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Palestina
La Flotilla de la Libertad acusa a Israel de parar su salida con una nueva maniobra de presión
La justificación es técnica, pero la presión política es clave: cuando se ultimaban los detalles para la salida el viernes 26 de abril de la Flotilla de la Libertad desde Estambul para el transporte de ayuda humanitaria hasta las costas de Gaza, un nuevo impedimento ha puesto en riesgo la misión. El nuevo problema planteado tiene los visos de retrasar e incluso impedir definitivamente la marcha del barco.
La bandera de conveniencia con la que tiene que navegar el barco, que pertenece a Guinea Bissau, ha sido objeto de ese último esfuerzo de Israel para impedir a toda costa lo que consideran un desafío político contra su bloqueo marítimo, en un momento en el que el mundo contempla el genocidio en el que el Estado dirigido por Benjamin Netanyahu ha acabado con más de 34.000 personas en Palestina.
“No esperábamos una inspección de este tipo, pero Guinea Bissau es el país dueño de esa bandera [marítima] y debemos aceptarla”, han reconocido los organizadores
Ann Wright, la referente de la Flotilla lo ha anunciado en la reunión diaria en el Hotel Tugra, centro neurálgico de la Flotilla: “Una nueva situación ha emergido hoy. El Gobierno de Israel ha pedido al de Guinea Bissau que retire la bandera del barco Adkeniz”, ha explicado esta antigua coronel del ejército estadounidense. “No esperábamos una inspección de este tipo, pero Guinea Bissau es el país dueño de esa bandera [marítima] y debemos aceptarla”, han reconocido los organizadores en el salón del Tugra. “Estas presiones son una muestra de que Israel está intimidada políticamente por nosotros”, ha expresado Wright.
Desde la organización se ha recordado que en marzo de este año, el presidente de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló, se reunió con su homólogo israelí, Isaac Herzog, y ambos mostraron su “profunda amistad” al mundo.
El Gobierno de Israel, denuncia Ada Colau, “ha amenazado a la Flotilla desde hace días a través de los medios de comunicación, está llevando a cabo todo tipo de presiones como la que hemos visto hoy”
Un investigador de Guinea Bissau ha estado la tarde del 25 de abril en el buque para realizar una inspección. La inspección puede demorarse, pero desde la organización de la Flotilla no se sabe cuánto puede tardar. Esto pone en peligro la misión. El cansancio y la frustración se acumulan en los hombros de los cientos de personas que esperan componer el pasaje del Adkeniz y el Conscience, los barcos que permanecen en el astillero de un puerto en las proximidades de Estambul.
Más espera en Estambul
“Estamos en la recta final”, han reconocido desde la organización. El impulso es seguir adelante, pero también se apoya cualquier iniciativa similar que pueda partir desde otro puerto en las próximas semanas o meses.
En declaraciones exclusivas a El Salto, la exalcaldesa de Barcelona y líder de Barcelona en Comú, Ada Colau, una de las principales figuras internacionales que tienen previsto zarpar en la Flotilla, denuncia que el Gobierno de Israel “ha amenazado a la Flotilla desde hace días a través de los medios de comunicación, está llevando a cabo todo tipo de presiones como la que hemos visto hoy”. Colau añade que “es muy ruidoso el silencio de los Gobiernos democráticos europeos que consienten y son cómplices de estas amenazas y presiones y de lo que está pasando en Gaza”.
La organización ha pedido al menos dos días más de espera en la ciudad turca. El mensaje es que, pase lo que pase, la Flotilla saldrá, pero la incertidumbre crece y las distintas misiones llegadas de hasta 30 países muestran signos de fatiga. Algunas personas llevan desde el 12 de abril en la ciudad y ya se acumulan cuatro retrasos de las salidas previstas, que deberían haberse producido el 18, el 21 y el 24 de este mes. El coste económico de la estancia es otro de los factores que se suman a la dificultad para seguir adelante después de las presiones aplicadas por el Estado de Israel para atacar a un movimiento compuesto por militantes propalestina y de derechos humanos llegados de distintos países árabes, de América y de casi toda Europa.
“Vamos a no perder la esperanza, tenemos que tener en la mente que Gaza resiste desde hace más de siete meses y nosotros resistiremos”, ha reclamado Ismail Varol, dirigente de la organización religiosa turca IHH, principal soporte de la Flotilla en el país, que es también la que ha recaudado el grueso de la ayuda que quiere enviarse a Gaza junto con el mensaje de solidaridad y apoyo al pueblo de Palestina que quiere trasladar la Flotilla de la Libertad.
Durante la jornada del miércoles y el jueves, se había avanzado en los preparativos de la partida. Los entrenamientos en noviolencia y no resistencia contra un posible asalto israelí se habían cumplimentado por parte de todos los futuros miembros del pasaje y se había entregado la documentación pertinente a las autoridades turcas. No ha habido una negativa oficial de las autoridades turcas, aunque no se descarta que estas se hubieran podido producir en el momento de la salida.
El plan pasaba por esperar la cita y la hora en la que la comitiva, con un número aproximado de 300 personas y una importante presencia de personas procedentes desde la Península Ibérica, se iba a dirigir a los barcos. Pero este último impedimento puede ser definitivo para muchas de las personas que permanecen desde hace días en Estambul. Como recordaba esta mañana Zohar Chamberlain Regev a El Salto, el impacto político del desafío de la Flotilla ya ha sido elevado. La respuesta de Israel muestra que una pequeña delegación de cientos de personas ha puesto muy nerviosa a un Estado que tiene armas económicas, políticas y militares, para tratar de imponer su ley.