Feminismos
La nueva ola de feminismo global: retos y oportunidades

El desafío está en sustituir la acumulación de capital por la vida como eje articulador de la economía que organiza nuestros tiempos, nuestros espacios y maneras de vivir. Y este es un proyecto para toda la humanidad.

Cacerolada de inicio a la huelga feminista del 8M en la Puerta del Sol de Madrid
Cacerolada de inicio a la huelga feminista del 8M en la Puerta del Sol de Madrid.

Estamos viviendo una verdadera Marea Feminista. La reacción activada con la sentencia de la Manada nos habla de una capacidad de reacción brutal que puede frenar la involución de nuestros derechos que siempre parece acecharnos en una Europa asaltada por la ultraderecha. Pero ¿cómo hacemos con esa potencia no solo para protegernos sino para conquistar nuevos derechos? ¿Qué demandas, articuladas desde la diversidad, podrían llevar más lejos nuestras luchas? ¿Nos centramos en demandas de igualdad en lo que ya existe o queremos cambiar el mundo de raíz? ¿El feminismo es un proyecto para las mujeres o de transformación de lo existente? ¿Queremos construir un movimiento sectorial o universal?

Sabemos que no son preguntas nuevas, pero sí que esta coyuntura exige respuestas elaboradas hoy, colectivamente, con los materiales del presente. Aquí planteamos algunas hipótesis:

Un movimiento feminista global

El #NiUnaMenos de las argentinas inauguró un periodo de interpelación feminista de escala internacional. En el centro, la cuestión de los feminicidios. La sensibilidad estaba sembrada y con la convocatoria de la huelga feminista del pasado 8M se promovía una ampliación del foco: de las violencias machistas –feminicidios, violaciones, agresiones y abusos sexuales– a la fuente socioeconómica de producción y reproducción del patriarcado –a la división sexual del trabajo–.

El movimiento feminista sabe que esta división se despliega en el mismo terreno internacional donde se produce la violencia machista y que ambas están relacionadas. Su horizonte de apelación y de organización tiene necesariamente una vocación transfronteriza aunque con todas las dificultades que ello comporta. El horizonte de la lucha será así transnacional, la integración económica mundial y los flujos de migraciones que le acompañan, relacionan lo que sucede aquí con lo que le sucede a muchas otras mujeres en el mundo.

¿Feminismo es anticapitalismo?

Cuando el feminismo pone la vida en el centro está impugnando la economía entendida como depredación de los recursos de todos en provecho de la acumulación en manos de unos pocos. Los discursos provenientes del ecofeminismo, en especial, revelan la mistificación del progreso o del desarrollo imparable y a toda costa, que supuestamente nos conducirán a un mañana mejor. Vivimos tiempos de un «progreso» que no asegura el bien común y que ya ni siquiera aspira a él.

Apenas sorprende por eso que sean los movimientos feministas –y las mujeres en general– uno de los agentes políticos más activos en las luchas por la tierra, la soberanía alimentaria, la vivienda, los cuidados. Llámese crisis de los cuidados o división sexual del trabajo, lo que el feminismo sitúa en el centro es el reconocimiento, reparto y socialización de todos los trabajos que sostienen la vida: desde la crianza a la atención a la enfermedad, pasando por el acompañamiento a las situaciones de dependencia crónica o transitoria, al fortalecimiento de las redes y lazos que hacen posibles las relaciones humanas en general y las políticas en particular. La apuesta del movimiento feminista es por eso anticapitalista: el desafío está en sustituir la acumulación de capital por la vida como eje articulador de la economía que ahora organiza nuestros tiempos, nuestros espacios y maneras de vivir. Y este es un proyecto para toda la humanidad.

Un movimiento inclusivo, plural y transversal

La relación de dominio patriarcal no entiende de fronteras, ni de etnias —y es transversal a las clases—. El feminismo está mostrando una capacidad para integrar situaciones de opresión específicas.

Hoy, en el contexto de ataque brutal a las condiciones materiales de vida del neoliberalismo, el desafío del feminismo no puede ya estar en la reconstrucción de un sujeto político único. El movimiento se plantea así profundizar en el reconocimiento de todos los proyectos autónomos de acción política, capaces de construir teórica y experiencialmente una política contra las diversas manifestaciones de la opresión patriarcal –en función de la etnia, la religión, la edad, la orientación sexual, la identidad de género o la diversidad funcional–. La consecución de objetivos de conquistas materiales trazados en común pasa por este reconocimiento. La división sexual del trabajo y todas sus declinaciones –feminización de la pobreza y de las tareas de cuidados o de «reproducción»– parece establecer un mínimo común, un enemigo compartido para empezar a caminar juntas.

