Renta básica
Un cambio de paradigma para el tercer sector: la libertad y la justicia social son incondicionales

Nos resulta chocante que, incluso dentro del tercer sector, el discurso asistencialista, fiscalizador y paternalista perdure y tenga una gran presencia cuestionando o negando la autonomía de las personas con las que trabajamos por el sólo hecho de estar en situación de pobreza.

Vida Cotidiana Coronavirus Centro Madrid - 2
Una persona en situación de calle bajo el viaducto de la calle Bailén de Madrid. David F. Sabadell

Doctor en Sociología y Trabajador social. Trabaja en una Fundación de salud mental de Barcelona desde hace más de 25 años. Es miembro de la Junta directiva de la Red Renta Básica.

29 abr 2020 07:45

Las personas que firmamos este artículo, activistas por la Renta Básica, trabajamos en lo que se conoce como el “tercer sector” así llamado básicamente porque no es ni la administración pública ni la empresa privada.

Hablamos de aquel conjunto de entidades privadas, formalmente organizadas y sin ánimo de lucro cuyo objetivo es impulsar el reconocimiento y el ejercicio de los derechos sociales individuales y colectivos y lograr la cohesión y la inclusión social. En esta definición podemos encontrar a Cooperativas, Fundaciones, ONGD, Centros de Protección de Menores, Centros Especiales de Empleo o entidades como Cruz Roja o Cáritas, por citar algunas de las grandes.

La importancia de este sector es vital para mucha gente que vive en la pobreza y la exclusión social. No sólo es un sector que ocupa a más de dos millones de personas entre trabajadores y asalariadas y que trabaja con más de siete millones de personas, sino que el trabajo que realiza es fundamental para que el Estado de Bienestar vele por quien más lo necesita.

Estas últimas semanas con la pandemia del covid-19, la propuesta de la renta básica es cada vez más conocida y difundida por ser una solución efectiva y a corto plazo a algunos de los problemas que tienen nuestras sociedades: dar cobertura económica a toda aquella gente que vive en la pobreza y garantizar una protección social, acabando con la incertidumbre económica que azotará a nuestra sociedad, pero detectamos que en este ámbito del tercer sector hay ciertas reticencias y dudas de algunos profesionales a una renta básica  incondicional. Es por ello que queremos poder contribuir y hacer una aportación en defensa de esta medida desde la trinchera del trabajo con estos grupos de población.

Detectamos que en el tercer sector hay reticencias y dudas de algunos profesionales a una renta básica  incondicional. Es por ello que queremos defender esta medida desde la trinchera del trabajo con grupos de población en riesgo de exclusión.

Conocemos una parte muy minúscula de una realidad mucho más amplia, compleja y diversa del llamado tercer sector. Concretamente trabajamos con mujeres en situación de pobreza y de exclusión social, personas diagnosticadas de salud mental que quieren acceder a un empleo en Catalunya y con menores tutelados en Galiza.  Son colectivos de población que forman parte de lo que se conoce en la jerga del sector como “grupos vulnerables” o “población en riesgo de exclusión social.”

Las mujeres como bien es sabido son la mayoría social, 51% de la población, y aún así partimos  de situaciones de desigualdad social, económica, política, cultural... evidente. No sólo la ya conocida brecha salarial con una diferencia salarial de media del 16% y en el caso de las pensionistas de un 35% menos con respecto a los hombres, sino también de dificultades en el acceso al mercado laboral, falta de reconocimiento de los trabajos de cuidado y gran precariedad —y parcialidad— de los trabajos altamente feminizados.

Esta crisis ha evidenciado la centralidad de los trabajos de cuidados, los llamados “trabajos esenciales” que son los que tienen un índice de feminización mayor, más contratos de jornada parcial y salarios más bajos.

