Opinión
Cuando el dolor es (casi) lo de menos

El 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia, el Síndrome de Fatiga Crónica/Encefalomielitis Miálgica y la Sensibilidad Química Múltiple, un conjunto de enfermedades que afectan de manera desproporcionada a las mujeres.
12 may 2024 06:00

El 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia, el Síndrome de Fatiga Crónica/Encefalomielitis Miálgica y la Sensibilidad Química Múltiple. Tres enfermedades diferentes que tienen en común, fundamentalmente, dos cosas: se engloban dentro de lo que se conoce como Síndromes de Sensibilización Central, por lo que comparten muchas de sus manifestaciones clínicas; y, sobre todo, se trata de un tipo de patologías en las que el padecimiento de las afectadas se extiende infinitamente más lejos de lo que acostumbra a describir la sintomatología oficial.

Es obvio que si nueve de cada diez afectados fuesen hombres y no mujeres nunca se nos hubiese repetido hasta la saciedad que nuestro dolor no existía

Vivir con una de estas enfermedades, más allá de tener que sobrellevar una larga lista de problemas y alteraciones que impactan sobre la salud, implica hacerlo sumergida en una vorágine de incomprensión, negligencia y maltrato continuado a todos los niveles: sanitario, administrativo, laboral y jurídico. También, en muchas ocasiones, desde la falta de empatía y apoyo por parte del propio entorno personal, familiar y social.

Y es que el hecho de que te haya tocado convivir con una enfermedad feminizada supone necesariamente recorrer un calvario desde el minuto cero: un diagnóstico que se demora años, si es que finalmente llega; un reconocimiento y atención que te son negados sistemáticamente desde todos los ámbitos, y un sinfín de barreras físicas y psicológicas en tu día a día.

Violencia machista
Carme Valls: “La medicina también ejerce violencia contra las mujeres”
Esta médica española intenta poner en evidencia las diferencias de género en la salud y en el acceso a los servicios sanitarios y la invisibilidad de las mujeres para la ciencia.

Lo que, con suerte, te van a contar hoy sobre nosotras

Quienes sufrimos estas enfermedades somos víctimas, por encima de cualquier otra cosa, de un sistema de salud masculinizado y androcéntrico que en la actualidad sigue siendo profundamente discriminatorio e injusto hacia las mujeres. Un modelo médico donde las consideradas patologías “femeninas” han sido tradicionalmente despreciadas, ninguneadas y relegadas, no por casualidad, al área de lo “emocional” y en el cual se nos estigmatiza de forma reiterada, privándonos de nuestro pleno derecho a la salud. En el caso concreto de la fibromialgia, es obvio que si nueve de cada diez afectados fuesen hombres y no mujeres nunca se nos hubiese repetido hasta la saciedad que nuestro dolor no existía. Que no era real. 

Que todo era fruto de los nervios, la ansiedad o la depresión. Jamás. El sesgo de género en salud es el que ha hecho que muchas enfermedades —las tres mencionadas, pero también otras como, por ejemplo, la endometriosis o el lupus—, hayan permanecido durante décadas silenciadas e invisibilizadas. Mal atendidas, peor tratadas y en ningún caso susceptibles de convertirse en objeto científico de investigación. Para qué.

La medicina, como cualquier otro sector, ha sido y es el fiel reflejo de una sociedad machista y patriarcal que ha condenado a millones de mujeres a transitar vidas marcadas por el dolor, pero, sobre todo, por la soledad y el silencio.

Hoy que se celebra este día internacional, algunos medios —cada vez más, afortunadamente— se van a esforzar en dar algo de visibilidad a las problemáticas que atravesamos las afectadas, dándonos la voz y el protagonismo que nos son negados durante el resto del año. Testimonios necesarios que sirven para poner de manifiesto los atropellos y el trato indigno a que somos sometidas una y otra vez en nuestro sistema público de salud.

Un sistema que nos considera, en la práctica, enfermas de segunda categoría y que como tal nos trata, forzándonos a deambular ad nauseam de especialidad en especialidad —traumatología, neurología, psiquiatría, medicina interna, aparato digestivo, ginecología, oftalmología, fisioterapia...—, sin respuestas ni soluciones a nuestras múltiples dolencias.

