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Palestina
Antidisturbios, un arma y dos detenidas: el día en que la Complutense invitó a la embajadora de Israel
El miércoles 8 de febrero, en el marco de las jornadas “Los Acuerdos de Oslo: una conmemoración”, el departamento de Lingüística General, Estudios Árabes, Hebreos, Vascos y del Asia Oriental perteneciente a la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid, invitaba a la embajadora del Estado de Israel, Rodica Radian-Gordon, a aportar la perspectiva de su país de los mencionados acuerdos, de los que este año se cumplen tres décadas.
La visita de la representante del Estado de Israel, cuyo ejército dejó un saldo de 35 palestinos asesinados solo en enero, siendo el mes más mortífero para la población palestina desde 2015, tras un sangriento 2022 en el que murieron 170 palestinos a manos de Israel y se profundizó en la expansión de asentamientos y las políticas de apartheid, provocó la indignación de colectivos de estudiantes y en defensa del pueblo palestino, que convocaron una acción de protesta en el exterior de la facultad, mientras habían previsto una acción durante el encuentro para boicotear la intervención de la diplomática.
La iniciativa de quienes protestaban fue confrontada por policía y el servicio de seguridad de la universidad. Los colectivos participantes denuncian asimismo que un sujeto con una pistola o arma taser apuntó a varias personas ante la puerta del salón de actos donde se celebraba el encuentro, como puede verse en vídeos facilitados por los participantes. Asimismo, señalan que decenas de policías antidisturbios entraron en la universidad, identificando a manifestantes, y llevándose detenidas a dos activistas.
Denuncian asimismo que un sujeto con una pistola o arma taser apuntó a varias personas ante la puerta del salón de actos donde se celebraba el encuentro, como puede verse en vídeos facilitados por los participantes
La acción del miércoles se había decidido previamente en una asamblea realizada días atrás en la que se encontraron organizaciones estudiantiles y de apoyo al pueblo palestino, con el fin de pensar una respuesta común a la invitación de Radian-Gordon. “En un principio pensamos protestar también ante la visita del embajador palestino, Husni Abdel Wahed, que estaba prevista para la jornada anterior, pues lo consideramos un ejercicio de equidistancia”, explican a El Salto desde los colectivos que participaron en la protesta. Finalmente decidieron concentrar sus fuerzas en repudiar la entrada de la embajadora israelí en la facultad.
“Habíamos previsto una concentración en el exterior de la facultad, también se habían adquirido varias entradas para actuar desde dentro del Salón de Actos y boicotear la intervención de la embajadora sionista”. Cuentan desde los colectivos que desde que anunciaran la convocatoria de protesta en las redes, se les intentó disuadir por parte de los convocantes y desde la universidad. Cuando llegaron el miércoles a las 9 ya había policía en los alrededores del edificio, de hecho se les obligó a concentrarse a cierta distancia de la facultad, no permitiéndoles que se acercaran al Salón de Actos donde se desarrollaría el acto.
🛑Hoy, diferentes agrupaciones universitarias hemos acompañado al movimiento palestino para mostrar nuestro rechazo a la charla de la embajadora sionista de Israel.
— A.U. La Chispa💥 (@LaChispaUCM) February 8, 2023
La respuesta de las fuerzas de seguridad no te sorprenderá 🧵👇 pic.twitter.com/6SDFZVBgpz
“Cuando las personas que disponían de entrada intentaron acceder, vimos que se había marcado en rojo a quienes tenían apellidos árabes, o a personas activistas por los derechos palestinos, pensamos que para identificar a estas últimas tuvieron que investigar los nombres”, explica una de las participantes en la protesta, que resultaría detenida durante la acción.
“Llegamos a las 9 y ya había personas de las organizaciones palestinas concentradas”, explica Paula, integrante de la asociación universitaria La Chispa, que esa misma tarde denunció lo sucedido en la facultad por la mañana. “A las 10:30, cuando iba a intervenir la embajadora, se decidió entrar todos”. Cuando las primeras personas llegaron fueron encaradas por un hombre que les apuntó con una pistola, como puede verse en un vídeo que los activistas han facilitado a El Salto. “El arma tiene una pegatina amarilla que nos hizo pensar que podría tratarse de una pistola taser, pero hemos estado investigando y no podemos confirmar si se trataba de este tipo de arma u otro”, narra uno de los participantes. Según el relato de los presentes, el hombre volvió al interior del Salón de actos tras la intervención de otra persona, que identifican como un posible policía secreta.
“Nos parece muy fuerte que una universidad pública ceda a los criterios racistas sionistas y que impidan el acceso a X o Y persona basándose en criterios raciales o políticos. Si quieren prohibir la entrada al público general que se vayan a una sala de conferencias privada”
“En dos minutos había un gran despliegue de antidisturbios, la seguridad privada de la Universidad y bastante seguridad privada”, cuenta Paula. “Ha habido bastante confrontación y nos han rodeado por ambas escaleras. Nos han sacado una a una hasta que hemos decidido salir”. La estudiante cifra en seis los furgones de antidisturbios que intervinieron en la facultad, una vez fuera, explica cómo unos ocho antidisturbios les pusieron contra la pared y procedieron a identificar a los activistas. La policía también se llevó a dos manifestantes detenidas.
“Pasamos unas cinco horas en comisaría, al salir, primero me hicieron firmar una denuncia en la que se me acusaba de desobediencia, resistencia y desacato a la autoridad”. Poco después, tras recibir una llamada de teléfono, el mismo agente añadió un cargo por lesiones leves a la denuncia, cuenta esta integrante. Lo mismo le pasó a la otra detenida, una activista palestina, a la que añadieron a la denuncia original, tanto un cargo por lesiones leves como otro por amenazas. Ambas están en libertad con cargos y su caso está en manos de abogados.
Integrantes de La Chispa, la organización a la que pertenece Paula, se encontraron después con el rector, que les comunicó, según explica la activista, que no sabía nada de la jornada y que la presencia de las UIP —que necesitan de la autorización del rector para entrar en el Campus, se debió a la denuncia de que se había visto a una persona empuñando un arma. Tanto esta estudiante como los otros testigos con los que El Salto ha podido conversar explican que la policía actuó contra los manifestantes, mientras no hay noticias de que se interpelase o retuviese al hombre que mostró la pistola.
Desde La Chispa recalcan “la criminalización de la protesta”, y el “auge represivo que se da de forma cada vez más habitual en nuestras universidades”. En conversación con El Salto, Paula recuerda que es la segunda vez que la policía entra en el campus en pocas semanas, tras la fuerte presencia policial en ocasión del nombramiento de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, como Alumna Ilustre de la Complutense, decisión contestada por un amplio frente de alumnado y profesorado.
Junto a la actuación policial, desde los colectivos denuncian que se impidiese a personas con entrada ingresar en las jornadas. “Nos parece muy fuerte que una universidad pública ceda a los criterios racistas sionistas y que impidan el acceso a X o Y persona basado en criterios raciales o políticos. Si quieren prohibir la entrada al público general que se vayan a una sala de conferencias privada”, expresan en conversación con El Salto. En ese sentido, algunas de las personas a las que se impidió la entrada presentarán una queja formal, explican, así como se pedirán explicaciones sobre quién autorizó la entrada de la policía en la universidad.