Coronavirus
Si el Gobierno es feminista que decrete una renta básica

Comprometerse con la autonomía de las mujeres y la igualdad, pero también con no dejar a nadie atrás ni permitir que la crisis la paguen los de siempre, pasa por blindar el derecho a una base material innegociable. Para que nunca más el acceso a recursos dependa de un jefe, una pareja, o lo que venga publicado en el último BOE.

La realidad de las mujeres en situación de pobreza en esta crisis es diversa: una parte son las trabajadoras pobres, con trabajos precarios para sostener la supervivencia. Por otra, las mujeres con trabajos “informales” sin seguro, sin garantías, que han perdido el trabajo por no poder salir de casa o que han sido detenidas por no poder demostrarlo o bien son internas conviviendo y cuidando personas mayores o con discapacidades, infectadas en muchos casos, a las que en ocasiones ni tan solo se les ha entregado mascarilla y guantes para protegerse. Y no podemos olvidar a las mujeres que ni tan sólo tienen un empleo en el mercado formal, dependientes de ayudas sociales mínimas y con personas a su cargo, que con esta pandemia aún han empeorado su situación.

Trabajamos en la inserción laboral de personas diagnosticadas de trastornos mentales que presentan una tasa de paro de más del 48% según algunos informes. Algunas personas con el certificado de discapacidad acceden con suerte a Centros especiales de empleo que suponen un ámbito separado del mercado laboral común, lo que genera a la larga mayor marginación y no logra la integración pues se convierten en el destino definitivo del trabajador con discapacidad al no ser un instrumento de accesibilidad del empleo protegido al ordinario, pues las tasas de transición nunca superan el 5%. Otras sobreviven como pueden con prestaciones no contributivas, con niveles muy por debajo del umbral de la pobreza.

Otra realidad dura con la que lidiamos es con el desempleo de los menores de 25 años, que en el Reino de España a principios del 2020 era uno de los más altos de Europa con índice superior al 30%.

Cuando nacemos y nos criamos en un hogar con escasos bienes materiales y con ingresos reducidos aumentan las probabilidades de que nos instalemos en la pobreza y nos sea mucho más difícil salir de ella

La pobreza se transmite de manera intergeneracional. Cuando nacemos y nos criamos en un hogar con escasos bienes materiales y con ingresos reducidos aumentan las probabilidades de que nos instalemos en la pobreza y nos sea mucho más difícil salir de ella. Según la OCDE, un niño o niña que nazca hoy en una familia pobre en el Reino de España va a necesitar cuatro generaciones, el equivalente a 120 años, para alcanzar el nivel de renta medio de la sociedad en la que vive. Sin duda, nos debe avergonzar como sociedad que más de dos millones de niños y niñas en el Reino de España vivan en hogares pobres. En el informe FOESSA 2019 podemos ver cómo los que se criaron entre dificultades duplican a los que no crecieron entre penurias. La marca hereditaria de la exclusión continúa limitando las capacidades de la gente menos afortunada. 

La Renta Básica, una herramienta imprescindible para el tercer sector

Desde la perspectiva basada en los derechos humanos y desde un planteamiento político republicano hemos ido avanzando en la comprensión que una protección social como la renta básica incondicional permitiría realizar planes de futuro a muchas personas con un grado de seguridad económica y psicológica de la que ahora carecen. Pero si hablamos de las personas con las que trabajamos a diario, como profesionales del sector social, entonces la propuesta de la Renta Básica emerge con fuerza y cobra mucho sentido, pues podría significar acabar pronto con la situación de pobreza y exclusión social de muchas de estas personas. Son vidas que en muchas ocasiones están bloqueadas, al no poder tomar buenas decisiones, ya que como bien nos explican Mullainathan y Shafir en su recomendable libro Escasez (Fondo de Cultura Económica, 2016) su ancho de banda mental está limitado, al no tener una seguridad psicológica ni una existencia material asegurada, produciéndose en muchas ocasiones malas decisiones y elecciones por no poder razonar bien en situaciones de escasez y tener que funcionar con una “visión de túnel” para su supervivencia.

