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Partidos políticos
Podemos, después de la “era Iglesias”: adónde va la fuerza que rompió el bipartidismo
“Mi figura está gastada”, admitía Pablo Iglesias al periódico italiano Corriere della Sera cuatro días antes de anunciar su abandono de la política. Esa política que, confesó, lo llegó a “marear” al darle un elixir de poder y centralidad que pocos han tenido a la izquierda del PSOE.
Con sus palabras, así lo ejemplificaba: “Ni siquiera el líder del PC más grande de Occidente, Enrico Berlinger (líder del comunismo italiano) pudo llegar a donde he llegado yo. Un marxista en un gobierno de la Alianza Atlántica… mirar lo que he logrado me marea”. El resultado en Madrid estuvo lejos de lo esperado y fue la señal última de que el tren del liderazgo personalista que lo aguantó todo había llegado a la estación final.
Barajar y dar de nuevo toca ahora al partido bisagra de la España reciente. El que nació con el espíritu del 15M y de “asaltar los cielos” ante un PSOE desprestigiado y un PP con mayoría absoluta. El que llegó a soplarle la nuca a los socialistas en el Congreso en 2016, sumando 71 escaños entre todas las confluencias, a tan solo 14 de diferencia con los de Sánchez. El que logró ganar Catalunya y Euskadi a los nacionalistas en elecciones generales. Y el de los culebrones internos filtrados de forma obscena. Todo junto y en meteóricos siete años.
Ahora se abre un proceso de reflexión y rearmado, obligados por el propio cisma que es la salida de internas. No es una desaparición a la Albert Rivera en 2019. El politólogo vallecano que llegó a la vicepresidencia del Gobierno calculó los movimientos: al estilo Lula da Silva con Dilma Rousseff, designó como su predilecta para la sucesión a la ministra de Trabajo y ya vicepresidenta, Yolanda Díaz, como cabeza visible de Unidas Podemos, la coalición con Izquierda Unida, En Comú Podem y Galicia en Común.
A la dimisión a todo del 4M le siguió la decisión de la Ejecutiva -con el impulso de Igelsias, por supuesto- de elegir a Ione Belarra como candidata a liderar, reorganizar y relanzar la marca Podemos. Algo que deberán refrendar los inscritos en la IV Asamblea Ciudadana, convocada para el próximo 13 de junio y en la que seguramente no haya sorpresas y la diputada por Navarra sea elegida.
Y todo parece indicar que llegará una tercera mujer para dar un renovado envión. Una fuente con un alto cargo partidario dentro de Podemos aseguró a El Salto Diario que muy posiblemente la europarlamentaria y exsenadora por Navarra, Idoia Villanueva, sea la próxima secretaria de Organización del partido, en sustitución del canario Alberto Rodríguez, que dimitió la semana pasada.
Si bien Belarra dijo que no tenía en mente cambiar a la Ejecutiva, la dimisión de Rodríguez a tal vez el cargo orgánico más importante de un partido político por debajo del de líder abrió la posibilidad de una renovación y el nombre que suena más fuerte es el de Villanueva, quien hoy forma parte del grupo La Izquierda en el Parlamento Europeo y es la secretaria de Internacional de Podemos.
Un poco de contexto
El momento en el que Podemos debe repensarse y reconducirse es, como mínimo, peculiar para la izquierda, no sólo en España sino en el mundo. La inestabilidad y liquidez de la política, a caballo de la revolución tecnológica en la industria de la información, no hace fácil a fuerzas con un programa transformador retener votos. Sea por el embate de los medios del establishment o por la poca fidelidad del votante. Hay que recordar que en las autonómicas de Euskadi, Galicia y Madrid buena parte de lo que perdió Podemos con respecto a 2015 fue a parar a Bildu, BNG y Más Madrid.
En España, al igual que en otras latitudes, emerge últimamente una derecha desenfadada, que sin prejuicios y mediante fake news defiende un programa híbrido entre el thatcherismo y el trumpismo. Pero a diferencia de los tiempos de la Dama de Hierro, la economía ha cambiado al mundo del trabajo y las ciudades y eso debilita más a la izquierda.
De eso habla el economista Ignacio Muro en un trabajo publicado por la asociación Economistas Frente a la Crisis. Preguntado por El Salto al respecto, señala que el modelo que ha ganado el 4M es el del PP de Madrid, de “capitalismo rentístico y de servicios” apalancado en un modelo urbanístico al estilo estadounidense.
