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Podemos
El escenario que queda después de la ruptura de Anticapitalistas y Podemos
La desafección entre los grupos políticos que representan Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez ha desembocado en una ruptura previsible. Anticapitalistas anuncia un tiempo de reflexión para crear un espacio de oposición al PSOE, y Podemos afronta una asamblea clave para reubicarse tras el pacto con los socialistas.
El último ciclo electoral no ha sido en balde y la dirección de Podemos, que logró sobrevivir al anuncio de su funeral, comienza a hacer recuento de daños colaterales después del éxito de su hipótesis de trabajo. En la proyección pública ya se conocen como “sapos” las contradicciones que ya está afrontando el partido por su participación en el Gobierno: la sentencia de Estrasburgo sobre devoluciones en caliente o la negativa de Justicia a permitir la declaración de Rodolfo Martín Villa sobre los crímenes del Franquismo han sido las primeras píldoras amargas. Pero las consecuencias en el nivel interno son más duraderas; el jueves pasado, Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias anunciaban la ruptura de Anticapitalistas con el partido que ayudó a formar. La razón política tras el “hasta luego” es la entrada de Podemos en el Ejecutivo. Un Gobierno de coalición que, abundan desde Anticapitalistas, se produce de manera acrítica. En una entrevista publicada el fin de semana en Público, Rodríguez se refería a la decisión de ser “el lobby de izquierdas del PSOE” o “la alternativa” a los socialistas. Una vez definida la opción tomada por la mayoría del partido, avalada en noviembre por un 97% de los inscritos, Anticapitalistas solo podía salir de la organización.
Daniel Ripa es secretario general de Podemos en Asturias, una de las federaciones que, desde el nacimiento del partido, se ha situado en más ocasiones en posiciones divergentes a las de la dirección. Bajo su punto de vista, la noticia de la salida de Anticapitalistas se ve con tristeza, constatado el hecho de que Teresa Rodríguez, con un peso ético indiscutible en el partido, “es el principal referente feminista de Podemos, junto con Irene Montero y —en otro nivel— Ada Colau”. La salida de Anticapitalistas “estrecha el espacio político” dentro de Podemos, aunque es comprensible, indica, si se entiende que hay “una discrepancia política que tiene mala solución”.
Anticapitalistas se distanció pronto del proyecto de gobierno de coalición, objetivo principal de Pablo Iglesias de cara a las elecciones de abril de 2019. La decisión de esta corriente del partido fue impopular no solo dentro de él sino también hacia fuera: la alerta antifascista creada desde diciembre de 2018 con la irrupción de Vox en la arena política deja poco espacio para los matices en el campo político “de la izquierda”. La fase de “absorción”, como la ha definido el sociólogo Emmanuel Rodríguez, partía de un punto de arranque muy distinto del que dio lugar a Podemos: antes que la enmienda a la totalidad del régimen, la coalición ha apostado por explorar cuáles son las posibilidades de cambiar “algunas cosas que afectan a la vida de la gente” —como explicó Iglesias durante las campañas electorales— dentro del Gobierno.
La subida del salario mínimo interprofesional a 950 euros es el primer blasón que el partido morado muestra como prueba de que sí se podía. Sin tratar de empañar esa medida, Rodríguez mostraba este fin de semana, no obstante, su escepticismo a que se puedan “cumplir promesas” estando bajo el mandato financiero de Bruselas: “Nosotros creemos que es posible un cambio más profundo”, subrayaba.
Salario mínimo
Subida del SMI: un acuerdo suficiente si estuviéramos en 2015, dicen algunos sindicatos
El acuerdo para la subida del SMI no ha gustado en el sindicalismo vasco y gallego por quedarse corto, pero hay algo más: una desconfianza a que la recuperación del diálogo social no sea tan positivo para la mayoría trabajadora.
La impopularidad de Casandra
Para Ripa, Anticapitalistas “ha defendido posiciones impopulares entre el electorado de Podemos, y una parte han podido percibirlos como agoreros al no haber dado margen de tiempo al nuevo ejecutivo... Es posible que estar en el gobierno salga mal, pero no se entendería no intentarlo tal y como se han dado los últimos años donde el régimen ha hecho todo lo posible por impedir la entrada de Podemos en el gobierno”.
En conversación con El Salto, Raúl Camargo, portavoz de Anticapistalistas, recuerda que no es la primera vez que el espacio en el que participa ha sido calificado de “cenizo” por criticar un pacto como el de la coalición: “Cuando se firmó el acuerdo PSOE-Izquierda Unida en Andalucía también fuimos muy críticos y se nos calificó con esos adjetivos gruesos… Al cabo de los años, prácticamente todo lo que decíamos se cumplió”. Camargo profundiza en esa idea al recordar que las fuerzas pequeñas de los pactos de coalición han acabado “sistemáticamente vapuleadas” tras sus periodos en el Gobierno, tanto en Andalucía como Castilla-La Mancha como en Francia o Italia, el gran ejemplo atemorizante de la izquierda española.