Áreas médicas en las que recibes indefectiblemente un trato condescendiente, cuando no directamente despreciativo, pero donde paradójicamente te ves obligada a desempeñar un agotador ejercicio de pedagogía (no en vano, atesoras a tus espaldas horas y horas recopilando información por tu cuenta y, lógicamente, acumulas ya más conocimiento acerca de tu condición que la mayor parte de estos especialistas). Nada de esto evita, sin embargo, que a menudo acabes saliendo llorando de esas consultas. Impotente, exhausta. Pensando que hasta aquí has llegado y que ya no puedes más. Spoiler: siempre puedes más. Porque no te queda otra y porque eres increíblemente fuerte, tanto que a veces cuesta de creer.

Es posible también que este 12 de mayo oigas hablar del maltrato institucional que se inflige a las enfermas en los procesos de solicitud de bajas laborales, incapacidad o invalidez permanente. La manera en que somos sometidas a auténticos suplicios en tribunales médicos y evaluaciones de grados de dependencia. Sin que nadie se responsabilice nunca por ello.

Las enfermas de fibromialgia estamos ubicadas en un presente en el cual, si tenemos suerte, podremos trabajar a jornada parcial o en horarios adaptados, dentro de un mercado laboral que no nos ofrece alternativas y que nos expulsa

Cuando resulta, además, que tú lo único que quieres es trabajar. Aunque lo tengas que hacer acompañada de un sufrimiento profundo que se mantiene y se alarga, obstinado, a lo largo de toda una jornada que incluye dolor, agotamiento y trastornos de todo tipo. Y sin que nadie a tu alrededor —en la oficina, en la tienda, en la fábrica— sea mínimamente consciente de por lo que está atravesando su compañera de al lado. Pese a ello y por mucho que se empeñen en repetirte lo contrario, quienes vivimos con estas enfermedades queremos, necesitamos, trabajar. Pero no siempre somos capaces. En las ocasiones en que sí lo conseguimos, lo hacemos desde un sentimiento latente de pérdida y con el miedo bien aferrado a las entrañas. Temiendo una recaída. Sintiendo fugazmente el pánico ante un futuro que ya no somos capaces de vislumbrar con un mínimo de optimismo.

Ubicadas en un presente en el cual, si tenemos suerte, podremos trabajar a jornada parcial o en horarios adaptados, dentro de un mercado laboral que no nos ofrece alternativas y que nos expulsa, abocándonos a la precariedad y a depender económicamente de otros. Teniendo que conformarnos siempre con menos, con muy poco. Resignadas. Dejando morir paulatinamente las ilusiones y expectativas de los inicios y renunciando a desarrollar la carrera profesional que tal vez hubiéramos podido tener si tan solo hubiéramos contado con la ayuda necesaria. Si nuestros derechos como enfermas, como ciudadanas, valieran algo.

Lo que nosotras queremos que se cuente hoy

Partimos del hecho de que enfermedades como la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica o la sensibilidad química múltiple son patologías difíciles de explicar y de entender. En eso estamos de acuerdo.

No solo porque sean ‘invisibles’ (aunque lo correcto sería denominarlas ‘invisibilizadas’) y complejas en su amplia sintomatología, sino porque las repercusiones en cada mujer son tremendamente dispares. Y esto hace que cualquier intento de crónica fiel, especialmente desde un punto de vista íntimo y vivencial, resulte prácticamente una quimera. Incluso para el propio colectivo.

Desde mi punto de vista y tras casi treinta años conviviendo con la fibromialgia, creo que lo que se revela como un factor clave a la hora de intentar explicarnos mejor ante el mundo es la necesidad de desmontar el relato predominante de que estas enfermedades causan, primordialmente, dolor crónico generalizado, cansancio o fatiga. Porque eso es únicamente una parte muy concreta de lo que experimentamos a diario. Un planteamiento demasiado general que no acierta a dibujar, ni siquiera a tratar de esbozar, de qué estamos hablando en realidad.