Tenemos mucho que avanzar en el día a día en este ámbito profesional, pues asistimos con estupefacción a algunos prejuicios y reservas, cuando no a claras objeciones, de compañeros y compañeras respecto a la RB incondicional.  Por poner algún ejemplo recurrente, nos encontramos con comentarios de esta guisa: “Habría que condicionar la renta a algún tipo de compromiso” o tal vez más técnicamente: “Es bueno que la gente suscriba un pacto o un plan de inserción si recibe alguna ayuda”, y no deja de ser chocante que no se hable de los invisibles “trabajos de cuidado” como retorno social. Sorprenden estos planteamientos que no escuchamos cuando hablamos de la sanidad o de la educación pública.

Para los derechos de acceso universal no hay ningún tipo de contraprestación. En cambio, para aquellas personas en situación de pobreza y vulnerabilidad sí se les exige un control muy estricto que vulnera la propia dignidad de la persona

Para los derechos de acceso universal no hay ningún tipo de contraprestación. En cambio, para aquellas personas en situación de pobreza y vulnerabilidad sí se les exige un control muy estricto que vulnera la propia dignidad de la persona. Nos resulta chocante que, incluso dentro de nuestras profesiones, ese discurso asistencialista, fiscalizador y paternalista perdure y tenga una gran presencia cuestionando o negando la autonomía de estas personas, por el sólo hecho de estar en situación de pobreza. 

Creemos además que una parte de nuestra dedicación profesional también sería más efectiva si las personas a las que atendemos tuviesen su existencia material garantizada y no tener que dedicar tantos esfuerzos y energías a la burocracia y al laberinto de ayudas condicionadas e incompatibles con otros ingresos.

Aún así, cada vez son más las trabajadoras y trabajadores de lo social que se posicionan a favor de una Renta Básica Universal, como es el caso reciente de los Colegios de Trabajo Social de Asturias y el de Educadores y Educadoras Sociales de Galicia, pues sin duda necesitamos pensar esta medida como un cambio de paradigma en el tercer sector.  ¡Lo vamos a necesitar!


Carme Porta es responsable de comunicación de la Fundació Surt, feminista y miembro de la Red Renta Básica
Rodri Gil es educador social en un Centro de Protección de Menores en A Coruña. Es miembro del Colectivo Renda Básica da Coruña y de la Red Renta Básica.
Sergi Raventós es trabajador social de una Fundación de salud mental en Barcelona. Es Doctor en Sociología y miembro de la Red Renta Básica.

 


Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Brecha salarial
Extremadura Brecha salarial en Extremadura: los hombres ganan 2.533 euros más que las mujeres
La región mantiene una de las menores brechas salariales de España, pero los hombres aún ganan 2.533€ más al año. Los sindicatos advierten que la igualdad retributiva tardará 20 años en alcanzarse.
El Salto Radio
El Salto Radio Por Justicia Fiscal: Tax the rich
Las Señales de Humo de esta semana nos traen la iniciativa Tax the rich, de la mano de Juan Gimeno Ullastres, catedrático y ex rector de la UNED y portavoz de la Plataforma por la Justicia Fiscal
Desigualdad
Desigualdad La riqueza de los milmillonarios crece en 2024 tres veces más rápido
La desigualdad sigue trepando posiciones con una concentración de riqueza sin precedentes en la historia humana, según el reciente informe de Oxfam ‘El saqueo continúa’.
Tribuna
Tribuna Ladróns de luva branca no Parlamento
As traballadoras e traballadores da CRTVG pagaremos os efectos dunha lei antidemocrática que nos retira algunhas das poucas ferramentas que tiñamos para defendérmonos e esixir respecto pola misión de servizo público que a corporación ten encomendada.
Culturas
Cultura ‘O minuto heroico’ racha co silencio sobre o Opus: “É un documental sobre a vulneración sistemática de dereitos”
Dirixido pola prestixiosa xornalista Mònica Terribas, o documental destaca os testemuños de 13 mulleres que relatan os malos tratos e coaccións sufridos no seo da organización. Falamos con Terribas e Marina Pereda, antiga membro do Obra.
Historia
Descifrando a historia As 4.000 cigarreiras da Coruña: a primeira folga de mulleres na historia de Galiza
O 7 de decembro de 1857, as mulleres da Real Fábrica de Tabacos iniciaron unha revolta polos seus dereitos que fixo historia no imaxinario do sindicalismo galego.
Feminismos
Feminismos As mulleres galegas ocupan o segundo posto de menor retribución por hora de todo o Estado español
A súa precariedade maniféstase na contratación temporal, oportunidades limitadas de promoción e acceso limitado a postos de dirección. A desigualdade estrutural afecta especialmente ás traballadoras do sector primario, onde permanecen invisibles.