“De lo que hablamos es en definitiva el sustrato de un comportamiento humano, un modelo que implica una despolitización de las clases populares. No es indistrial, no es un modelo en el que la gente se aproxime, sino que se dispersa. Por ello si la izquierda no da la alternativa (a los votantes), la gente no la encuentra”, explica.
En un momento crítico como el de la pandemia, Muro considera que “la derecha parece que se prestigia y la gente acaba votando a ‘salvadores’, va a un voto conservador. En Leganés Vox tuvo más votos que Podemos, eso significa que los más desesperados, eligieron votar a la ultraderecha. Unos pensaban en tomar las cañas y otros pensaban en servirlas. Ante el mensaje de Ayuso, el voto respondió ‘quiero servir las cañas porque es mi forma de vida’. Esta derecha ha captado a un público dinámico y obrero, no es un modelo mal diseñado, sino inteligente, de captación del voto popular a base de intereses inmediatos”.
El también profesor de la Universidad Carlos III advierte que si hay un cambio de orientación con el nuevo gobierno alemán o en Bruselas, las cosas para los gobiernos progresistas pueden ponerse difíciles. “Si nos hacen pagar la deuda pueden venir épocas durísimas y el PSOE y UP tendrían que hacer un ajuste en impuesto y en gasto y eso no hay quién lo soporte pero no creo porque puede saltar Europa. Esta derecha en España ya se ha cargado a Cs y la izquierda no tiene más remedio que acelerar en las reformas, profundizarlas y ganar apoyos en la periferia de España, más allá de Madrid. No tiene opción Sánchez para derechizarse”.
En este contexto complejo, para el votante ‘podemita’ hay una buena noticia: la Operación Murcia le salió mal al PSOE y no contará con Ciudadanos para ser una muleta. Como dijo a Sánchez el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en la última sesión de control: “A usted le encantaría tener aquí sentados 25 o 30 diputados de Cs, pero no los tiene”. El intento por editar la mayoría de investidura y agregarle una muleta de centroderecha fue un fiasco que acabó empoderando no sólo a Pablo Casado sino a la derecha alternativa que representa el experimento Ayuso.
La perestroika morada
La transición pactada y calibrada por Iglesias y su cúpula fiel en Podemos implica algunos cambios que ven necesarios. El primero fue claramente feminizar al partido, no por dar por asumida la tontería de calificar de machista a su exlíder (un embate de las derechas y de Más Madrid que flaco favor le hace al feminismo real) sino por mostrar una conducción distinta a la de un liderazgo tan alfa, vertical y prolongado como el del exvicepresidente. Con ese objetivo se encumbró a Díaz.
“Debemos generar sosiego y tranquilidad” frente a tanta “ansiedad que genera la política de Twitter”, ha dicho Díaz en su primer discurso frente al grupo parlamentario hace pocos días. Reivindicó la buena política “que es de las pequeñas cosas” y pidió también permitir el debate interno. “Reconozcamos las diferencias, todos somos diferentes y esto es una maravilla”, enfatizó. Además, pidió “tener más iniciativa política”, no acomodarse “nada” y que los legisladores y cargos del partido les llamen “a la puerta” a ella y a Belarra, que no sean las únicas en “hacer propuestas”.
Díaz es una de las claves de la perestroika impulsada por Iglesias porque a sus ojos tiene un camino para construir y le permite sobrevivir a Unidas Podemos a su figura, una de las cuestiones que lo desvelaban, junto con mantener con representación al partido en Madrid y Catalunya, según cuentan desde su entorno más próximo. Ahora, a la exsindicalista gallega le quedan dos años como trampolín para construir su precandidatura (que por ahora nadie ha cuestionado pero debería refrendarse en primarias).
Uno de los desafíos pendientes del partido es poder procesar y digerir mejor las diferencias y que no acabe todo siendo una exhibición de verticalismo interno y filtración en los medios de la disidencia sin un eco interno. Por ejemplo, una de las pocas voces discordantes que quedan entre los miembros destacados de Podemos es Gloria Elizo, nada más ni nada menos que vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados, quien ha lamentado “las prisas” en elegir a una nueva secretaria general.