Probemos con esto: Imagínate vivir con TODO amplificado a tu alrededor. Cualquier sensación interna o externa, cualquier percepción o impresión. Los sonidos, la temperatura, los movimientos, el hambre, los olores (los buenos y los no tan buenos), la sed, el sudor, la respiración, el tacto, los pensamientos… Figúratelo como una sobreestimulación sensorial tenaz sobre tu cuerpo y tu cerebro. Una sobreexcitación en bucle. Machacona e incansable. Desbordante. Imagina que cualquier cosa que hagas, por nimia y ordinaria que sea, te acabe provocando en última instancia un malestar. Comer, dormir, respirar, mirar, moverte, tocar…

Piensa como debe ser tener que autocontrolar tus fuerzas a cada segundo. Marcarte límites constantemente, bajo la exigencia de no tensar, sobrecargar o perjudicar tu ya de por sí vulnerable organismo. Hacerlo todo siempre a medio gas, metiendo el freno de mano, sin dejarte llevar nunca por tus impulsos reales, para evitar pagarlo después con un previsible incremento del dolor. Reflexiónalo.

La fibromialgia, como el resto de síndromes de sensibilización central, se produce por una complicada alteración en la que intervienen diferentes sistemas (nervioso, endocrino, inmunológico) que provocan, entre otros, una hipersensibilidad, una activación y una respuesta desmesurada ante diferentes factores del entorno. Respuesta que, además, se mantiene en el tiempo a pesar de la desaparición del estímulo que la ha desencadenado.

Tener fibromialgia lo que en realidad significa es levantarte cada mañana con el cuerpo destrozado por la falta de descanso

He aquí un concepto clave: hipersensibilidad. Porque tener fibromialgia lo que en realidad significa es levantarte cada mañana con el cuerpo destrozado por la falta de descanso. Con las manos y los pies agarrotados, la mandíbula apretada y las cervicales tirantes. Con el pecho oprimido como si te hubieran propinado un puñetazo en las costillas. Despertar después de toda una noche durmiendo a intervalos, dando mil vueltas para tratar de encontrar una postura en la que no duelan la espalda, los glúteos, el cuello, el brazo... Intentando descubrir un hueco en el colchón donde tu cuerpo no se agite de incomodidad. Una noche en la que has tenido que cambiarte varias veces de pijama y ropa interior, porque te has despertado de repente empapada en sudor frío. Empezar el día con el recuerdo todavía vivo de las pesadillas vividas las horas previas. Porque dormir significa adentrarse en un pozo oscuro en el que solo existen la angustia y aceleración.

Terminología médica relacionada: trastorno del sueño, sueño no reparador (consecuencias: no regeneración muscular y aumento de las contracturas; rigidez y fatiga matutinas; afectación en la memoria, el estrés o la depresión; incidencia mayor en posibles problemas de salud, como la diabetes, la obesidad o los trastornos cardiovasculares)

Sentir tu cuerpo, cada parte y cada milímetro, a todas horas. Una conciencia permanente y absoluta, percibida a través de múltiples sensaciones: picor, escozor, pesantez, ardor, punzadas, temblor, palpitaciones, hormigueo…

Terminología médica relacionada: hipersensibilidad, hiperalgesia, alodinia, dolor crónico, sistema nociceptivo hipersensibilizado

Ser agredida constantemente por aquello que te rodea: los ruidos, la luz artificial, los olores (perfumes, ambientadores...), el aire acondicionado, los productos químicos, los cambios atmosféricos y de temperatura..., como si te golpearan con un martillo, haciéndote sentir débil e incapaz en cuestión de segundos. Te mareas, notas una opresión en el pecho, aparece el dolor de cabeza, empiezas a sudar...

Terminología médica relacionada: sensibilidad química y ambiental, fotofobia

Comprobar como tu mente se va ralentizando. No encontrar las palabras. Darte cuenta de que tus capacidades de concentración y memoria se deterioran por instantes. Tener que escuchar antes de cumplir los 35 como un especialista vaticina que “en unos años no podrás trabajar, porque no serás capaz de retener informaciones de ningún tipo”.

Terminología médica relacionada: fibrofog (fibro-niebla), deterioro cognitivo, problemas de concentración, memoria y lenguaje 

Vivir con miedo las 24 horas del día a causa del mal funcionamiento de tu sistema nervioso central. Constantemente alerta, preocupada y siempre ansiosa.