Algunos peligros de los marcos actuales:

Queremos señalar determinadas modalidades identitarias que, en nombre del feminismo, renuncian a la acción política conjunta en pos de lugares de victimización narcisistas, culpabilizadores y poco productivos políticamente. Todavía queda mucho para hablar sobre ello, resumimos aquí algunas cuestiones.

La primera corresponde a aquellos espacios o grupos que sucumben al "fenómeno" de la denominada violencia de género. En otras palabras, a la banalización que desde los medios de comunicación y desde la política de la representación, reduce el conflicto real –la relación de dominio y explotación estructural que es el patriarcado–, a una cuestión de víctimas y de verdugos, de hombres y mujeres, de violencias machistas únicamente entendidas como agresiones físicas y feminicidios.

La segunda está relacionada con aquellos colectivos o proyectos que anteponen las políticas del ser a las del hacer y prefieren dibujar jerarquías de opresión a acordar objetivos políticos comunes. En palabras de la anglo-india Pratibha Parmar, donde explicaba el declive de los feminismos negros de los años ochenta en Gran Bretaña: «Muchos de estos movimientos se están estancando porque hay un rechazo a reconocer la necesidad de salirse de las formas del ser (de esa acumulación de "ismos" de raza, sexo, clase, discapacidad, etc), e ir hacia las formas del hacer».

Lo que nos queda por conseguir

¿Podría este movimiento —de vocación internacionalista, anticapitalista y de acción política transversal— marcar el camino a una «izquierda» sin proyecto emancipador fuerte y perdida en sus estrategias de Estado? ¿Podría este movimiento generar formas de organización que planteen un conflicto que mejore materialmente nuestras condiciones de vida?

Entramos en una fase decisiva. Tras la demostración de la potencia de la movilización, asistimos a un estado de opinión, a un clima “hegemónico”. ¿Cómo utilizarlo para conquistar nuevos derechos? 

Creemos en la necesidad de componer una agenda plural pero compartida que pueda vincular el núcleo de sus demandas —la cuestión de la reproducción y sostenibilidad de la vida como eje transformador de toda la sociedad— a las luchas en marcha. Las reclamaciones laborales, de los pensionistas, contra la precariedad y por la renta básica son parte del cambio global hacia una sociedad feminista. Como hemos dicho, el principal motor de la movilización es la violencia machista. Pero progresivamente, el foco se está desplazando hacia otra violencia: la precarización del trabajo y de la vida que viene acompañada por la contracción de nuestro –ya de por sí escaso– Estado del bienestar. La dictadura de las finanzas contra la posibilidad de una vida que sea más que mera subsistencia debería ocupar buena parte de los debates y de la agenda de movilización feminista y supone otro de nuestros retos pendientes.

Arquivado en: Feminismos
Sobre o blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Música
Música Un decálogo para acabar con la discriminación de las mujeres en la industria musical
La asociación Mujeres de la Industria de la Música lanza un manifiesto con diez medidas para combatir la desigualdad que sufren las trabajadoras del sector, tanto artistas como el resto de profesionales.
Opinión
Opinión La liberación según Margaret Thatcher
El debate sobre el velo no es un debate sobre el velo sino un ejercicio de poder, un abuso del mismo, una demostración de quién manda aquí, de quién tiene derecho a opinar sobre todo y quién no tiene derecho a hablar.
#19020
19/6/2018 18:50

MARXISMO Y FEMINISMO: UNA PERSPRCTIVA HISTORICA
No obstante, el feminismo interseccional tiene dos corrientes principales: la materialista, que postula que el género es el nombre que se asigna a las relaciones jerárquicas de poder entre la clase masculina y la femenina; y la liberal (y posmoderna), que entiende el género, al igual que la clase y la raza, como formas de "identidad". Las rupturas y los desacuerdos en la discusión feminista actual solo se pueden entender si se reconoce esta distinción.

