Lo están avalando mujeres con su trabajo sin darle derechos.

Se nos vulnera el derecho sanitario, nuestras compañeras migrantes en situación irregular no pueden ir al médico. Es universal la sanidad en urgencias, pero las medicinas no las dan. Es urgente una citología; no serán urgente para otros colectivos, pero si yo estoy poniendo mi vida en eso sí es urgente.

Se montan los clubes precisamente porque las mujeres no tienen sitio donde dormir. Al no tener espacio donde dormir, porque no podemos alquilar, las compañeras duermen en los clubs porque así no tienen que buscar vivienda. Duermen y pernoctan allí.

Si le estamos diciendo prostituida y le estamos diciendo víctima, ¿cómo podemos multarlas? Si las multas y son compañeras en situación irregular, eso cuenta como antecedentes penales, y con antecedentes no puede cambiar su situación de irregularidad. Según el grupo Antígona, en el mismo periodo de tiempo y en los mismos territorios que han hecho hace unos cuantos años multan a 67.000 mujeres frente a 7.000 clientes. ¿Cuántas compañeras de esas mujeres estaban en situación irregular? ¿Cuántas de esas mujeres no han podido conseguir el cambio de regularidad en España? ¿Cuántas de ellas si hubieran tenido los papeles hubieran dejado de ejercer la prostitución? ¿A cuántas de ellas el movimiento abolicionista, asistenciales le ha negado la posibilidad de cambiar su situación por no contarle cuál es el proceso ni siquiera?

Al movimiento abolicionista no le interesa cuantificar cómo se vulneran los derechos humanos en pro de sus ideales, por eso yo digo que el abolicionismo es inhumano.

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María José con más mujeres en una manifestación en Sevilla Lucía Aragón Luque

¿Por qué se confunde trata con prostitución?

Porque les interesa que la prostitución sea todo trata, interesa confundir. Porque no se puede decir que hay gente que esta ejerciendo la prostitución por pobreza. El problema que tenemos son las fronteras para empezar. Si quitáramos las fronteras y la ley de extranjería quizá no habría trata en ningún espacio.

 Porque hablamos de esta trata pero, ¿y la trata en el campo? Para ellas solo hay trata en la prostitución. Lo que hay es muchas mujeres pobres que se ven abocadas a la prostitución porque no tienen medios para la supervivencia.

¿Por qué sois el arma arrojadiza política?
Para empezar porque ahora el feminismo vende y la organización de las trabajadoras sexuales desde hace unos años se está haciendo más potente aquí en España, entonces se crea esta tensión.

La idea es que no estemos y que no formemos parte de nada. El Gobierno ha perdido el voto feminista por la ley trans, una por haberla apoyado y otra por no haberla apoyado. Mercadean con nuestros cuerpos no desde ahora sino desde siempre, lo que pasa es que ahora se está visualizando más pero porque es un movimiento feminista, porque las mujeres ya estamos opinando más, porque hemos hecho mucha incidencia política también las trabajadoras sexuales.

¿Qué alternativas reales hay? ¿Qué opciones hay para las trabajadoras sexuales que quieren dejar la prostitución?
La industria más de moda, porque tenemos a un capitalista qué está flow total con atender y colaborar a los colectivos vulnerabilizados es Florentino Pérez. Nosotras le trabajamos a Florentino Pérez en todos los lados con migajas económicas, nosotras hacemos las prácticas a través de cursos de formación; por ejemplo, de camareras de piso o ayuda a domicilio.

Nos pagan unos 426 euros o 460 euros por asistir a los cursos de formación. Para eso tienes que dejar de ser puta y con 460 euros vivir. Tú deja de ser puta y encima de todo solamente con 460 euros vive y, ¡casualidad!, las prácticas coinciden con las épocas de vacaciones de las kellys, las de cuidados, de todas las compañeras.

Las trabajadoras del sexo, las víctimas de la violencia de género, las compañeras trans, las racializadas, las sintecho y las drogodependientres somos las que accedemos a esos cursos de formación.

¿Después siguen trabajando en eso?
Los proyectos de salvación, da igual el colectivo que sea, vale lo que vale el proyecto. Si el proyecto dura un año, un año, pero cuando se te termine la salvación vas a la calle y Florentino Pérez y sus primos no se comprometen a contratar a nadie.

Solo se comprometen a contratar a los compañeros que tienen una diversidad funcional porque reciben un montón de pasta del Ayuntamiento, a las mujeres a partir de cierta edad porque reciben subvenciones. Todo lo que sea si tu contratas a este perfil de persona vas a recibir tanto dinero o vas a tener tantas garantías sociales para tu empresa, entonces sí contratan, pero lo que dura el regalito del gobierno. Las compañeras que acceden a estas formaciones vuelven a ejercer la prostitución mayoritariamente.

Porque cuando se hacen las redadas al día siguiente esos mismos clubs siguen abiertos y nuestras compañeras vienen con la orden de expulsión y todo. ¿Por qué no persiguen a los dueños de los clubs?