Terminología médica relacionada: hipervigilancia del sistema nervioso, alteraciones del estado anímico, estrés, ansiedad

A esto, súmale: síndrome del intestino irritable, migrañas y dolor de cabeza, pitidos en las orejas, bruxismo, cistitis intersticial, costocondritis, desequilibrio o inestabilidad, disfagia, dismenorrea, disminución de la agudeza auditiva, disnea, fenómeno de Raynaud, hiperhidrosis, inflamación de ganglios, palpitaciones o ritmo cardíaco irregular y rápido, parestesias, problemas de tiroides, problemas oculares, prolapso de la válvula mitral, rampas y espasmos nocturnos, sensibilidad dental, sequedad de mucosas, síndrome de la vejiga irritable, síndrome de las piernas inquietas, trastorno de la articulación temporo-mandibular, vértigos, vulvodinia, vaginismo, dispareunia. Entre otros.

Lo que necesitamos que se entienda de una vez por todas

Todavía no hemos terminado. Porque hoy es nuestro día y vamos a intentar explicarlo todo lo mejor posible.

Lo que de verdad representa padecer alguna de estas enfermedades es: Soportar una serie de heterogéneas dificultades a la hora de mantener una rutina cotidiana normal: ir al supermercado —los olores, el aire acondicionado, la luz artificial demasiado fuerte, no poder acarrear peso—; moverte en metro o autobús —te mareas y sientes náuseas, no aguantas mucho rato seguido de pie, pero nadie es consciente de que debería cederte el asiento—; limpiar, cocinar y realizar tareas domésticas —te machacas los brazos y la espalda, te fatigas y contracturas con determinados movimientos repetitivos; no toleras los productos químicos—; cumplir acciones básicas de higiene personal (lavarte los dientes, lavarte y secarte el pelo, extenderte la crema hidratante); atender adecuadamente a tus hijos, familiares enfermos o personas mayores.

Renunciar, o ejecutar con muchos impedimentos, todo tipo de actividades y aficiones: bailar, montar en bici o patinar —no puedes seguir el ritmo, te haces daño en piernas, brazos, rodillas, plantas de los pies...—; ir al cine —no puedes permanecer sentada en la misma postura tanto rato, la pantalla te provoca un intenso dolor en los ojos—; nadar en la piscina —intolerancia al cloro, dolor en todo el cuerpo—; realizar manualidades, pintura, cerámica, costura… —te contracturas cervicales y brazos, te duelen los ojos y la cabeza, te agotas cada dos por tres—; leer —no puedes utilizar el e-book por tu sensibilidad a la luz artificial; no puedes leer en papel si el libro pesa demasiado...—; utilizar el móvil más de 5 minutos seguidos —neuralgias oculares, migrañas…—; viajar —descansas todavía peor cuando duermes fuera de casa, te mareas en coche o autobús, te angustias a la hora de coger un avión, dependiendo de las condiciones climáticas o atmosféricas –altitud, etc.- tu cuerpo se trastoca totalmente...—; acudir a manifestaciones, conciertos o festivales; ir a la discoteca o salir de noche hasta tarde; hacer un voluntariado internacional.

Comprarte la ropa en función de factores surrealistas como su peso; no poder usar gafas ni lentillas; no dejarte el pelo largo porque ya no puedes sostener el secador o la plancha; abrocharte y desabrocharte veinte veces los zapatos, porque te aprietan en cualquier posición; no encontrar nunca ningún calcetín que no te irrite; que las mantas y edredones pesen siempre demasiado y te causen dolor en todo el cuerpo; ducharte y que la piel te pique durante horas por el simple contacto con el agua; tener siempre dolor de estómago porque prácticamente todo lo que ingieres te sienta mal. Etcétera.

La enfermedad marca la pauta y tú te vas adaptando a ella de la mejor manera que puedes. Casi sin darte cuenta, vas construyéndote gradualmente una especie de personalidad ficticia

Tener fibromialgia es, efectivamente, vivir al ritmo que te marca la enfermedad. Renunciar a deseos, ilusiones y planes de futuro en favor de la incertidumbre absoluta. No saber nunca si hoy será o no un buen día e incluso si dentro del mismo día no se producirán variaciones brutales en el umbral del dolor. La enfermedad marca la pauta y tú te vas adaptando a ella de la mejor manera que puedes. Casi sin darte cuenta, vas construyéndote gradualmente una especie de personalidad ficticia que te sirva para hacer vida normal y presentarte ante los demás. 