“Cuanto más crucial es la reflexión y el debate, más rápido se cierran las oportunidades de un proceso renovación de Podemos como el que debe ser la IV Asamblea de Podemos. Volvemos a los mismos errores. Las personas por encima del análisis", fustigó Elizo desde Twitter. Un ejemplo más de una carencia de voces discordantes en el Consejo Ciudadano Estatal de la formación, ocupado íntegramente por dirigentes absolutamente encuadrados con Iglesias, como Irene Montero, Pablo Echenique, Isa Serra, Rafa Mayoral, Nacho Álvarez, Noelia Vera, Sofía Castañón y el hasta hace unos días secretario de Organización, Alberto Rodríguez.
La cúpula de Podemos ya ha quedado sin ninguno de sus cofundadores iniciales. Uno de ellos es el influyente politólogo Juan Carlos Monedero, que si bien no es parte orgánica del partido, se mantiene muy próximo sin rehuir a la crítica y es amigo de Iglesias. En conversación con El Salto, asegura tener una “mirada optimista” y que se “abre una etapa luminosa”.
“La salida de Iglesias de la vicepresidencia y del partido es algo muy 15M, es una señal clara que no había fijación a los cargos”, señala, y recuerda que algo que los morados ya han aprendido “es que nunca se hace nada realmente importante si no se sufre alguna derrota, y son las derrotas las que ayudan a orientar el rumbo; esta conjunción de los poderes de España para hacerle bullying a Iglesias y a Podemos ayuda a analizar lo que tiene de derrota esta salida y encontrar nuevos rumbos”.
Monedero no lo duda. El nuevo camino para Podemos debe ser “con más horizontalidad, más coralidad, más feminismo, menos verticalidad, más necesidad de cuidados, mayor encuentro con las bases y menos acuerdos cupulares”. “Al triple mandato que tenía Podemos al iniciarse hace siete años, que era gobernar para sacar al PP, poner políticas diferentes y construir un partido en movimiento, ha hecho las dos primeras. La tercera el resultado ha sido mejorable”.
“Militar en cualquier causa no es irte a Disneylandia y los partidos no pueden ser solo espacios de confrontación. Podemos tiene que revisar cosas que han sido nefastas. ¿Cómo es posible que algo positivo como las primarias se conviertan en fuentes de conflicto?”, añade, haciendo alusión a la famosa grieta abierta entre ‘pablistas’ y ‘errejonistas’ con Vistalegre II.
Tras siete años “vertiginosos”, Monedero afirma que “se abren oportunidades que antes estaban poco transitadas, como sustituir un liderazgo fuerte por algo mas coral, la derrota que es la salida de Iglesias no se puede solventar haciendo lo mismo”, y subraya que aún hay asignaturas pendientes: “No se ha prestado tanta atención a la construcción del partido/movimiento”.
“Cuando no pides dinero a los bancos, es más complicado abrir sedes en los pueblos, es verdad, pero en la medida que los cargos institucionales son a la vez los cargos en el partido, es muy difícil. Si estás en Madrid no puedes estar en Galicia al mismo tiempo, por ejemplo. Merecería la pena estudiar el modelo del PNV o el del SPD alemán de Willy Brandt”, opina, en referencia a los esquemas en que la cúpula del partido está disociada de quienes compiten en las elecciones y asumen los cargos.
Algo en este sentido parece estar intentando la cúpula de Podemos, con una aún presunta bicefalia (requiere ser refrendada por las bases) con Díaz y Belarra. Según Monedero, esto obligaría a “diálogos más abiertos y hacer todo más fluido, porque además, los cargos del partido no tienen tiempo de estar viendo a las bases y a los movimientos sociales si a la vez gobiernan”.
La comunicación es otro de los elementos clave no solo para Podemos sino para cualquier fuerza política que quiera ser influyente en estos tiempos. En ese aspecto, Monedero también reitera una recomendación que ya hizo el año pasado en la época de las autonómicas en Galicia y Euskadi: que el partido salga por todo el interior y la periferia a contar en contacto con la gente los beneficios y logros del gobierno de coalición conseguidos gracias a su trabajo. Reconectar con las bases y que no dependa ello solamente del filtro de los grandes medios se apunta como una de las tareas fundamentales.
En cuanto a la cuestión territorial, Belarra tendrá otro reto. El gesto de Rodríguez de dimitir sin que se lo pidan (al menos públicamente) la habilita para empoderar a la esencial Secretaría de Organización del partido, que en su momento ya tuvo a cargo el hoy portavoz Echenique.
