We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Psiquiatría
La psiquiatría es el brazo armado de un estilo de vida
El desencanto fluye entre nosotras con esa tarea de repolitizarlo y por ahí también pasa la tarea de reencantar las luchas sociales.
“La psiquiatría es el brazo armado de un estilo de vida” Así reza la reseña de una noticia sobre el aumento del consumo de psicofármacos en la población española de “Psiquiatrizadxs en lucha”. Recupero la potencia de estas líneas para escribir estas breves palabras sobre psiquiatría y política.
La psiquiatría es política, a nadie que haya leído antes estas palabras deberían sonarle extrañas. A veces voy a coloquios de salud mental y alguien exclama “aquí estamos hablando de salud mental, no de política” pero lo cierto es que siempre que hablamos de salud mental estamos hablando de política. La indiferencia calculada que puebla estas palabras solo sirve a quien tiene el poder de mantener a los desposeídos bajo su bota, no a quien quiere el poder de cambiarlo todo. Abre el paso a la reacción y el odio que se sienten cómodos en la violencia que se ha hecho costumbre. Es solo cuando vemos que florecen los brotes negros en un escenario de lucha abandonado, cuando nos invade una mezcla incendiaria de miedo y rabia.
Ahí está, también, nuestra mejor arma. Una rabia que resquebraja todas las fibras de la credulidad. Nuestros cuerpos, los cuerpos de las atadas, de las sobremedicadas, de las encerradas cuentan historias, murmuran cuentos de batalla y resistencia, son profundamente políticos. A nosotras nos han grabado a sangre y fuego que la psiquiatría es política.
Se nos presentan foros, noticias, artículos de opinión (¡de opinión!) que nos dicen que esos muros que encierran las ilusiones, los deseos, los desvelos, donde confluyen el castigo al dolor y un constante resquebrajamiento de nervios, donde la alegría no brota, sino que huye... no es algo político. Que inflar a ansiolíticos a mi vecina del quinto que tiene una orden de desahucio es nada más que ciencia, también que mi abuela se tome un rivotril antes de la cena de navidad no es porque la institución familiar sea un tentáculo capitalista que asfixia la intimidad, no, es porque tienes un desequilibrio y aquí hemos venido a hacer ciencia. Sin embargo, su hegemonía empieza a desgajarse, el conocimiento profano que habitaba las sombras de las contradicciones cotidianas nos ha hecho repolitizar la tristeza y comprender que el asedio a nuestras vidas es la política de la psiquiatría. Algunas comprendimos que nuestras penas no son más que la política que se hace carne, alma, sufrimiento psíquico.
Se nos dice que inflar a ansiolíticos a la vecina del quinto, que tiene una orden de desahucio, es nada más que ciencia
La psiquiatría es el brazo armado de un estilo de vida, de aquel que nos dice que nuestros problemas son por no se qué de la dopamina en tu cerebro, ¡qué tendrá que ver que trabajes en precario durante jornadas inhumanas y aun así no te de para vivir! qué tendrá que ver que la rapiña se haya hecho costumbre y fluye por el tejido social calando hasta los huesos. La psiquiatría también es el brazo armado de ese estilo de vida que nos deja sin tiempo, que nos lo roba, en el que es imposible generar vínculos con los que afrontar el dolor y desde los que cuidarse de forma horizontal. La saturación del día a día hace imposible levantarse en el campo de batalla sin la cafeína de la mañana y dormir sin el diazepam que por la noche deshaga la madeja de nervios que ha anudado la hostilidad del día a día. Es también el brazo armado que nos obliga a dar más cuando resulta imposible, a sobrevivir cuando la vida se hace oscura y tensa, cuando nos olvidamos de vivir para poder seguir adelante en una vida destinada al crecimiento. Sedimenta sobre esto una vida desencantada, donde no queda más espacio que para la mera resistencia.
Pero el desencanto también fluye entre nosotras con esa tarea de repolitizarlo y por ahí también pasa la tarea de reencantar las luchas. Sabemos que no todos los muros resisten al paso del tiempo, que los desbordaremos tarde o temprano. Que solo hace falta un grupo que lo haga saltar por los aires. Que, de la misma forma que la psiquiatría es su brazo armado, nosotras sabemos que la angustia es peligrosa y, como diría el SPK, no dudaremos en hacer de la enfermedad un arma.
La psiquiatría es el brazo armado de un estilo de vida que nos dice que nuestros problemas son por la dopamina en tu cerebro, ¡qué tendrá que ver que trabajes en precario y aun así no te de para vivir!
Sabemos que aquellos que decían que “la psiquiatría no es política” querían que siguiéramos quemados pero no ardiendo en rabia. Sabíamos que no es que la psiquiatría no fuera política, es que no querían vernos politizadas y contra ellos. Hoy, sin embargo, algunos toman partido por dinero y otras lo hacemos por amor. No quieren que conjuremos, que confabulemos pero seguiremos conspirando en las sombras y organizándonos para que acaben en el basurero de la historia. Ellos siempre crearon su mundo. Ahora el nuestro está en guerra abierta por crear otro mundo en el que no jueguen con nuestras lágrimas.