Una personalidad que no es más que una respuesta adaptativa al dolor, al sufrimiento profundo. Que, en cualquier caso, no eres tú. Porque como reseña Grela Bravo en su libro Sobrevivir al dolor: “El dolor modifica la relación de tu ego con tu ser. De tu persona con tu cuerpo”. Y esto a la larga tiene muchas consecuencias.

Una última cosa. Tener fibromialgia es una inmensa y gran putada. Después de lo que hemos dicho hasta ahora, no vamos ni siquiera a intentar matizarlo. Pero, como todo en esta vida, también comporta cosas positivas. El propio fenómeno de la hipersensibilidad lleva implícita una predisposición a experimentar emociones intensas de modo frecuente, no tan solo las negativas, como el dolor, el miedo o la ansiedad, sino también aquellas que de un modo u otro dan valor auténtico a la existencia: enamorarse, vincularse a los demás a través de conexiones poderosas, cuidar, ilusionarse… SENTIR en su pleno significado. Y eso es impagable.

Por otro lado, las trabas e injusticias a que somos sometidas desde muy temprano nos obligan, sí o sí, a indagar fuerte en nuestros mecanismos de autoconocimiento y resistencia personal, y a trabajar duro para perfeccionarlos, con el resultado de que lo habitual es que acabemos convirtiéndonos en personas reflexivas, tolerantes y especialmente resilientes.

Finalmente, sufrir una enfermedad de estas características te sirve para aprender a valorar adecuadamente cada momento de bienestar y placer que tienes la oportunidad de atesorar, situándolo en el lugar que se merece. Y eso, como bien sabemos, no es algo que todo el mundo sepa hacer.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Análisis Átomos, tabaco, armamento y fascismo en el Campo Arañuelo
Un análisis de la problemática laboral, ecológica y productiva en Campo Arañuelo, comarca del norte de Cáceres atravesada por múltiples contradicciones.
Opinión
Opinión Trump y la profecía
Cualquiera que haya prestado atención a la historia de la humanidad sabe que siempre se puede ir a peor. Desde hace tiempo es ahí hacia donde vamos.
La vida y ya
La vida y ya Mantas doradas
Denuncian la responsabilidad de los gobiernos y empresas europeas en las muertes de personas que quieren llegar a Europa.
Política
Xosé Manuel Beiras “A esquerda estatal á esquerda do PSOE leva ano e medio dando un recital de apoio ao PP”
O histórico líder nacionalista analiza devagar os erros das coalicións coa esquerda federal e acredita en que o futuro da transformación social está fóra das institucións.
Migración
Migracións Burocracia para os 'refuxiados de segunda': sete rapaces malianos ante o bloqueo do Estado ao pedir asilo
Presos da guerra, chegan a un novo territorio en procura de mellores oportunidades, pero son presos de temporalidades e trámites administrativos, minguando o seu estado anímico e deixándolles estancados nun limbo temporal que os anula como cidadáns.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El Gobierno español permite el tránsito hacia Israel de combustible para aviones de guerra
El movimiento de solidaridad con Palestina acusa al Gobierno español permitir la escala del buque ‘Overseas Santorini’ en Algeciras, prevista para el 30 de julio, con un cargamento de combustible militar con destino a Israel.
Baleares
Baleares Formentera, el paraíso que fue
La más pequeña de las Balears se enfrenta, con una fuerte división interna, a la crisis de la vivienda generada por el turismo.
Juegos olímpicos
Juegos Olímpicos París 2024, del brillo olímpico al reverso de los focos
Comienzan unos Juegos Olímpicos marcados por el fuerte enfoque securitario y la expulsión de miles de personas sin hogar de la ciudad.
O Salto medra contigo
O Salto medra contigo Eles por diñeiro, nós por un futuro mellor: subscríbete ao Salto
Sempre que unha multinacional ou un goberno intentaron cometer un atentado medioambiental no noso territorio estivemos alí para contalo. Puidemos facelo porque a nós sostennos a nosa comunidade, pero queremos chegar máis lonxe e por iso precisámoste.
Bolivia
América Latina Bolivia: la guerra fratricida que está autodestruyendo el proceso de cambio
La transformación de Bolivia iniciada en 2006 con la llegada de Evo Morales al poder se encuentra en uno de sus peores momentos por las luchas entre este histórico líder y el actual presidente y exaliado Luis Arce.