La nueva designada, muy probablemente la navarra Idoia Villanueva, lidiará con una organización debilitada en algunos territorios clave como Galicia y Euskadi (en la primera ha desaparecido del Parlamento y en la segunda perdió casi la mitad de los votos) y en otras que arrastran conflictos internos, como Aragón. También en regiones como Asturias o La Rioja por disidencias no se ha logrado conformar la coalición con Izquierda Unida y, sobre todo, se abre un gran interrogante en la comunidad autónoma mas grande del Estado: cómo reforzar el partido en Andalucía y prepararlo para las elecciones del año que viene tras la escisión de Teresa Rodríguez.
Pero más allá del partido, también la sociedad en general, especialmente la que se identifica con una izquierda transformadora, queda una amarga lección de este momento de Podemos. Hasta quienes lo odian aceptan que Iglesias ha muerto políticamente sin arrodillarse ante quienes querían derrotarlo o cambiarlo. Nunca salió de la mira de los fusiles mediáticos porque nunca acabó de ser lo que deseaban.
El peaje que paga él y el partido es altísimo. Desde la cúpula de Podemos lo reivindican filtrando que “se fue cuando quiso y como quiso”. ¿Pero fue tan así? El sistema, aunque no lo haya doblegado, lo ha acorralado hasta la dimisión. No solo Podemos tendría que hacer una reflexión interna. Sino todos los que quieran ser parte de una sociedad libre y democrática deberían pensar qué legado deja Iglesias con su partida y con lo que soportó. Y si que haya ganado el mensaje que quien entre en competición política para transformar el statu quo por vías pacíficas será sistemáticamente destruido es algo con lo que estamos dispuestos a convivir.
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Si, esa es la reflexión. La misma que se desprendía de “Crónicas del estallido” pero nosotros somos una democracia eso no podía pasar. Si, reflexión y no solo de Podemos. Comentarios que sólo desprenden inquinas personales sólo llevan a donde estamos y nada tienen que ver con lo que pretende el artículo.
Como todo en Podemos se trata de que el pueblo reconozca la cara de Idoia en las próximas autonómicas a la Comunidad Foral. El hecho de la separación entre cargos institucionales y cargos orgánicos tan utilizados en el consumo de variedades de los periodistas afines durante más de 2 años, con sus loas al modelo PNV, queda en eso. Loas, loos, loes.
La izquierda, tanto la institucional, como la de base, tiene que abandonar las trincheras de la resistencia y arriesgarse a salir para construir un mundo nuevo.
¿Qué puede salir mal con Ione Belarra de secretaria general e Idoia Villanueva de secretaria de organización?
Antes era Secretaria de ORGANIZACIÓN. En 2017 Idoia Villanueva (1980), INGENIERA INFORMÁTICA (UPV), fue elegida por IGLESIAS, como ""Secretaria de COORDINACIÓN EJECUTIVA del CONSEJO de Podemos, SUSTITUYENDO A LA 'ERREJONISTA' Àngela Ballester, que se mantiene en el Consejo Ciudadano pero no en la Ejecutiva.""
No sé, a mi me vale. Si tu fueras de Podemos y/o conocieras a alguien mejor en el partido, lo habrias dicho, pero te has quedado en decir que no sirve para el puesto, sin un por qué, ni quien mejor. Por favor, mas calidad en los comentarios, los comentarios rápidos, descalificaticos, sin aportar información, ni razón alguna, no aportan nada mas que aumento del ego y de la polarización.
https://www.20minutos.es/noticia/2963996/0/idoia-villanueva-integra-nueva-ejecutiva-podemos-como-secretaria-coordinacion-ejecutiva-consejo/
Zapatero llego al Gobierno en unas elecciones donde solo se hablo de la guerra de Irak que gestiono Aznar,Ayuso ha consolidado su mayoria en unas elecciones donde solo se hablo de restricciones en la pandemia que Sanchez personalizo desde el principio,en ambos casos la opcion fue la misma,la opcion salida....,Zapatero mantuvo tropas en Afganistan y Ayuso seguira al pairo en la pandemia...la Historia se repite como farsa...
Claro. Y es igual moralmente, los muertos por una guerra motivada por nada, que unas restricciones para evitar muertes por un virus...
De verdad. Que nivel... Vamos directos a la mierda....