¿Y ahora, cómo está la situación?
Después de eso, el Gobierno estatal comienza a poner en marcha una ley del sí es sí. Siempre hemos pensado que esa ley iba a llevar algo de prostitución pero en el borrador no aparecía nada. La gran sorpresa es cuando en noviembre del año pasado nos damos cuenta de que acaban de sacar un borrador en el que se incluye la tercería locativa y el proxenetismo no coactivo y precisamente son las dos leyes que necesita, por ejemplo, el plan de prostitución de aquí de Sevilla para meterse en los pisos.

¿Qué va a pasar con la tercería locativa?
El gobierno está vendiendo que con esta tercería locativa va a cerrar todos los clubs de una tajada, pero es mentira. La tercería locativa no va a poder cerrar los clubes que tengan licencia de hospedaje, mayormente serán los clubs de ANELA los que sobrevivan. Los clubes más chicos serán los que se cierren porque no tienen licencia de hospedaje. Las compañeras que tienen un perfil de 40 años para arriba no tendrán acceso a esos espacios y tendrán que buscar otros, porque se crearán otros espacios de trabajo y se verán abocadas a la clandestinidad. Y en los espacios de los de ANELA las mujeres estarán en peores condiciones porque en vez de meter dos camas por habitación meterán tres.

La tercería locativa no les persigue porque ellos tienen licencia de hospedaje. Aquí en Sevilla hay ocho clubes, solo uno tiene licencia de hospedaje y hay por lo menos cuatro más que las mujeres duermen allí, esos se podrían cerrar con la ley vigente. ¿Por qué no los han quitado? Porque cuando se hacen las redadas al día siguiente esos mismos clubes siguen abiertos y nuestras compañeras vienen con la orden de expulsión y todo. ¿Por qué no persiguen a los dueños de los clubs?

¿Qué consecuencias va a tener en las trabajadoras?
En los pisos va a ser muy destroyer, se va a poder denunciar a quien le dé la gana. No es solo la tercería locativa, sino el proxenetismo no coactivo. Si nosotras estamos organizadas, seis o siete compañeras en un piso y viene la policía, a mí me acusan de proxenetismo no coactivo y me denuncia a mí y a quien me haya alquilado el piso. Y, además, me denuncian a pesar de que mis compañeras digan que estaban de acuerdo, que esto es un convenio entre todas, daría igual lo que dijesen.

A nivel personal, si tenemos una vecina que no le gustamos que existamos en su barrio, pues te puede denunciar y te dejan sin piso porque denuncian a tu casero, porque todo dinero recibido de una puta es considerado proxenetismo no coactivo. Es decir, si mi hijo que tiene 28 años se viene a vivir aquí a mi casa yo estoy trabajando, mi hijo es un proxeneta porque es mayor de 18 años porque yo soy puta. Se nos van a cerrar los espacios buenos en los que estamos seguras.

Ni este Gobierno ni ningún gobierno tiene la capacidad económica como para eliminar a las mujeres que están ejerciendo la prostitución de un plumazo sin darle alternativas laborales, sin darle absolutamente nada. Y digo sin darle, porque si el Ingreso Mínimo Vital no ha llegado, ¿cómo va a llegar todo los demás?. Si los palmeros todavía están esperando y llevan dos meses echando lava y todavía no tienen ayuda económica y muchos de ellos no tienen ni casa. Si a esta gente no le han dado nada, ¿de verdad se lo van a dar a las putas, sin papeles? ¿Nos vais a dar techo, pan y dignidad?

Quiero que el Ayuntamiento de Sevilla le abra las puertas al CPS para tener acceso a los clubes como sociosanitarias, sin pedirle permiso a los clubes, porque es un derecho que nos pertenece porque somos un colectivo asociativo

¿Cómo se ve el futuro? ¿Qué revindicáis ahora?

Las putas somos un sujeto político y hacemos incidencia. Hay políticas públicas que nos atraviesan y que nosotras tenemos que cambiar. Eso es trabajo de los colectivos que estamos en lucha, nos tenemos que organizar para que haya políticas públicas que nos beneficien.

 Espero que lo próximo sea que estos colectivos que nos hemos tenido que marchar de los espacios sindicalistas y feministas, etc, los colectivos que nos han tachado de identitarios, nos unamos. Tracemos nuestros objetivos, “enreemos”, hagamos redes juntas para poder conseguir los objetivos que se tienen que conseguir desde todos los espacios: desde la calle, lo político y desde la información y formación de la gente.

Quiero que el Ayuntamiento de Sevilla le abra las puertas al CPS para tener acceso a los clubes como sociosanitarias, sin pedirle permiso a los clubes, porque es un derecho que nos pertenece porque somos un colectivo asociativo y cumplimos todos los requisitos. Estamos en nuestro derecho de acceder a eso, estamos en nuestro derecho de participar en las mesas de prostitución, en las mesas de violencia de género, en todo donde se habla de nosotras sin nosotras. Nuestros saberes valen.

 En estos cuatro años la lucha ha sido muy dura, muy dura. No le deseamos a ningún colectivo de mujeres lo que hemos vivido nosotras. También ha sido una lucha muy bonita porque hemos tejido redes con nuestros llantos, nuestras risas. Hemos aprendido tanto que le estamos agradecidas a todas las putas que han pasado por el CPS y a todas las alianzas, por hacernos cada día más grandes.

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