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Opinión
Por qué no iré a vuestro orgullo
The desperate ones don't disappear
Ezra Furman, Come Close, https://www.youtube.com/watch?v=hEegYQsLwrU
Sí, nosotres, les desesperades, no vamos a desaparecer, como canta la cantante trans Ezra Furman en Come Close. Y, vuestros arcoíris, vuestros carnavales del Orgullo (ya no tiene sentido llamarlo “marcha” o “manifestación”. Es un carnaval), no nos ayudan nada. Me sobran vuestras banderas brillantes de arcoíris. Me sobra vuestro orgullo.
Y no es porque no soy orgullose de ser trans*, de mi cuerpo queer. Es porque no me veo reflejade en vuestro carnaval, mayoritariamente gay, hedonista, alcoholizada, consumista, capacitista. No siento que en este carnaval hay un lugar para mis heridas, y tampoco para mi rabia, de mi neurodivergencia ni hablar.
Orgullo: sin espacio para nuestras heridas
Mis heridas. Soy superviviente de abuso sexual en mi infancia. Pero, ¿dónde hay el espacio en el orgullo para hablar de esas heridas? Al contrario, no me siento segure con mis heridas en un carnaval del orgullo, marcado por una hipersexualización y el alcohol. He sufrido contacto físico no deseado (para no decir acoso sexual) en un orgullo antes, y solo me congelé, incapaz de reaccionar, volviendo a mis traumas de los abusos.
Soy asexual. ¿Dónde hay espacio para una visibilidad asexual en el orgullo? Sí, podría ir con una bandera asexual, o con una pancarta, pero en el ambiente hipersexualizado del orgullo, ¿quién notaría la presencia asexual? Y, hay mucha ACE-fobia en la comunidad LGBTI (omito conscientemente la ‘Q’ y la ‘A’, como lo hacen casi todos los colectivos). ¿No nos entendéis, o sí? Pero, soy orgullosamente asexual y arromántique, y me sobran el sexo y las relaciones románticas-sexuales. Mi forma de relacionarme es diferente, intento construir redes afectivas, redes de anarquía relacional.
Según un estudio en Estados Unidos sobre la prevalencia de experiencias adversas en la infancia (ACE en inglés) en adultos heterosexuales y homo- o bisexuales, entre las personas adultas heterosexuales, el 64% experimentó al menos una experiencia adversa en la infancia y el 26%, tres o más. Entre las personas adultas pertenecientes a minorías sexuales, el 83% experimentó al menos una experiencia adversa y el 52%, tres o más.
Según un estudio las personas LGBQ experimentaron un mayor número de días de mala salud mental por mes con respecto a las heterosexuales
Por ejemplo, de les adultes heterosexuales, 13% sufrieron abuso sexual en su infancia, entre les homosexuales 30%, más que el doble. De les heterosexuales, 33% sufrieron abuso psicológico, entre les homosexuales 57%. Entre les heterosexuales 24% sufrieron abuso físico, entre les homosexuales 40%.
Según el estudio, “les investigadores encontraron que las personas LGBQ experimentaron un mayor número de días de mala salud mental por mes, independientemente de la prevalencia de una experiencia adversa en comparación con sus pares heterosexuales. Por ejemplo, las personas LGBQ que experimentaron una o más ACE reportaron 10 días de mala salud mental al mes, en comparación con cinco días al mes entre las personas heterosexuales.” ¿Qué hay que celebrar?
Según otra investigación de la ONG estadounidense FORGE, casi 50% de les adultes trans sufrieron abuso sexual en su infancia. Y, ¿dónde se habla de esta realidad? ¿Dónde están los servicios especializados para supervivientes trans? Ni los hay en la salud pública, ni las hay por las colectivas LGBTI. Ni se habla de esta realidad. ¿Qué hay que celebrar?
La cantante trans Ezra Furman dijo en una entrevista: “Siento que, por muy poderosas que hayan sido en el pasado las expresiones de Orgullo, muchas de ellas me han dejado un poco fría… por el hecho de que parecían muy felices, muy de desfile, ¿sabes? Y yo pensaba ´así no es como me siento yo´. No solía ir a desfiles del Orgullo porque no me sentía incluida ahí. Y parte de eso será por ser trans, claro, pero sobre todo es porque me sentía fuera de lugar. (...)
Espero que con mi música haya conseguido hacerlo de forma que más gente se sienta incluida, más gente que se sentía como yo, que es… más herida, quizás. Más dañada. Con más desesperación en ocasiones. Con más violencia. Y, a la vez, con solidaridad y ganas de mejorar las cosas. Espero que todo eso se sienta, y que especialmente mis fans queer lo sientan.”
Entiendo muy bien a Ezra Furman, me siento reflejade en sus palabras. Y también siento y busco la solidaridad trans, no-binaria y queer – pero no en un carnaval del Orgullo.