Últimas

Caso Carioca
Caso Carioca O caso Carioca a través dunha migrante explotada sexualmente: indemnización mínima e complot policial
O garda civil Armando aliábase con proxenetas e abusaba sexualmente de mulleres prostituídas facendo uso da súa capacidade para regularizar a súa situación.
Palestina
Genocidio España tratará a 15 niños y niñas palestinas mientras quedan 10.000 pacientes que necesitan evacuación
El director general de la OMS agradece el gesto mientras pide evacuaciones médicas ampliadas, ya que solo 5.000 palestinos y palestinas han sido trasladados desde que comenzara la ofensiva israelí el pasado 7 de octubre.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel declara “terrorista” a la UNRWA y le prohíbe operar en el país
Días después de que Reino Unido reinicie el financiamiento de la agencia de refugiados de la ONU, el Parlamento israelí aprueba tres leyes que prohíben la actividad de esta organización y criminaliza a sus 30.000 trabajadores.
Personas sin hogar
Personas sin hogar Granada sobrepasa los 40 grados sin Centro de Día para las personas sin hogar
La plataforma ‘La calle mata’ exige al Ayuntamiento de Granada y a la Iglesia un Centro de día y comedores para atender durante el verano a las personas sin hogar
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Más de 1.500 kilómetros en bici para reclamar un centro de salud digno
Tras más de 140 manifestaciones, 3.000 reclamaciones entregadas y recurrentes encierros durante cuatro años de lucha, vecinos y vecinas de Abrantes (Madrid) acudirán a la ONU para reclamar su acceso a la sanidad.
Más noticias
Ocupación israelí
Ocupación israelí Palestina y el derecho a la resistencia: tácticas de la resistencia armada palestina
Los ataques del 7 de octubre supusieron un punto de inflexión en el retorno del debate sobre la lucha armada en Palestina, una vía no cerrada de resistencia frente a la ocupación israelí que tiene más de medio siglo de historia.
Violencia machista
Comunidad de Madrid Denuncian “castigos” a las trabajadoras de un centro de atención a víctimas de violencia machista de Madrid
El comité de empresa del centro Ayaan Hirsi Ali, dependiente de la Comunidad de Madrid, vincula la no renovación del contrato de una educadora social con el cambio de empresa licitadora y sus nuevas condiciones laborales.
Venezuela
Elecciones presidenciales Venezuela hacia el 28J: unas elecciones en las que por primera vez en una década cualquier cosa puede pasar
La oposición de derechas concurre sin exclusiones, vetos ni llamadas a la abstención con un candidato de consenso, Edmundo González, que podría arrebatar el poder a Nicolás Maduro.
Trabajo sexual
Ordenanza municipal La Coordinadora Feminista de Cádiz califica de punitivista la ordenanza contra la prostitución de Jerez
La Coordinadora que aglutina a colectivos feministas de toda la provincia denuncia que las medidas que anuncian la erradicación de la prostitución solo aumentan la precariedad y los riesgos.
Turismo
Turistificación La Malvarrosa: de barrio obrero a paraíso turístico
El barrio que toma su nombre de la playa urbana de València vive un proceso de turistificación acelerado mientras el tejido vecinal continúa su lucha para conseguir equipamientos básicos.

Recomendadas

Galicia
Xosé Manuel Beiras “La izquierda estatal a la izquierda del PSOE lleva año y medio dando un recital de apoyo al PP”
El histórico líder nacionalista analiza con calma los errores de las coaliciones con la izquierda federal y confía en que el futuro de la transformación social está fuera de las instituciones.
Arte político
Soledad Urzúa “Utilizar un desecho agrícola para crear obras de arte permite transmitir un mensaje de amor”
Llega a Madrid “Metáfora Vegetal”, una exposición de la artista chilena Soledad Urzúa. Sus obras, creadas armónicamente con colores de óleo y materiales desechados como hojas de maíz, despiertan los sentidos.
El Salto n.75
Revista 75 Activismo feminista contra la gordofobia y la deshumanización
El número de verano de nuestra revista trimestral llega cargado de un poder femenino que intersecciona desde muchos ángulos y que esperemos se reproduzca en vuestras manos.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El teatro de la libertad de Yenín: resistencia a través del arte
Una iniciativa de teatro social en medio de la ocupación y las incursiones armadas israelíes en Cisjordania.