La presencia de Nadia Calviño o Arancha González Laya en el Gabinete como pilotas del puente aéreo Moncloa-Bruselas da argumentos a Camargo para rechazar un acuerdo pese al consenso que ha podido generar: “Tenemos en cuenta cuál es la opinión mayoritaria, pero tampoco creemos que adaptarnos al sentido común dominante sea la receta para conseguir transformaciones potentes”. Frente a lo que define como el proyecto “eurocomunista” de la confluencia, Camargo defiende una apuesta “que viene de lejos” como la de Anticapitalistas, y piensa que el tiempo dirá “dónde está cada cual”.
Camargo confirma que este periodo de reflexión puede significar que Anticapitalistas decida no concurrir a los procesos electorales inmediatos
Desde Podemos se insiste en que todo acaba de empezar e, igual que el partido asume contradicciones al entrar en coalición, el PSOE también las está asumiendo y, por tanto, el ciclo que comenzó el 7 de enero no es equiparable con otras situaciones o gobiernos de coalición. “Llevar al PSOE más allá de lo que le gustaría” en materia social se traduce en actos como el encuentro de Sánchez con el aun presidente de la Generalitat, Quim Torra del 6 de febrero y en la apertura de un escenario imprevisible dado también por las corrientes de fondo que están dibujando un nuevo mapa político a futuros: la manifestación de este sábado en León contra el abandono de la provincia y la consolidación del “factor Teruel” en la política no permite, según explican desde el partido, parangonar la situación a otros experimentos de coalición del pasado.
Pasar página
Una vez consumada la ruptura, queda repasar la agenda. En marzo, Podemos celebrará su tercer Congreso, esta vez en Leganés. Es el primer encuentro sin Anticapitalistas y sin los representantes de la fracción representada por Íñigo Errejón —hoy encuadrada en Más País/Más Madrid—. El plan es presentar una apuesta para el próximo ciclo que separe la vía institucional, que desde la organización se reconoce como la vía a la que se ha supeditado todo entre 2014 y 2019, y la organización en clave de partido-movimiento. Una propuesta que hace levantar la ceja de los escépticos y que está encarnada en el proyecto desarrollado hasta ahora por Alberto Rodríguez y Rafael Mayoral, respectivamente secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales y secretario de Organización.Mayoral explica a El Salto que el objetivo estratégico de Leganés será “profundizar en el carácter popular de la organización”. Generar más espacios para la militancia, en forma de asambleas de círculos y aumentar el peso específico de la secretaría de círculos que dirige Ana Marcello, y “el peso de la militancia en el proceso político” es el plan de cara adentro. De cara a “la calle”, se busca una “interlocución con las distintas expresiones del movimiento popular”, indica Mayoral. No desde la cooptación sino desde la facilitación de “conquistas democráticas por parte de las mayorías sociales”. Así, el proyecto pasa por fortalecer a los movimientos acompañando las demandas y presionar para que estas demandas se traduzcan en conquistas, al menos, en los ámbitos en los que intervienen institucionalmente: derechos sociales, igualdad y trabajo.
Vistalegre III —más bien Leganés Uno— supondrá también la consolidación de un partido “3 en uno”, con el frente institucional dirigido por Iglesias y Montero, el parlamentario encabezado por Echenique y el movimientista por Rodríguez y Mayoral. El riesgo, dicen fuentes del partido, que las movilizaciones sigan el modelo asociado históricamente al PCE: que respondan solo a la agenda gubernamental, y frenen los posibles desbordes, anulando así cualquier posibilidad de auto-organización de los sectores en lucha.
El camino de Anticapitalistas
Raúl Camargo aboga por la reflexión ante la nueva etapa que se abre para Anticapitalistas. El 28 de marzo ese espacio político discutirá la línea avanzada por Teresa Rodríguez el pasado jueves y abordará una estrategia futura. En lo táctico, Camargo confirma que este periodo puede significar que Anticapitalistas decida no concurrir a los procesos electorales inmediatos. “Las elecciones no son lo más importante, sino ir trabajando”, señala este exdiputado de la Asamblea de Madrid, para quien el proyecto tiene como próximo hito unas jornadas sobre ecosocialismo que en mayo tratarán de definir más un programa político de largo alcance.
Podemos
Historia de una ruptura
Podemos y Anticapitalistas separan sus caminos. Un vídeo de Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias pone fin a un ciclo.
Anticapitalistas, que ya optó en el pasado por no concurrir a procesos internos de Podemos y aun antes por no participar en procesos electorales, ha mantenido desde las dos derrotas en los Congresos de Vistalegre un “espacio militante apreciable”, resume Camargo, “a pesar de las puñaladas”.