Un carnaval del capitalismo y turismo rosa
Más allá de que no encuentro espacio para mis heridas y mi rabia en vuestro Orgullo, el Orgullo más bien se ha convertido en un carnaval del capitalismo rosa, una oportunidad para el pinkwashing de empresas capitalistas. En Sevilla, participa Airbus – que en Sevilla es Airbus Militar – en el Orgullo, o Amazon, empresa conocida por sus políticas contra la organización de sus trabajadores en sindicatos. Este año, el Ayuntamiento de Sevilla – gobernado por el PP —promueve el Orgullo corporativo con un evento que incluye a representantes de empresas como Airbus, Heineken (quizás no sorprende por la alcoholización del Orgullo) y Accenture, empresa que también hace negocio en Israel— todos parte de la asociación Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGTBI (REDI). En REDI, encontramos las grandes empresas capitalistas, más allá de Airbus bancas como BBVA y Santander, empresas de energía fósil como Repsol, los grandes multinacionales petroquímicas y farmacéuticas, de seguros, de la aviación (turismo), etc, que usan su participación en REDI para su pinkwashing.
Turismo rosa
El Orgullo también se vende como un gran evento turístico. No solo este año el ayuntamiento de Sevilla presentó el Orgullo en la feria internacional de turismo (FITUR) en Madrid. También lo hizo el ayuntamiento de Bilbao con el Orgullo en esta ciudad. El Orgullo como evento turístico. Tiene sentido. Ya hace una década una investigación del Instituto de Turismo de España (Turespaña) destacaba que el turismo gay aporta un visitante de calidad que gasta un 30% más que el resto. Con esto en mente, la diputación de Barcelona promovió a la ciudad como “destino inclusivo”, también en FITUR. Consecuentemente, Turespaña participó en el WorldPride 2025 en Washington DC (EEUU) “para promover la diversidad y el turismo inclusivo” y “con el objetivo de buscar potenciar la visibilidad de España como referente en turismo LGBTQ+ para el mercado norteamericano”.
Me da asco vuestro Orgullo. Lo que necesitamos es una protesta potente, contra la LGBTIQA+-fobia, contra la cisheteronormatividad
El ayuntamiento de Sevilla también se congratula que la IGLTA Annual Global Convention 2026, el congreso más importante del mundo en materia de turismo LGBTQ+, se celebrará por primera vez en Sevilla del 17 al 21 de noviembre de 2026. Como destaca un artículo en ABC, “el mercado LGBTQ+ representa uno de los segmentos turísticos de mayor crecimiento y valor a nivel global. Antes de la pandemia, el gasto en viajes de este colectivo superaba los 218.000 millones de dólares anuales, y se espera que en 2030 alcance los 568.500 millones.” Y, Sevilla quiere su parte de esta tarta, aunque gobierna el PP apoyado por Vox y se han cortado las subvenciones a colectivas LGBTIQA+ de base en la ciudad.
Contra vuestra homonormatividad
La LGBTIQA+-fobia, y, quizás, especialmente transfobia, está creciendo en España otra vez. Gobiernos de PP y Vox prohíben libros con contenido LGBTIQA+, el gobierno del PP en Madrid ha retirado una parte de la ley trans y LGBTI de esa comunidad, como también ha hecho el gobierno de PP y Vox de la Comunitat Valenciana en mayo de este año. Más allá, hay más discriminación y violencia abierta. Y, ¿dónde está vuestra rabia en vuestro carnaval? ¿Os habéis olvidado de las raíces del Orgullo en los disturbios de Stonewall, liderados por personas trans, racializadas, trabajadoras sexuales?
Me da asco vuestro Orgullo. Lo que necesitamos es una protesta potente, contra la LGBTIQA+-fobia, contra la cisheteronormatividad. Pero, no, los otros 364 días del año, fuera del carnaval del Orgullo, sois orgulloses de ser “normales”, os integráis en esta sociedad cisheteropatriarcal, buscáis vuestra parte de la tarta, olvidándoos de las personas LGBTIQA+ racializadas, de las personas que no quieren vivir vuestra homonormatividad, con vuestro matrimonio igualitario y 1,5 hijes, o no lo pueden, por falta de papeles en este estado racista y colonial.
¡Ya basta! No soy normal, ni quiero serlo. Soy una persona trans no-binaria asexual y arromántica, y para mi esto no es solo una identidad en un mercado libre y neoliberal de identidades, sino una forma de disidencia, disidencia de género y resistencia a la amatonormatividad (incluso a la homoamatonormatividad), a la sexualidad obligatoria.
No iré a vuestro Orgullo. Me da asco. ¡Qué os vais a la mierda con vuestra homonormatividad y vuestro capitalismo rosa!