Últimas

Badajoz
Derechos laborales Denuncian la privatización y precariedad en la muerte en el piso tutelado en Badajoz
Los sindicatos y consejos profesionales señalan que las subcontrataciones limitan los recursos humanos y materiales, poniendo en riesgo a menores y profesionales.
Pueblo kurdo
Siria Las milicias kurdas firman un acuerdo ambiguo con Damasco en un Estado sirio aún sin definir
Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), lideradas por los kurdos, y el Gobierno de Al Jolani han firmado un acuerdo que promete estabilidad, pero que deja más preguntas que respuestas.
Toledo
Medio ambiente El vecindario de Seseña lucha contra una planta de asfalto que se instalará a 650 metros de sus casas
Tan solo falta un informe de la Junta de Comunidad de Castilla-La Mancha para que se comience a levantar una planta de asfalto cerca de las viviendas de este pueblo de Toledo.
Huelva
Medio ambiente Un fondo de inversión amenaza Doñana con la construcción de un proyecto gasístico
Los ecologistas alertan sobre los peligros ambientales de la petición del nuevo sondeo asociado al almacenamiento de gas natural Marismas, promovido por Trinity Energy Storage, en el que participa el fondo de inversión Teset Capital
Comunidad de Madrid
Privatización de los servicios sociales Ayuso propone 40 residencias privatizadas en una comunidad donde solo el 5% son públicas
El gobierno de la Comunidad de Madrid planea la construcción de 40 residencias cuya gestión estará en manos de empresas privadas. Partidos políticos, sindicatos, ONG y colectivos sociales se unen para oponerse a este nuevo “plan privatizador”.
Más noticias
Ecuador
Ecuador Los derechos de la naturaleza en Ecuador, una “luz de esperanza” en la lucha por el medio ambiente
El derecho de la naturaleza, una figura jurídica introducida en la Constitución de Ecuador, está sirviendo para frenar proyectos que atentan contra los ecosistemas. Así ocurrió en el Bosque Los Cedros, en el norte de este país sudamericano.

Recomendadas

Culturas
Cultura ‘O minuto heroico’ racha co silencio sobre o Opus: “É un documental sobre a vulneración sistemática de dereitos”
Dirixido pola prestixiosa xornalista Mònica Terribas, o documental destaca os testemuños de 13 mulleres que relatan os malos tratos e coaccións sufridos no seo da organización. Falamos con Terribas e Marina Pereda, antiga membro do Obra.
Sergas
Sanidade O Sergas dificulta o acceso a máis de 8.500 contratos que suman 57 millóns de gastos
A Axencia de Doazón de Órganos e Sangue indexa miles de pagos sen concepto e imposibilita a súa auditoría. A Xunta de Alfonso Rueda sostén que a opacidade débese a “un erro de codificación”. Porén, esta práctica repítese desde 2018.
Migración
Migraciones Bruselas anuncia un nuevo proyecto de ley para acelerar las deportaciones de personas migrantes
La Comisión Europea ha presentado este martes un nuevo proyecto de ley que tiene como objetivo intensificar y acelerar las deportaciones de personas indocumentadas a sus países de origen o países de tránsito.