Lo electoral no será una prioridad para la organización —al menos en esta primera fase— y el encuentro con otras “fuerzas del cambio” no queda descartado, como señaló Teresa Rodríguez en el vídeo-ruptura, pero Camargo sigue criticando la organización jerárquica y vertical que funciona en Podemos. Tampoco valora positivamente la idea de Juan Carlos Monedero de lanzar “frentes amplios” en futuros procesos electorales: “Me queda la duda de si Monedero incluye al PSOE en esos frentes amplios”, desliza Camargo, que evita calificar el texto del verso libre más afín a las posiciones duras de la dirección morada. Camargo razona que con Unidas Podemos en el Gobierno será difícil diferenciar los proyectos y puede resultar lógico para la confluencia presentar listas unitarias con los socialistas en el Senado, pero que en cualquier caso “hay que fijarse en el programa y en el proyecto. Si hay acuerdos, por supuesto habrá unidad en los procesos, pero sí tenemos muy claro que en listas conjuntas con el PSOE no vamos a estar”.
un primer test
No parece que eso forme parte ahora de la agenda de Podemos. Después de salvarse por los pelos de ser declarada cadáver, el partido tiene como objetivo número uno formar una ejecutiva confederal que cree una dirección conjunta de trabajo entre las organizaciones que conforman el grupo Unidas Podemos: los comunes catalanes y gallegos, Izquierda Unida, el PCE y el partido morado.Para Mayoral, la realidad es que la confluencia con Izquierda Unida es “irreversible” pero que está se produce bajo otra realidad igualmente rotunda: no va a haber una fusión orgánica
Las dudas de Izquierda Unida en la negociación para la investidura de Sánchez en junio estuvieron cerca de fulminar el proyecto y la lógica indica que la dirección de Podemos impulsará a partir de marzo este nuevo órgano político con la confianza de que PCE e IU lo refrenden en sus conferencias y asambleas de abril y junio. El objetivo es aterrizar la estructura de cara a los procesos electorales y evitar el vodevil que, en el pasado, definió los acercamientos y las rupturas entre fracciones del propio partido y con sus socios prioritarios.
Para Mayoral, la realidad es que la confluencia con Izquierda Unida es “irreversible” pero que está se produce bajo otra realidad igualmente rotunda: no va a haber una fusión orgánica con la coalición de Alberto Garzón. Asimismo, Mayoral expone su convencimiento de que la coordinación con las organizaciones que componen Unidas Podemos debe sobrepasar lo electoral y plasmarse “en una unidad de acción política”.
Simultáneamente, el funcionamiento del partido en el nivel territorial deberá ser revisado en este nuevo periodo. La diferencia de niveles de información y la descoordinación entre la dirección del partido y las direcciones autonómicas se engloba en la crisis territorial que está aflorando al margen de Catalunya y el Procés, y que ha sido determinante en la salida de Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía. Una crisis de soberanías y reconocimiento que no se circunscribe al espacio político de la izquierda, como prueba la negativa de Alberto Núñez Feijóo respecto a los deseos del Partido Popular para Galicia.
Pese a las especificidades de Galicia y Euskadi, las elecciones del próximo mes de abril serán el primer test del espacio político de los Comunes y Podemos tras el acuerdo de Gobierno con el PSOE. Si el partido Alfa de la coalición sigue con su línea ascendente a costa de Podemos, un ascenso interrumpido tras las imprudentes elecciones de noviembre, aumentará el crédito de quienes han visto en la coalición una huida hacia adelante de la dirección del partido.
Aunque Anticapitalistas sale de su periodo en Podemos con un desarrollo territorial similar al que tenía en 2015 —salvo en Madrid donde tuvo su propia crisis en el tumultuoso todos contra todos que tuvo lugar en Ayuntamiento y Asamblea—, un estancamiento en dos territorios propicios para Podemos como Galicia y País Vasco, puede permitir a la organización empujar hacia la ampliación del espacio de ruptura con el PSOE.
Tras las distintas fases de crisis que ha vivido Podemos desde enero de 2019 y la nueva etapa de búsqueda de una voz propia en un Gobierno en el que se entró bajo la promesa de apretar las filas en torno a Pedro Sánchez, la búsqueda de un reencuentro “más pronto que tarde” con Anticapitalistas no parece una prioridad en el medio plazo. Si es que tal cosa como el medio plazo existe a estas alturas de 2020.
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Para no considerar las elecciones lo más importante, bien que han copado todos los escaños de Podemos en Andalucía y, tras la ruptura, no han renunciado a ellos.
Más allá de la ruptura con Anticapitalistas a muchas nos preocupa lo que queda.
Todos los espacios de responsabilidad ocupados por un único pensamiento.
Todos los territorios van en esa vía.
Para este viaje no hacían falta tantas alforjas.
IU ama y señora de Podemos.
Iñigo Errejon, Carolina Bescansa, Luis Alegre, Pablo Bustinduy, Lola Sánchez, Tania Gonzalez......
¿Todos son traidores? ¿En serio?
Algo huele mal en Podemos.
Una auténtica lástima.
"El riesgo, dicen fuentes del partido, que las movilizaciones sigan el modelo asociado históricamente al PCE: que respondan solo a la agenda gubernamental, y frenen los posibles desbordes, anulando así cualquier posibilidad de auto-organización de los sectores en lucha."
Obviamente esto es lo que va a suceder, el cuento de nunca acabar...
Siempre pueden quedar todos en Galapagar que tienen casa de invitados y darse un baño en la piscina este verano
Como los tontos de la derecha que cuando hablan de los problemas del campo salen con Venezuela otros igual remiten siempre la misma idiotez
jajajaaj se nota que a ti no te han invitado a la fiesta en Galapagar