Texto completo en: https://www.lahaine.org/marxismo-y-feminismo-una-perspectiva
https://borrokagaraia.wordpress.com/2018/05/24/critica-al-feminismo-en-occidente-anuradha-ghandy/

1
0
Sobre o blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas as entradas
Gasto militar
Industria militar Europa y su alternativa a Trump: aumentar el gasto militar
La Comisión Europea anuncia el aumento del gasto militar en 800.000 millones de euros. "Estamos en una era de rearme”, dice la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen.
Fronteras
Fronteras PSOE y Junts no tienen los números para su acuerdo de gestión policial de la migración en Catalunya
Junts pretende asociar la concesión de permisos al conocimiento del catalán, algo que no aparece explícitamente en el acuerdo. El entendimiento para la cesión de competencias en materia de fronteras tiene por delante un tortuoso recorrido.
Represión
Policía infiltrada La ‘Directa’ destapa a una policía infiltrada en el movimiento por Palestina y la izquierda independentista
La agente actuaba bajo la identidad falsa de Belén Hammad Gómez y llegó a utilizar su DNI falso para inscribirse en un equipo de fútbol sala y realizar una formación con Novact.

Últimas

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
Medios públicos A TVG, condenada a rectificar por difundir unha información falsa sobre o BNG
A xustiza condena tamén ao director do ente público, Alfonso Sánchez Izquierdo, pola nova onde se afirmaba erradamente que o BNG non enviara representantes a un evento organizado pola Xunta e mais a Fundación Castelao para dar inicio ao Ano Castelao.
Arte
Arte La reivindicación de María Magdalena como acto político, poético y social de la artista Marina Vargas
‘Revelaciones’ es la exposición más grande de la artista granadina Marina Vargas, una de las representantes más relevantes del arte español, que combate la invisibilidad de las mujeres.
Opinión
Opinión La liberación según Margaret Thatcher
El debate sobre el velo no es un debate sobre el velo sino un ejercicio de poder, un abuso del mismo, una demostración de quién manda aquí, de quién tiene derecho a opinar sobre todo y quién no tiene derecho a hablar.
Más noticias
Opinión
Defensa del territorio La indefensión ante el caos de un territorio en lucha
Araba enfrenta la tormenta perfecta de las renovables con un modelo que prioriza el beneficio económico sobre la sostenibilidad y el bienestar de sus habitantes.
Gasto militar
Gasto militar Trump no reconoce el esfuerzo en gasto militar que sí han hecho Europa y Canadá
Los socios europeos de la OTAN y Canadá no han dejado de elevar su gasto militar, gastando ahora un 70% más que hace una década.
República Democrática del Congo
África Claves para entender la guerra en la República Democrática del Congo, más allá de sus recursos
El análisis de este conflicto se ha centrado en la avaricia de estos actores armados ante las riquezas congolesas, obviando e invisibilizando el resto de cuestiones en la génesis de este complejo conflicto.
Desempleo
Paro registrado El paro baja hasta 2,59 millones de personas, la menor cifra para febrero en 17 años
Servicios, construcción e industria son los sectores que más altas registraron en un mes en el que se afianza la contratación indefinida: ya son de este tipo el 44% de los nuevos contratos.

Recomendadas

Urbanismo
Urbanismo salvaxe Un pobo contra o asfalto: Bembrive e Mos rebélanse contra unha autovía que arrasará o seu pulmón verde
Veciñas e veciños conseguen presentar 25.000 alegacións contra unha estrutura de dez quilómetros, defendida xa só polo PSOE en Madrid e en Galiza, que partirá en dous unha poboación enteira e forzará a expropiación de decenas de vivendas.
Culturas
Sandra Cendal “No miramos lo que hacen las grandes editoriales porque no jugamos en esa liga”
La editora de Continta me tienes habla de los diez años de la colección ‘(h)amor’, de consolidarse como editorial desde los márgenes y del “tsunami” que viene de la mano del fascismo.
Música
Jaume Sisa “Llegar a ser tú la obra de arte es el ideal más bello que pueda existir”
Asegura que hace mucho tiempo que decidió no celebrar nada, pero el cantautor galáctico Jaume Sisa está de cumpleaños: su disco ‘Qualsevol nit pot sortir el sol’ ha alcanzado el medio siglo.
Mozambique
Neocolonialismo La expansión del eucalipto en Mozambique para la papelera europea
VV.AA.
La creciente demanda de celulosa en Europa está dando lugar a nuevos mercados y a la expansión de las plantaciones de eucalipto en Mozambique. Pero algunas comunidades rurales ahora quieren recuperar la tierra que han perdido.